jueves, 21 de agosto de 2014

¿PIDEN QUE EXPLICITEMOS?

Para responder a la arrogante petición de principios puesta por el CELS a la Iglesia, según hicimos alusión en nuestra entrada anterior (a saber: que ésta explicite «su posición institucional respecto al actual proceso de justicia por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar»), habría que someter a éstos a simétrica cuestión: con qué cara son capaces de rastrear y escarbar en los delitos y los presuntos delitos cometidos por agentes de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, cuando ellos detonaron bombas, secuestraron y torturaron a mansalva a sus cautivos y mataron a traición, por la espalda, a menudo a hombres desarmados.

Así como parece ciertamente imposible ir más lejos que el marxismo en punto a perversidad, siendo éste algo así como la última y más fétida floración de la declinante modernidad, así se diría que la impostura alcanza aquí la preeminencia que en opuestas cosmovisiones ocupa el honor. Porque es un hecho conocido que la táctica del marxismo consiste en apelar a la legalidad luego de haber ultrajado a la legalidad, en el preciso momento en que se hace objeto de justa reacción punitiva. Pegar primero y con alevosía, y luego chillar como marranos ante el contragolpe: tal es el asedio demoníaco que se le tiende a la ley y a la conciencia del hombre, aterrorizada a designio y sin descanso; tal es la traición que se le hace a esa indulgencia más o menos común a los sencillos, a los hombres no picados de gruesa perfidia.

El marxismo apura hasta las heces el desorden inaugurado por el liberalismo, no consintiéndole a éste detenerse en mitad del remolino revolucionario. Caos, revesamiento, desasosiego febril: y a cada nueva vuelta de la espira infernal la insultante afectación de legalidad, como para reponer conciencias horrorizadas antes de perpetrarles nuevo expolio. Legalidad sin legitimidad, como en el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), comandado por un probo en la carnicería y la rapiña como Horacio Verbitsky. Words, words, words, asegún el conocido suspiro de Shakespeare: pero palabras teñidas de sangre ajena.

Acá está lo que piensa la Iglesia -o, al menos, la Iglesia fiel- acerca del funesto montaje de los derechos humanos de estos malditos: se les responderá elípticamente, como Jesús solía hacerlo, por parábolas. Acá está uno de nuestros maestros, que nos quitaron a balazos. Acá habla y les da una soberana lección la Iglesia que pretenden interpelar. Y retempla de paso, como el buen acero, nuestra fidelidad a su enseñanza.





23 comentarios:

  1. No soy argentino, hace solo 10 años que resido en el país, y casi no viví la época de las dictaduras militares, nací a fines de los 70. Por lo poco que sé del tema, porque tampoco es que me dediqué a estudiarlo en profundidad, mi opinión (si es equivocada avísenme) es que los juicios a los militares partícipes de la dictadura son justos. No se equivocaron tanto por el golpe, una vez que era justificado considerando la extrema inestabilidad y debilidad del gobierno de Isabel. Si ellos si hubieran dedicado a arrestar y enjuiciar (siempre que posible) los guerrilleros y terroristas, hubieran hecho un gran servicio a la patria y probablemente serían alabados hasta hoy; sin embargo, ejecutaron sumariamente (inclusive a gente no involucrada en actividades terroristas), desaparecieron a miles (aunque seguro que no 30 mil), secuestraron a bebés, su única fuente de información era la tortura (pues no tenían un servicio de inteligencia eficiente que lograra inflitrarse en los movimientos revolucionarios), e inclusive se dedicaron al saqueo liso y llano. En este sentido, identificar y penar a los que ordenaron y cometieron estas acciones es justo. Lo que sí es tremendamente injusto, creo que ni necesito decirlo, es la exatalción del otro lado, de los "jóvenes idealistas", cuyo único crímen fue "soñar con una Argentina más justa y libre", pagarles enormes indemnizaciones por la "injusta persecución sufrida", y darles altos puestos en la máquina estatal, cuando sí sabemos todos los horribles crímenes que cometieron.
    La moraleja de todo eso es: hace tiempo que nosotros los cristianos no tenemos ninguna representación política. Igual, somos tan poquitos y cada vez menos que, aun si existiera un tal partido, sacaría una cantidad ridícula de votos. Los que dijeron representarnos, como las dictaduras militares latinoamericanas, nos defraudaron completamente con abusos, exceso de represión, corrupción y pésimas políticas económicas.

