tag:blogger.com,1999:blog-9653761882641206362024-03-04T20:55:51.152-08:00In exspectationeFlavio Infantehttp://www.blogger.com/profile/07929147663390580956noreply@blogger.comBlogger333125tag:blogger.com,1999:blog-965376188264120636.post-2236731663042850862021-06-18T20:30:00.001-07:002021-06-18T20:30:00.206-07:00AVISO A LOS LECTORES<p>A nuestro blog le ha crecido un apéndice, una ramificación, al modo de aquello que en botánica se denomina <i><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Acodo">acodo</a>. </i></p><p>Ofrecemos a los benignos lectores el enlace a este nuevo sitio con la esperanza de que les sea agradable y útil:</p><p style="text-align: center;"><i> </i><a href="https://nobisquoque.blogspot.com/">NOBIS QUOQUE</a></p><p style="text-align: left;"> </p><p style="text-align: left;">Y pedimos oraciones por la continuidad del mismo. Hasta pronto, entonces. Dios los guarde.<br /></p>Flavio Infantehttp://www.blogger.com/profile/07929147663390580956noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-965376188264120636.post-61776829900074914692018-12-24T05:16:00.002-08:002018-12-24T05:33:05.109-08:00EN LAS VÍSPERAS<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEir9hUSIzCN92bJ2LwlCF_9dpCXO3NV_4wzQbM6JHopj27qEh0X7Wdq061m_5KfDZZEg2ZlFnvrbeJImmpv-R3fLx6zDx7pCpPur2hCVDXueRZ0zkcRos22lDCM4iTMRtPW6FZPDuG9ma0U/s1600/murillo-adoracic3b3n-de-los-pastores-1668.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="676" data-original-width="830" height="325" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEir9hUSIzCN92bJ2LwlCF_9dpCXO3NV_4wzQbM6JHopj27qEh0X7Wdq061m_5KfDZZEg2ZlFnvrbeJImmpv-R3fLx6zDx7pCpPur2hCVDXueRZ0zkcRos22lDCM4iTMRtPW6FZPDuG9ma0U/s400/murillo-adoracic3b3n-de-los-pastores-1668.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Murillo, <i>Adoración de los pastores,</i> ca. 1650</td></tr>
</tbody></table>
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Como en el pasaje del Cantar de los Cantares, en que el propio Esposo le advierte a su amada<br />
<br />
<i>si no sabes, bellísima pastora,</i><br />
<i>el valle, dó apasciento el mi ganado,</i><br />
<i>toma tus cabritos, y á la hora</i><br />
<i>seguirán el camino más hollado;</i><br />
<i>caminando por él vernás dó mora</i><br />
<i>el tu dulce pastor, y desposado;</i><br />
<i>allí podrán pascer los tus cabritos</i><br />
<i>entre los de los otros pastorcitos</i><br />
<div style="text-align: center;">
(1, 7, versión de fray Luis de León),<br />
<span style="font-size: xx-small;"><br /></span>
<br />
<div style="text-align: left;">
así fueron conducidos los pastores de Belén al estrecho sitio donde hacía mora el Deseado de las naciones. El mismo que «apascienta el su ganado», sus fieles todos, ante el misterio entrañable de su Nacimiento, objeto de una contemplación gozosa que no puede sino dejar algo de su estela y carácter aun en este mundo en densas sombras. Porque así como los réprobos y los demonios no pueden evitar doblar sus rodillas -malsugrado y en el hondo abismo de su presidio- ante el santo nombre de Cristo, del mismo modo el emputecido mundo post-cristiano sigue otorgándose por estas fechas una alegría profanada que es vestigio último de la fe de otras edades. Y pese al otrora abortado intento de la Revolución de alterar el uso de los tiempos y las calendas, las naciones y pueblos todos continúan numerando sus años a partir de aquel Acontecimiento que principia nuestra Redención.</div>
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<br /></div>
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Los cabritos de nuestras facultades irán prestos a adorarlo, allí por el camino previamente hollado por los patriarcas, los profetas, los Apóstoles, los mártires, los doctores y todos los santos, por la Iglesia en la admirable suma de sus enseñanzas. Irán a pacer en la rendida contemplación de este misterio que nos alegra en los hondones e instruye nuestro ánimo en la expectación del definitivo Adviento. </div>
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<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Se canta hoy esa antífona que nos recuerda el modo como sólo Dios sabe hacer las cosas:<i> orietur sicut sol Salvator mundi, et descendit in utero Virginis sicut imber super gramen; </i>«saldrá como el sol el Salvador del mundo, y descenderá al seno de la Virgen como lluvia sobre la pradera». Porque pese a la variedad de las tesis naturalistas, de un cosmos cerrado sobre sí mismo cuya autosuficiencia no es sino el embozo de su autofagia y de su desesperación, la gloria del sol no se limita al noble cometido de iluminar y caldear el mundo, sino en significar la Providencia divina. Ni el rocío fue creado sólo para humedecer la tierra febriscente, sino para ser feliz analogía del misterio de la Encarnación y el Nacimiento. La tierra para el Cielo, porque hoy es Navidad.</div>
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<br />Flavio Infantehttp://www.blogger.com/profile/07929147663390580956noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-965376188264120636.post-83833715122811862932018-11-27T11:44:00.001-08:002018-11-27T11:51:02.822-08:00NEGLIGENCIA LITÚRGICA - breve observación sobre la convivencia del rito católico y su opuesto en la secta conciliar<div style="text-align: right;">
<i>por<b> Cesare Baronio</b></i><br />
(traducción por <b>F.I.</b><br />
original <u><b><a href="https://opportuneimportune.blogspot.com/2018/11/ignavia-liturgica-breve-osservazione.html">aquí</a></b></u>)</div>
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El blog<i> Messa in latino </i>reporta una noticia (<a href="http://blog.messainlatino.it/2018/11/cei-va-abrogata-la-messa-antica-papa.html">aquí</a>) según la cual, durante la Asamblea de la Conferencia Episcopal Italiana, algunos prelados habrían expresado su hostilidad al Motu Proprio<i> Summorum Pontificum,</i> auspiciando su supresión. Por supuesto, entre las filas de los conservadores se desencadenó de súbito una patética<i> indignatio,</i> en la que no faltaron referencias al nunca suficientemente execrado Concilio y a aquel nº 36 de la <i>Sacrosanctum Concilium </i>que hipócritamente establecía -para tranquilizar en ese momento a los Padres aún católicos- que en los ritos latinos debía conservarse el uso de la lengua latina. </div>
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En retrospectiva -y aun con la clarividencia que nos mereció el apelativo de <i>profetas de desventura-,</i> supimos que aquello que la letra del Vaticano II afirmaba en un punto sería luego contradicho por las reglas de aplicación; y que el espíritu de aquella infausta asamblea se fijaba otros objetivos -todos alcanzados, por lo demás-, que no la defensa de la antigua Liturgia romana, de la cual de hecho deseaba obstinadamente la supresión. <br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0_pP8VDguNHYqodNrfFokGKjf7YVYpkDLKGCaVjTm8SAlhz6iw2LwIKcSVyCyTTlD-25Sd8OdwtP4DJsjSfqb6Kc3_0JLvxyePznba0Tw6I53doIPAWEPUBRikVmkbzkwVEmBi2lO5jG2/s1600/1510509_10152401751189585_3613444895721579467_n.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="392" data-original-width="526" height="297" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0_pP8VDguNHYqodNrfFokGKjf7YVYpkDLKGCaVjTm8SAlhz6iw2LwIKcSVyCyTTlD-25Sd8OdwtP4DJsjSfqb6Kc3_0JLvxyePznba0Tw6I53doIPAWEPUBRikVmkbzkwVEmBi2lO5jG2/s400/1510509_10152401751189585_3613444895721579467_n.jpg" width="400" /></a></div>
Envalentonados por saberse protegidos e incluso alentados en su obra por el Sedicente que reside en Santa Marta, ciertos prelados y así llamados liturgistas señalan que la exhumación de la Misa católica después de cincuenta años de adulteraciones es un <i>non-sense </i>jurídico. Tienen razón, pese a todo: cada religión se da sus propios ritos, y aquéllos de la secta conciliar -que se quiere <i>otra</i> respecto de la Santa Iglesia fundada por Nuestro Señor, y que establece su fundación a partir del Concilio, el único que ésta reconoce- deben necesariamente ser expresión de esa religión, y por esta razón<i> otros</i> respecto de los ritos de la Iglesia Católica. Como, por lo demás, <i>otro </i>es el calendario, y <i>otros</i> son los así llamados santos que hoy se elevan en Roma a la gloria de los altares, casi como si se quisiera sellar con su grotesca canonización los actos que ellos cumplieron en vida -primero entre todos, el ídolo del Vaticano II. <br />
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Sería la ocasión, para los entusiastas del <i>Summorum Pontificum, </i>de comprender finalmente que la aberración litúrgica, si no reside ciertamente en la existencia de la Misa católica, consiste en todo caso en su coexistencia con esa abominación que es la Cena reformada parida por el Conciliábulo de Roma. </div>
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Hablar de forma extraordinaria y forma ordinaria del mismo rito es, esto sí, un<i> non-sense,</i> como si Dios Padre pudiera ser honrado y glorificado por el Sacrificio de Su Divino Hijo <i>de modo perfecto</i> según una forma extraordinaria y al mismo tiempo ser honrado y glorificado <i>en menos o para nada </i>según<i> </i>una forma ordinaria. La Iglesia no puede ser al mismo tiempo Esposa del Cordero y meretriz de Babilonia, y menos aún esperar que esta mentalidad de <i>Amoris Laetitia,</i> este doble comportamiento, sean gratos al Sumo y Eterno Sacerdote que ante todo la fundó para perpetuar en los siglos el nuevo y eterno Testamento en Su Sangre.<br />
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Del mismo modo, legitimar el rito venerando a cambio de que no se rechace su grotesca parodia filoluterana es un <i>non-sense</i> al cual deben someterse los fautores del conciliarismo diplomático, de aquel estrabismo conservador que se regodea en los fastos litúrgicos pero que no se atreve a sacar las debidas conclusiones de la revolución doctrinal y moral que ha promulgado un rito que repugna a la Divina Majestad. </div>
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Mezquinos: éstos apelan al Conciliábulo para legitimar lo que éste detestaba, y a la Tradición para tolerar cuanto se opone a ella. Y no entienden que el Predecesor se diferenció del Sedicente sólo en los accidentes, pero no en la sustancia. Una mitra gemada o un sombrero de juglar no cambian la cabeza que cubren; de hecho, a menudo aquella oculta el engaño que éste pone en evidencia. <br />
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El odio de los Novatores contra la Misa católica debería hacer reflexionar a muchos <i>moderados</i> acerca de las razones que hacen tolerable para ellos un rito infame, concebido con la finalidad satánica de privar a Dios del honor que se Le debe, de debilitar la fe en las almas y de anular la acción de la Gracia divina. Y no se diga que la aceptación de la liturgia reformada está dictada por razones de oportunidad y de virtud de prudencia, y que con tal de tener la Misa Tridentina aprobada por el Obispo se puede también reconocer la validez del rito montiniano: también la consagración en el curso de una misa negra es válida, si aquel que la pronuncia es un ministro válidamente ordenado, aunque sea apóstata; pero esa sacrílega consagración hace presente el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo para profanarlo, así como aquella del odioso rito conciliar trata de todas las formas de disminuirla para complacer a los herejes. ¿Con qué coherencia se puede tolerar un mal objetivo para ver legitimado un derecho que es inalienable y que ningún Papa puede conculcar ni revocar y que, viceversa, justamente en cuanto Papa, tendría más bien que afirmar y defender?</div>
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Un verdadero católico debe detestar el <i>Novus Horror</i> con la misma vehemencia con la que los herejes detestan la Misa romana. Porque la tibieza de los conservadores termina siendo el necesario contrapunto de la tolerancia de los ratzingerianos hacia ellos. Demuestran más coherencia los enemigos de Cristo.</div>
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Flavio Infantehttp://www.blogger.com/profile/07929147663390580956noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-965376188264120636.post-12507324246491951292018-11-19T17:37:00.001-08:002018-11-20T04:54:32.520-08:00NUESTRO HUNDIMIENTO<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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Resulta oportuno y hasta casi obligado relacionar la postración del Ara San Juan en el fondo del mar con el desfallecimiento moral de nuestra entera nación: se trata de uno de esos simbolismos propiciados por los acontecimientos en que lo eventual evoca a lo habitual en inmejorable correspondencia. Pero si los hechos luctuosos pueden sincronizarse ajustadamente con otras realidades de orden más elevado y comprometedor (la decadencia moral de un pueblo, digamos), no menos doloroso resulta detenerse a espigar algunas significativas derivaciones de estos mismos hechos -en particular, aquellas que suelen pasar desapercibidas para las seseras menos atentas a la intelección de lo que realmente ocurre.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLMMWez9Fc2SOkyTgCweeBHEFRq78oc-pDCqe2mi4T9Ts0zzxBvYFW11wCIwUKpIIq7537I4GLMvyd1MHlNWr0oO17vEzDK2MLB3irIc0zCRgzyOKMyTJIqHghFlgbwPvH1eCvMJKhdW8Q/s1600/Bird_Book_of_Hugo_Fouilloy.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1030" data-original-width="750" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLMMWez9Fc2SOkyTgCweeBHEFRq78oc-pDCqe2mi4T9Ts0zzxBvYFW11wCIwUKpIIq7537I4GLMvyd1MHlNWr0oO17vEzDK2MLB3irIc0zCRgzyOKMyTJIqHghFlgbwPvH1eCvMJKhdW8Q/s400/Bird_Book_of_Hugo_Fouilloy.jpg" width="290" /></a>Pasarán entonces de largo, en medio de las hipótesis y las indagaciones que el caso reclama,<a href="https://www.lacapital.com.ar/informacion-gral/tras-el-hallazgo-familiares-piden-que-refloten-el-submarino-n1705083.html"> las declaraciones de algunos de los familiares de los marinos siniestrados</a> cuando éstos sean capaces de reclamar «por que lo puedan reflotar [al submarino], <i>no por retener la morbosidad de los cuerpos</i>, sino por saber qué pasó». Al paso que, como apunta el periodista a coro con la entrevistada, «recuperar la nave permitirá saber qué "falló" para "que<i> nunca más"</i> Argentina vuelva a sufrir una tragedia similar» [nuestros son los subrayados].<br />
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Se podrán tener éstas como palabras transitorias e irrelevantes para un caso que tiene mil otros costados a los que la prensa acudió con solícito olfato de novedades. Pero valen para medir algo más que la noticia: para reconocer la impregnación de veneno que, como por capilaridad, ha invadido las mentes y la concepción primaria de las cosas a partir de las fuentes que destilan con abundancia ese mismo veneno. <br />
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Digamos, pues, que de aquel slogan del «nunca más», de notoria fortuna entre nosotros, puede decirse que representa la fórmula más atinada del cruce entre el voluntarismo y los ensueños del progreso prometeico, una especie de sedante retórico de las conciencias, persuadidas -pese a las sucesivas desmentidas históricas- de que el solo propósito mancomunado de los hombres bastará para atraer el paraíso a la tierra (o, al menos, para que <i>nunca más</i> ocurran desgracias de gruesa impronta). Utopía y de la peor ralea, alguien debería escribir acerca del efecto del retintín del «nunca más» en nuestras clases semiletradas, qué poder lenitivo y sosegante les alcanza, cuánto estas fórmulas contienen de transposición profana y simiesca del método hesicasta, de aquella llamada "teología del nombre" tan en uso entre los cristianos orientales, consistente en la repetición litánica del santo nombre de Jesús.<br />
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Pero lo que alarma en punto a la suma estulticia alcanzada por toda una generación de náufragos de tierra es aquel excusarse de que, con el rescate del Ara San Juan, no se desea precisamente "retener la morbosidad de los cuerpos". Siempre supusimos que, en situaciones de este tenor, lo que urge y no necesita ser explicado ni ensombrecido por inauditos escrúpulos es el dar sepultura a los muertos. Práctica que la Iglesia consagró desde siempre como una de las obras de misericordia corporal, y que en la Escritura conoce el caso heroico de Tobit, que enterraba a sus connacionales pese al peligro de contrariar con ello al rey asirio Senaquerib, y que en la tragedia griega hace resaltar el coraje de Antígona, quien inhuma a su hermano Polinices contra el edicto de Creonte, rey de Tebas. Ni decir que la Eneida está repleta de situaciones en que se rinden honras fúnebres a los muertos, empezando por su sepultura, incluso como condición para poder proseguir con esperanzas de éxito las empresas guerreras acometidas. Ésta de enterrar a los difuntos es, como el matrimonio, una institución que se remonta a los orígenes mismos de la humanidad y que, supuesta la obvia diversidad de los rituales, no conoce casi excepción en tiempos y latitudes.<br />
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Con lo que, al disculpar a la faena de la presunta "morbosidad de los cuerpos" que ésta supondría, se señala un sobreentendido artificial que no guarda relación alguna con la concepción de la muerte y de los deberes de los deudos para con el difunto tal como nos han sido transmitidos ininterrumpidamente por una vasta multitud de generaciones. Pone en evidencia, en todo caso, la a-historicidad de nuestros coetáneos, reos de una laboriosa sustracción de todo contenido de conciencia tributario de las formas inveteradas del legado, de la tradición, de la transmisión sapiencial de unos a otros, indispensables para alcanzar la inteligibilidad de lo real. Efecto de la aplicación de los criminales programas del constructivismo, los sujetos yacen en una flotación sin contenido que atraviese la mera aprehensión primaria de los fenómenos. O con el único contenido que les efunde la<i> matrix progre,</i> lleno de remilgos y mojigatería ciertamente muy ocurrentes, pero faltos de ese sustrato común a la humanidad, que reconoce el deber de devolver a las entrañas de la tierra el cuerpo muerto de un congénere sin detenerse a calibrar el punto más o menos de morbidez que tal cometido supondría.<br />
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Inconsecuencia de las más clamorosas que haya surtido la mitología psicoanalítica y su "cultura" subsidiaria, siempre tan ávida de espiar las tumefacciones y alimañas que moran en los estratos bajos del psiquismo, la aplicación del estigma de «morboso» con clara intención peyorativa acaba posándose incluso donde no debiera. La auténtica morbosidad es nuestro hundimiento cultural y moral a instancias de esos psicoanalizados en tropel que dan el tono a los pasquines multimedios, y que acaban por ponerle sus palabras en la boca a la pobre gente. Nuestra época, al fin de cuentas, es la que prohíbe la tauromaquia y legaliza el aborto.Flavio Infantehttp://www.blogger.com/profile/07929147663390580956noreply@blogger.com13tag:blogger.com,1999:blog-965376188264120636.post-59471687369515964522018-11-14T19:18:00.000-08:002018-11-14T19:18:17.522-08:00AGNOSIA<br />
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<i>por<b> Dardo Juan Calderón</b></i> </div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjp2Z48E6P7IKaOB4v0r6NT01loLqn2E7owSHH7Q5rMAbDucV62ctDYZSeq1M3S0YbtgYuxDlwJ2DeORHTSbnzw_ubHgb5Qnb6Oji0Z_jkMH-tFi6vEb1ZtiRumB0YyIH2KZdqxTKt-9478/s1600/agnosia.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="225" data-original-width="225" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjp2Z48E6P7IKaOB4v0r6NT01loLqn2E7owSHH7Q5rMAbDucV62ctDYZSeq1M3S0YbtgYuxDlwJ2DeORHTSbnzw_ubHgb5Qnb6Oji0Z_jkMH-tFi6vEb1ZtiRumB0YyIH2KZdqxTKt-9478/s320/agnosia.jpg" width="320" /></a></div>
Hace una punta de años, por allá, en aquella isla llena de ingleses, un Dr. P. – oftalmólogo- se encontró con una rara enfermedad. El paciente veía las cosas pero no podía acertar a definir qué eran. Miraba un objeto y lo describía:<i>“es una porción de cuero rectangular, con cinco apéndices irregulares de un lado”.</i> No bien se libraba el objeto al tacto, de inmediato reconocía <i>“¡es un guante!”,</i> y así con todos los objetos a los que encontraba igualmente ajenos e indefinibles, pero el tacto y la vista permanecían ajenos a ese conocimiento, la vista no se unía en la segunda experiencia. El Dr. P. llegó a la conclusión de que era una alteración mecánica de la conexión del aparato óptico con alguna otra parte del cerebro y la llamó: <i>“agnosia visual”.</i> No se podía conocer mirando, sólo se podía ver, perfectamente, y recién cuando el objeto se hacía sensible al tacto -que sí estaba conectado- se lo reconocía, pero seguía siendo aún indefinible para la vista. <br />
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La causa del corte en la conexión era un asunto ajeno a su ciencia, ¿quizá un virus, una bacteria, un susto, una gran emoción, un condicionamiento social…? Lo importante era descubrir esa conexión y ver si era sanable. Dado el avance de la neurociencia en aquel tiempo, era impensable hallar la falla, por lo que había que esperar un fantástico descubrimiento científico. <br />
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No sé cómo terminó aquella historia pero hay autores que han tomado esta anécdota para definir un mal que se está haciendo endémico, que es algo así como <i>“agnosia moral”. </i><br />
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De un tiempo a esta parte muchas buenas personas –y hasta muy buenas- aun viendo las conductas de quienes los rodean no alcanzan a emitir un juicio moral sobre sus actos (y no estoy hablando de personas con criterios inmorales, para nada). En seguimiento del Dr. P., con la observación del fenómeno sólo podemos afirmar que se trata de una especie de corte mecánico entre la facultad de la visión de los hechos y aquella parte del cerebro que produce un juicio moral, ya que, al igual que el caso médico, estos pacientes comienzan a reconocer el carácter moral de aquello que simplemente ven con indiferencia cuando llega el “tacto moral”; es decir -en este caso- cuando llega el dolor, cuando “duele”. <br />
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Así como en el caso de aquel paciente en que se nos hace inexplicable que, viendo y describiendo lo que veía no acertaba a definirlo, de la misma manera tenemos en nuestro derredor multiplicidad de enfermos de <i>“agnosia moral”</i> cuyos síntomas se nos hacen evidentes (y, aún peor, ocurre en alguna medida en nosotros mismos sin que, por supuesto, lo advirtamos; con lo que presumimos que puede ser contagioso). ¿Cuántas veces vemos padres y madres que ven las vidas y acciones de sus hijos de esta manera sin lograr hacer un juicio moral?: la nena se viste y bulle el anca como para infartar a un anacoreta; el nene juega con las muñecas y ambos -buenitos y cariñosos en casa- son impermeables a todo intento de autoridad. Sus padres lo ven, pero no aciertan a saber qué significa hasta que “tocan”, es decir, cuando “duele”; cuando a la nena la dejan con tres meses de preñez y los llama desde la clínica de abortos, o el nene les trae a casa un orco con el que se puso de novio. Recién allí los sorprende el cuadro - que no encuentra nexo causal con lo anteriormente visto- y dicen tomándose el rostro <i>“¡¡¡Ohhh!!! ¿¡Qué nos ha pasado!? ¡¿Qué hicimos para merecer esto?!”</i> <br />
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Además de los anestésicos que nos prodiga la ciencia, el dolor se reduce con el acostumbramiento. Por eso recurrimos a estos ejemplos extremos, ya que pocos años atrás era suficiente con mucho menos, el dolor surgía cuando la nena nos traía un novio ateo, o simplemente vago, o rematadamente imbécil. Pero con estos ejemplos hoy nos acusarían de exceso de sensibilidad y hasta de crueldad (me consta). <br />
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Los buenos católicos vieron ocurrir el Concilio Vaticano II con esta anomalía gnoseológica. Lo vieron pasar pero no alcanzaron a descifrar su significación. Al poco tiempo vieron a los Obispos que comenzaban a hablar como viejas de té canasta y los seminaristas como nenas de un team de porristas: “¡Achupé achupé! ¡Jesús volvé!”. La liturgia era para idiotas y por supuesto –no podía ser de otra manera- la celebraba un idiota o terminaba idiota por celebrarla (un famoso cura de estos pagos escribía un tratado sobre ella, descriptivo al detalle, sin notar cambios significativos con la anterior). Los sermones y la prédica eran completamente vacuos y babosos. Todo eso se veía, se podía describir como se describía aquel pedazo de cuero con cinco apéndices, pero no se alcanzaba a concebir una significación; los dejaba indiferentes y seguían concurriendo todos los domingos. De hecho todavía hay gentes buenas que lo ven, celebrada por un marica, un fantoche o un agnósico (a los que ven así), y no hacen el juicio. <br />
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Un día un tribunal cualquiera (podría ser la Corte de Filadelfia), les dice que tiene pruebas de que el Obispo no sólo era afeminado, sino que cada tanto se echaba una siesta con los seminaristas; que estos últimos llegaron a curas y se sirven a la cacerola a coreutas y monaguillos, y que, probablemente, si llevas tu nene a la iglesia dependa de su conformación hormonal el que pierda la fe o la virginidad. Que el Vaticano es un Club Gay y la “pastoral”, de estúpida se hizo obscena. Y entonces se agarran el rostro con las dos manos y dicen <i>“¡¡¡Ohhh!!! ¿¡Qué nos ha pasado!? ¡¿Qué hicimos para merecer esto?!”</i> pero, como en el otro caso ¡sin efectuar el nexo causal con lo anteriormente visto!, sólo con lo que tocan, con lo que “duele”. En este caso, Francisco duele, pero Benedicto XVI sólo se observa y se describe. <br />