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    1. Arrestar, juzgar e incluso fusilar a los responsables de ciertos crímenes hubiera sido irreprochable. Sin dudas que la desaparición de personas denota una conciencia culposa y la incapacidad de afrontar convenientemente las propias responsabilidades históricas: esto se lo debemos al liberalismo, verdadero cáncer de la FFAA, a las que privó de ese señorío que debe caracterizar a la profesión de las armasr. La licitud del recurso a la tortura no deja de ser asunto delicado, de no tan fácil resolución: con todo lo odioso que pueda ser, si era éste el medio más eficaz (y acaso el único posible) para desarticular a unas bandas que se cobraban vidas inocentes, no puede desechárselo sin más: se trata de evitar un mal mucho mayor.

      Ni hablar de que el carácter de estos juicios es eminentemente político: se juzga sólo a los militares, y a menudo no por lo que hicieron de malo sino por lo que hicieron de bueno; se recurre a testimonios falaces; se encarcela sin sentencia; se pasan por el traste la irretroactividad de la ley relativa a «lesa humanidad», etc.

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    2. Perdón, pero sin justificar los abusos que ciertamente hubo, ésta es una afirmación extemporánea que no tiene en cuenta la secuencia histórica de la Guerra contra la Subversión.
      En un primer momento, el Estado persiguió a los terroristas con la ley en la mano. Se los juzgó y encerró, aún cuando todavía no tenían leyes adecuadas y se les tuvo que aplicar el Código Penal. Pero, nos olvidamos que el 25 de mayo de 1973 se amnistió a todos los terroristas y se dio inicio a la persecusión y asesinato sistemático de los jueces y fiscales que lo habían hecho. Al punto que muchos decidieron renunciar a la magistratura y, en algunos casos, exiliarse. Tanto fue así que en determinado momento, según denunciaban los diarios, prácticamente no había jueces y fiscales dispuestos a juzgar a terroristas.
      En cuanto a la pena de muerte, ¿quién iba a estar dispuesto a fusilar luego de la condena de Pablo VI a Franco y el escándalo mundial por lo del Estadio Nacional en Chile? De allí en más, en ningún lugar del mundo occidental, tenemos pena de muerte en estos casos; y, en muchos casos, se pasó a formas clandestinas de combate contra la subversión (incluso en países con "Estado de Derecho" como Italia, Alemania, Francia, etc.).
      Sobre lo de la supuesta inutilidad de la Inteligencia argentina, creo que se equivoca rotundamente. Dicen que como muestra basta un botón, pues le daré dos botones. 1) El odio que la izquierda tiene por Astiz se debe a que éste se había infiltrado en la organización de las Madres de Plaza de Mayo y durante bastante tiempo pudo enterarse, a través de ellas, de los movimientos de los terroristas. 2) Durante Malvinas, es bien conocida la llamada Operación Algeciras donde se utilizarían ex Montoneros que vivían en Europa para realizar una operativo comando en Gibraltar. Éstos fueron rápidamente contactados por la Inteligencia argentina que los tenía perfectamente identificados y ubicados.
      Hay algo más que decir sobre todo este tema. La magnitud del terrorismo que operó en la Argentina entre fines de la década del '60 y principios del '80, fue la más grande de todo el mundo occidental. Sólo Montoneros llegó a contar con 40.000 efectivos operativos y alrededor de 200.000 de apoyo (entre estudiantes, obreros y empleados, familiares y amigos, que se dedicaban a guardar armas, encerrar secuestrados, esconder a terroristas perseguidos, etc.), según los propios Montoneros. Por lo tanto, no es posible mínimamente compararlos con las Brigate Rosse, la FAR alemana, la ETA española, etc., y proponer el supuesto combate "legal" que se realizó en estos países como modelo que debió haber seguido la Argentina.

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    3. Clarísimo. El indulto de Cámpora y sus consecuencias inmediatas son otra clave para entender el sentido de los hechos. Y agreguemos, a riesgo de salir de la argumentación legitimista para entrar en la psicológica, las irresponsabilísimas veleidades de Perón, capaz de coquetear a diestra y siniestra para lograr sus egolátricos fines. La confusión sembrada por este inicuo sujeto (cuya obra de desgobierno fue digna de absorber la disparidad más exaltada, la que cabe entre López Rega y Firmenich) fue el más eficaz de los combustibles con que podían rociarse los ánimos.