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Nosotros - que sólo somos oftalmólogos - nos mantendremos en el nivel del diagnóstico del Dr P. (que al cabo era un científico, era inglés y descubrió el mal) y no vamos a endilgar culpas a nadie, sino que pacientemente proponemos a los especialistas el buscar esta ruptura neurológica – este crack- como inicio, y luego - si se puede - bucear las causas del “corte”: ¿quizá un virus, una bacteria, <b>un susto</b>, una gran emoción, <b>un condicionamiento social</b>…? <br />
<br />
El uso de las negritas (aunque implica una hipótesis) no es para concluir que son unos cobardes conformistas, sino simplemente que tienen cortado un cable. Tampoco vamos a recurrir a imágenes despectivas como la de cientos de avestruces con la cabecita en un hoyo y el plumoso traste al poniente. Veremos que esta perspectiva científica que proponemos nos hace más ecuánimes con nuestros parientes, vecinos y la curia en general, mientras esperamos que se descubra la cura. Son buena gente que ven al mundo cometer una serie de acciones de las que no alcanzan a entender su significación, simplemente los ven y esto no gatilla un juicio moral ni doctrinal hasta que llega la policía y sale la noticia en los diarios. <br />
<br />
No hay muchos trabajando en descubrir la etiología de la enfermedad y sólo se conocen sus adelantos en revistas científicas especializadas (y algunos conventos y seminarios escondidos) cuyas conclusiones no llegan a los mass media. Por ahora – en el público en general- cuando el dolor se siente y saltan las plumas, les llega la significación del hecho, pero sigue sin explicarse en sus nexos causales (poco ha, hubo un congreso de liturgia de excelentes personas que ven Vetus y Novus y no alcanzan a notar la significación de la reforma, necesitan que el cura eructe y diga “rajen, missa est”). <br />
<br />
De todas maneras no se preocupen, se siente cada vez menos, pues hay un ejército de laboratorios farmacológicos llenos de misericordia y milenarismos colaborando en la mitigación del sufrimiento, con pastillas y pomadas, hasta que ocurra un milagro (o se corte el nexo del tacto y la indolencia nos deje -¡por fin!– imposibilitados de toda significación).<br />
<br />Flavio Infantehttp://www.blogger.com/profile/07929147663390580956noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-965376188264120636.post-39558923701180470192018-11-12T19:37:00.002-08:002018-11-12T19:37:32.474-08:00LETRINA DE INTERNET<div style="text-align: right;">
<i>por<b> Juan Manuel de Prada</b></i></div>
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(fuente<b> <u><a href="https://www.xlsemanal.com/firmas/20181029/letrina-del-resentimiento-juan-manuel-de-prada.html">aquí</a></u></b>)</div>
<br />En su ensayo sobre Tiberio, Gregorio Marañón señala que, siendo muy parecido al odio y a la envidia, el resentimiento es mucho más nocivo para quienes lo padecen. Pues el odio o la envidia, aunque son pasiones igualmente nefastas, tienen una proyección estrictamente individual (se odia o envidia a una persona en particular) y, por lo tanto, invaden tan sólo una parte del alma (y, si desaparece el motivo del odio o la envidia, el alma puede restablecerse). En cambio, el resentimiento es una pasión más nebulosa o impersonal, que se dirige con frecuencia contra el mundo entero; pues el resentido no se considera agraviado por tal o cual persona en concreto, sino por una confabulación de circunstancias que convergieron en su fracaso. Y, así, el resentimiento gangrena el alma por completo, teniendo una curación más ardua y dolorosa. Marañón no niega que un resentido pueda liberarse de la pasión que lo destruye, pero reconoce que tal curación exige un empeño de perfeccionamiento moral mucho mayor que cualquier otra pasión perniciosa.<br /><br />Uno de los recursos más habituales del resentido –nos explica Marañón– es la redacción de anónimos. «Un anonimista infatigable que pudo ser descubierto, hombre inteligente y muy resentido, declaró ante el juez que al escribir cada anónimo ‘se le quitaba un peso de encima’», escribe. Naturalmente, la percepción de este ‘anonimista’ era errónea; pues la escritura de anónimos alimenta siempre el resentimiento, que como la adicción a las drogas necesita de constantes rendiciones que el drogadicto experimenta eufóricamente como si fuesen alivios… que no hacen sino derrotarlo más. Siempre ha sido hábito del resentido –«calumnia, que algo queda»– recurrir a los anónimos injuriantes, que le brindan un momentáneo desahogo a la vez que gangrenan cada vez más su alma. Y siempre ha sido hábito de las sociedades saludables perseguir y combatir los anónimos, que no hacen sino envilecer el ambiente espiritual de la época. Así ocurrió, al menos, hasta la nuestra, en la que los anónimos han encontrado no sólo protección y estímulo, sino también legitimación, a través de la tecnología.<div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiowGB60NtCWo62jzXiYYR2IWRvM0ZB48yjjAgvxQe7GibyEcYtqzuXmiaTRU1oLilP-R2WouQG7CoVba_BQJdGwVQh5O-hslJiefMqNmRUmwKf8fGwFDpvuZOyzq2if_Iy-9dmb7f1EF9A/s1600/web_106084_14092.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="206" data-original-width="304" height="216" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiowGB60NtCWo62jzXiYYR2IWRvM0ZB48yjjAgvxQe7GibyEcYtqzuXmiaTRU1oLilP-R2WouQG7CoVba_BQJdGwVQh5O-hslJiefMqNmRUmwKf8fGwFDpvuZOyzq2if_Iy-9dmb7f1EF9A/s320/web_106084_14092.jpg" width="320" /></a></div>
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¿Qué son, sino resentidos, esos trolls que infestan las redes sociales, los foros de discusión virtuales, los comentarios de las noticias publicadas por los medios digitales? Se amparan en el anonimato para disparar insidias, ofensas y zafiedades, dicen que con una intención «provocadora»; pero a todos los guía el resentimiento más aciago, a veces expuesto desnudamente a través del exabrupto, a veces disfrazado con los andrajos de un patético gracejo (que, sin embargo, otros trolls celebran como si fuese un rasgo de ingenio). Millones de cuentas en las redes sociales están dedicadas a la difusión de anónimos biliosos que, a su vez, otros resentidos difunden, en una marea de orgullosa y solidaria satisfacción. Y no hay más que asomarse a los comentarios que ilustran, a modo de gargajos, cualquier noticia o crónica periodística publicada en un diario digital para enfrentarse a un hormiguero de inmundicia rencorosa. Sabemos que interné es una letrina de resentimiento, pero hemos llegado a aceptarlo como si tal cosa. Nadie se detiene a considerar que todo ese vómito de bazofias dictadas desde la oscuridad del anonimato está delatando una grave enfermedad social de muy difícil cura. Más bien parece aceptarse que esta forma de envilecimiento colectivo fuese inevitable, incluso… conveniente.</div>
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<br />A veces, conversando con personas habituadas a desenvolverse en estos ámbitos de inmundicia, he llegado a la conclusión de que conviene a nuestra época una letrina donde los perversos, los fracasados y los descontentos puedan desahogarse. Conviene que una multitud creciente de personas con conciencia de agravio (a veces fundamentada, a veces imaginaria) tenga a su disposición un desaguadero que disminuya su peligrosidad. <b>Conviene, en fin, que interné sea una jaula de monos agitados que gritan hasta quedarse afónicos, ensordecidos por el tumulto ambiental.</b> Pero esta solución, amén de ingenua, nos parece repugnantemente cínica. Pues el resentimiento nunca se ‘desahoga’, sino que queda preso al fondo de la conciencia, donde incuba y fermenta, infiltrando todo nuestro ser; y acaba siendo el motor de nuestras acciones, hasta convertirnos en alimañas. Que es lo que terminará ocurriendo, si no reaccionamos: construiremos una disociedad sin lealtad ni amor, un enjambre de alimañas heridas, prestas a lanzar su dentellada. Pero quizá esto también convenga a quienes permiten que interné sea una letrina del resentimiento.<div>
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[Nota del blog: estas consideraciones del autor, aplicables a cualquier ámbito, ¡cuánto más tendrían que ser consideradas por aquellos católicos que olvidan a menudo lo que el Señor advirtió respecto del quinto mandamiento y sus exigencias conexas:<i> quienquiera que tome ojeriza con su hermano, merecerá que el juez le condene. Y el que le insulte, merecerá que le condene el concilio. Mas quien lo ofenda gravemente, será reo del fuego del infierno</i> (Mt 5, 22)! El troll católico es una auténtica contradicción en los términos, ya que supone una demente confianza en los medios técnicos usados para injuriar a otros sin riesgo de ser descubierto -como si Dios no observara todo cuanto hacemos, incluso a fuer de anónimos. Supone la idolatría de la fuerza o de su símil, tal como ésta logra encarnar en sujetos impotentes estimulados por el magnetismo de una pantalla. Combatir el modernismo y sucumbir a un tiempo a esta modernísima patología (que hunde al psiquismo en el abismo de la manía y de la psicosis, y que puede comprometer la salud del entero organismo sobrenatural del sujeto) equivale a vivir en la dualidad y la mentira. Un buen director espiritual debiera sencillamente prohibirle el uso de la internete a su dirigido que incurre en estos desórdenes; para su desgracia, es harto probable que el troll no cuente con el auxilio de un director ni lo busque, ya que la internete suele ser para él su consejero y aun su sacramento <i>super omnes.]</i> </div>
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Flavio Infantehttp://www.blogger.com/profile/07929147663390580956noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-965376188264120636.post-28281292882150206332018-11-08T09:56:00.000-08:002018-11-08T09:56:35.079-08:00ESI: EMBESTIDA SATÁNICA A LA INFANCIAEn este auténtico infierno en la tierra en que devino la modernidad declinante, la presencia de una contra-jerarquía que opera sin pausa resulta reconocible sin demasiado esfuerzo. Allí están, en el pináculo de este templo luciferino de dimensiones orbitales, los siempre poco numerosos vicarios del Príncipe-de-este-mundo, grandes prestamistas doblados en sectarios del ocultismo y otras abominaciones, cuyos designios ejecutan, de acuerdo con una prudente planificación de calendario, los ubicuos reptiles que ocupan los cargos públicos sin distinción de partidos. Cooperando con éstos, en una subalternidad que no por ruin les quita la crapulosa jactancia, dicen ¡presente! los periodistas y aun los docentes, convocados desde las entrañas terrestres a la instauración de un magma semihumano sobre la superficie azorada del globo. Montón candente que, para simplificar, y aunque pudiera motejarse también como <i>lumbricario,</i> llamaremos con el habitual nombre de «república», porque le sienta bien. Tomamos la acepción que Anzoátegui le da al término cuando dice que<br />
<i><br /></i>
<i>si pública es la mujer</i><br />
<i>que por puta es conocida, </i><br />
<i>República debe ser</i><br />
<i>la mujer más corrompida</i><br />
<i><br /></i>y tanto, que<i> </i>ahora la república que los parió avanza hacia la definitiva corrupción de los menores, en elocuente afán de aplicar el hacha a los renuevos. [A propósito: la Gran Ramera del Apocalipsis no habrá de ser, a punto fijo, una monarquía -y menos de cuño tradicional, que ya no las hay. La mundanización de la Iglesia, su peligrosa asimilación, a grandes tragos, de las más odiosas máximas modernas, puede advertirse en esos términos de reciente aparición que vienen a sugerir todo un inusitado programa de gobierno eclesiástico -tales "colegialidad", "sinodalidad"-, alineado en pedisecua conformidad con la tiranía del número. Quebrantado el principio de unidad, la Iglesia se jacta, como el mundo, de su propia decapitación, sugiriendo el principio falaz del poder ampliamente repartido, en una tensión hacia la horizontal pura que ya no sabe del «poder concedido de lo Alto». Si el mundo se atreve a conculcar los principios más elementales de orden natural, tales como el derecho de los padres a la educación de su prole, no es sino porque la Iglesia -o su simiesca refundición sectaria- se ha dedicado a jugar al parlamentarismo, al punto de cuestionarle a Dios la vigencia de Su ley. A decir verdad, hoy Iglesia -o su alias- y «mundo» son la misma cosa. Por eso la nueva «república» clerical ha hecho suficientes méritos para ser identificada con la Babilonia esjatológica.]<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvhKtWLU8UmmxDDY5mKNV5nb1F48EpiNYunhvdsABtCdDRc7tNPWxvn9z4lGmxhe46Xv7z6LhYHdMuVCmtt4y90ASZ2XTj-rH-Yw2gclD-BMJm2zuXQRzy2SAWbfjOrgv7FjXEAdJZglkh/s1600/DklyLU1VsAAi8_0.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1200" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvhKtWLU8UmmxDDY5mKNV5nb1F48EpiNYunhvdsABtCdDRc7tNPWxvn9z4lGmxhe46Xv7z6LhYHdMuVCmtt4y90ASZ2XTj-rH-Yw2gclD-BMJm2zuXQRzy2SAWbfjOrgv7FjXEAdJZglkh/s400/DklyLU1VsAAi8_0.jpg" width="400" /></a></div>
Pero volvamos: en la Argentina, donde quizás obran ya los últimos anticuerpos contra la impuesta degeneración social, se vienen dando reclamos más o menos masivos contra aquel programa de «Educación Sexual Integral» (ESI) que se pretende imponer en las escuelas, tal como se lo hizo en una multitud de países a cambio de ayuda económica -actualizando, para definitivo quebranto de los mismos, el combo letal <i>endeudamiento más depravación, </i>peor que muchos sucesivos bombardeos atómicos. La resistencia a estos avances entre nosotros, como era de esperar, deja muchísimo que desear, con no poco de previsible timoratez y de adopción de las premisas del enemigo. La elocuencia del absurdo, otra vez, les cupo a los obispos, cuyo contraataque a la ley consistió nada menos que en reclamar para las escuelas la aplicación de una "educación sexual integral", calcando letra por letra la nomenclatura en vigor, aunque pretendiendo significar con ello algo quizás más suave que la porquería aludida por los ideólogos. Ni hablar del olvido en que tienen los prelados al Magisterio, donde la <i>Divini Illius Magistri </i>de Pío XI advierte que<br />
<blockquote class="tr_bq">
está muy difundido actualmente el error de quienes, con una peligrosa pretensión e indecorosa terminología, fomentan la llamada <i>educación sexual,</i> pensando falsamente que podrán inmunizar a los jóvenes contra los peligros de la carne con medios puramente naturales y sin ayuda religiosa alguna; acudiendo para ello a una temeraria, indiscriminada e incluso pública iniciación e instrucción preventiva en materia sexual, y, lo que es peor todavía, exponiéndolos prematuramente a las ocasiones,</blockquote>
lo cual resulta del afán de dar a conocer, bajo aséptica capa de "ciencia", todo lo que se oculta bajo el taparrabos, su funcionamiento y virtualidades -incluidas aquellas que vulneran a la naturaleza-, olvidando que<br />
<blockquote class="tr_bq">
en la juventud, más que en otra edad cualquiera, los pecados contra la castidad son efecto no tanto de la ignorancia intelectual cuanto de la debilidad de una voluntad expuesta a las ocasiones y no sostenida por los medios de la gracia divina.</blockquote>
Bien señala la recensión de <a href="http://catapulta.com.ar/?p=6499">Catapulta</a> que «en el documento de los funcionarios [N: se refiere a los panchamplas] no se menciona para nada a la virtud de la castidad». De lo que se trata es de hablarle al mundo en su propio idioma, lo que constituye el medio más eficaz para sofocar toda posible reacción. Los obispos han corrido nuevamente a cumplir su cometido, el que les dicta el moderno esquema de sumisión del poder espiritual al temporal, que los admite con sus mitras y su cada vez más desleído ceremonial como pintorescos animadores de la democracia.<br />
<br />
Si la réplica a esta degeneración inducida desde los despachos del más puro envilecimiento tuvo algún acierto, éste fue el de la elección de la proclama.<i> </i>«Con mis hijos no te metas» propone una resistencia tan efectiva como visceral, y señala sin rodeos el<i> punctum dolens</i> de la cuestión. A la vez que obligó al enemigo a desenmascararse, <a href="https://www.lacapital.com.ar/educacion/el-pleno-derecho-la-educacion-sexual-integral-n1697631.html">como lo hizo recientemente una de esas harpías a las que nuestros dementes tiempos conceden la gracia de votar leyes para toda una provincia</a>. «<i>Con mis hijos no te metas</i> es una consigna medieval, absolutamente superada, es de cuando se planteaba que los hijos eran de los padres y podían castigarlos, hasta matarlos», dice la embaucadora profesional rentada por el fisco, asociando maliciosamente el legítimo castigo con la muerte, a los fines de cuestionar la potestad de los padres sobre sus hijos. Lo que es para ilustrar el infecto contubernio entre política y periodismo a que aludíamos más arriba, la plumífera encargada de la nota correrá a ensayar el tambaleante coro a los sofismas de la diputada, aludiendo al «sentido de propiedad que estas miradas [<i>sic,</i> las de los padres] tienen sobre las infancias [<i>sic, </i>por "los niños"], desconociéndolas como sujetos de derechos». No sorprende el recurso a esta neolengua <i>ad usum stulti </i>para decorar estas intentonas: la escalada de la perversión requiere el lenitivo moral de una musiquita accesible a la cretinada semiculta.<br />
<br />
Habría que empezar diciéndole a la infeliz que la tacha de "medieval" es honrosa para quienes resistimos esta marea de estiércol, y que no es que nos haga mella la obtusidad de su historicismo, con sus mitos acerca de lo "superado" y otras banalidades. Pero lo más destacable es que su argumento exige como válida la proclama contraria a la que cuestiona: <i>metete con mis hijos cuanto quieras, te los entrego en sacrificio.</i> Ellos mismos lo afirman, lo repiten: se debe suprimir la patria potestad en favor de la propiedad estatal de los párvulos. Y el Estado puede reclamar la inmolación de toda una generación sin que nada deba negársele a su sangrienta avidez.<br />
<br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJPXENtw0W1PyOeCbIhcTL9ProhTvS2_1HQSmr9g7GhXR9BNUUsZeha9l_AUuuuAlA8_YO4o43dy93_IqHJU6feVL3nL6Vjy_dmKAJlLz4RDZbHN1Eg8nlFxtGpdyD-z5QCwGetrPT34LG/s1600/diversidad.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="194" data-original-width="259" height="239" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJPXENtw0W1PyOeCbIhcTL9ProhTvS2_1HQSmr9g7GhXR9BNUUsZeha9l_AUuuuAlA8_YO4o43dy93_IqHJU6feVL3nL6Vjy_dmKAJlLz4RDZbHN1Eg8nlFxtGpdyD-z5QCwGetrPT34LG/s320/diversidad.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">"Diversidad": el salvoconducto de los pasteurizados en masa<br />para desconocer la miseria de su condición</td></tr>
</tbody></table>
Ciertamente el comunismo platónico y las consejas de Campanella, a través del expediente utópico de anteponer el Estado a los padres en la educación de los niños, con todos sus errores y sus traspiés a cuestas, miraban a la formación de éstos en las virtudes cívicas, que no a la abolición compulsiva de su inocencia. Ni entendían al Estado como garante y socio de la monstruosa industria del hedonismo y la despersonalización. Estos otros malditos, para que los que se salvaron del aborto de sus cuerpos no se libren del aborto de sus almas, pretenden forzar a la totalidad de la población a suscribir la autodestrucción de sus conciencias, encubriendo el fomento masivo de la perversión venérea bajo el consagrado eufemismo de "diversidad". Y no tienen reparo en invocar como patrono de sus hazañas -así lo han hecho expresamente en manuales de ESI impuestos en otras latitudes del mundo- a insignes pedófilos como Alfred Kinsey, "científico" que, para obtener constatación empírica de sus tesis sobre sexualidad infantil, logró permiso para acarrear durante un par de décadas a más de dos mil niños de los orfanatos a las cárceles para que fueran allí abusados por los reos a los fines de llevar una estadística de las reacciones de las víctimas, prolijamente consignadas en tablas comparativas. Sus conclusiones han venido a coincidir con las premisas de los programas de ESI: que los niños deben ser libres para decidir en qué tipo de actividad sexual involucrarse, sin restricciones de parte de nadie, ni siquiera de sus padres.<br />
<br />
Dios se los pague como Él solo sabe.<br />
<br />Flavio Infantehttp://www.blogger.com/profile/07929147663390580956noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-965376188264120636.post-3347233313879661292018-11-01T19:37:00.002-07:002018-11-01T19:37:50.768-07:00ELOGIO DE LA CIGÜEÑA<div style="text-align: right;">
<i>por<b> Antonio Caponnetto </b></i></div>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkgP08OpgNh9lheZYpGw6HcvoFWUpdSoLMfcDe1DniQwINN5FoGdQXcYhOoOgc8xmSFxA9PZ1oGU1P1mpMj2tvPEHkajKwLjfnfqGcrLdeMFPBTE3rwP3rzqFHZTTCRhIaRaVLW1VlONqc/s1600/cig%25C3%25BCe%25C3%25B1a.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="290" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkgP08OpgNh9lheZYpGw6HcvoFWUpdSoLMfcDe1DniQwINN5FoGdQXcYhOoOgc8xmSFxA9PZ1oGU1P1mpMj2tvPEHkajKwLjfnfqGcrLdeMFPBTE3rwP3rzqFHZTTCRhIaRaVLW1VlONqc/s640/cig%25C3%25BCe%25C3%25B1a.jpg" width="181" /></a></div>
<div style="text-align: center;">
<i>“¡Alta va la cigüeña, niños... Tan alta ya, se borra en el azul. Un premio al que antes la descubra!"</i> </div>
<div style="text-align: center;">
Gerardo Diego </div>
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No parecen atemorizarse ante presencias humanas, pero algo les otorga una armónica alianza de confianza y prevención. Porque conviven con nosotros, es cierto; pero se instalan a la vez en chimeneas, campanarios o cúpulas; recodos todos visibles pero de difícil acceso a las humanas artrosis. </div>
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<br />Desde lo alto otean, vigilan, contemplan. Descubren. </div>
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<br /> Se sabe que son monógamas y fidelísimos tanto el macho como la hembra y por ende familieros; que migran con sus crías en búsqueda de climas siempre benignos; y que regresan a los sucesivos pagos cuando en estos reaparece el sol, venciendo la frigidez del invierno. </div>
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<br /> Aceptan conformarse con un nido austero y sólido, mientras tenga vista al cielo rampante; en lo posible sin cableados, aunque a ellas tal vez les parezcan pentagramas. </div>
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<br /> Las jóvenes cuidan de las viejas, sobre todo, porque parece inexorable que les sobrevenga la ceguera. Y hasta una ley de la antigua Hélade –la <i>pelárgica,</i> porque pelargos significa cigüeña- instaba a los retoños a tutelar a sus progenitores en la ancianidad y en la decrepitud, a emulación de los zancudos. </div>
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<br /> Nosotros lo sabemos pues se lo escuchamos cantar a Martín Fierro: </div>
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<br /><blockquote class="tr_bq">
<i>"La cigüeña cuando es vieja,</i><i> pierde la vista, y procuran,<br /> </i><i> cuidarla en edad madura,<br /> </i><i> todas sus hijas pequeñas.</i><i> Aprendan de la cigüeña,<br /> </i><i> este ejemplo de ternura." </i></blockquote>
</div>
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<br /> Recíprocamente, los padres, tutelan a sus vástagos hasta bien crecidos en edad. No concebían el abandono de los que estaban unidos por la misma sangre. Quizá por eso los viejos romanos tomaban a las <i>ciconias</i> como símbolo de fertilidad, y esperaban su retorno para plantar la vid. Que es como esperar al alba para entonar antiguas laudes. </div>
<div>
<br />El profeta Jeremías reprochó la incomparecencia y la ignorancia del pueblo del Señor, comparando a sus miembros ingratos con la lealtad de la cigüeña “que bien conoce sus tiempos señalados” (Jeremías 8,7). </div>
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<br /> Si anidaban en la proximidad de una casa, la casa se volvía fecunda como un vergel tras una lluvia copiosa. Aves de buenos agüeros: así pasó a la historia, tras integrar la leyenda. Los niños nacían cuando ellas tornaban tras sus migraciones; o acaso dejaban el exilio para que las madres alumbraran. Mitologías, claro. Aunque unánimes relatos procesionan por innúmeras culturas. </div>
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<br /> Esopo las convirtió en protagonistas benévolas de algunas de sus fábulas. Y en los bestiarios medievales se las representaba con nobleza, aplastando una serpiente. Algunos escudos la incorporaron orgullosamente a las categorías heráldicas. Hasta el férreo Odón, obispo de Túsculo, alguna vez, según se cuenta, instó a considerarlas buenas compañías. </div>
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<br /> Nadie empardó el encomio de Alejandro de Mindo –mitad zoólogo, mitad adivino de la helenidad remota- según el cual, cuando las cigüeñas llegan a la senectud, pasan a las misteriosas Islas del Océano, en las cuales –como premio a sus virtudes- se convierten en “hombres piadosos y justos porque en ninguna otra parte bajo el sol, podría subsistir tal raza". Claudio Eliano –retórico descollante bajo Septimio Severo- que trae la cita en su tratado <i>Sobre la naturaleza de los animales,</i> jura que es cierto. Y no andamos de humor para discutirle. </div>