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  2. Sobre el tema de la tortura: estoy de acuerdo que en algunos casos podría justificarse. El problema es que me parece (corríjanme si me equivoco) que los militares, no solo en Argentina sino en toda Sudamérica, nunca tuvieron un servicio de inteligencia serio, que lograra infiltrarse en los grupos terroristas y guerrilleros, para identificar sus miembros y saber de antemano qué planeaban hacer, como sí por ejemplo tenía la Rusia Imperial (Okhrana). Por eso el recurso demasiado común, excesivo, a la tortura: bastaba con estar en la agenda de alguno que hubiera sido apresado, para ser también torturado; algunos inocentes, después de sufrir mucho, fueron liberados; otros directamente murieron. Esto sí es completamente injustificado.

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    1. Es muy posible que se abusara de este recurso por la falta de un servicio de inteligencia serio. Pero estando a esta deficiencia, digamos, estructural, peor hubiera sido no emplearlo. Lamentablemente, en la caldera de los ánimos de entonces, no faltaron quienes hicieron uso de este medio sin reserva alguna. A causa de la infestación de liberalismo, faltó una conducción auténticamente cristiana para afrontar el reto. Los enemigos han sabido aprovechar debidamente esta debilidad para atacar en los juzgados y por la propaganda pública todo lo que hubo de laudable en esa empresa de armas.

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  3. Estimado Carlo:

    ante sus dudas permítame acercarle algún elemento que le permita tener un panoram más completo de la situación que se plantea.

    Está claro lo que dice Flavio sobre el liberalismo que inspiró a los funcionarios del Proceso de Reorganización Nacional. De allí muchas medidas que de otro modo no tendrían explicación.

    Sobre los servicios de iteligencia y la infiltración: estaban bastante agudizados. Sea el ERP que Montoneros estaban bastante infiltrados. De hecho el ataque al Regimiento de Monte Chingolo se contuvo justamente por el infiltrado del ejército que luego fue fusilado por los dirgientes del ERP. Puede verse el libro de Carlos Manuel Acuña: "Los traidores", sobre los colaboradores ex guerrilleros con las fuerzas armadas.

    Sobre la licitud de la tortura en estos casos puede consultar el libro de Marcial Castro Castillo: Fuerzas Armadas, ética represión. El Ordinariato militar, aunque ahora quiera negarlo se encargó de enseñarlo a los militares.

    Lo que diferencia la lucha antisubversiva argentina o sudamericana en general con la europea es el enemigo. Las brigadas rojas italianas o el Baader Meinhoff alemán eran unos pocos comatientes. En el caso argentino el ERP o Montoneros eran varios miles.

    Le aclaro que libros como "La voluntad" escrito de parte sobre la guerrilla (salvo episodios de novelas rosas) puede leerse con provecho.

    Plan sistemático de robo de bebés no existió. Alguien se quedó con un bebé, sí. Motivos diversos. A veces no era fácil devolverlos a las familias. A veces no había familias. A veces se cometieron injusticias. En esto es interesante aclarar que los guerrilleros tampoco querían que sus hijos quedaran con las familias de origen, sino sólo con familias revolucionarias.

    Saqueos: se obtenía el botín de guerra para solventar la lucha atisubversiva. Hubo robos? Sí y fueron o debieron ser sancionados.

    En fin, espero haberlo ayudado en este intrincado camino de conocer la historia contemporánea argentina.

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  4. Sí, gracias a todos por las informaciones adicionales.

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  5. Yo también le estoy agradecido. Me tomaré el tiempo para consultar estos videos.

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  6. Los no tan jóvenes, como yo de menos de 40, nos cuesta aceptar la tortura y la desaparición; por mi parte, quiero mucho a los militares argentinos, principalmente por su actuación en la Guerra de Malvinas; y agradezco su sacrificio en la lucha contra el terrorismo de izquierda; pero como peco de idealista, no puedo resistir la idea de saber que nuestros soldados incurrieron en aberraciones tales, como no entregar el cuerpo de los caídos a sus familiares.