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<br /> Pero hubo que esperar al siglo XIX para que el danés Hans Cristian Andersen le atribuyera a la ya insigne zancuda la nobilísima misión de traer los hijos al mundo. Está en su cuento <i>Las Cigüeñas </i>–de a ratos macabro, como la mayoría de los suyos- pero que en un pasaje pone en boca de la gran zanquilarga madre esta promesa: “Sé donde se halla el estanque en que yacen todos los niños chiquitines, hasta que las cigüeñas vamos a buscarlos para llevarlos a los padres. Los lindos pequeñuelos duermen allí, soñando cosas tan bellas como nunca mas volverán a soñarlas. Todos los padres suspiran por tener uno de ellos, y todos los niños desean un hermanito o una hermanita. Pues bien, volaremos al estanque y traeremos uno para cada uno de los chiquillos que se portaron bien”.</div>
<div>
<br />Una pintura de Carl Spitzweg no desmiente a Andersen; y otra posterior de Józef Chelmonski, dá ganas de sumarse al dúo de campesinos o labriegos, para verlas sobrevolar el horizonte en blancas bandadas. </div>
<div>
<br /> A esta altura del encomio, que detenemos por mesura más no por falta de motivos, se preguntarán algunos a qué viene esta ponderación súbita e impensada del cósmico cigüeñal. </div>
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<br /> Es que ante la afrentosa degeneración de niños y jóvenes, programada y ejecutada por la ESI como abyecta política de Estado. Pero también ante el maloliente espectáculo de los padres sinodales jugando al pansexualismo freudiano con los jóvenes, a instancias de Bergoglio. Pero también asimismo ante la espantosa confusión de tantos bienpensantes, que aceptan la educación sexual, como si ella no fuera ya esa “peligrosa pretensión e indecorosa terminología”, que denunciara Pío XI. Pero también igualmente ante el engendro de tres Comisiones Episcopales, que en su Declaración del pasado 26 de octubre manifiestan aceptar “la perspectiva de género como categoría útil de análisis cultural”, llegando a honduras especulativas jamás vistas como cuando concluyen que “no es el color del vestido el que los hace mujer o varón” a los niños. Pero también, y por último,ante la estulticia de tantos catolicones, que hasta ayer nomás prendían velas a Jansenio y ahora se vanaglorian de que sus hijos, ya en salita de dos, saben el nombre técnico de los genitales y de las cópulas humanas.</div>
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<br />Ante todo esto y tanto más,me digo si no ha llegado la hora de preferir a este logos cochambroso e infame, el maravilloso mito de la cigüeña portadora de chicos a cada casa, a cada esposa encinta, a cada varón conceptivo y fértil. </div>
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<br />Y caminar barrios, jardines o plazas, diciéndoles a los pequeños junto a sus madres grávidas que un ser alado les dejará muy pronto en el umbral, sobre un cestillo aloque o zarco, el hermano que tanto anhelan, para compartir travesuras y travesías. </div>
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<br /> Si no ha llegado el tiempo de recuperar candores, misterios, inocencias, purezas: la doncellez fundante. Si acaso no es preferible imaginar aves con picos de cuna que conocer el oficio de los obstetras. Si no debemos ofrecerle a la infancia las palabras luna, carillón, crepúsculo y nacimiento, antes que estrógeno, progesterona o misoprostol. Si no debemos entender de una vez que “tan sólo en Cristo se puede educar el cuerpo para el alma, y el alma para Dios y para el prójimo”. </div>
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<br />Ya estamos escuchando a los orcos racionalistas gruñir sobre los derechos de la ciencia biológica y los no menos derechos de los educandos a escudriñar sus aparatos reproductores desde el momento de la lactancia. Son los que menos nos preocupan, y hasta nos place irritarlos con este panegírico anacrónico de las afables cigoñinas. </div>
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<br />Lo que peor nos ponen son esos cristianos negociadores, contemporizadores, protestones del mal absoluto, que por grotesco y sucio no pueden sino advertir; pero propagandistas de otras tantas confusiones que propalan con aire docto y piadoso.</div>
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<br />Sería bueno que entendieran que este problema sólo admite una solución: la educación de las virtudes; y específicamente, las de la castidad, la virginidad, el pudor y la templanza. El ámbito propicio para ello fue siempre la morada, la casa solariega. Sólo por extensión el aula, en tanto ella sea ese <i>thíasos</i> del que hablan los textos platónicos: una cierta comunidad sacral, litúrgica, cuasi monástica en su estilo. </div>
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<br />La solución, lo reiteramos, está en la familia. Donde los hijos sanos ven a sus padres compartir el lecho presidido por el crucifijo; e intuyen primero y saben después que allí, y no en camastros villanos, se aman sacramentalmente en cuerpo y alma. Detalles y minucias tienen su tiempo de llegada. Pero antes debe llegar el ejemplo del tálamo esponsalicio. </div>
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<br />Si la escuela quiere heredar este legado y enseñar al respecto lo que cuadre, primero deberá ser garantía de que se comportará como delegada de la misión paterna. </div>
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<br />Entretanto que vuelen las cigüeñas. Que si vienen de Paris, despeguen del rosetón de Notre Dame; si de la Madre Patria, de Cáceres, si del solar criollo, de algún peñasco de los Andes. Que cada hombre recuerde al niño crédulo que fue traído por ella. Y cada niño sepa que crecerá añorándolas, como añoran los arenales la mojadura del mar.</div>
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<br />Le cedemos al final, como al principio, la palabra sonora y bella a don Gerardo Diego: </div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: left;">
<br /><div style="text-align: center;">
<i>“Cigüeña, vieja amiga de las ruinas, la del pico de tabla y el vuelo campeador. </i></div>
<i><div style="text-align: center;">
<i>Cigüeña que custodias las glorias numantinas. Cigüeña de las peñas de Calatañazor. </i></div>
</i><i><div style="text-align: center;">
<i>Yo soñaba contigo...Tú eras entonces milagrosa y buena, </i></div>
</i><i><div style="text-align: center;">
<i>hada madrina de los campanarios. </i></div>
</i><i><div style="text-align: center;">
<i>Cuando la nube amaga y la tormenta truena guardabas del pedrisco los tesoros agrarios. </i></div>
</i><i><div style="text-align: center;">
<i>y así siempre te busco cuando voy de camino y detengo mi ruta para verte volar, </i></div>
</i><i><div style="text-align: center;">
<i>y te envidio, cigüeña, tu bifronte destino, tus inquietudes nómadas,</i> <i style="text-align: left;"><div style="display: inline !important; text-align: center;">
<i>tu constancia de hogar”.</i></div>
</i></div>
</i></blockquote>
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<br /></div>
Flavio Infantehttp://www.blogger.com/profile/07929147663390580956noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-965376188264120636.post-40915452162360238442018-10-30T13:05:00.002-07:002018-10-30T13:09:54.036-07:00LA "DUALIDAD" DE NEWMAN, O LOS COMIENZOS DEL "REINO DIVIDIDO" (parte 2)<br />
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<i>por <b>Dardo Juan Calderón</b></i></div>
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<br /></div>
EL ARGUMENTO DE JUSTIFICACIÓN<br />
<br />
En Newman la conciencia no es como un triste contable de culpas. Él la sitúa en la creación: cuando Dios se hizo creador, puso la Ley de su Ser -que es Él mismo- en sus criaturas. La conciencia hace presente la verdad y es liberadora, es la mensajera de Dios. <i>“Los católicos no somos esclavos, ni siquiera del Papa”,</i> afirma Newman. Pero para Newman, ese carácter tan positivo no implica que debamos despreciar la voz del Papa, aunque destaca <i>“la obediencia debida a la voz divina que habla en nosotros” </i>en primer lugar. <br />
<br />
<i> “¿Sería un traidor un católico inglés en caso de un dilema entre seguir al Papa o a su conciencia?”, </i>pregunta equiparando conciencia a país, y si bien nos fijamos, esta equiparación es bien del gusto liberal, supone un país que es una sumatoria de conciencias individuales. Y pone el ejemplo de los diputados católicos ingleses que se conjuraron para no admitir un rey de dinastía católica de otro país (a los que el Papa Pio IX les ordenó romper el juramento). <br />
<br />
Aquella gran confianza en la bondad de Dios le llevó a la sorprendente conclusión, que tanto llamó la atención a la opinión pública inglesa, de que el católico ha de seguir a la conciencia antes que al Papa, y con ello eludió el intento masón de borrarlos del mapa. Un héroe en toda la línea, un héroe de una guerra real con consecuencias concretas y evaluables, un héroe cuya arma había sido la literatura y en eso podría haber quedado. <br />
<br />
Pero excediendo la coyuntura, el actual Catecismo de la Iglesia Católica, para definir la conciencia utiliza y cita esta Carta al Duque de Norfolk: <i>“La conciencia es la mensajera… La conciencia es el primero de todos los vicarios de Cristo”</i> (C.I.C. 1778). ¿Ante quién debía enfrentarse esta conciencia vicaria? ¿Ante el mismo Vicario? ¿Lo planteaban los propios Vicarios? <br />
<br />
La cuestión es que tres años después de esta controversia, en 1879, el Padre Newman fue nombrado Cardenal por el Papa León XIII, era el indicado para la política de Ralliement en Inglaterra dado este acierto político que tuvo, siendo además, un hombre de confianza en Roma.<br />
<br />
Pero Newman había salido de una encrucijada política salvando la cabeza –las propiedades y la posición- de los suyos, y había hecho literatura polémica, cuando el alemán hacía con ello neoteología. <br />
<br />
Hay que tener en cuenta –como dijimos- que era inconcebible para un inglés –católico o no- enfrentar el “orden establecido”, y había que darles una salida. <i>“El hombre de estirpe, con la revolución, únicamente arriesga su cabeza. El pequeño burgués lo perdería todo, él depende por entero del orden establecido, Orden Establecido que ama como a sí mismo, pues es su establecimiento” </i>(Otra vez Bernanos, ¿se entiende por qué se vota a Macri?) <br />
<br />
¿Daba pie Newman para esta pirueta? Miremos esta hermosa frase: <i>“Siento a aquel Dios dentro de mi corazón. Me siento en su presencia. Él me dice: haz esto, no hagas aquello. Podéis decirme que esta prescripción es solo una ley de mi naturaleza, como lo son el alegrarse o el entristecerse. No logro entenderlo. No, es el eco de una persona que me habla. Nada me convencerá de que <b>al final </b>no provenga de una persona externa a mí. Ella lleva consigo la prueba de su origen divino. Mi <b>naturaleza</b> experimenta hacia eso un <b>sentimiento </b>como hacia una persona. Cuando le obedezco me siento satisfecho, cuando desobedezco me siento afligido, como lo que siento cuando vuelvo contento u ofendo a un amigo venerado[ …] El eco implica una voz, la voz remite a una persona que habla. A esa persona que habla, yo la amo y la temo”</i> [negritas mías]. La voz está dentro de mí, pero es externa; es mi persona, pero es otra persona; unos entenderán que dice expresamente que no viene de Roma, que es anterior a ella, pero luego vendrán frases más ortodoxas que pondrán, en una especie de exabruptos literarios, las cosas en el cauce tradicional y magisterial. <br />
<br />
Comentando esta frase, junto a aquella otra del Cardenal sobre que no le dejaban tranquilo las “pruebas” de la existencia de Dios del duro tomismo, prefiriendo su propia prueba en la <i>“experiencia de la conciencia”,</i> dice un autor: <i>“Este pasaje muy denso resume todo el recorrido de la afirmación –a partir de la conciencia de sí mismo y del sentido moral- del <b>Dios personal </b>y no de una mera ley o “something” de manera que podemos sintetizar toda la fenomenología realista de Newman así: cogito ergo sum e coscientiam habeo, ergo Deus est”</i>.(Rober Cheaib, <i>Itinerarium cordis in Deum.</i> Prospettive pre-logiche e meta-logiche per una mistagogia verso la fede alla luce di V. E. Frankl, M. Blondel e J. H. Newman, Editorial Cittadella, Asís 2012.). Y nadie podrá decirme que el buen Rober está traicionando al autor. <br />
<br />
Un señor Crosby escribe un largo ensayo para demostrar que el personalismo nace en Newman, Maritain luego lo expresa en toda su dimensión y Wojtyla lo hace doctrina magistral (este estaba en la URSS, equiparable a la Inglaterra masona, aunque algunos no noten el parecido por la diferencia de los modales rusos con los ingleses). Benedicto XVI, con un poco más de conciencia del cambio teológico y no solamente político, pretende salvar la pura subjetividad: <i>“La concepción que Newman tiene de la conciencia es diametralmente opuesta </i>(al puro subjetivismo).<i> Para él “conciencia” significa la capacidad de verdad del hombre: la capacidad de reconocer en los ámbitos decisivos de su existencia —religión y moral— una verdad, “la” verdad. La conciencia, la capacidad del hombre para reconocer la verdad, le impone al mismo tiempo el deber de encaminarse hacia la verdad, de buscarla y de someterse a ella <b>allí donde la encuentre.</b> Conciencia es capacidad de verdad y obediencia en relación con la verdad, que se muestra al hombre que busca con corazón abierto. El camino de las conversiones de Newman es un camino de la conciencia, no un camino de la subjetividad que se afirma, sino, por el contrario, de la obediencia a la verdad que paso a paso se le abría». </i>¿Se le abría? ¿En dónde? ¿En la Iglesia y su Magisterio? ¿O dentro suyo? ¿O dónde diantres? Y caemos en el círculo vicioso de la inmanencia que quiere escapar de sí misma y se muerde la cola, típico del alemán y de los teólogos protestantes.<br />
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<br /></div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVmN7WfzRiBxTQ0-Lvv9MRuTzfIM3T6E8gbmt_teV7XnPsoB9D9R7kLeL9oMJngCdKz3UgrHD1jlfrjDZGtRyk-yqEP2Dq1SIVXi-jQrQ0ZrbiJim1vUo5E3HODO7V7JHrc_M5xOdKJrS_/s1600/new6.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1263" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVmN7WfzRiBxTQ0-Lvv9MRuTzfIM3T6E8gbmt_teV7XnPsoB9D9R7kLeL9oMJngCdKz3UgrHD1jlfrjDZGtRyk-yqEP2Dq1SIVXi-jQrQ0ZrbiJim1vUo5E3HODO7V7JHrc_M5xOdKJrS_/s400/new6.jpg" width="315" /></a></div>
Un siglo después de la controversia, esta obra de Newman seguía siendo de interés, pero no ya por un problema político en Inglaterra sino por un problema teológico en la Iglesia, que no quería entenderse tal cual se la venía entendiendo hasta ese momento. Un cardenal alemán dio una conferencia acerca de “Newman y la conciencia” en Dallas en 1978. El apellido del cardenal era Ratzinger. La Providencia había decidido que tendrían ambos cardenales una cita en esa ciudad de Birmingham. No sólo eso, la Providencia había decidido que el alemán iría en representación de toda la Iglesia y sentaría en nombre del inglés la primacía de la conciencia sobre la autoridad del magisterio, conciencia que se formaba en el misterio de la inmanencia y lanzaba al hombre hacia la trascendencia, pirueta que -como decía Rubén Calderón Bouchet– hacía recordar a aquel actor cómico –Buster Keaton- que se levantaba del piso tirándose de sus orejas. <br />
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<br />
No fue Newman ajeno al planteo de salir de la inmanencia en su concepto de conciencia, y entonces la duplicó y le dio a la Iglesia una cierta injerencia en ella, en una segunda fase de ella, ya no como “formadora”, sino como “correctora”. Escuchemos un poco: <i>«En cuanto a la conciencia, para el hombre existen dos modalidades de seguirla. En la primera, la conciencia forma sólo una especie de intuición hacia lo que es oportuno, una tendencia que nos recomienda una cosa u otra. En la segunda, es el eco de la voz de Dios. Todo depende de esta diferencia. La primera vía no es la de la fe; la segunda lo es» </i><br />
<br />
<i>«La norma y la medida del deber no es la utilidad, ni la conveniencia, ni la felicidad del mayor número de personas, ni la razón de Estado, ni la oportunidad, ni el orden o el pulchrum. La conciencia no es un egoísmo clarividente, ni el deseo de ser coherentes con uno mismo, sino la mensajera de Aquel que, <b>tanto en el mundo de la naturaleza como en el de la gracia,</b> nos habla tras un velo y nos amaestra y nos gobierna por medio de sus representantes. La conciencia es el <b>“originario vicario de Cristo”</b>, profética en sus palabras, soberana en su perentoriedad, sacerdotal en sus bendiciones y en sus anatemas; y si alguna vez decayera en la Iglesia el eterno sacerdocio, <b>en la conciencia permanecería el principio sacerdotal</b> y ella tendría su dominio». … «Llegué a la conclusión de que, en una verdadera filosofía, no había solución intermedia entre el ateísmo y el catolicismo, y que un espíritu plenamente coherente, en las circunstancias en que se halla aquí abajo, debe abrazar o el uno o el otro. Y estoy sin embargo convencido de esto: yo soy católico en virtud de mi fe en Dios; y si se me pregunta<b> por qué creo en Dios, respondo: porque creo en mí mismo.</b> Encuentro, en efecto, imposible creer en mi propia existencia (y de este hecho estoy perfectamente seguro) sin creer también en la existencia de Quien vive en mi conciencia como un Ser Personal, que todo ve, todo juzga»…</i> Y luego, aquí entra la Iglesia y el magisterio, Dios no se ha revelado al mundo como un hecho histórico (aunque también), sino principalmente como una experiencia de la conciencia, y la Iglesia no es el Testigo y Guardián de una Revelación de Ese Dios que nos habló a través de boca de hombres, sino el custodio de la conciencia que ha recibido su presencia: <i>«… el sentimiento de lo justo y de lo injusto, que en la religión es el primer elemento, es tan delicado, tan irregular, tan fácil de confundirse, de oscurecerse, pervertirse, tan sutil en sus métodos de razonamiento, tan maleable desde la educación, tan influenciado por el orgullo y las pasiones, tan inestable en su curso que, en la lucha por la existencia, entre los múltiples ejercicios y triunfos de la mente humana, este sentimiento al mismo tiempo es el mayor y el más oscuro de los maestros; y la Iglesia, el Papa, la jerarquía constituyen, en la Providencia divina, la respuesta a una necesidad urgente». </i><br />
<br />
Otro autor nos dice, y en ello tampoco podemos acusar traición en la interpretación: <i>“Newman siempre afirmó plenamente la dignidad de la conciencia subjetiva, sin desviarse jamás de la verdad objetiva. Él no diría: conciencia sí — Dios o fe o Iglesia no; sino más bien: <b>conciencia sí — y precisamente por eso Dios y fe e Iglesia sí</b>. La conciencia es la abogada de la verdad en nuestro corazón; es «el originario vicario de Cristo»”</i>. (ERMANN GEISSLER). <br />
<br />
Sin forzamiento vemos a los modernistas encontrar en los pensamientos de Newman todas las notas que hacen a su ambigua –pero herética– doctrina, de hecho fueron sus cultores Loisy (en la cabecera de su lecho de muerte estaba un retrato de Newman), Tyrrel, Von Huegen, Guitton. Pablo VI dijo que la posteridad se daría cuenta un día de que el Concilio Vaticano II se inspiraba en él. También podríamos pasar días citando frases enteramente ortodoxas, aunque como antes dije ya no en tono literario, sino como un exabrupto de estilo, como esa especie de frenada que solemos hacer los creyentes cuando la imaginación se nos vuelve loca. Uno podría decir “no entiendo la monogamia, me es más dulce la poligamia, pero acepto esforzado lo que me dice el Magisterio de la Iglesia y a ello me atengo con toda mi voluntad”. Y eso es muy notable en Newman, converso al fin, pero converso <i>malgré lui. </i>Y así como hubo denuncias a Roma (a San Pio X) desde sus pares y contemporáneos por el peligro de sus doctrinas (Mons. O Dwyer, Obispo de Limerick), San Pio X lo defiende en una carta en que decía algo así como (estaba en latín y no la encuentro): “… a pesar de ciertas incoherencias <i>no se puede dudar de su fe”</i>. Y yo me cuadro -a pesar de que todo me grita para dudarlo-: si el Santo lo dice lo acepto con la misma voluntad que Newman aceptó el Syllabus. <br />
<br />
¿Esconden esta aceptación de la ortodoxia los modernistas? No, en general tampoco lo hacen, sino que festejan la “dualidad” de Newman (lo señala especialmente Crosby) como una nota de la angustia existencialista. Y aunque -muy de soslayo- otros dejan entrever que eran declaraciones mechadas para evitar una condena y a las cuales echar mano en caso de una inquisición ante las acusaciones de sus pares, a las que por tanto no hay que tener en cuenta, y esta sospecha la fundan en el cambio de estilo cuando el autor recurre a ellas. <br />
<br />
Newman venía de una religión liberal, y se había convertido de verdad, se aferraba al magisterio con crispadas manos de católico recién llegado (un magisterio que en su época condenaba el liberalismo de una manera rotunda y clara y él lo acataba), pero seguía respirando por los poros su formación y el espíritu de su patria que le surgían en cuanto literato. Esa dualidad, que él mismo experimenta y que lleva al movimiento de Oxford al catolicismo, y que son sus “dos conciencias”, la que busca el bien carnal, aún óptimo, y aquella conciencia de la “verdad”, llena de escoria, que necesita de la disciplina de la Iglesia para enderezarse y corregirse. Y en su caso es así, sin duda, lo necesita porque no ha podido “formarse” en Ella, ni conformarse del todo a ella. Para él la Iglesia es una dura y necesaria vara a la que atarse para guiar el retorcido -aunque noble- árbol de nuestra personalidad. Pero no vemos esa idea serenamente católica de que sea la Iglesia el Árbol mismo del que somos brotes y de cuya savia nos alimentamos. <br />
<br />
Concluyamos por ahora: no se hace teología desde fuera de la Iglesia y su Magisterio. No se hace con De Maistre y su rémora dialéctica y martiniana -su pasado francmasón- que prevé la regeneración histórica después de la punición revolucionaria con un cierto perfume milenarista (Mr. Delassus cae un poco en esta tentación por admiración al personaje ¡si viera hoy el Vaticano un siglo después, en el que suponía una restauración! Y en este sueño entran la TFP y Roberto De Mattei). Tampoco con Blanc de Saint Bonnet y su pasado sansimoniano. No se hace con Maurrás ni con Péguy a causa de sus antecedentes, ni se hace con muchos otros de nuestros héroes contrarrevolucionarios. Con ellos se hace política, historia o literatura. (He leído a muchos hablar de Lefebvre “maurrasiano” cuando el propio Obispo –reconociendo los aciertos del francés- confesó no haber leído ni una sola de sus obras. La doctrina del buen Monseñor era Magisterio de la Iglesia y Maurrás estaba viniendo a él. Esa era toda la coincidencia). No se hace teología con Newman. <br />
<br />
Nos dice Louis Medler, en su obra sobre Mons. Delassus, que <i>“estos autores, en los que la evolución (hacia el catolicismo) dura toda la vida, ameritan ser estudiados, pero no pueden ser considerados verdaderos maestros, pues para el maestro se exige una estabilidad en la verdad que permita al discípulo estudiar con plena confianza”,</i> y esa estabilidad se logra en el seno de la Iglesia Católica, en su Magisterio que logra su máxima expresión en la teología de Santo Tomás. <br />
<br />
Pero claro, estos maestros tienen la antipática costumbre de tener siempre razón y dejan de presentar esos “aspectos humanos”, tan simpáticos a nosotros, en los que encontramos parecidos amores y rencores, vicios y virtudes, y nos encariñamos con sus “estilos”. Y tienen razón aquellos no por tenerla por ellos mismos, pues ni siquiera esos “Padres de la Iglesia” que tanto admiró Newman y en donde encontró su conversión al catolicismo –y allí se quedó lamentablemente- son infalibles tomados separadamente de todo el curso del Magisterio (como en su seguimiento muchos quieren creer hoy). Cercanos a nosotros son maestros un Cardenal Pie, un Pio X, un Mons. Lefebvre, un Mr. de Castro Mayer en Brasil y hasta pongo en esta serie a un Meinvielle en Argentina (con mínimas prevenciones). Aquellos otros, especialistas del enemigo, denunciantes de las maquinaciones sectarias, combatientes directos contra la conjura, publicistas y polemistas que resistieron el asalto, y hasta víctimas de la confusión; merecen nuestro amor, gratitud, comprensión, nuestras oraciones y nuestro trato. Porque como bien decía Bernanos, para entender nuestro tiempo que se cocinó en pasadas batallas, no es útil hablar con los vivos, sino con los muertos. <br />
<br />
------------------------------------------------------------------------------------ <br />
<br />
<b>Excursus:</b> Newman es tan amado y nos viene de perillas a los que vivimos parecidas coyunturas. En realidad, no queremos reconocer que desde hace más de un siglo la única y verdadera manera de ser católico es alguna especie de martirio, es estar en combate –o por lo menos no colaborar– con la Bestia que rige al mundo desde una política atea, laica y anticristiana. Es estar contra el Orden Establecido y dispuesto a perderlo todo. Y Newman, ese buen director espiritual, le había buscado la forma para no exigirnos más de lo poco que cada vez estamos menos dispuestos a dar. <br />
<br />
El argumento justificable de esta miserable manera de ser católicos, de no haber perdido todo en La Vendée, de no haber muerto en el México Cristero, de no haber sido masacrado en la España del siglo pasado, de no haber quedado relegado a la soledad y el desprecio como Calmel y como tantos otros buenos curas, de no haber sido Genta ni Sacheri, no puede ser un argumento “elegante”. El más potable sería una noble pobreza y desprendimiento, un retiro sacrificial, pero el que nos queda más ajustado es simplemente que somos “miserables” y con ello ir de mala gana, como el Cireneo, de rodillas ante la Cruz. <br />
<br />
Newman supo dar a esta condición una artificial pátina de avejentamiento y estuco, que no tradición y gloria, y a ella se aferran desesperados los católicos de nuestro tiempo haciendo de una salida oportuna y vergonzosa, una loable forma de vida. <span style="font-size: 14pt;"> </span><span style="font-size: 14pt;"> </span></div>
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Flavio Infantehttp://www.blogger.com/profile/07929147663390580956noreply@blogger.com36tag:blogger.com,1999:blog-965376188264120636.post-49592250533091111952018-10-27T20:22:00.004-07:002018-10-27T20:22:49.130-07:00LA "DUALIDAD" DE NEWMAN, O LOS COMIENZOS DEL "REINO DIVIDIDO" (parte 1)<div style="text-align: right;">
<i>por <b>Dardo Juan Calderón</b></i></div>
<b>LA ANÉCDOTA DISPARADORA</b><div style="text-align: left;">
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Plantea la figura de Newman un acuciante acertijo ¿Quién fue? desde el punto de vista doctrinario y aun del personal. Defendido y tironeado desde derechas e izquierdas, desde el modernismo que lo tiene por Padre del Concilio Vaticano II y desde el tradicionalismo que, aun sin llegar a la devoción, en su mayoría lo considera “uno de ellos”; y aún desde (y disculpen si son susceptibles) las organizaciones homosexuales que lo consideran el santo patrono de la clerecía homosexual. </div>
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Han sido su obra y su personalidad fuente de las más variadas y contradictorias interpretaciones, y todos reclamando su bendición sin que existan casi voces críticas. Todo en un siglo feroz, de combates armados, de persecuciones y mucho más de combates intelectuales, de enormes contrastes, en el que este hombre había declarado su motivación por un encuentro de lo religioso con lo moderno y sin negar el Syllabus, ¿lo había logrado? ¿Daba la clave de la síntesis? ¿Era esta clave La Persona y su Conciencia? </div>
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Una primera observación puede ser el preguntarnos ¿por qué cada uno lo quiere en su bando? ¿Por qué es una “figura”?; y una segunda es si uno de estos bandos lo falsifica para llevar agua a su molino, para tener a esta “figura” estelar y mundial de su lado. ¿Quién lo ha traicionado? </div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvfdo2vuBYe44Pshmpe4PtrErbq9_rjw57BBA70jALCPvzUXOb3Agq3VAHI7pcLkYsOcMJctBhE1jdzJrsIhNEJ9uKNztHhC18dvYOwtYIRYEPlIUGRVB5aNtimSRRz0lgCubp7ZJvmfHs/s1600/newman-old.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="201" data-original-width="260" height="247" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvfdo2vuBYe44Pshmpe4PtrErbq9_rjw57BBA70jALCPvzUXOb3Agq3VAHI7pcLkYsOcMJctBhE1jdzJrsIhNEJ9uKNztHhC18dvYOwtYIRYEPlIUGRVB5aNtimSRRz0lgCubp7ZJvmfHs/s320/newman-old.jpg" width="320" /></a>Intentemos contestarnos algo de lo planteado comenzando en ¿por qué es una figura tan importante? Asunto que apenas si esbozaré en un intento intuitivo y concluiré al final, pero que parte del hecho de que él mismo reconocía que no era un teólogo, era un literato, y sin embargo es sobre este primer punto que terminó cobrando importancia. </div>
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Se daba en aquel tiempo – segunda mitad del XIX hasta principios del XX- un asunto de lo más curioso que hay que saber sopesar: la política era moderna, revolucionaria en toda la línea, anticatólica furiosa. Pero los grandes pensadores, los literatos y los ensayistas eran modernos - antimodernos. ¿Cómo es esto? La forma de ser moderno y de pensar lo moderno era “una crítica a lo moderno”, era un “sufrir” el propio siglo, un “dégoût” por una época que debía ser superada, hacia adelante por izquierda o hacia atrás por derecha; o por lo menos que ameritaba una “reacción” contraria. Pensemos en los primeros, Chateubriand, De Maistre, De Bonald –quizá antes Lacordaire- Nietszche, Balzac, Burke, luego Baudelaire, Proust, Barbey, Renán, Bloy, Péguy, y en muchos otros que sería largo nombrar, pero que son toda la producción valorable de aquellos años. Los grandes modernos <i>vituperadores</i> de lo moderno. Contrarrevolucionarios por asco a la revolución lacaya. Sostenedores de una aristocracia de la Inteligencia. Contrarios a <i>Las Luces </i>(el <b>Fanal Oscuro</b> de Baudelaire). Pesimistas resignados a la decadencia, pero creyentes que la punición del siglo suponía una necesaria regeneración. Creyentes del pecado original contra la baba roussoniana. Buscadores de lo sublime. Dandis cultivadores del “estilo” y con pasión por la lengua. </div>
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Una de las reacciones de estos pensadores era la fuga de lo político, un alejamiento de esa acción concreta que estaba ocupada por una plebeya ralea -abajada e inmunda- que de los tres gritos de la revolución había enarbolado solamente la IGUALDAD; ese rencor envidioso que impide toda libertad y toda fraternidad. </div>
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El campo de acción de estos pensadores era la literatura (después de ellos no se produjo en ese campo casi nada que fuera digno de llamarse como tal): acostumbraron al público a leer literatura y buscar en ella toda la cultura, todo el saber, aún la reflexión filosófica y teológica, dejando para siempre las grandes obras de trabajo y estudio. </div>
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Como dijimos, ser modernos era ser antimodernos, pues ser simplemente moderno era ser un burgués avaro e imbécil o un camandulero de la más baja política. Se podía ser monárquico o republicano, pero siempre había en ello un sentido de aristocracia que les impedía sopar el pan en la misma ensaladera que los inmundos hombres de su tiempo (hoy, todos comiendo en la misma pelela). Ser sólo moderno era una enfermedad del espíritu, era la total ausencia del mismo (esto duró hasta la aparición de los fascismos, en que los contrarrevolucionarios de pronto debían arremangarse y jugarse un bando). Luego de la derrota del eje los literatos se deciden a ser “modernos- modernos” sin más, dicen que con Milán Kundera se inaugura esta toma de conciencia (él entiende hacerle caso en esto a Rimbaud que lo había propuesto, pero ¡como una sátira, como un colmo! y lo tomó en serio) en la que los literatos entran a la letrina hasta los cuellos, se hacen pornógrafos y les venden a la burguesía bocanadas de vómitos verdes eximiéndolos de la culpa, lugar y negocio que ocupará una izquierda llorona y las ONG filantrópicas gerenciadas por profesionales de la conciencia pública. Pero volvamos. </div>
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Newman era un moderno antimoderno y era un excelente literato, era un espíritu aristocrático de profusa cultura y a su manera era un dandi. En suma era uno de esos héroes de su tiempo. Su reclamo era –siendo protestante y luego católico- por la enorme superficialidad de lo religioso entre la feligresía burguesa -aún los mejores-, que era la misma queja que otros hacían por lo político, lo cultural y aun lo existencial. Actitud que lejos de quitarles auditorio se los ampliaba, porque el burgués siempre ha sido un gran consumidor de insultos y reproches; siempre le agradó que hablaran mal de su superficialidad, de su conformismo, de su comodidad, de su derrotismo, de su intemperancia, de su lujuria y de su avaricia. Entre sus costumbres consumistas siempre le ha gustado pagar una “conciencia” externa que pueda ser apagada con una perilla una vez vuelto a su vida diaria. Lo ha hecho por derecha en aquellos tiempos, con buenos autores y por izquierda más adelante, con baladistas rezongones; pero siempre enjugó sus lágrimas, puso unos pesos a la revolución y a la contrarrevolución y volvió a sus cojines, a sus oficinas, a sus cuentas y al lecho de su mujercita demi–mondaine; a tratar sus negocios con esos políticos plebeyos llenos de astucias rentadas, pues, después de todo, toda la gente necesitaba de su dinero. En especial los curas que les prodigaban cultísimos sermones llenos de reclamos contra sus modos de vida, por derecha primero, por izquierda después, hasta que estos curas entendieron a Kundera, dejaron de sermonear y saltaron a la pileta orgiástica de la burguesía volviéndose putos. </div>
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El burgués necesita para disfrutar de sus bienes una cuota de remordimiento, es la pátina que le da realce a la buena vida como el verdín que avejenta y a la vez decora una buena mansión de reciente construcción (sólo los jacobinos carecen de esa necesidad), hasta consumían a Bloy que les escupía en la cara desde la miseria de “una mujer pobre”. </div>
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Bien; Newman estaba de moda en un mundo burgués -en el más burgués de los mundos- y sus encantadores sermones aportaban el necesario autoflagelamiento de una clase que cultivaba la nostalgia culta en los week-ends y lo consumían con fruición. Cosa que no le ocurría a los antipáticos integristas al estilo de un Monseñor Delassus; la inteligencia real estaba encerrada en el Vaticano y en el Magisterio y era pura y dura. Guardando las distancias y los tiempos -para que se entienda- hay burgueses que han leído a Castellani, pero ninguno a Meinvielle. ¡¡Ahhh la literatura!! Nadie quiere un diagnóstico frio, sino un sermón emotivo que lo deje a uno al borde del cambio de vida por unos minutos, que te haga sentir redimible para el cielo o para el mañana revolucionario, y bien culpable y orondo de tener la billetera llena. El frio diagnóstico del teólogo que ni te dora la píldora ni pierde el tiempo en correctivos inútiles, no vende. Este te hace saber que serás la misma mierda el domingo que la que eres de lunes a sábado. </div>
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Frente a todos estos señores estaba ocurriendo un hecho histórico enorme, no digo como el advenimiento de Cristo, pero sí como la cristianización del mundo, y era “<b>la descristianización del mundo</b>”. Y esto solo desasosegaba a unos pocos curas, que si lograban inquietar al burgués con el asunto de que no se podía servir a Dios y al Dinero, este corría “<i>hacia su director espiritual, quien apaciblemente le contesta, en base a la opinión de un sinnúmero de casuistas, que dicho consejo está dirigido sólo a los perfectos y que, por consiguiente, no debe perturbar la paz de los propietarios” </i>(Bernanos). De alguna manera Newman vino a ser para varias generaciones este buen director espiritual, como veremos. </div>
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Para mejor, estaba en la capital de la burguesía más culta y rica de Europa (ya chafalonía cultural y piratería de buenos modos) y desde cuyas oficinas de Scotland Yard se comandaba el ataque masón más encarnizado de la historia contra el catolicismo, al punto que se creía a éste definitivamente derrotado. En Francia los francmasones en el poder condenaban las órdenes monásticas y las echaban del País. Los Gambetta –“¡el clericalismo es el enemigo!”-, los Waldeck Rousseau y luego los Viviani –“¡el catolicismo es el enemigo!” ya sin vueltas- declaraban abiertamente que era la batalla final contra el catolicismo y la Iglesia. </div>
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El político liberal inglés William Gladstone publicó en octubre de 1874 un comentario en el diario Contemporary Review en el que acusaba a los católicos ingleses de no ser buenos ciudadanos británicos, al preferir obedecer al Papa antes que a la Corona británica y, por tanto, eran sospechosos de traicionar a su país. El asunto no era una simple opinión periodística, era el inicio de un golpe fatal. El católico Duque de Norfolk solicitó a John H. Newman, que no había sido todavía nombrado cardenal, que interviniera en el debate. Newman contestó con una carta que lo hizo famoso y en donde encontramos aquella frase que ha hecho correr ríos de tinta “<i>En caso de verme obligado a hacer un brindis después de una comida –cosa muy improbable-, beberé “¡por el Papa!, con mucho gusto”, pero primero “¡por la conciencia!”, después “¡por el Papa!”. </i></div>
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Gladstone había topado con un hombre de pequeña envergadura, pero una de las plumas más brillantes de su tiempo: John H. Newman, quien con ese brindis por la conciencia antes que por el Papa, dejó encantados a los católicos ingleses con la salida, los que a partir de ello podían tener dos Señores. Y también calmó sus conciencias, pues la frase –si bien se entendía- era reversible; brindaba así mismo por su conciencia antes que por la Británica Corona, como lo venían haciendo los ingleses católicos desde Tomás Moro. El asunto es que la conciencia ahora estaba antes que los dos y la fórmula pagó el esfuerzo del Duque que podía ser un buen súbdito de la corona británica y a la vez ser católico, cosa que había puesto en grave duda Santo Tomás Moro y en ello le había ido la cabeza. No crean que no era seria la coyuntura, ya no se usaba cortar cabezas pero el peligro era más que mortal: era la pobreza. </div>
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Dejo para otros la consideración de si esta cosa es posible, eso de ser fiel a la Corona –cabeza religiosa y política- y al Papa de Roma a la misma vez. Pero lo que importa es que antes que la Corona y antes que la Iglesia, está la Persona y su Conciencia. Muy inglés y muy oportuno. Otro cantar será saber qué cornos entendía por conciencia. </div>
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Newman no quiso, muy probablemente, fundar con esto el “personalismo”, sino salvar la ropa (propiedades, privilegios y prebendas que tenían en el Orden Establecido y a las que una masonería rabiosa y victoriosa querían echar mano) del Duque y otros católicos, pero mal que le pese, lo hizo. Y así lo han entendido muchos; entre ellos el Papa Benedicto XVI que dijo: “<i>La doctrina de Newman sobre la conciencia se volvió para nosotros el fundamento de aquel <b>personalismo teológico,</b> que nos atrajo a todos con su encanto. La imagen del hombre, así como nuestra concepción de la Iglesia fueron marcadas por este punto de partida... por lo cual fue un hecho liberador y esencial saber que “el nosotros” de la iglesia no se fundaba sobre la eliminación de la conciencia si no que podía desarrollarse <b>solamente a partir</b> de la conciencia”. </i></div>
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Es decir que una clave que servía para poder seguir existiendo como “alguien” en una Nación no católica, en la que la Corona los ponía en la encrucijada de apostatar o empobrecerse y ser socialmente relegados, pasaba a ser la forma de “estarse dentro de la Iglesia”. Si Newman hubiera sido más valiente debería haber brindado por la Corona, pero antes por su conciencia (como Moro) diciendo que su conciencia estaba formada por la Iglesia Católica a través de su Magisterio -y la cosa no hubiera tenido derivas fuera de Inglaterra-, pero el Duque le hubiera dado de palos porque sabía el final de esa historia. Y la cuestión fue en cómo armar o conformar esta conciencia “antes” o “previamente” a la Iglesia, que los católicos ingleses ya habían usado el argumento contra la Corona pero ahora debían usarlo frente a la Iglesia. </div>
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Tema que de alguna manera no es muy distinto al del Ralliement de León XIII: ¿cómo existir políticamente en las repúblicas laicas, masonas, ateas? (que estaban dando una dura apaleadera al catolicismo). Pero este último no lo llevó a la Iglesia, lo dejó en política y no como principio –que en ello mantuvo la doctrina correcta- sino como estrategia diplomática de supervivencia y hasta de posterior intento de copamiento del poder (que no resultó eficaz en ninguna de las dos maneras). Recuerden el tema “punición y regeneración” en el que se confiaban los contrarrevolucionarios. </div>
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Flavio Infantehttp://www.blogger.com/profile/07929147663390580956noreply@blogger.com31tag:blogger.com,1999:blog-965376188264120636.post-77035028766585921522018-10-23T20:26:00.000-07:002018-10-24T07:53:11.553-07:00CARNICEROS - EL HILO ROJO QUE UNE SODOMÍA Y HEREJÍA EN LA SECTA CONCILIAR<div style="text-align: right;">
<i>por <b>Cesare Baronio</b></i></div>
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(traducción por F.I.)<br />
-original italiano disponible <b><u><a href="https://opportuneimportune.blogspot.com/2018/10/macellai-il-filo-rosso-che-lega-sodomia.html#comment-form">aquí</a></u></b>-</div>
<h3 class="post-title entry-title" style="background-color: white; font-family: Cardo; font-size: 24px; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-weight: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-transform: uppercase;">
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<a href="https://www.blogger.com/null" name="8303725594789898271" style="background: rgb(255, 255, 255); color: #9f6f2e; font-family: "EB Garamond", serif; font-size: 20px;"></a><span style="background-color: white; font-family: "eb garamond" , serif; font-size: 20px;"></span><br />
Hace unos años, un cofrade me contó un episodio desconcertante, según el cual un Oficial de Curia notoriamente homosexual había sido sometido a exorcismos porque se había hecho la costumbre, durante sus inmundos festines, de blasfemar el nombre de Dios, lo que había dado lugar a fenómenos de posesión diabólica. El impío monseñor murió poco después <i>de una enfermedad incurable,</i> llorado por sus socios. En aquel tiempo los <i>maricas</i> del Vaticano todavía se movían con cautela, no porque no fueran numerosos, sino porque reinaba aquel tácito acuerdo que en el ejército norteamericano se resume en el adagio <i>Don't ask, don't tell,</i> o sea «no preguntes, no digas». Aunque muchos supieran quién tenía ese <i>penchant</i> y quién no. Monseñores que salían de noche de civil desde Letrán, vistiendo jeans y chaqueta de cuero, y que al día siguiente flanqueaban al Santo Padre en los Pontificales. Sacerdotes que se alejaban de la casa parroquial para darse una vuelta por las aguas termales. Estudiantes de Ateneos Pontificios que iban a pasear a la Villa Giulia. Seminaristas abocados a un dudoso apostolado vespertino en Monte Caprino. Era la generación del Concilio, que a la sotana prefería los vestidos firmados y las gafas de sol. Vanidosos y fatuos, inclinados a la risita histérica y a apostrofarse con pronombres y apodos femeninos, pero siempre precavidos, porque en el solio se sentaba el viril Wojtyla. El cual estaba tan ocupado en propagar el ecumenismo de Asís para no darse cuenta de que a su lado había personajes conocidos con el nombre de batalla de <i>Jessica.</i><br />
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A los vicios, entonces, los llamaban <i>viciecillos,</i> como si el diminutivo pudiera hacer menos reprensible la conducta de quienes los practicaban. Y era un viciecillo quizás también aquel del nunca suficientemente execrado Montini, con sus maneras de calvinista y su pasado ambrosiano que muchos nunca quisieron profundizar, y que sin embargo le merecieron acusaciones ni siquiera demasiado veladas. Cierto es que en ese pontificado -y en el mosaico de Prelados que entonces subieron a los niveles más altos de la Jerarquía- pesa aún hoy, incluso hoy más que ayer, la sombra siniestra del chantaje, al punto de sugerir que muchas decisiones de aquel entonces sólo encontraron justificación en el terror de que algún titiritero pudiera decidir filtrar escabrosos detalles a cuenta del sodomita de Concesio. El cual, no por casualidad, en pocos días será elevado a los honores de los altares en reconocimiento a su contribución a la obra de devastación de la Iglesia y como devoto homenaje de sus beneficiados [N.: este artículo fue escrito y publicado pocos días antes de la canonización de Paulo VI].<br />
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Fue al final del papado wojtyliano que los inmundos secuaces de Sodoma encontraron coraje para cerrar filas, reuniendo a su alrededor a un grupo de celadores del templo de naturaleza afín, de modo que pudiéramos ver al pobre Papa polaco engalanado con vestiduras circenses, u obligado a asistir a grotescas <i>performances </i>de saltimbanquis semidesnudos <i>coram Pontifice</i> y de salvajes en utilería adamítica <i>coram Sanctissimo.</i> El autor de aquellos estragos aún hoy se ceba en los Sacros Palacios, con su séquito de pedigüeños que el tiempo ha transformado de náyades en clergyman en viejos rencorosos. Pero mientras Juan Pablo II se iba extinguiendo, en el Vaticano la falange sodomítica levantaba la cabeza, no sin escándalos y escandaletes al borde del ridículo: hélo aún al secretario del Eminentísimo, para los íntimos <i>Carmen,</i> pescado in fraganti en los retretes de Termini y apresuradamente despachado <i>in partibus,</i> el clérigo que se prostituye en San Pedro molestando a los turistas, el cura en el cine porno, el fraile asesinado en los jardines por un prostituto, etc. <br />
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El advenimiento de Benedicto XVI trastornó los planes de la secta uraniana, que vio en el atildado pontífice alemán una intolerable afrenta al trabajo realizado bajo el antecesor. Ver brillar en la cabeza del anciano la mitra de Pío IX iba más allá de lo que se podía soportar; para no hablar de la muceta invernal en terciopelo rojo con pelo de conejo, los zapatos rojos, el trono dorado que algún previsor había hecho desaparecer en un sótano cuando todavía Montini se sentaba en el solio. No tuve el inmenso placer de escuchar los gritos desgarradores del arzobispo de Martirano, pero me imagino que éstos debieron haber roto la cristalería preservada en el aparador del comedor, ante la vista consternada de sus <i>famuli </i>de luto, cuando Ratzinger promulgó aquel Motu Proprio que él tenía por imposible, según el lema <i>No se vuelve atrás.</i> Pero recuerdo bien que no pude evitar el entonar canciones de júbilo cuando lo supe confinado a la presidencia de un comité donde, así todo, nunca dejó de hacer daño.<br />
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La abdicación representó una revancha de la secta conciliar sobre Benedicto XVI, obligado a renunciar bajo la presión de escándalos que parecen nimiedades respecto de aquellos que ahora están saliendo a la luz bajo el Sedicente. Y decir que Ratzinger -y con él los pocos Prelados en olor de conservadurismo convertidos en breve a los honores de la crónica después de los famosos<i> Dubia-</i> fueron y son convencidísimos y firmes paladines de la <i>mens</i> conciliar, de la que proponían y proponen una versión más tenue pero no por esto menos revolucionaria.<br />
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La historia revelará los <i>arcana imperii</i> que llevaron al Papa a abandonar la nave de Pedro justo en el momento más crítico, pero parece que debe entenderse que quien se aplicó en empujarlo a la renuncia supo moverse con habilidad para hacer elegir al peor Papa -admitido y no concedido que se lo pueda considerar tal- con que la Iglesia haya jamás contado. Va de suyo que el personaje en sotana blanca alojado hoy en el <i>resort</i> de Santa Marta se ha beneficiado con el apoyo de los conspiradores modernistas, con el extasiado y coral sostén del <i>lobby gay</i> vaticano, feliz de sacarse de en medio al inconveniente Benedicto, que se preparaba para anular -o, al menos, para hacer menos devastadores- decenios de primavera conciliar. Y precisamente en Santa Marta -casualidades de la vida- encontramos a aquel Mons. Ricca, sobre el cual nos ha ilustrado la crónica, después de que la amistad con el argentino se había consolidado cuando Bergoglio bajó a la residencia de la <i>via della Scrofa</i> en el Alma Urbe. Las bellas almas creen que la pésima reputación de Ricca era ignorada por el pío arzobispo de Buenos Aires, demasiado ocupado en macerarse en las asperísimas penitencias que lo hicieron famoso en América Latina. Sin duda será su índole ascética la que lo puso en completo desconocimiento incluso de los escándalos de acoso por parte de Obispos y sacerdotes, que han salido recientemente a la luz gracias también a la valerosa carta del ex nuncio Viganò. <br />