    Con respecto a la tortura, soy católico y mi Dios, fue torturado, por lo no la acepto bajo ninguna justificación y como dijo alguien por aquí arriba, la inteligencia argentina era muy buena y no necesita de picana para obtener información.

    Dicho esto: debemos encontrar una posición clara y justa al asunto: defendemos el accionar de los militares, condenados el terrorismo marxista, pero debemos condenar la tortura y la desaparición, como métodos de guerra.

    Dicho esto, la Argentina debe encaminarse a una verdadera reconciliación; porque mas allá de los humos kirchneristas, hay muchos ex-terroristas, que se han arrepentido y desean vivir en paz y libertad, bajo la Cruz de Nuestro Señor y el Manto de Nuestra Señora en nuestra amada Patria.

    Dios y la Santísima los bendigan

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    1. Completamente de acuerdo. Algo que se podría hacer, que en mi opinión sería de espíritu totalmente cristiano y ayudaría en una verdadera reconciliación, es un monumento semejante al Valle de los Caídos en España, que pida el descanso eterno a combatientes de ambos lados, porque al final todos son víctimas.

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    2. Si no acepta la tortura vaya a decirles a los terroristas que no torturen a la gente. Su ambigüedad es igual a la dialéctica hegeliana vaticanosegundista. ¿
      Cuando van a entender que fue una guerra? ¿usted hubiera preferido que Argentina sea Colombia o Venezuela? váyase a vivir allá entonces y va a comprobar la pesadilla que están viviendo.

      Los humos kirchneristas están dejando tierra arrasada este país, para eso querían tomar el gobierno por la fuerza esta gente, para destruir todo el orden católico, o lo que aún quedaba ¿no tienen ustedes suficiente evidencia con lo que está pasando para terminar de ver la clase de gente que son ?

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  7. Muy buena la intervención de Walter Kurtz, ya estoy cansada de los opinadores al estilo Carlo que juzgan con ligereza.

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    1. En mi defensa, no me considero como una persona que "juzga con ligereza". Mis comentarios tienen frases como "por lo poco que sé", "si equivoco corríjanme", etc. Confieso que lo poco que conozco del tema viene de los medios actuales, y sé que no son confiables (hasta un diario "conservador" como La Nación). Más que emitir juicio u opinión, pido que me instruyan.

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  8. Había también católicos en Montoneros, equivocados, pero católicos al fin...no me corras por derecha, no lo permito por izquierda, menos por derecha.

    Ambos extremos son irreconciliables con el Evangelio.

    Soy católico, no nazi, no fascista,

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  9. Sr. Gramuglia: eran tan "católicos" algunos seguidores de Montoneros, como Judas Iscariote, uno de los doce primeros sacerdotes ordenados por el Redentor; como el diácono Nicolás, uno de los siete primeros diáconos ordenados por los apóstoles; como Paulo de Samosata, quien fuera obispo de Antioquía; o Arrio, sacerdote de Alejandría; y un larguísimo etc. más. En la revolución francesa, los más graves escándalos tuvieron como protagonistas a curas y obispos revolucionarios. No se puede tildar de "católicos" a quienes apoyaron la insurrección atea y bolcheviche y alentaron los crímenes más repugnantes de los Montoneros. Es más, ni siquieran pueden ser tildados de traidores al catolicismo, porque la traición implica una relación da causalidad con aquello que se traiciona, de la que esos "católicos" carecían por completo. Anti_Demo

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  10. El tema de la tortura en casos de terrorismo es bastante complejo.

    Todos hemos visto cientos de películas donde el protagonista pega, patea, encañona al "malo" para que éste le diga dónde ha colocado la bomba, dónde tiene secuestrada a su familia, cuándo se producirá el atentado... y no se nos mueve nada. Pero hablamos de tortura en abstracto y ponemos el grito en el cielo.

    Países con "Estado de Derecho" como EE.UU., Israel, Alemania, Gran Bretaña, Francia o Brasil, justifican (aún hoy, en 2014) diversos grados de presión física (tortura, en román palatino) en casos que consideran terrorismo.

    Otra cosa son los excesos, el sadismo, las violaciones, etc. Por supuesto que completamente censurables y condenables.