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Veamos pues... Tuvimos el <i>coming out</i> de mons. Charamsa, quien lindamente admitió tener un amante<i> -compañero,</i> lo llama él. Luego el abad de Montecassino dom Pietro Vittorelli, torpe personaje que se gastaba los fondos de la Abadía en festines con droga y gigolós. Además el escándalo de mons. Luigi Capozzi, secretario de Checcapalmerio [N.: el autor deforma adrede el apellido del malfamado cardenal Coccopalmerio. <i>Checca,</i> en italiano, equivale a «marica»], arrestado en un lujoso departamento del Santo Oficio durante una orgía. Luego el escándalo de un religioso carmelita de la Curia Generalicia romana, denunciado por un retambufa. Luego, el escándalo del fresco homoerótico encargado por mons. Paglia -presidente de la Academia Pontificia para la Vida y Gran Canciller del Pontificio Instituto Juan Pablo II- al artista gay argentino Ricardo Cinalli. Aquel infame Paglia que terminó haciendo explotar estas dos instituciones, introduciendo en ellas a partidarios de la eutanasia y el aborto, con el beneplácito del Sedicente. A continuación, los escándalos de obispos y cardenales, todos de área estrictamente progresista y filobergogliana, y las causas millonarias que han reducido a la quiebra a decenas y decenas de diócesis del mundo católico para resarcir a las víctimas de abusos cometidos por eclesiásticos. Sin mencionar a los abominables eclesiásticos al frente de Órdenes y Congregaciones religiosas, detrás de cuyo biombo perpetraban crímenes dignos del Marqués De Sade. Y don Mauro Inzoli, acusado de abusos contra menores, degradado por Benedicto XVI y reintegrado en el sacerdocio por Bergoglio a instancias de la presión de Checcapalmerio, hasta que la justicia civil dejó al descubierto su culpabilidad. Pero también los tres sacerdotes investigados por la fiscalía de Roma por actos sexuales con menores, pornografía infantil e intento de prostitución de menores. Y el goteo diario del jesuita James Martin, activista de la causa de los invertidos y partidario del concubinato homosexual, nombrado consultor del Secretariado para las Comunicaciones y enviado al Encuentro Mundial para la Familia en Irlanda y en estos días ocupado en sembrar confusión también en el Sínodo de los Jóvenes junto al cardenal Cupich. Sin olvidar el dossier enviado por un gigoló napolitano a la reverenda Curia partenopea, en el que se recogen fotografías obscenas y textos de conversaciones vía internet de 34 sacerdotes y 6 seminaristas, clientes suyos.<br />
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Ahora descubrimos que el Presidente del Pontificio Consejo para los textos legislativos Checcapalmerio estaba presente en la orgía con su secretario, y que la gendarmería vaticana lo hizo desalojar antes de proceder a las detenciones de la <i>scelesta turba.</i> Sería curioso investigar quién más fue arrestado en esa ocasión, y es de creer que Capozzi y su purpurado compadre no fueron los únicos eclesiásticos convidados. Sería aún más interesante -y espero que haya quien se tome el trabajo de hacerlo- ir a comprobar cuáles decisiones grávidas de consecuencias para la vida eclesial han sido tomadas por estos inmorales, qué siniestras intrigas han permitido el ascenso de sus cómplices a puestos de responsabilidad, qué buenos sacerdotes han sido perseguidos o despedidos o impedidos en sus carreras.<br />
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A la luz de estos horrores, resultan grotescas las sanciones de las que fue objeto Paolo Gabriele, camarero secreto de Benedicto XVI, acusado de haber divulgado dossier secretos, mientras que los culpables denunciados debían ser castigados con penas ejemplares, y no el denunciante, quien reaccionó de buena fe -con un gesto quizás precipitado- a la propagación de la inmoralidad vaticana. <br />
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El horror que estas noticias suscitan en los simples fieles y en las personas de bien; el sentimiento de consternación ante la institucionalización del vicio no deben postergar el reconocimiento realista de que este flagelo moral es, al mismo tiempo, causa y efecto de la revolución conciliar: que se escandalicen si quieren los bienpensantes, que se rasguen las vestiduras los apocados fautores del diálogo y los prudentísimos moderados. Pero que no se diga que ante estos escándalos el buen cristiano deba mirar hacia otro lado, fingiendo no ver la corrupción donde ésta mayormente anida desde hace cincuenta años. <i>Oportet ut scandala eveniant. </i>Un silencio piadoso, comprensible en casos singulares y aislados, representa hoy una forma de complicidad intolerable, una aprobación de conductas deplorables, sobre todo porque el involucrado no parece ceder por debilidad a fugaces transgresiones de adolescente confundido, sino que demuestra ser indigno del Bautismo y aún más del Orden Sagrado que lo vuelve<i> alter Christus,</i> profanando esas manos consagradas para tocar al Santo de los Santos, esa boca que sobre el altar pronuncia las palabras de la Consagración, esa lengua sobre la que descansan las Sagradas Especies. El mero pensamiento de estas abominaciones debería hacer estremecer de horror, y recordar las palabras de Nuestro Señor al Padre Pío cuando con disgusto definió a los sacerdotes indignos como <i><b>Carniceros.</b></i><br />
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Quien se convierte en esclavo del pecado se convierte en esclavo de Satanás, bajo cuyo yugo el alma está muerta a la Gracia y es completamente presa de las seducciones del maligno. Y el pecado contra la naturaleza, incluso más que otros, embota la voluntad, embrutece a la persona y endurece en la voluntad del pecado. En tanto vicio, o sea hábito de hacer el mal, los actos que piden venganza en la presencia de Dios llevan a quien los cometen a volverse indóciles a la voz de la conciencia, hundiéndose cada vez más en la culpa. <br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAzpGeAYMxW7Msf15yoLR7jWlTZeJXeYSAmSicSNPxSikvI4R5yd2Pg7nFUhH0ENWOCKFUc78gbkOP_wQiUN8Tki9tAgFA9hBwBxuxmccvSB8FWegS6YKJjC-eiEWQZ7rFKuuH0bNrSSJ_/s1600/unnamed+%25283%2529.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="85" data-original-width="170" height="160" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAzpGeAYMxW7Msf15yoLR7jWlTZeJXeYSAmSicSNPxSikvI4R5yd2Pg7nFUhH0ENWOCKFUc78gbkOP_wQiUN8Tki9tAgFA9hBwBxuxmccvSB8FWegS6YKJjC-eiEWQZ7rFKuuH0bNrSSJ_/s320/unnamed+%25283%2529.jpg" width="320" /></a></div>
Es por lo tanto inevitable que quien vive diariamente en estado de pecado mortal y, además, en condición permanente de sacrilegio -en tanto ministro de Dios y ungido del Señor-, se sienta juzgado y sea inducido a alterar incluso los principios morales que viola habitualmente. Así, al igual que el ladrón quisiera ver despenalizado el robo y el asesino legalizado el homicidio, también el sodomita -y aún más si es sacrílego- querrá aliviar su conciencia del peso no menor de saberse a sí mismo en flagrante contradicción con aquella Ley natural y divina que obstinadamente infringe, y que deliberadamente permite o incluso alienta a infringir, bajo capa de una tolerancia engañosa o una complicidad perversa. No le basta con profanar todos los días el templo del Espíritu Santo: quiere erigirse en legislador, arrogándose el derecho de decidir en el lugar de Dios lo que es lícito y lo que no lo es. ¿Y no es acaso ésta la culpa de Lucifer?<br />
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Oír al horrendo Maradiaga atribuir actos de verdadero y propio sacrilegio a expensas de tantas almas inocentes como meras irregularidades administrativas, con el pretexto de haber sido cometidos con adolescentes y no con menores; o calificarlos como faltas veniales debido a una presunta ausencia de penetración (<i>sic!) </i>nos hace comprender el abismo de inmoralidad, o más bien de amoralidad de ciertos prelados. En boca delos cuales no nos sorprende oír verdaderas y propias herejías también -coherentemente- en campo doctrinal. Es evidente que la obstinación en el vicio implica la construcción de un castillo ideológico que legitime y apruebe a aquel vicio. Como decía Paul Bourget: <i>es menester vivir como se piensa, de lo contrario se termina pensando como se ha vivido.</i><br />
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He aquí entonces la pretendida <i>acogida</i> de la comunidad glbt -es decir, de los sodomitas declarados-, detrás de la cual no sólo late la simultaneidad con su tenor de vida escandaloso, sino también el inconfesable deseo de ver un día admitido como lícito -cuando no incluso como digno de alabanza- lo que Dios condena como una abominación. Y la declaración <i>¿quién soy yo para juzgar?,</i> que ha fascinado a los enemigos del nombre cristiano, tiene que ser condenada sin apelación, ya que debe ser justamente el Pastor Supremo quien guíe y amoneste y juzgue la conducta de las ovejas y corderos del rebaño que le confió el Salvador. Un pastor, aquel que nos ha sido infligido por la divina Providencia a cuenta de nuestras faltas, que no duda en insultar repetida y amargamente a los buenos católicos y a los buenos prelados, pero que muestra una indulgencia ilimitada hacia los pervertidos, desde el cura libidinoso hasta el Obispo acosador, desde el religioso cochino hasta el cardenal orgiasta. Y que recibe en audiencia a homosexuales concubinarios y transexuales, mientras obstinadamente se niega a reunirse con eclesiásticos de conducta irreprochable.<i> Ya sabéis vosotros la causa que ahora le detiene, hasta que se manifieste en su tiempo señalado. Ya está obrando el misterio de iniquidad; pero es necesario que sea quitado de en medio aquel que lo retiene</i> (II Tess II, 6-7). Hoy entendemos lo que quieren decir las Escrituras cuando hablan del κατέχον, es decir, de <i>aquel que retiene</i> la venida del Anticristo: la vistosa ausencia del Romano Pontífice, en cuyo trono se sienta un personaje que se ha vuelto cómplice y artífice él mismo de la apostasía.<br />
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¿Qué respeto por la Santísima Eucaristía puede esperarse de parte de aquel que la profana celebrando la Misa con el alma manchada por tales faltas? ¿Qué devoción a la Santísima Virgen, en aquel que ultraja a la virginidad y cultiva la depravación?¿Qué temor de Dios, en aquel que se atreve a conculcar la Santa Ley y a pisotear la Palabra divina? Y aún más: ¿qué espíritu de mortificación, en aquel que cultiva las pasiones más abyectas? ¿Qué santidad, en quien practica la impiedad? ¿Qué vida de Gracia, en aquel que cultiva y promueve el pecado? ¿Qué cuidado de las vocaciones sacerdotales y religiosas, en quien considera a seminarios y conventos como un coto de caza de jóvenes para corromper? <br />
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Pero, ¿cómo se puede tener por creíble la defensa de la primavera conciliar, cuando es emprendida por gentuza de tal ralea? ¿Quién confiaría en un médico que en su vida privada propagara enfermedades, o en un bombero que aplicase fuego a las casas?<br />
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Sea admitido por fin: el Conciliábulo de Roma es el fruto podrido de una <i>mens</i> desviada y corrupta, que encuentra en la herejía el corolario de una conducta moral reprensible. Es la causa de los daños actuales y, al mismo tiempo, el efecto de una corrupción de las costumbres de tantos, demasiados eclesiásticos, que para legitimarse a sí mismos no podían sino pervertir la doctrina en la que se funda la moral. Pero Dios es el autor tanto de la una como de la otra, y quien se hace siervo de Satanás no puede servir al Señor en el altar o en el púlpito y luego honrar al Enemigo entre las sábanas o en el lupanar. <i>Nadie puede servir a dos señores, ya que odiará a uno y amará al otro, o bien se aficionará a uno y despreciará al otro</i> (Mat. VI, 24).<br />
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No solo eso: quien sirve al Príncipe de este mundo, le reconoce una soberanía que necesariamente debe negar al Rey divino, así como aquel que adora a Nuestro Señor como Soberano no tolera que nadie Le usurpe Su universal Realeza. Por eso la Iglesia proclama a Cristo Rey. Por eso la secta conciliar se rebela contra Su santa Majestad. <i>Tout si tient. </i>Y hete aquí, de hecho, al arzobispo de Brisbane en Australia, que se apropia del grito impío de los judíos ante el pretorio, rechazando a Cristo como Rey: en esta apostasía rampante, el obsequio y la obediencia debidos a la Majestad divina acaban tristemente por ser reconocidos al mundo, a la carne, al diablo. <i>Regnare Christum nolumus.</i> Pero es en el orden de las cosas que el hombre se hace súbdito: si no lo es de Dios, lo será inevitablemente de aquel que se Le opone. Y las pesadas cadenas del Maligno son muy difíciles de sacudir, una vez que se las ha preferido al suave yugo de Cristo.<br />
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En tanto no se reconozca la estrecha relación de causalidad entre la desviación doctrinal y la desviación moral, será imposible salir de la crisis actual. Nunca ha habido en la historia de la Iglesia un solo hereje casto, ni un solo santo impuro: los escándalos de hoy son una tristísima confirmación de una debacle en el frente teológico tanto como en el moral, espiritual, litúrgico y disciplinario.<br />
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Y si en el pasado hubo lujuriosos incluso en las filas de los clérigos (en todo caso, menos de cuantos abundan de cincuenta años a esta parte), nunca hasta hoy había habido un Papa que legitimara el pecado contra el Sexto Mandamiento o el adulterio, como sucedió con <i>Amoris nequitia. </i>Y no es necesario recordar qué de engaños y maquinaciones han sido puestos en acto por el <i>lobby gay </i>incluso dentro del Sínodo para la Familia, con la complicidad de Bergoglio, y las no disímiles maquinaciones que se preparan dentro del Sínodo de la Juventud. <br />
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A esta altura, el piadoso lector se preguntará qué podemos hacer nosotros ante el espectáculo desolador ofrecido por una autoridad corrupta, rebelde y traicionera. Penitencia. Penitencia y sacrificio. Nos lo enseña la Sagrada Escritura y nos lo recuerda Nuestra Señora en sus repetidas apariciones. La comunión de los santos -como nos lo enseña el catecismo- permite a las almas cristianas reparar los pecados ajenos, sujetando el brazo de la Justicia divina. Ofrezcamos entonces nuestros sufrimientos, grandes y pequeños, en expiación del mal obrado por estos desgraciados, y recemos por su conversión y por su arrepentimiento, en una vida retirada y en el olvido de tantos que éstos han escandalizado con su comportamiento indigno. Y que aquellos que permanezcan obstinadamente en la culpa puedan ser removidos de la guía del rebaño: la Esposa de Cristo ha sido asaz humillada por sus Ministros, desacreditada a la faz del mundo.<br />
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La <i>danse macabre</i> de estas décadas está tocando a su fin. Esta generación de Levitas sin fe y sin moral está destinada a la extinción: sobre las ruinas de la secta conciliar será reedificada la Santa Iglesia, del mismo modo que sobre las ruinas de los templos paganos y de los ídolos infernales triunfó la verdadera Fe.<br />
<br />Flavio Infantehttp://www.blogger.com/profile/07929147663390580956noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-965376188264120636.post-65504104554922888242018-10-18T11:14:00.002-07:002018-10-18T11:14:25.890-07:00LA SOMBRA GROTESCA DE UN JUDÍO DE NARIZ GANCHUDA (parte 2)<div style="text-align: right;">
<i>por<b> Dardo Juan Calderón</b></i></div>
<br /> Escuchemos lo que decía a la luz del día y con toda sinceridad un buen judío:<br /><br /><i> “Según nuestra doctrina, la religión judía no es la sola en asegurar la salud. Son salvos todos aquellos que, no siendo judíos, creen en un Dios supremo y tienen una conducta moral, obedeciendo así a las leyes dichas “noáquidas”, aquellas que Dios prescribió a Noé. (…) Es únicamente para los judíos que a más de las leyes noáquidas se prescribieron las de la Thora, la Ley de Moisés, las que tuvieron su razón de ser en el proyecto divino para formar un pueblo destinado a una acción religiosa en el mundo.<br /><br /> La esperanza de Israel no es la conversión del género humano al judaísmo, sino al monoteísmo. En cuanto a las religiones bíblicas, ellas son, declaran dos de nuestros más grandes teólogos, confesiones que tienen por objeto el preparar con Israel el advenimiento de la era mesiánica anunciada por los profetas. Por tanto nosotros llamamos ardientemente a trabajar en común para la realización de este ideal esencialmente bíblico. (…) De esta manera podremos alcanzar la era mesiánica que será aquella del amor, de la justicia y de la paz entre los hombres”</i> (Discurso de Jacob Kaplan - Gran Rabino de Francia- el 10 de Febrero de 1966, luego de un diálogo con el P. Daniélou S.J. en el Teatro de los Embajadores en París. Cualquier parecido con el espíritu del Concilio Vaticano II, no es mera casualidad).<br /><br /> <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFVPRRhC1HaR2nO6eoy-BjmivjwSvhK7RepysPy7c4sJ4WD_ryC90n7Zb8dmShalnuWIdNAgjT1_Rfd60neILGeeSzImObjyNmR2dgygVwM8yKC8RmFeCiyCdwTldInext95nVaeFd63_X/s1600/asquerosos+jud%25C3%25ADos.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="330" data-original-width="578" height="227" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFVPRRhC1HaR2nO6eoy-BjmivjwSvhK7RepysPy7c4sJ4WD_ryC90n7Zb8dmShalnuWIdNAgjT1_Rfd60neILGeeSzImObjyNmR2dgygVwM8yKC8RmFeCiyCdwTldInext95nVaeFd63_X/s400/asquerosos+jud%25C3%25ADos.jpg" width="400" /></a></div>
En 1966, lo que se mantenía en el secreto, aquel “mensaje maligno” judío y masón, ya los judíos lo podían declarar abiertamente y ser aplaudidos por los católicos. El objetivo “satánico” que siempre acusaron los integristas y que se mantenía secreto en los conciliábulos judíos, en las logias masónicas y sectas protestantes que inspiraron y organizaron aquellos en la cristiandad, era este humanismo naturalista. Los mismos masones salieron de sus ocultos refugios a la luz del día cuando la Iglesia católica había reconocido como propios sus objetivos y se rendía sin condiciones al asedio. Desde Juan XXII, hasta Francisco, todos incluidos, hacían propio el credo judío: EL HUMANISMO.<br /><br /> Nos dice Louis Medler en su excelente obra “Mgr. DELASSUS” (recién reeditada por Edition du Sel) en la nota 4 de la pág 101: <br /><br /><i> “Jaques Maritain, queriendo negar que el judaísmo infiel a Cristo sea una contra-iglesia, niega en efecto la existencia de toda contra-iglesia, pues afirma que Israel <b>“no es una Contra Iglesia. Ya que él no existe contra Dios, o contra la Esposa”</b> Y por tanto él considera que Israel constituye un <b>“cuerpo místico” </b>dotado de una misión de <b>“activación terrena de la masa del mundo”</b>, paralela a la obra de acogimiento sobrenatural confiado a la Iglesia. No se está tan lejos, en efecto, de las vistas de Mgr. Delassus y de la tesis del P. Meinvielle. Con la sola diferencia de que para Maritain, esta obra de <b>“estimulación del movimiento de la historia”</b> es positiva, siendo que para el P. Meinvielle, es simplemente un mesianismo invertido y naturalista –de ese naturalismo que es precisamente, a los ojos de Mgr. Delassus, el motor de la conjuración anticristiana.” </i><br /><br /> La Iglesia nunca odió a los judíos, siempre hemos sabido que son nuestros pecados los que formaron el patíbulo donde Murió; pasaron a ser cristianos aquellos que reconocen la culpa de haberlo torturado y matado con nuestras faltas y se dejó el nombre de judíos para aquellos que siguieron afirmando que era un falso Mesías y que bien muerto estaba por blasfemo y confundidor. La diferencia estaba en creer o no en la misión sobrenatural de Jesús y en el camino sobrenatural a nuestra redención, en la total primacía de lo sobrenatural.<br /><br /> Ni que hablar de racismo en una institución donde sus mejores hombres pertenecieron a esa raza. Si los judíos fueron un pueblo molesto después de la diáspora y dentro de las naciones católicas fue por errores y debilidades de esos pueblos que lo permitieron con sus propios vicios, ya que en las naciones católicas fuertes el judío siempre fue puesto en su lugar y encontró la debida protección (en especial tenemos cerca el último Imperio Austro-Húngaro como ejemplo). Si Isabel La Católica hubo de expulsarlos fue por el desmadre que malas políticas anteriores produjeron y para salvarlos del odio, pero no por una inquina religiosa ni racial.<br /><br /> Siempre la Iglesia supo que había “cabezas” judías que querían provocar una victimización de algunos de sus miembros como prueba contundente de la malicia católica que se supone a partir de su talante miliciano y, siempre hubo idiotas –o deudores- que se prestaron para ese juego muy a pesar de los acuciantes avisos y condenas que venían del Magisterio contra estas derivas iracundas e irracionales. Los relatos satánicos de ciertas prácticas de algunos judíos que se generalizaban para exacerbar el odio de los simplones –que algunas existieron- y aquellos “Protocolos” u otros parecidos escritos, no pocas veces provinieron de judíos provocadores pero muchas más de reaccionarios insensatos, hasta llegar a la trampa mortal del “holocausto” del siglo XX, enorme error político -publicitariamente magnificado- de las naciones cristianas, siendo que la Iglesia fue la única que intentó con sus pocos medios de impedirlo. <br /><br /> Lo que nos interesa concluir es lo siguiente: la Iglesia fue asediada por estas fuerzas organizadas que querían imponer un humanismo naturalista en el que el hombre se redimiría a sí mismo por un orden social y un esfuerzo económico, y quitar toda significación sobrenatural a la Redención operada por Cristo para nuestra existencia personal y social. Una doctrina que busca un logro natural y pospone lo sobrenatural para un mañana que nunca llega y que ya no importa. La “revolución” propone realizar este ideal de sociedad de justicia, de paz y de encuentro entre los hombres, lo que no es otra cosa que el mesianismo judío como hemos demostrado más arriba y lo reafirma el hecho histórico de tenerlos a ellos siempre dentro de las cabezas principales de todas estas revoluciones, en pos del cual, y como decía nuestro buen Domingo Faustino, para estos civilizados no había que ahorrar sangre de gauchos. <br /><br /> Sabían estas fuerzas que el gran “enemigo” de esta idea era el catolicismo y su organización terrena o Institución, que era la Iglesia, que descreía de estos “planes” si no se partía de una conversión previa a lo sobrenatural y bajo su tutela (¿¿tutela??¡¡qué espanto de palabra para un hombre evolucionado!! ¡¡Para las Naciones Modernas!!) . Contra ella concentraron sus fuerzas y para ello había que terminar con factores políticos que la sostenían, como la Monarquía, que ya cristiana o corrompida, no puede justificar su existencia sin un principio por lo menos providencial.<br /><br /> Una vez logrado cooptar todo el mundo político con esta idea de “construcción de un mundo mejor”, motorizado y centrado por la preeminencia del dinero (economía) como fautor imprescindible de la felicidad en esta tierra (y que viene a suplantar el efecto que la gracia tiene en la economía sobrenatural. Sin contar con la gracia, sólo se puede contar con el dinero), la Iglesia demostraría toda su maldad al oponerse a tal ideal maravilloso y atarse a vetustos planteos que hacían permanecer el mal en la tierra a pesar de las demostraciones maravillosas del progreso tecnológico obtenido.<br /><br /> Era el momento para la Iglesia –anunciado por otra parte- de resistir aislada, testimonial y mártir (volar a los montes), depurándose interiormente de los captados por la idea filantrópica y economicista nefasta de la prioridad de lo natural y de sus falsos magos tecnológicos; actitud que coronó el pontificado de nuestro último Papa Santo, San Pio X.<br /><br /> La más elaborada de las estrategias del enemigo fue la de convencer al católico de que esta “crisis” que sufrimos es la crisis de una doctrina locamente sobrenaturalista,<i> integrista,</i> desarraigada de la realidad y desconocedora de los bienes de la modernidad, que se demostraba caduca a sí misma por no lograr efectos visibles para un acuerdo con los otros, para la paz y la abundancia entre los hombres, y alimentando una confrontación eterna. Que se caía desde dentro por propia debilitación al desarmarse en el aire el enemigo fantasmagórico que había creado –el “mundo maligno”- frente a otro “mundo” que despertaba al progreso como en la sinfonía de Dvorak y estaba descubriendo y aplicando los medios para lograr esa paz y esa abundancia: la tierra prometida de leche y miel. <br /><br /> Puestos en planos naturales, tal cual lo enseña Maritain en la cita que trajimos (y que no es ningún estúpido), hay que aceptar que el judío tiene una preeminencia de talante y una formación tradicional en su doctrina que le hace tomar la cabeza del movimiento intrahistórico y económico de forma irremediable -creer o reventar–, y esto porque nuestro combate es sobrenatural y en eso no fallamos ni desfallecemos, tenemos a Cristo, a su Iglesia y su Gracia nos basta y, en ese plano venceremos y el judío será “vencido” finalmente por su conversión. Es cuando tentamos vías naturalistas donde toda nuestra torpeza se rebela, donde en todos los ensayos de ese naturalismo encontraremos sin duda alguna la fuerza de los argumentos y el liderazgo de ese pueblo excepcional para lo económico y seremos sus ovejas, surgiendo entonces de nosotros un odio plebeyo hacia una superioridad que, en buen romance, deberíamos despreciar como a la nada que es.<br /><br /> La “cuestión judía” como un “secreto maligno” ya es cosa del pasado pues ha sido develada, no es ningún secreto bien guardado en protocolos secretos, sino una doctrina gritada a todas voces: era y es “el naturalismo”. Y es hoy que los hombres de Iglesia se han convertido a esa doctrina y le rinden el debido culto al mesías judío, al “pueblo de Dios”, con el Novus Ordo redactado al rescoldo del “culto de acción de gracias pascual” judío, por el masón Bugnini y el infiltrado protestante Bouyer.
<span lang="ES" style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;"> </span>Flavio Infantehttp://www.blogger.com/profile/07929147663390580956noreply@blogger.com35tag:blogger.com,1999:blog-965376188264120636.post-41588114069980357442018-10-15T21:00:00.000-07:002018-10-15T21:00:14.132-07:00LA SOMBRA GROTESCA DE UN JUDÍO DE NARIZ GANCHUDA (parte 1)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<i>por <b>Dardo Juan Calderón</b></i></div>
<br />Nos preguntábamos hace poco sobre si “¿Hubo una Conjura Anticristiana?” y, en caso de que tal cosa hubiera ocurrido, de si entre sus agentes estuvo el JUDÍO, el MASÓN y el PROTESTANTE. O si, por el contrario, es ésta una idea surgida de la propia impotencia de una religión que no pudo detener su decadencia y, desconociendo las verdaderas causas de la descristianización en su interior, buscaba culpables fuera de sí: un chivo expiatorio. <br /><br /> <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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Sabemos por Fe que ocurrida la Redención existe una contra-iglesia del demonio que nos lleva al pecado para nuestra perdición en lo espiritual, pero que también trabaja con medios materiales en una actividad ya encarnada en grupos humanos organizados que actúan en la historia para destruir a la Iglesia en la tierra. <br /><br /> En esta batalla Satanás actúa por pura malicia pues es un condenado, pero esos hombres y esas organizaciones no son tal cosa, no son condenados (aún pasibles de conversión) y actúan buscando un “bien”, que nosotros entenderemos “diferente y opuesto al de la Iglesia”, pero que el modernismo entenderá que es conciliable. Ellos buscan un fin natural cuando aquella busca un fin sobrenatural, pero entendámonos, no es que la Iglesia anda en las nubes y no se interesa en las cosas terrenas, la Iglesia busca un fin sobrenatural que implica un orden natural que surge como consecuencia de esa orientación y eso implica un mandato político de docilidad, actitud de las más difíciles de cumplir para la soberbia del hombre. Aquellos otros buscan un orden natural que surge de la misma naturaleza y que puede o no implicar un paso posterior a lo sobrenatural. La gran diferencia la hará, como señala Chesterton, el pecado original, pues si esa naturaleza está caída, mal nos puede dar su orientación y más bien nos desorienta. <br /><br /> Y aunque no lo parezca, aquí chocan dos ideas tremendas. El católico viejo que se siente llamado a combatir en dos frentes, el espiritual contra uno mismo y el terreno contra las organizaciones enemigas, pero siempre desde el fortalecimiento previo por la gracia sobrenatural que debe ser conservada y acrecentada en el cumplimiento de la Ley Divina dentro de Su Iglesia. <br /><br /> Por otra parte está el modernismo que deja en pie sólo el primer enemigo, el interior (no ya como enemigo de Dios, sino de uno mismo para sus logros humanos), porque desconoce y niega esas fuerzas malignas “encarnadas”. El modernismo –judaizado en su doctrina- entiende que estos fines naturales buscados por el hombre con sus propias fuerzas -aun en otras organizaciones que no sean la Iglesia- se pueden compatibilizar con los fines sobrenaturales buscados por la Iglesia. Entiende que no necesariamente deben ser “opuestos”, y aun peor, siendo el natural primero en la necesidad <i>(prima mangiare),</i> el otro puede ser –o debe ser- “pospuesto” para un tiempo en que se dé el primero y abra las condiciones para lo espiritual, pues no hay que temer la inclinación de la natura llevada por las solas virtudes morales. Y esta es la enorme trampa. <br /><br /> El católico tradicional entiende que en la historia hay dos bandos que combaten por un tercero; son los tres tercios de la humanidad de los que habla el Apocalipsis: los buenos y los malos enfrentados por aquel tercio de los errantes (o perplejos). Para el católico viejo hay que tomar bando contra otra parte de la humanidad porque ambos tienen “fines contrapuestos”, y la misma oposición entre estos fines surge primordialmente de la “prioridad” en la búsqueda y consecución de ellos, más que en los fines mismos. <br /><br /> Vemos aquí el problema del “doble fin”, un fin natural primero que al armonizar al hombre con su “buen mundo” lo hace apto para lo sobrenatural, o un fin sobrenatural que siendo primero en la intención, ordena la naturaleza para resistir un “mundo adverso”. Un remanido dilema: debo alimentar a la humanidad para luego hablarles del cielo y del infierno (es decir, establecer la paz, la abundancia y la justicia primero), ¿o al revés?: una humanidad que no sabe del cielo y del infierno jamás podrá ser saciada de su hambre, ni tendrá paz ni justicia. <br /><br /> Lanzar una acusación de satanismo contra grupos humanos que declaran a viva voz buscar la paz y la justicia, por una cuestión que parece de método, es sin duda la provocación de un enfrentamiento histórico que parece cruel y que debería tener una solución “consensuada”. Para peor -si aceptamos la “profecía”- debemos agregar que nos obliga a creer que este enfrentamiento será sin final y sin tregua durante toda la historia, es decir: sin solución posible. Y esto es cargar a Dios con la responsabilidad directa de habernos puesto en un campo de batalla no sólo interior sino externo en la historia, que tiene un desenlace en la victoria de uno de ellos y aniquilación del otro después de la historia. Esto creyó la cristiandad y esta acribia le han reprochado sus enemigos. Nunca mejor expresado que por San Agustín con las Dos Ciudades. <br /><br /> ¿Pensaba esto mismo el “otro” bando? ¿Los malos? Es decir, eran conscientes de que entablaban una lucha contra Dios y luego contra su Iglesia? ¿Así lo entendían? Satanás sí, y aun peor, sabía de su segura derrota y buscaba socios para perderlos. Pero sus “hombres” no así (salvo unos poquísimos). Y esto porque Satán es padre de la mentira y sus seguidores son engañados. Ellos pensaban la historia de otra forma: el esfuerzo humano, y entre ellos la religión, era una actividad llevada para el encuentro de toda la humanidad en un mismo “bando”, para que llegara una “era” histórica de encuentro y acuerdo en abundancia, paz y justicia entre los hombres. Los judíos entendieron que ellos eran el pueblo elegido para motorizar en la historia este feliz encuentro humano con ellos a la cabeza del mismo, eso iba a lograr el Mesías esperado (si es que el Mesías no era un símbolo del Pueblo Judío mismo en su acción histórica, es decir, un colectivo). Para esto habían sido elegidos y -sin engaño- encontraban en la historia y talante de su pueblo las aptitudes y disposiciones principales para poder hacerlo. <br /><br /> Jesús de Nazareth contradice los puntos esenciales de esta idea o doctrina y, lejos de inaugurar o promover un mundo en paz y justicia, se convierte en causa de “contradicción permanente entre los hombres”. Pero además anuncia un encuentro que no es en la historia y tampoco es de “toda” la humanidad, sino de los fieles que surjan victoriosos del combate externo y del “juicio” interno. Para colmo, cerraba el paso a la búsqueda de ese fin natural de encuentro humano pensado y diseñado por el hombre a base de sus mejores apetencias, diciendo que –por el contrario- había que desconfiar de aquellas apetencias y sólo buscar el fin sobrenatural, ya que lo otro se daría por “añadidura” y de una forma “impensada” por el hombre; de una forma providencial muy posiblemente contraria a las ideas forjadas por el querer humano y que dependía de su docilidad a la gracia. Había sembrado la discordia, había negado la misión del pueblo elegido, la de la propia humanidad, y debía ser muerto. <br /><br /> Planteado esto con toda crudeza, tomemos conciencia de que para una mentalidad simple, la cristiandad es un planteo “belicista” que supone un permanente combate sin fin ni tregua en la historia, y el judío es un “pacifista” que busca un encuentro que dé por terminado este combate en la historia. Que en el judío hay una misión “constructiva” del mundo en la historia y que de alguna manera para el cristiano hay un “abandono” del mundo y la historia (no simple abandono cínico o nihilista, sino abandono a Su maravillosa Providencia). <br /><br /> Nosotros hacemos de nuestra vida una “guerra” y ellos buscan la paz para el mundo. Esta forma judía de ver las cosas la heredan las logias masónicas y las sectas protestantes (sus hijos espirituales), ideales pacifistas y constructivistas que los llevan también -en mayor o menor medida- a abandonar la “lucha interior” para buscar en su lugar una “armonía social o colectiva” en la tolerancia del error y la miseria, para que de esa armonía natural surja como producto lo espiritual. Puestas así las cosas, el modernista pensó que debía replantearse la bélica cristología medieval. <br /><br /> Es cierto también que hay que recordar con Anzoátegui que un pacifista es aquel que quiere matar a los belicistas y estos han tomado sus medidas de combate y nada leves, pero no ocultemos que la “guerra” la hemos armado nosotros, o peor aún, Cristo mismo. No la comenzamos, se entiende, sabemos que la comenzó el Maligno, pero hemos hecho de ella nuestra forma de vida y esta acusación nos cabe y debemos aceptarla en toda su redondez. Somos milicia y no prevemos un acuerdo humano. Ese es nuestro pesimismo histórico frente al optimismo judío. <br /><br /> Si no entendemos esto, si no los vemos en una correcta perspectiva, nunca entenderemos porqué nos consideran a nosotros los aguafiestas, los perros rabiosos, los eternos cultores del enfrentamiento, los que negamos el diálogo, enturbiamos la convivencia, impedimos el consenso y para mejor, somos los cultores del “abandono” de la acción y el progreso contra los promotores del esfuerzo por un orden de abundancia, paz y justicia. ¡Unos tarados! (Nada hay de menos abandono que el ponerse en manos de Dios, El que una vez recibidas nuestras voluntades no deja de darnos un enorme trabajo, pero bueno… no el que queríamos, el que nos gustaba o que se nos había ocurrido). <br /><br /> Tampoco entenderemos porqué la doctrina naturalista es más ajustada al deseo de la naturaleza humana –caída-, y la nuestra es tan repugnante para ella, resultando por tanto más justificable su razón en una visión puramente natural. (Es mucho más “natural” estar por el aborto o la anticoncepción cuando se prevé, casi con toda seguridad, una vida infeliz y miserable para la madre y el hijo. El cristiano sabe que la vida será un “valle de lágrimas”, hecho ante el cual sólo se puede oponer el argumento sobrenatural de abrir para ellos la posibilidad de una felicidad en la eternidad después de esta amargura. No hay argumento que no sea sobrenatural para los males, salvo que creamos que podemos acabar con ellos en esta tierra). <br /><br /> <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDV6lOepN3qdZJ_QyMKpAb8iKs1cjOmMa_dolFHuffu09WGEMBlNyp3x7sgNH5aMPVzE0XQU-vdtkaj0CaxdPuHT4t8LmbHoLnmvJy_oOXNzFO9eNs1S8cQx43ObkF5TIuNr3ulfT2a2sU/s1600/images+%25287%2529.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="219" data-original-width="230" height="304" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDV6lOepN3qdZJ_QyMKpAb8iKs1cjOmMa_dolFHuffu09WGEMBlNyp3x7sgNH5aMPVzE0XQU-vdtkaj0CaxdPuHT4t8LmbHoLnmvJy_oOXNzFO9eNs1S8cQx43ObkF5TIuNr3ulfT2a2sU/s320/images+%25287%2529.jpg" width="320" /></a></div>
Entenderemos que para ser cristiano hay que tomarse la enorme y antipática tarea de amanecer “en pie de guerra” contra uno mismo para comenzar, y contra los demás por caridad, siendo que es tan dulce aquella doctrina que nos deja abandonarnos a la tendencia de nuestra naturaleza caída. La clave de entendimiento está en esto, en que nosotros desconfiamos de la naturaleza que sabemos caída y ellos no, que nosotros priorizamos lo sobrenatural y ellos lo natural. <br /><br /> No es el judío una sombra grotesca de nariz ganchuda que acecha nuestros hogares con una maldad insidiosa, sino –como el buen masón y el protestante- un hombre decente que quiere aunarnos para un mañana histórico de encuentro, de abundancia, de paz y de justicia. Es el “naturalismo”, y es poesía, y es filantropía. Es el que nos pide que dejemos las armas, el combate. Es el soplo de una voz tierna que nos dice al oído “descansa, confía en ti mismo y en la humanidad (en mi guía y en el poder del dinero)”. Aquella caricatura del judío de satánica malicia que mataba niños y bebía su sangre (que los hubo), tenía el sentido docente de alejar a los simples de la influencia naturalista y prefiguraba el efecto sobrenatural de que, sin duda ese naturalismo iba a matar el alma de nuestros niños y beber la savia de la gracia al quitar el sentido sobrenatural de nuestras vidas. Caricatura a la que no pocos judíos contribuyeron para victimizarse. <br /><br /> (No dejo de señalar que todo ese “naturalismo” optimista, privado de lo sobrenatural -como bien decía Calmel- termina en derivas “contranaturales”, y tenemos a nuestros modernistas del Vaticano de triste ejemplo). <br /><br /> Tampoco es “la sombra grotesca de un judío de nariz ganchuda”, satanista y usurero, la que se mostraba de parte de los sabios hombres de la Iglesia. Pues lo que ellos señalaron como la “per-fidia” (que quiere decir “por fuera de la fe” y sin más connotaciones adjetivas, que no hacen falta para su gravedad) de la doctrina judía, fue el naturalismo humanista. <br /><br /> La caricatura que dibujaba una parte de los contrarrevolucionarios llevados por una exagerada repugnancia (¿o despecho?) -en su contradicción evidente con el ser y el pensar común de los judíos- servía para acusar a hombres como Mgr. Delassus con aquella frase lograda que hemos puesto de título (ideada por parte del modernista Pierre Pierrard), siendo que no es de eso que el buen Monseñor quería protegernos; el peligro que de ellos se anunciaba desde la Iglesia era la civilizada y bonachona prédica naturalista y humanista del filántropo y no todas esas derivas de los despeñados. <br /><br /> Más allá de todos los mitos más o menos mechados de algunas anécdotas ciertas -pero aisladas- el Judío traía toda su prédica peligrosa en su naturalismo, su mesianismo terreno y su ecumenismo político. No es necesario que recurramos a cuentos de brujos en el que dos fuerzas sobrenaturales se enfrentan, Cristo vs. Satán, con ellos adorando al malo y nosotros al bueno. El verdadero enfrentamiento –salvo en la conciencia satánica- es entre la Verdad y la mentira que Satán difundió en el mundo,<i> entre sobrenaturalismo y naturalismo; y la clave de esa mentira está en la adecuación de los objetivos y fines, como si lo sobrenatural fuera el final feliz de una adquisición por esfuerzo humano, y no el principio de Salvación por un esfuerzo Divino.</i> Y si bien nosotros sabemos que es finalmente una lucha entre Satán y Cristo, no son altares aztecas a Satán los que adoran los “malos”, sino esos altares modernos de la santa democracia laica y universal; la igualdad la fraternidad y la libertad, a la que estamos adorando todos sin darnos buena cuenta. <br /><br />¿Acaso es eso que digo lo que ellos dicen de nosotros y de sí mismos? Veremos. <br /><br /> Flavio Infantehttp://www.blogger.com/profile/07929147663390580956noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-965376188264120636.post-7173302114165391752018-10-14T19:38:00.000-07:002018-10-15T19:28:05.900-07:00SOBRE LA CANONIZACIÓN DE PABLO VI<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;">(tomado
del artículo</span><b style="font-family: "Times New Roman", serif;"> </b><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-weight: bold;">Francisco, Teilhard de
Chardin y el panteísmo,</i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right;">
<i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">por <b>Miles
Christi)</b></span></i></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: center;">
<div style="text-align: right;">
versión pdf,<b> <u><a href="http://www.catolicosalerta.com.ar/secta-conciliar2018/sobre-la-canonizacion-de-pablo06.pdf">aquí</a></u></b></div>
</div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYzpORj_m5PHsENcZNPp687E4S_uO0celfdssrTDxhVb3LSZxxNFenemmCrRND8suv9izgauCw-rXk7Ay6WYdydCUJ_a7YZgI4b8e9D0ULVjby7TNtPPdZJIMk5UFYw_oxHofkiGvr4bCD/s1600/paulo+Vi.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="300" data-original-width="188" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYzpORj_m5PHsENcZNPp687E4S_uO0celfdssrTDxhVb3LSZxxNFenemmCrRND8suv9izgauCw-rXk7Ay6WYdydCUJ_a7YZgI4b8e9D0ULVjby7TNtPPdZJIMk5UFYw_oxHofkiGvr4bCD/s400/paulo+Vi.jpg" width="250" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Siniestra iconografía del neo-santo</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-fareast-language: ES-AR; mso-no-proof: yes;"><v:shapetype coordsize="21600,21600" filled="f" id="_x0000_t75" o:preferrelative="t" o:spt="75" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" stroked="f">
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</o:lock></v:path></v:stroke></v:shapetype><v:shape alt="Descripción: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGdIhALewEKyiWj3Df5JkD6-3fTLCHVYaIIu9YWPizpvHlIqYpmpTEmnVeJJSwCAuw52eN_dZGXdrnnSIbLVTYZI1iY1IgDHj3IDZp8212z2KFtkHUQ1OOuGIJuexBC4hRGDdC-khMPYo/s400/Paolo_VI_monum_ptc.jpg" id="Image_x0020_3" o:spid="_x0000_i1025" style="height: 340.5pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 218.25pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="Paolo_VI_monum_ptc" src="file:///C:\Users\USUARIO\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image001.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span lang="EN-US" style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: EN-US; mso-fareast-language: FR; mso-no-proof: yes;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span><span style="background-color: white; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; text-align: justify;">En la encíclica </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-align: justify;">Mirari
vos</i><span style="background-color: white; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; text-align: justify;">, en 1832, Gregorio XVI dice que </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-align: justify;">« de
esa cenagosa fuente del indiferentismo mana aquella absurda y errónea sentencia
o, mejor dicho, locura, que afirma y defiende a toda costa y para todos, la
libertad de conciencia. Este pestilente error se abre paso, escudado en la
inmoderada libertad de opiniones que, para ruina de la sociedad religiosa y de
la civil, se extiende cada día más por todas partes, llegando la impudencia de
algunos a asegurar que de ella se sigue gran provecho para la causa de la
religión<a href="file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/Sobre%20la%20canonizaci%C3%B3n%20de%20Pablo%20VI.docx#_ftn1" name="_ftnref1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><b><span style="background: white; color: black; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">[1]</span></b></span></span></a>. »
</i><span style="background-color: white; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; text-align: justify;">§ 10</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
<span style="background-color: white; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; text-align: justify;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6pt; text-align: left;">
<span style="background: white; color: black; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Ahora bien, es menester recordar que el culto del
hombre y de su conciencia erigida en valor absoluto -quintaesencia del
modernismo- no es exclusivo del pontificado de Francisco<a href="file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/Sobre%20la%20canonizaci%C3%B3n%20de%20Pablo%20VI.docx#_ftn2" name="_ftnref2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="background: white; color: black; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>,
como ingenuamente lo imaginan los “conservadores conciliares” escandalizados
por las impiedades bergoglianas, sino que <u>fue proclamado orgullosamente por
Pablo VI</u> en el mensaje de clausura del CVII. He aquí sus palabras:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6pt; text-align: left;">
<span style="background: white; color: black; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">« El humanismo laico y profano
ha aparecido, finalmente, en toda su terrible estatura y, en un cierto sentido,
ha desafiado al Concilio. La religión del Dios que se ha hecho Hombre, se ha
encontrado con la religión -porque tal es- del hombre que se hace Dios ¿Qué ha
sucedido? ¿Un choque, una lucha, una condenación? Podía haberse dado, pero no
se produjo. La antigua historia del samaritano ha sido la pauta de la
espiritualidad del Concilio. Una simpatía inmensa lo ha penetrado todo. […]
Vosotros, humanistas modernos, que renunciáis a la trascendencia de las cosas
supremas, conferidle siquiera este mérito y reconoced nuestro nuevo humanismo:
también nosotros -y más que nadie- somos promotores del hombre<a href="file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/Sobre%20la%20canonizaci%C3%B3n%20de%20Pablo%20VI.docx#_ftn3" name="_ftnref3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">[3]</span></b></span><!--[endif]--></span></span></a>.
»</span></i><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Este
culto del hombre, concebido como un “dios” en devenir por vía evolutiva, es
propio de la gnosis luciferina. Me permito citar aquí un texto poco conocido
del cardenal Montini, extraído de una conferencia intitulada <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Religión y trabajo,</i> pronunciada el 27 de
marzo de 1960 en Turín, en el teatro Alfieri, que puede leerse en el volumen de
la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Documentation Catholique </i>del año
1960, en la página 764, correspondiente al número 133, y publicado el 19 de junio
de 1960. Doy la referencia con lujo de detalles para quienes no pudieran dar
crédito a sus ojos, y no sin razón, tan sorprendentes resultan las afirmaciones
del cardenal Montini. He aquí las palabras de aquel que tres años más tarde
llegaría a ser papa y que promulgaría los documentos revolucionarios del CVII
en 1965:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">« ¿Acaso el hombre moderno no
llegará un día, a medida que sus estudios científicos progresen y descubran
leyes y realidades ocultas bajo el rostro mudo de la materia, a prestar oídos a
la maravillosa voz del espíritu que palpita en ella?<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>¿No será ésa la religión del mañana? El
mismísimo Einstein previó la espontaneidad de una religión del universo<a href="file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/Sobre%20la%20canonizaci%C3%B3n%20de%20Pablo%20VI.docx#_ftn4" name="_ftnref4" style="mso-footnote-id: ftn4;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">[4]</span></b></span><!--[endif]--></span></span></a>.