    Recordemos siempre lo de Santo Tomás, "El hombre, al pecar, se separa del orden de la razón, y por ello decae en su dignidad, es decir, en cuanto que el hombre es naturalmente libre y existente por sí mismo; y húndese, en cierto modo, en la esclavitud de las bestias, de modo que puede disponerse de él en cuanto es útil a los demás, según aquello del 'Sal.' 42,21: 'El hombre, cuando se alzaba en su esplendor, no lo entendió; se ha hecho comparable a las bestias insensatas y es semejante a ellas'; y en 'Prov.' 11,29 se dice: 'El que es necio servirá al sabio'. Por consiguiente, aunque matar al hombre que conserva su dignidad sea en sí malo, sin embargo, matar al hombre pecador puede ser bueno, como matar una bestia, pues peor es el hombre malo que una bestia y causa más daño, según afirma el Filósofo en 'I Polit.' y en 'VIII Ethic.'".

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    1. Walter, usted diría que el uso de la tortura durante el período del proceso fue, en la mayoría de los casos, justificado? Los abusos, donde más que obtener información crucial, la tortura fue usada para causar daño físico y moral simplemente, fueron excepciones muy limitadas, o comunes? O no tenemos como saberlo hoy en día, considerando que muchos involucrados ya fallecieron, y las investigaciones están cargadas de ideología? Por el momento, me diría partidario de una "teoría de los dos demonios" que reconozca que un lado tuvo mayor proporción de culpa porque fue el causante de todo (los izquierdistas, que empezaron la lucha armada y los atentados terroristas), aunque el otro muchas veces respondió con exceso y abusos a esa amenaza real (desaparecimiento de personas, uso indiscriminado de tortura, robo de bebés, saqueos de propiedades). Vuelvo a repetir, una vez que este tema despierta pasiones: mi intención no es polemizar ni defender un lado u otro, sino entender de la manera más fría y objetiva posible qué fue lo que pasó. Para mí eso es posible, porque no viví la época, ni tengo parientes o amigos que hayan sido víctimas de un bando u otro.

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    2. Don Carlo,

      responderle daría para un tratado. Como digo arriba, son condenables y censurables los excesos. Pero al hablar de excesos, estamos en el terreno de los grados; i.e. ¿cuánta tortura es admisible?

      De vuelta, es un tema complejísimo.

      Si me pregunta a mí personalmente, mi respuesta es que, aquí y ahora, dado el mundo y quienes lo gobiernan (la masonería en sus diversas manifestaciones), dada también la decadencia ética del llamado occidente y de quienes detentan el poder, en resumen, puesto que el Principio de Autoridad ha sido retirado (según los mejores eskhatologetas), la tortura (como la pena de muerte) no deben ser admitidas en nuestros ordenamientos penales, ni siquiera en casos de excepción. Hic & nunc, los excesos son muy posibles, los malos usos y los abusos, con fines torcidos, terminarán siendo la regla. (Tampoco le vamos a liberar el camino al Anomos.)

      Otra cosa muy distinta es hablar de la tortura "en abstracto", lo que merece las consideraciones que digo más arriba de manera muy incompleta.

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      Desde luego que no hubo "dos demonios", hubo un único demonio: el comunismo internacional ("esencialmente perverso", como lo definieron los Papas). Del otro lado, de "nuestro" lado, hubo gente que hizo lo que pudo... y atorrantes, como ha ocurrido siempre (y ocurrirá siempre) en todas las guerras o conflictos armados.

      Pasándoselo en limpio. De un lado tenemos una ideología "esencialmente" perversa (es decir que de raíz es perversa, es su sustancia la cual no cambia aunque se modifiquen los accidentes). Y del otro lado tenemos una defensa justa y legítima donde hubo distintos "grados" de exceso, corrupción, desviación de fines, etc.

      No sé si se entiende.

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    3. Se entiende perfectamente, y no puedo decir que no esté de acuerdo.

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  11. No justifico el accionar de los "malos" católicos, lo que quise señalar fue que al fin de cuentas, fue una guerra entre hermanos, promovida por la Sinagoga y sus secuaces, los malditos masoretas.

    Nos hicieron pelear entre nosotros, embriagándonos con las pócimas venenosas de la izquierda y la derecha, ambas categorías salidas del mismo Averno.

    Entonces, en mi pobre opinión, la única salida es la antigua y siempre nueva: el Evangelio: a ponerse en el ultimo lugar y que nos estampen la mejilla las veces que haga falta, pero basta de andar a los tiros cuando deberíamos estar todos juntos en Misa.

    Dios y la Virgen los bendigan

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  12. ¿será que Carlo y Gramuglia prefieren esto?

    .

    Buenos Aires

    22 de Julio del año 2014 - 4745



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    UN RELATO ESPELUZNANTE SOBRE LA VIDA EN LA CHINA COMUNISTA, carta de Luis A. Mendoza y contestación


    Bs.As., 21 Jul 2014

    Estimado Dr. Dn.Cosme Bèccar Varela

    Nro. 1284. "Cada vez más cerca de..."

    Le agradezco me haya enviado el Nro.1284 de su Escrito La botella al mar, cuya lectura
    me perimitiò darme cuenta de aspectos en los que no habìa pensado , respecto de la visita reciente de los mandatarios de Rusia y de China.

    Leerè màs detenidamente el Escrito suyo , ya que menciona aspectos de las referidas visitas que me habìan pasado desapercibidos.

    No conozco Rusia ; pero he tenido la suerte , hace de esto muchos años , de estar varios dìas en Shanghai , donde tuve ocasiòn de ver personalmente lo que tratarè de resumirle a continuaciòn.

    Nuestro buque se encontraba amarrado a boyas en medio del rìo Wan Po , afluente del Yangtse ; y me llamò la atenciòn que en los juncos que abundaban por doquier , donde vivìan familias enteras de chinos, los niños se encontraban atados con una cuerda y las niñas estaban sin atar.
    Averiguado el porquè de esa diferencia , tomè conocimiento de que se debìa a lo siguiente:

    Si una niña se caìa al agua , peor para ella ., ya que se ahogaba.
    irremediablemente.

    Si quien se caìa al agua era un niño , pues lo rescataban tirando de la cuerda que lo sujetaba. Parece que las niñas podìan morir libremente , lo que no ocurrìa con los varoncitos.

    He leìdo en algùn lado que, actualmente, existe un estricto control de la natalidad , pudièndose solamente tener un hijo . Si la mujer queda otra vez embarazada , si se trata de un niño , pueden, haciendo no sè què cantidad de tràmites , permitirle nacer.-
    Pero si el segundo hijo que viene se trata de una niña no puede vivir, ya que la abortan y su cadàver es dejado abandonado en el cordòn de la vereda, para que se la lleve un recolector de basura La gente que pasa por el lugar , ni siquiera mira a la niña muerta y dejada abandonada.

    Pude ver con mis propios ojos , còmo pasaba flotando , ya ahogada y boca abajo, una niña que habìa caìdo al agua como consecuencia de un tifòn ( viento muy fuerte)
    No se moviò nadie para sacarla del agua , Ni siquiera nosotros hicimos el menor intento
    para rescatarla ; aunque ya estuviera ahogada.

    Este es un sòlo ejemplo de lo que ocurre en China al dìa de hoy, que deseaba Usted lo conociera .
    Si no me cree lo que le he contado, està en todo su derecho .

    Lo saluda muy atentamente,

    Luis A. Mendoza

    CONESTACIÓN

    22/7/2014

    Estimado Sr. Mendoza:

    Muchas gracias por su carta. Espeluznante su relato sobre la bestialidad de los comunistas chinos con las niñas y con los niños, ya que a las primeras las matan o las dejan morir y los otros, sólo pueden nacer si el Estado les da permiso. Una monstruosidad. Eso es el comunismo. Eso no impide que las "democracias" occidentales se deshagan en elogios del "capitalismo chino" sin importarles que es falso porque todo está de un modo u otro en manos del partido comunista y la más atroz tiranía sigue en pie.

    Bajo la pata de esa nación poderosa y comunista nos están poniendo la usurpadora y sus cómplices del régimen kirchnerista. ¡Dios nos libre, porque está visto que los "argentinos" no tienen la menor intención de resistir contra ese triste destino!

    Cordiales saludos

    Cosme Beccar Varela
    http://www.labotellaalmar.com/

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    1. O sea, solo tenemos dos opciones, aun hoy. Decir que hubo exceso por parte de los militares equivale a simpatizar con los comunistas, en su opinión. Yo considero urgentísimo superar los dilemas que nos fueron impuestos en los 70: no solo los ex-guerrilleros, con su sed de venganza, están todavía estagnados en aquella época, veo que gente del otro lado también.

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