» <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El
espíritu que « palpita » en la materia, la « religión del mañana », que sería
una « religión cósmica », una « religión del universo »: aquí están los
fundamentos de la gnosis evolucionista teilhardiana, con el culto del hombre en
vías de divinización. Como si esto no fuera suficiente, que un cardenal de la
Iglesia invoque en materia religiosa la autoridad de un judío socialista que
reivindicaba una « religiosidad cósmica » fundada en<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la contemplación de la estructura del
Universo, compatible con la ciencia positivista y refractario a todo dogma o
creencia, es para quedarse atónito. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Cuando
en 1929 el rabino Herbert S. Goldstein le preguntó: « ¿cree Ud. en Dios? »,
Einstein respondió:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">« Yo creo en el Dios de Spinoza que
se revela en el orden armonioso de lo existente, no en un Dios que se preocupa
por el destino y las acciones de los seres humanos<a href="file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/Sobre%20la%20canonizaci%C3%B3n%20de%20Pablo%20VI.docx#_ftn5" name="_ftnref5" style="mso-footnote-id: ftn5;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">[5]</span></b></span><!--[endif]--></span></span></a>.
»<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Y
en una carta dirigida en 1954 al filósofo judío Eric Gutkind, Einstein
escribió:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">« Para mí, la palabra Dios no es
sino la expresión y el fruto de debilidades humanas y la Biblia una colección
de leyendas, por cierto honorables, pero primitivas y bastante pueriles. Y esto
no lo cambia ninguna interpretación, por sutil que sea<a href="file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/Sobre%20la%20canonizaci%C3%B3n%20de%20Pablo%20VI.docx#_ftn6" name="_ftnref6" style="mso-footnote-id: ftn6;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">[6]</span></b></span><!--[endif]--></span></span></a>.
»<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Lo
que equivale a decir que el Dios de Einstein no es otro que el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Deus sive natura</i> del filósofo judío
Baruch Spinoza, que en su doctrina panteísta identificaba a Dios con la
naturaleza. Tal es la « religión del universo » que profesaba Einstein y que
evoca con admiración el Cardenal Montini en su conferencia, y en quien el
futuro pontífice se inspira para vaticinar una « religión del porvenir »
destinada a ocupar un día el lugar del cristianismo. Cuando se piensa que este
hombre pronto será elegido Sucesor de San Pedro, y que es él quien más adelante
promulgará los documentos novadores del CVII, abolirá la Misa católica,
inventará una nueva<a href="file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/Sobre%20la%20canonizaci%C3%B3n%20de%20Pablo%20VI.docx#_ftn7" name="_ftnref7" style="mso-footnote-id: ftn7;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">[7]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
con la contribución de « expertos protestantes » y modificará el ritual de
todos los sacramentos, es de veras como para quedar petrificados...<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">He
aquí otra declaración de Pablo VI que va en la misma dirección, pronunciada
durante el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Angelus</i> del 7 de febrero
de 1971, con ocasión de un viaje a la luna, y que constituye un verdadero himno
al hombre en camino hacia la divinización:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">« Honor
al hombre, honor al pensamiento, honor a la ciencia, honor a la técnica, honor
al trabajo, honor a la audacia humana; honor a la síntesis de la actividad
científica y del sentido de la organización del hombre que, a diferencia de los
otros animales, sabe dar a su mente y a sus manos instrumentos de conquista;
honor al hombre, rey de la tierra y hoy también príncipe del cielo<a href="file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/Sobre%20la%20canonizaci%C3%B3n%20de%20Pablo%20VI.docx#_ftn8" name="_ftnref8" style="mso-footnote-id: ftn8;" title=""><sup><span style="mso-bidi-font-style: italic;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><sup><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">[8]</span></sup></b><!--[endif]--></span></span></sup></a><span style="mso-bidi-font-style: italic;">.</span> »<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Este culto de la humanidad y del
progreso ha sido condenado numerosas veces por el magisterio. Cito un extracto
de la encíclica <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Qui pluribus</i> de Pío
IX, de 1846, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>seguido de una proposición
condenada en su<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> Syllabus</i> de 1864:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">« Con
no menor atrevimiento y engaño, Venerables Hermanos, estos enemigos de la
revelación divina, exaltan el humano progreso y, temeraria y sacrílegamente,
quisieran introducirlo en la Religión católica, como si la Religión no fuese
obra de Dios sino de los hombres o algún invento filosófico que se perfecciona
con métodos humanos<a href="file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/Sobre%20la%20canonizaci%C3%B3n%20de%20Pablo%20VI.docx#_ftn9" name="_ftnref9" style="mso-footnote-id: ftn9;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: EN-US;">[9]</span></b></span><!--[endif]--></span></span></a>. »
<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">« V. La revelación divina es
imperfecta, y está por consiguiente sujeta a un progreso continuo e indefinido
correspondiente al progreso de la razón humana<a href="file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/Sobre%20la%20canonizaci%C3%B3n%20de%20Pablo%20VI.docx#_ftn10" name="_ftnref10" style="mso-footnote-id: ftn10;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">[10]</span></b></span><!--[endif]--></span></span></a>. »<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Pío
IX es muy claro en relación a los « progresistas »: emplea la expresión «
enemigos de la revelación divina ». ¿Qué calificativo mejor podría hallarse
para designar a un cardenal y arzobispo de la Iglesia que aprovecha su eminente
dignidad eclesiástica para difundir la idea blasfema y herética de que una
pretendida « religión del mañana » llegará un día a suplantar al catolicismo? <u>Este
hombre se llama Giovanni Battista Montini</u>. A él -junto a Juan XXIII, cabe
recordar- se deben el nefasto CVII y su espurio “magisterio”, la devastación de
la liturgia romana y la terrible crisis doctrinal, litúrgica y disciplinar que
azota a la Iglesia desde hace más de medio siglo… </span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: black; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 18.0pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></b></div>
<div style="mso-element: footnote-list;">
<!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<br />
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/Sobre%20la%20canonizaci%C3%B3n%20de%20Pablo%20VI.docx#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "times new roman" , "serif";"> </span><a href="http://www.mercaba.org/MAGISTERIO/grego-16.htm"><span style="font-family: "times new roman" , "serif";">http://www.mercaba.org/MAGISTERIO/grego-16.htm</span></a><span style="font-family: "times new roman" , "serif";"> <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn2" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/Sobre%20la%20canonizaci%C3%B3n%20de%20Pablo%20VI.docx#_ftnref2" name="_ftn2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "calibri" , "sans-serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "calibri" , "sans-serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a> <span style="font-family: "times new roman" , "serif";">Para mayor información sobre las
innumerables herejías y blasfemias de Francisco, se pueden consultar los libros
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Tres años con Francisco: la impostura
bergogliana</i> y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cuatro años con
Francisco: la medida está colmada</i>, publicados por las <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Éditions Saint-Remi</i> en cuatro idiomas (castellano, inglés, francés
e italiano): <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="http://saint-remi.fr/fr/35-livres#/filtre_auteur-miles_christi"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; text-decoration: none;">http://saint-remi.fr/fr/35-livres#/filtre_auteur-miles_christi</span></a><span style="color: blue; font-family: "times new roman" , "serif";">. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";">Recomendamos
igualmente el libro <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Con voz de dragón</i>,
publicado por las <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ediciones Cruzamante</i>:
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="http://www.catolicosalerta.com.ar/bergoglio2018/con-voz-de-dragon-tapa-y-contratapa.pdf"><span style="font-family: "times new roman" , "serif";">http://www.catolicosalerta.com.ar/bergoglio2018/con-voz-de-dragon-tapa-y-contratapa.pdf</span></a><span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span><a href="https://www.catolicosalerta.com.ar/bergoglio2018/con-voz-de-dragon-extracto.pdf"><span style="font-family: "times new roman" , "serif";">https://www.catolicosalerta.com.ar/bergoglio2018/con-voz-de-dragon-extracto.pdf</span></a><span style="color: blue; font-family: "times new roman" , "serif";"> </span><o:p></o:p></div>
</div>
<div id="ftn3" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/Sobre%20la%20canonizaci%C3%B3n%20de%20Pablo%20VI.docx#_ftnref3" name="_ftn3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "times new roman" , "serif";"> </span><a href="http://www.inmaculadamg.org.ar/images/stories/formacion/pablo_vi/Clausura_Cuarta_Etapa_Conciliar.html"><span style="font-family: "times new roman" , "serif";">http://www.inmaculadamg.org.ar/images/stories/formacion/pablo_vi/Clausura_Cuarta_Etapa_Conciliar.html</span></a><span style="font-family: "times new roman" , "serif";"> <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn4" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/Sobre%20la%20canonizaci%C3%B3n%20de%20Pablo%20VI.docx#_ftnref4" name="_ftn4" style="mso-footnote-id: ftn4;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="FR" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;"> Traducción francesa de la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Documentation Catholique</i>: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">« L’homme
moderne n’en viendra-t-il pas un jour, au fur et à mesure que ses études
scientifiques progresseront et découvriront des lois et des réalités cachées
derrière le visage muet de la matière, à tendre l’oreille à la voie
merveilleuse de l’esprit qui palpite en elle? Ne sera-ce pas là la religion de
demain? Einstein lui-même entrevit la spontanéité d’une religion de l’univers.
» </i></span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Texto
original italiano:<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> « Non capiterà
forse all'uomo moderno, mano mano che i suoi studi scientifici progrediscono, e
vengono scoprendo leggi e realtà sepolte nel muto volto della materia, di
ascoltare la voce meravigliosa della spirito ivi palpitante? </i></span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="FR" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Non
sara cotesta la religione di domani? Einstein stesso intravide la spontaneità
d'una religione dell'universo. » </span></i><span lang="FR" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Ver
en la página n° 3 del documento siguiente, activando la función T (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">« Show text »</i>):<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<a href="http://fc1.to.cnr.it/fedora/get/asfiat:AFIAT-00090-0003/islandora:viewerSdef/getViewer"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">http://fc1.to.cnr.it/fedora/get/asfiat:AFIAT-00090-0003/islandora:viewerSdef/getViewer</span></a><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;"> <o:p></o:p></span></i></div>
</div>
<div id="ftn5" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/Sobre%20la%20canonizaci%C3%B3n%20de%20Pablo%20VI.docx#_ftnref5" name="_ftn5" style="mso-footnote-id: ftn5;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">[5]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "times new roman" , "serif";"> </span><a href="https://fr.wikipedia.org/wiki/Albert_Einstein"><span style="font-family: "times new roman" , "serif";">https://fr.wikipedia.org/wiki/Albert_Einstein</span></a><span style="font-family: "times new roman" , "serif";"> <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn6" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/Sobre%20la%20canonizaci%C3%B3n%20de%20Pablo%20VI.docx#_ftnref6" name="_ftn6" style="mso-footnote-id: ftn6;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">[6]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span></span><a href="http://www.willeime.com/Einstein-Gutkind.htm"><span style="font-family: "times new roman" , "serif";">http://www.willeime.com/Einstein-Gutkind.htm</span></a><span style="font-family: "times new roman" , "serif";"> <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn7" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/Sobre%20la%20canonizaci%C3%B3n%20de%20Pablo%20VI.docx#_ftnref7" name="_ftn7" style="mso-footnote-id: ftn7;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">[7]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "times new roman" , "serif";"> </span><a href="https://fr.scribd.com/document/118428825/Breve-Examen-Critico-Del-Novus-Ordo-Missae-Ottaviani-Bacci"><span style="font-family: "times new roman" , "serif";">https://fr.scribd.com/document/118428825/Breve-Examen-Critico-Del-Novus-Ordo-Missae-Ottaviani-Bacci</span></a><span style="font-family: "times new roman" , "serif";"> <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn8" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/Sobre%20la%20canonizaci%C3%B3n%20de%20Pablo%20VI.docx#_ftnref8" name="_ftn8" style="mso-footnote-id: ftn8;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">[8]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "times new roman" , "serif";"> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">« Onore all’uomo! Onore al pensiero! Onore alla scienza! Onore
alla tecnica! Onore al lavoro! Onore all’ardimento umano! Onore alla sintesi
dell’attività scientifica e organizzativa dell’uomo, che, a differenza di ogni
altro animale, sa dare strumenti di conquista alla sua mente e alla sua mano.
Onore all’uomo, re della terra ed ora anche principe del cielo. »</i> </span><a href="https://w2.vatican.va/content/paul-vi/it/angelus/1971/documents/hf_p-vi_ang_19710207.html"><span style="font-family: "times new roman" , "serif";">https://w2.vatican.va/content/paul-vi/it/angelus/1971/documents/hf_p-vi_ang_19710207.html</span></a><span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn9" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/Sobre%20la%20canonizaci%C3%B3n%20de%20Pablo%20VI.docx#_ftnref9" name="_ftn9" style="mso-footnote-id: ftn9;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">[9]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "times new roman" , "serif";"> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">« Né con minore fallacia certamente, Venerabili Fratelli, questi
nemici della divina rivelazione, con somme lodi esaltando il progresso umano,
vorrebbero con temerario e sacrilego ardimento introdurlo perfino nella
Religione cattolica; come se essa non fosse opera di Dio, ma degli uomini,
ovvero invenzione dei filosofi, da potersi con modi umani
perfezionare. »<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="https://w2.vatican.va/content/pius-ix/it/documents/enciclica-qui-pluribus-9-novembre-1846.html"><span style="font-family: "times new roman" , "serif";">https://w2.vatican.va/content/pius-ix/it/documents/enciclica-qui-pluribus-9-novembre-1846.html</span></a><span style="font-family: "times new roman" , "serif";"> <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn10" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/Sobre%20la%20canonizaci%C3%B3n%20de%20Pablo%20VI.docx#_ftnref10" name="_ftn10" style="mso-footnote-id: ftn10;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;">[10]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "times new roman" , "serif";"> </span><a href="http://www.mercaba.org/MAGISTERIO/syllabus.htm"><span style="font-family: "times new roman" , "serif";">http://www.mercaba.org/MAGISTERIO/syllabus.htm</span></a><span style="font-family: "times new roman" , "serif";"> <o:p></o:p></span></div>
</div>
</div>
<br />Flavio Infantehttp://www.blogger.com/profile/07929147663390580956noreply@blogger.com23tag:blogger.com,1999:blog-965376188264120636.post-51472989839413322912018-10-12T21:27:00.002-07:002018-10-12T21:27:43.214-07:00PARA UN ÁLBUM DE FIGURITAS DEL APOCALIPSIS<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKrWoFkOGaXjqdNkWXg77hbrHiYJf6sTfJEHLaumE62OUPtIClhzgu1XrqZU85LEUDc5yc7uLQPHqnqZ_seeC3Tap9lgSex7VBMvKUROeMfurF_KmfWFpSKvi-ctOcshjcGC8w7aSqP6Ut/s1600/142849521.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="465" data-original-width="620" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKrWoFkOGaXjqdNkWXg77hbrHiYJf6sTfJEHLaumE62OUPtIClhzgu1XrqZU85LEUDc5yc7uLQPHqnqZ_seeC3Tap9lgSex7VBMvKUROeMfurF_KmfWFpSKvi-ctOcshjcGC8w7aSqP6Ut/s320/142849521.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Cardenal Ouellet,<br />
guardián de la honorabilidad de Babilonia</td></tr>
</tbody></table>
Damos por supuesto que no pocos lectores habrán leído la <a href="https://infovaticana.com/blogs/sandro-magister/querido-hermano-carlo-maria-vigano-carta-abierta-del-cardenal-marc-ouellet/">vergonzante réplica del cardenal Ouellet a </a><a href="https://infovaticana.com/blogs/sandro-magister/querido-hermano-carlo-maria-vigano-carta-abierta-del-cardenal-marc-ouellet/">monseñor Viganò</a> en la que aquél confirma involuntariamente los cargos allegados por el ex-nuncio, al paso que la emprende en una defensa frenética y estentórea del Jefe -la que alcanza su culmen cuando tilda nada menos que de "blasfemo" a su destinatario por haber arrojado dudas sobre la fe de Bergoglio. Pese a la ordinariez de su estilo, esta misiva representa una obra cumbre en el tesón servil con el que tantos clérigos paridos por los miasmas conciliares se esmeran en servir a los más decididos demoledores de la Iglesia. Lo hacen a título de obediencia, reos de conmovedores malentendidos que los llevan a reclamar silencio a quien denuncia las impías maquinaciones del tótem (perdón, del Papa), sin nunca alegar la menor pena por la putrefacción en curso. <br />
<br />
Conviene echar un vistazo a la trayectoria del purpurado <a href="https://www.riscossacristiana.it/ouellet-contro-vigano-il-ratzingerismo-al-servizio-di-bergoglio-mostra-il-suo-vero-volto-di-lelvetico/">tal como nos la ofrece un sitio italiano</a>, que nos informa que el canadiense<br />
<blockquote class="tr_bq">
ha sido siempre incluido entre los "moderados", los "conservadores": en pocas palabras, es un ratzingeriano de acero. Es partidario de las prácticas devocionales tradicionales como la Adoración Eucarística y es un amante del canto gregoriano. El ardid de confiarle el ataque a Viganò es, por lo tanto, muy hábil, digno de un jesuita consumado y avezado a las intrigas. Viganò no tenía que ser atacado por un progresista, por un hombre estrechamente vinculado al<i> entourage </i>del obispo de Roma, sino por un buen conservador amante de las liturgias elegantes.</blockquote>
Licenciado en filosofía y teología, otrora profesor y rector de seminario,<br />
<blockquote class="tr_bq">
el 3 de marzo de 2001, gracias a ese pedigrí, es nombrado secretario del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, sucediendo al cardenal Walter Kasper, futuro gran elector de Bergoglio, presidente del mismo dicasterio. Recibe la ordenación episcopal del Papa Juan Pablo II y del Cardenal Giovanni Battista Re. El 15 de noviembre de 2002, el Papa Juan Pablo II lo nombra Arzobispo Metropolitano de Québec y Primado de Canadá. Québec, antaño tierra de exiliados franceses archicatólicos huidos de las persecuciones jacobinas, en los últimos años se ha convertido en una de las regiones más descristianizadas y laicistas del mundo. Juan Pablo II trata por ello de frenar la deriva secularista a través de un obispo de ortodoxia probada. Nombrado cardenal en 2003, se habló de él como de un posible candidato en los cónclaves de 2005 y 2013.</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
En 2010 el Papa Benedicto XVI lo llama de regreso a Roma. Ouellet abandona Québec en condiciones desastrosas y es nombrado Prefecto de la Congregación para los Obispos, sucediendo al cardenal Giovanni Battista Re, quien renunció debido a haber alcanzado el límite de edad. También es nombrado presidente de la Comisión Pontificia para América Latina, donde se reunirá con el poderoso arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, quien, hecho Papa, lo confirmará en su papel de Curia.</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
Sin embargo, el Papa no tardará en manifestar su molestia y su distancia respecto de Ouellet. Hace dos años, el <i>Journal de Montreal</i> denunció el ostracismo de Bergoglio respecto del Prefecto de la Congregación de los Obispos. Según el periódico, el Papa Francisco habría rechazado repetidamente las propuestas de nombramientos episcopales hechas por Ouellet. Una especie de desconfianza manifiesta hacia su colaborador. En particular -explicaba el periódico canadiense-, Bergoglio ignoraba sus elecciones, prefiriendo a otros candidatos rigurosamente progresistas. Uno de los momentos de mayor tensión entre el papa y Ouellet ocurrió con la elección de sedes episcopales como Madrid, Sydney y especialmente Chicago, donde Bergoglio quiso imponer a Blaise Cupich, conocido por sostener la comunión para los divorciados re-casados y para las parejas homosexuales, y por ser gran enemigo de los movimientos pro-vida.</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
Hace dos años, ante estas tensiones, se habló insistentemente de la remoción de Ouellet. Luego no se hizo más nada. Evidentemente, el obispo de Québec agachó la cabeza, aceptó la humillación pública que lo ve reducido al rango de <i>yes-man,</i> y ahora, a menos de un año de los 75 de la edad que prevé canónicamente la renuncia y la jubilación, hélo aquí asumiendo este papel de "Gendarme del Pontífice", un papel perfecto para un viejo conservador. </blockquote>
Descripción ésta que, en todos sus pormenores y pormayores, nos ilustra acerca de un tipo indisociable de la vasta obra de sustitución de la Iglesia por su simio: se trata, como podrá adivinar el avisado lector, del <b>conservador</b>, aquel personaje que, aunque no se haga él mismo reo de la extrema corrupción moral de su entorno más o menos próximo (que es como el sello del apóstata en funciones), no admite mejor expediente que el de echar un púdico velo de silencio sobre la inmensa maquinaria del crimen, que se sirve de su mutismo como de un eficaz combustible. El conservador es, pues, un encubridor de segundo grado, movido a menudo por buenas intenciones -de esas que impiden el juicio recto y adoquinan los caminos del infierno-, pero un encubridor al fin, partícipe necesario en la equívoca legitimación del desorden revolucionario, ya que lo refuerza con la adhesión de un elemento en apariencia intachable. Es el hombre de las síntesis imposibles, el que propugna la continuidad entre tradición y ruptura, aquel para quien la universalidad católica <i>(kat'holon)</i> está a un paso de confundirse con el panfilismo. No por nada otro conservador, ratzingeriano de estricta observancia y él también candidato en el cónclave de 2013, el cardenal Scola, acabó patrocinando la instalación de mezquitas en la ciudad ambrosiana.<br />
<br />
Pacatos del demonio que creen obrar como Sem y Jafet cuando acudían a cubrir las vergüenzas de su padre, no se percatan de que aquí no hay un superior ebrio por inadvertencia, sino uno de aquellos de quienes el Señor nos avisó, que «notando que el amo tarda en volver, comienza a golpear a siervos y siervas, a comer y a beber y embriagarse» (Lc 12, 45), con inocultable quebranto de la sociedad santa puesta en sus homicidas manos. Tanto como para obrar el trasiego de la Iglesia en su contraria, «engañando, si fuera posible, aun a los mismos elegidos».<br />
<br />
Si la epidemia sodomítica, signo elocuente como el que más, no es capaz de despertar a estos macilentos hombres de Iglesia, será que sólo lo hará posible la deflagración de Babilonia con ellos mismos entre sus muros. Pues, ¿qué son esas impurísimas fanfarrias ejecutadas por tanto curial marica sobre la necrópolis vaticana, sobre el ara de tantos mártires y aun del Príncipe de los Apóstoles allí enterrados, sino un «embriagarse de la sangre de los santos y de los mártires» aquella «gran ciudad, que simbólicamente se llama Sodoma y Egipto»? Si Dios mismo conmina: «sal de ella, pueblo mío, para que no seas solidario de sus pecados y no participes de sus plagas» (Ap 18, 4), esto es porque Su pueblo mora efectivamente entre los muros de esa ciudad que adelanta a su ruina, y se le advierte lo mismo que otrora a Lot y a Moisés. Hay un desierto aparejado para quienes no se resignan a a un destino de perros mudos y falderos: que el Señor pronuncie el <i>Effetá</i> en los oídos de éstos, y los salve.<br />
<br />Flavio Infantehttp://www.blogger.com/profile/07929147663390580956noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-965376188264120636.post-89991848142270043942018-10-06T21:46:00.000-07:002018-10-06T21:46:21.937-07:00BREAKING NEWS MANUSCRITAS EN PATMOSAl paso que la apostasía ha logrado establecerse en la Iglesia según un doble parámetro -en expansión y en intensidad-, las figuras afectadas por su<i> vis </i>deletérea parecen correr a asumir los roles que la Revelación les asignó para los últimos tiempos. Lo que no debe extrañar: si los príncipes de la Iglesia pierden masivamente la fe, las profecías los tendrán sin cuidado y no repararán en el papel que pudieran jugar en el escenario esjatológico cuyas <i>dramatis personae</i> nos han sido clamorosamente bosquejadas hace veinte siglos. Ocurre que el vórtice tiene las propiedades del imán y que, como lo supo Esquilo, «cuando el hombre corre desatentado a su destino, hasta el cielo se le junta y lo ayuda a despeñarse». Los demonios, de hecho, que no el cielo, colaboradores eficaces de aquellos que se han rendido a su horrendo influjo, han de pasearse muy a sus anchas en dicasterios y congregaciones romanas como para que éstos resulten asimilados sin más a otros tantos lupanares -y, por colmo, de aquellos que sólo admiten varones en calidad de pupilas.<br />
<br />
La apostasía ciega a sus actores, que «corren desatentados a su ruina». Si los vírgenes que celebra el Apocalipsis (14, 4ss.) son, según la más recurrente exégesis, aquellos que no han menoscabado la doctrina ni en una tilde ni en una coma<i> </i>porque «en su boca no se ha encontrado mentira», la Gran Prostituta, ante todo, debe ser aquella que, luego de faltar a la fidelidad al depósito que le fue confiado, habiendo fornicado con los reyes de la tierra (Ap 18,3), acaba sus malandanzas en la degeneración de sus hábitos primarios, tal como corresponde a su podredumbre cordial. Que la prostitución, término siempre alusivo al comercio sexual, pueda también aplicarse a la contaminación del magisterio, revela en todo caso la afinidad profunda entre ambos registros y cuánto el uno pueda reclamar la solidaridad del otro. La pederastia -observación válida para cualquier ambiente en el que ésta medre- viene a indicar la exacerbación de la conducta viciosa, el <i>nec plus ultra</i> de la depravación, que es un hecho ante todo espiritual.<br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvDAu505QBfeGBXsVTc__GHivJvme8mDZqstZ1EN77CpT6quQ-06Of21P5qJm-8IKPyap5zyJ2yVcVFf9C5Yfsi8uscOu7dkJJhAOa5iOzAWWpjD1tdVyFaNeQyDY788u1_1tgPP6QGAz7/s1600/unnamed+%25282%2529.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="480" data-original-width="425" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvDAu505QBfeGBXsVTc__GHivJvme8mDZqstZ1EN77CpT6quQ-06Of21P5qJm-8IKPyap5zyJ2yVcVFf9C5Yfsi8uscOu7dkJJhAOa5iOzAWWpjD1tdVyFaNeQyDY788u1_1tgPP6QGAz7/s320/unnamed+%25282%2529.jpg" width="283" /></a></div>
Las redes homosexuales que infestan a la Iglesia convienen, pues, a la descripción de la Gran Prostituta, como también conviene a ésta la contemporización del clero con las nauseabundas máximas de la ONU y otros conventículos de notorio credo antropolátrico. O con ese melifluo interconfesionalismo que pondrá pronto en los altares a Lutero y Melanchton, si Dios no se sirve impedirlo. Cuando san Juan dice haberse «quedado estupefacto» (Ap 17, 6) al ver a la Mujer «cuyo nombre es un misterio» (nombre que revela inmediatamente como el de «Babilonia la Grande»), ebria de la sangre de los santos y de los mártires, ¿a qué atribuir su estupefacción, nunca señalada a propósito de las otras terribles visiones que desfilan ante sus ojos? ¿Será acaso al haber reconocido en esta mala hembra a la Sede de Pedro usurpada por demonios? (importa recordar aquí que el Príncipe de los apóstoles concluye su primera epístola saludando «desde Babilonia», en alusión a Roma). San Agustín apunta otro tanto en su <i>De civitate Dei </i>cuando comenta aquel pasaje de la 2ª a los Tesalonicenses (2, 3ss.) donde se habla del «hombre
inicuo, el hijo de la perdición, aquel que se opone y se subleva contra todo
aquello que se refiera a Dios y sea objeto de culto, hasta llegar a sentarse en el
templo de Dios», arguyendo que algunos «piensan que también en
latín es más correcto decir, como en griego, no <i>en el templo de Dios</i> (in
templo Dei), sino se sienta <i>en calidad de templo de Dios </i>(in templum
Dei sedeat), como si él fuera el templo de Dios que es la Iglesia». Lo que sugiere la confusión, a los ojos del común, de la Iglesia con su simio, con una contraiglesia capaz de conservar las temporalidades de aquélla y su organización jerárquica sin su espíritu.<br />
<br />
Francisco, en su vomitona diaria de <a href="https://in-exspectatione.blogspot.com/2015/06/insensateces-y-herejias.html">insensateces y herejías</a>, es el vulgarizador más acreditado de este estado de espíritu cuyo rechazo tiene por objeto al logos y al Logos, ávido de consagrar el principio de indeterminación de todas las cosas, el caos primordial. Corriendo a apropiarse las cualidades de las dos Bestias, imita a la del mar en aquello de proferir «palabras arrogantes y blasfemias», blasfemando «contra Dios, su nombre y su Morada y los que habitan en el cielo» (Ap 13, 5ss.): así lo hizo, v.g., cuando en uno de sus más irremontables ápices verbales se permitió sugerir una supuesta discordia en el seno mismo de la Santísima Trinidad. No hablemos de lo mucho que se le apropian los atributos de la otra Bestia, la terrestre, que «tenía dos cuernos, como los de un cordero, pero hablaba como dragón» (Ap 13, 11), con ese bilingüismo que es el arte de los timadores consumados. Que esta segunda Bestia, desde siempre caracterizada como un poder religioso, haga «que la tierra y sus habitantes adoren a la primera Bestia» (poder civil) comportaría la voluntaria sumisión de la espada espiritual a la temporal: toda una desmentida posmoderna de la <i>Unam Sanctam</i> de Bonifacio VIII y de los <i>Dictatus papae</i> de Gregorio VII al amparo de aquella otra horrísona y ya recurrente apelación al laicismo del Estado, con el subsiguiente paso de poner a la Iglesia bajo el mando del<i> Princeps.</i> El reciente acuerdo con China no exhala otro hedor: bastará acaso que la gran potencia de Oriente termine de imponerse en el contexto internacional al cabo de la clamoreada guerra comercial con EEUU, o que se tome ejemplo de esta sumisión para repetirla en relación con un hipotético Super-estado mundial aún no conformado, para que veamos realizada esta pesadilla ante nuestros horrorizados ojos.<br />
<br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrPfvFpRP43dsoeasI7O4PKXvqBHId5QYBiuOUOCAymjQ55ESWPgs7hzb_zH5t7Swkp_kG8LJ1qlGuxlz2pyQ6ksELFQH8L1nYhVwCKLv_OBeirJbWd7m6hkUsyQMRhSxpvEnUABZkiUvv/s1600/DomJRldX4AAc8K_.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="675" data-original-width="321" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrPfvFpRP43dsoeasI7O4PKXvqBHId5QYBiuOUOCAymjQ55ESWPgs7hzb_zH5t7Swkp_kG8LJ1qlGuxlz2pyQ6ksELFQH8L1nYhVwCKLv_OBeirJbWd7m6hkUsyQMRhSxpvEnUABZkiUvv/s640/DomJRldX4AAc8K_.jpg" width="304" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La inusitada férula de Francisco en el Sínodo de los Jóvenes:<br />para la próxima, prometió usar una caña de pescar </td></tr>
</tbody></table>
El ataque mancomunado de los medios de masas a la Iglesia en relación a los abusos sexuales de los clérigos, aparte de ilustrar que «el mundo no paga traidores» y que los melindres con que tanto prelado lo regala no le garantizan la inmunidad deseada, parece poder aplicarse a aquel pasaje que dice que «los diez cuernos [reyes] que has visto y la Bestia odiarán a la prostituta, la despojarán de sus vestiduras, toda desnuda.comerán sus carnes y la quemarán» (Ap 17, 16). La alianza del clero modernista con el mundo y sus máximas podrá otorgarle a aquél inicialmente un poco de oxígeno en esta encerrona bisecular, pero la victoria del mundo sobre la Iglesia reclama de suyo algo más que la adulteración de la doctrina y de la misión de la Esposa de Cristo, y es el finiquito de todo recuerdo de su paso por la tierra. Cuando los poderes de este siglo hayan abatido la cruz de los campanarios, querrán a continuación abatir los mismos campanarios hasta sus cimientos: tal es la naturaleza refractaria del mundo a la gracia. La creciente quita del favor de los medios periodísticos a Francisco (de los mismos medios que saludaron con abundante baba su elección y su perfidia), señalándolo ahora sin ambages como encubridor de los clérigos otrora denunciados, no hace sino ilustrar esto mismo. Hace más de un año que la corriente de hastío viene cundiendo entre esos mismos pasquines izquierdosos que aplaudían como focas al Papa progre: «que se diga que un papa que prometió a los cuatro vientos una limpieza y reformas concretas al grito de la “tolerancia cero” contra los pedófilos y sus encubridores, pero conscientemente se rodea de esos personajes (por decir lo menos), es víctima de una improbable conspiración es un insulto a la inteligencia humana»(fuente <a href="https://laizquierdadiario.com/Detras-de-la-tolerancia-cero-de-Bergoglio-la-irrefrenable-pasion-por-los-pedofilos">aquí</a>).<br />
<br />
No queremos ser soñadores ni ilusos al configurar a monseñor Viganò con uno de los Dos Testigos, pero no deja de ser significativo que éstos sean inmolados «en la plaza de la gran ciudad, que simbólicamente se llama Sodoma y Egipto» (Ap 11, 8). Que el ex-nuncio en EEUU haya centrado su denuncia en la hedionda trama sodomítica de la Iglesia lo hace una víctima potencial de los servicios secretos vaticanos: él lo sabe y optó juiciosamente por imitar al cuis. El hallazgo de su paradero podría acabar con su pellejo en la plaza de San Pedro, fusilado no ya por los curas bolcheviques de la visión de Bernanos sino por los clérigos bufarrones que Bergoglio esconde bajo su raída sotana.<br />
<br />
Que el denunciante de estos horrores sea un prelado de extracción conciliar, como lo son hoy todos sin apenas excepción, no debe hacer suponer su incompetencia para encarnar un papel como el que le atisbamos: sin dudas, el avispero de esta Iglesia usurpada y desfigurada bullirá mucho más cuando sea uno de su propio gremio quien le endilgue las necesarias verdades, que no cuando lo haga un clérigo en "situación canónica irregular". Falta no más otro obispo que, depuestos los respetos humanos en soñoliento vigor, pida la pira pública para los documentos del Vaticano II y se anime a recordar la correlación de causa a efecto entre el desfallecimiento doctrinal y la desvirilización del clero. El álbum de figuritas del Apocalipsis estaría entonces al completarse, y podríamos por fin levantar nuestras abatidas testas.<br />
Flavio Infantehttp://www.blogger.com/profile/07929147663390580956noreply@blogger.com21tag:blogger.com,1999:blog-965376188264120636.post-27160126861992221412018-09-25T18:58:00.001-07:002018-09-25T18:58:12.524-07:00VIGANÒ, FRANCISCO, LOS ABUSOS Y LA TRAMPA<div style="text-align: right;">
<i>por <b>Dardo Juan Calderón</b></i></div>
<br />
La gran mayoría ha escuchado absorto -y al borde del abismo- aquel video de Michael Matt sobre los abusadores de niños y homosexuales del Vaticano. ¡Esto es el acabose! Gritamos. Cristopher Ferrara nos señala en Adelante la Fe que ya rabiosos (o rabiosas) modernistas consideran que esto no es más tolerable. Un enorme olor a revuelta se siente en el ambiente católico junto al hedor de los pecados del Team Bergoglio. Numerosos Obispos y Cardenales están reaccionando contra esta lepra pegajosa que ensucia toda la Iglesia y todos están diciendo que el asunto <i>ya no se trata de ideas ni de doctrinas,</i> ya estamos en un fondo insoportable de la más baja corrupción y se trata de salir con un mínimo de decencia. <br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhUyKqXP8TTTYSKjM1Jpb85wv0HwGXN5zB6Th1I9sb4ngd3RhPCEkwICebDl6lEay_7YHWVkrH5J4q7JRA_mYSz9GDrl3a0ftMRMCB18vPw4ON_Y0wlG3Iy3dcEk0q6nfTtjs-_WvlZbNP8/s1600/paul6hall09.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="341" data-original-width="512" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhUyKqXP8TTTYSKjM1Jpb85wv0HwGXN5zB6Th1I9sb4ngd3RhPCEkwICebDl6lEay_7YHWVkrH5J4q7JRA_mYSz9GDrl3a0ftMRMCB18vPw4ON_Y0wlG3Iy3dcEk0q6nfTtjs-_WvlZbNP8/s400/paul6hall09.jpg" width="400" /></a></div>
Estos Obispos y Cardenales de la lista venerable, que de a poco se atreven y van reaccionando contra esta plaga de la pederastia, muestran el costado “sano” de la Iglesia. Una larga lista de “buenos tipos” se observa en aquel video. Los “tradicionalistas” se abroquelan con esta curia “sana”. Las mejores espadas de Benedicto XVI han cobrado una repentina pátina de ortodoxia y, muy lejos de concluirse a partir de la presente corrupción sobre que esto demuestra la malicia contenida en Vaticano II, la conclusión que va cobrando más fuerza es que todo esto demuestra a dónde lleva una mala y forzada interpretación del Vaticano II, pues estos “padres”, aún conciliares, son la buena reacción y la salvación posible de este enlodamiento insoportable. <br />
<br />
Lo mejor de nuestro catolicismo argentino nos trae al cardenal Nicola Bux, conciliarista consumado, ecumenicista convencido, kantiano, admirador y promotor del pensamiento modernista de Juan Pablo II y Benedicto XVI, sincretista en liturgia, birritualista por ahora, promotor de la reforma de la reforma pero defendiendo la necesidad de contar con la reforma. Pero no es homosexual ni gusta para nada de toda esta mugre. ¡Bienvenido! <br />
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Escapamos de la exageración revolucionaria del comunismo y caímos en la actual peste de la síntesis de marxismo y liberalismo en este socialismo civilizadamente anticristiano, dando un suspiro de alivio. Vencimos al kirchnerismo ladrón, populista y corrupto y nos aliviamos con estos masones que nos permitieron viajar a Miami y ya nos meten la educación sexual y la política de género hasta por los fondillos (en breve el aborto y la eutanasia). Combatimos al judío de nariz ganchuda que se come los niños y nos hicimos todos naturalistas a su mejor estilo. Francia adoró a Napoleón que los salvó del Terror y los hundió en la impiedad masona más de orden. Y vamos a salir -completamente aliviados- de Francisco, asentados en un modernismo decente y de “bon goût” que no se fornica a los coreutas y canta motetes gregorianos. <br />
<br />
Parece que no sabemos nada de cómo hace el Diablo las cosas. El problema no está en el trasero, sino en las cabezas. Sigue siendo <i>doctrinario,</i> y el Diablo desbarranca a sus monigotes más mugrientos cuando quiere que abracemos a sus hombres más disciplinados. <br />
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La lista de los buenos de Michael Matt son todos modernistas y conciliares, es más, americanistas consumados. Decentes y de buen gusto, no lo niego, pero de cabeza floja. <br />
<br />
En liturgia, la reforma de la reforma es un pastiche que dará por tierra el tomismo tridentino y será suplantado por un espiritualismo carismático y orientalista. Decente y de buen gusto, no lo niego. <br />
<br />
Disculpen que no pueda acompañarlos en esta patriada antifrancisco y siga, como siempre, dudando cuales son peores, si estos mandingas culos-rotos, o los embraguetados humanistas. Que se sana más rápido de las hemorroides que de las herejías. <br />
<br />
¡Pero salten de la sartén! ¡Urgente! No se tomen un tiempo para pensar ni piensen a cien años. ¡Compre ya! Tenga en cuenta que en tiempos de crisis y griterío es la hora de los imbéciles que serán escuchados en las plazas, y cuando se ordena, ya no sirven. Aprovechen la oportunidad. <span style="font-size: 14pt;"> </span><span style="font-size: 14pt;"> </span><span style="font-size: 14pt;"> </span><br />
<br />Flavio Infantehttp://www.blogger.com/profile/07929147663390580956noreply@blogger.com22tag:blogger.com,1999:blog-965376188264120636.post-61354978611390024152018-09-17T20:45:00.001-07:002018-09-18T05:44:10.190-07:00¿HUBO UNA CONJURA ANTICRISTIANA? <div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<i>por<b> Dardo Juan Calderón</b></i></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span><br />
Desde un tiempo a esta parte lo mejor del catolicismo se abisma ante la decadencia de la Iglesia Católica y analiza las múltiples causas internas que la podrían explicar. Desde las fallas de sus cabezas, los vicios internos, las inadecuaciones estructurales y todos aquellos defectos humanos que por ser una sociedad de hombres ha sufrido, sufre y sufrirá. Todos son analizados meticulosamente por los autores. Reflexiones que aun sin quererlo nos llevan a un estado de desilusión con respecto a Su vitalidad (estado de ánimo que lleva casi un siglo y conlleva la vitalidad misma de la fe) buscando <b>en el interior de la Iglesia </b>-en su historia institucional e intelectual- las causas, el diagnóstico y el remedio que pueda sacarla de este espantoso desastre. <br />
<br />
Peter Kwasniewski y Roberto De Mattei nos hacen sabias recordaciones históricas de las infelices anécdotas de muchos Papas y de derivas perniciosas que han asolado la historia de la Iglesia a fin de que no desesperemos, nos dicen que nada es tan nuevo en materia de desastres y que en todos los tiempos se “cuecen habas”, reconociendo sin embargo que la actual situación tiene algo de bastante más grave que las otras.<br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVnna3Po6khgsyO0WFyVyguX-DoNzWq7m5XUVLXq2dKAZOmnvLESwIR6xMZ2g2AOf-o6kgqNk4M7zxqYshmVHrN8xKsqpy3O74swRHe8Zz2pNmvt0Ji9ZucxxBcWsyty_-KHIxSvKosgt6/s1600/stpeterimg.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="381" data-original-width="680" height="223" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVnna3Po6khgsyO0WFyVyguX-DoNzWq7m5XUVLXq2dKAZOmnvLESwIR6xMZ2g2AOf-o6kgqNk4M7zxqYshmVHrN8xKsqpy3O74swRHe8Zz2pNmvt0Ji9ZucxxBcWsyty_-KHIxSvKosgt6/s400/stpeterimg.jpg" width="400" /></a></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
Advertimos que con estas argumentaciones corremos el riesgo de dar la razón a los críticos y a los novadores y aún más, de convertirnos nosotros mismos en críticos y novadores. Parece que la Iglesia es una estructura falible que demuestra hoy y frente al mundo moderno una serie de defectos en su interior que la han llevado al actual estado de cosas, cuestiones que deben ser atendidas por una “nueva actitud” o “reforma buena”, sobre todo en lo que respecta a la función del Papado, lo que fuera antes la Roca Fundante. Resulta que nuestra fuerza interior ha fallado y con las viejas estructuras no se encuentra la manera de salir del marasmo. Se habla de que el “personalismo” y “paternalismo” heredado del “Ancien Régime” han demostrado su caducidad al encontrarse con malos Papas y no hallar solución institucional para ponerlos en caja, y esta idea se expresa desde rincones que parecen insospechables de modernismo, mucho más hoy en que el Papa Francisco no presenta ni un costado salvable.<br />
<br />
Hemos escuchado grupos de notables tradicionalistas poner en contradicción las viejas enseñanzas y hablar de proponer un “Nuevo Paradigma” en lo político para el catolicismo, o replantearse el Papado que surgió de los ultramontanos Vaticano I y Trento con aquel recurso a la Infalibilidad Papal que hoy parece cerrarnos el paso, o de reinventar la función del Colegio Episcopal en términos parlamentarios para mitigarlo, y hasta cabe oír la vieja imputación de todos los males al “Integrismo Católico”, como que sería una reacción desmedida y refractaria de toda dinámica que provocó reacciones inversas progresistas (argumento que esgrimió la democracia cristiana y que volvió a cobrar fuerzas por la difusión de la obra de Louis Bouyer en nuestro medio) solicitando una vuelta a épocas muy lejanas de una Iglesia no estructurada. <br />
<br />
Sin lugar a dudas que debemos revisar nuestras conductas, aceptar nuestros defectos y proponernos una “conversión” o “reconversión”, y tampoco queremos dejar de ver la importancia que dan los buenos sacerdotes a una revitalización de nuestra vida espiritual personal, que ha sido sin duda alguna un “efecto” de la crisis, pero no la “causa” de la misma. <br />
<br />
¿Es que toda esta situación obedece a una decadencia interna provocada por una falla en la estructura y en la expresión de la doctrina que se enrigideció o esclerosó? ¿Que no supo reaccionar? Si es así, hay que darle la razón a Bouyer y buscar las culpas principalmente entre los Papas de los siglos anteriores al Concilio Vaticano II: en Trento y en el Concilio Vaticano I. Y además, buscar por fuera de las estructuras tradicionales la solución y no en una “restauración” de las mismas. Por ejemplo: desmantelar el “papismo”, suplir el magisterio por sensus fidei, replantear el caduco magisterio político, etc. <br />
<br />
Hemos leído con gusto la obra de Dino Buzatti -<b>“El desierto de los Tártaros”</b>- donde la decadencia de los hombres de aquella fortaleza de frontera con el enemigo proviene de una especie de hongo o virus que habita en sus mismas paredes, y el “enemigo” del que se habla y se espera el ataque parece no existir más que en la imaginación febril de los viejos militares que siguen tontamente apostados en las almenas. <br />
<br />
Las nuevas generaciones de católicos se han formado en esta idea de autodemolición por debilitamiento interior y han perdido de vista –casi totalmente– la denuncia que a toda voz gritaban aquellos integristas y contrarrevolucionarios del XIX y principios del XX: que la Iglesia Católica sufría el embate de terribles y poderosos enemigos externos; que estos estaban construyendo estrategias muy detalladas de combate, espionaje e infiltración; embates que desde la Revolución Francesa y durante el siglo XIX fueron brutales, crueles, altamente financiados, poderosos, complejamente complotados y conjurados en su destrucción. Que se daba una encarnizada batalla en los muros. <br />
<br />
Que en el siglo XX estos poderes lograron una victoria mundial y concentraron fuerzas anticristianas nunca jamás previstas en la historia. Que todo obedecía a un plan perfectamente documentado del que había pruebas concretas (como aquellos papeles secuestrados por la policía vaticana en tiempos de Pio IX a la logia de la Alta Venta) y de que se proponían lograr poner “un Papa a nuestra medida” en Roma. <br />
<br />
Este enemigo ¿existió? ¿existe? ¿O es el fruto de la afiebrada mente de los integristas que lo señalaban –como en la novela citada- y nadie los ha podido ver ni tocar? ¿Fue todo una locura y una infundada teoría del complot? ¿Es la “revolución” una insidia y conjuración dirigida contra la Iglesia Católica como objetivo primario y directo? (que fue la idea de los contrarrevolucionarios el estilo de Blanc de Saint Bonnet). O es al revés; una cuestión exclusivamente política que arrastró a la Iglesia como daño colateral y por el hecho de haber esta quedado anclada en posiciones políticas integristas y retrógadas –como el legitimismo francés, el maurrasianismo y el Tridentinismo ultramontano– por no tener la habilidad de descubrir la forma en que las nuevas expresiones de la política moderna sirvieran al cristianismo (asunto que era sostenido por los movimientos demócratas cristianos que se vieron envalentonados por una mala interpretación de la ambigüedad diplomática - que no doctrinaria - del “ralliement” de León XIII, y que luego se sintieran traicionados por las condenas que les recayeron, lanzadas hasta por el mismo Pontífice nombrado). Idea esta que hoy es sostenida no sólo por la “izquierda”, sino por la amplia mayoría de los intelectuales católicos de la “derecha”, aun los que se dicen directos descendientes de aquellos viejos “contrarrevolucionarios”. <br />
<br />
Los análisis de las causas internas de la crisis pueden ser válidos, pero… ¿no cabría ponderar las razones “externas”? <br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEtCsCVvCDpaeOgePcZzO85dqx1sOdJRr1hcsGkDSTkkKkxvQz5NjjJacg9k74Of-ZkgZABAgjjq7A8zf_eYIXTZwVCirUuv4l5CRTg6Ir4CcZp7MwTHrYkfRDYtSYMF-okS0q-jMClsy6/s1600/616x510.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="510" data-original-width="615" height="265" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEtCsCVvCDpaeOgePcZzO85dqx1sOdJRr1hcsGkDSTkkKkxvQz5NjjJacg9k74Of-ZkgZABAgjjq7A8zf_eYIXTZwVCirUuv4l5CRTg6Ir4CcZp7MwTHrYkfRDYtSYMF-okS0q-jMClsy6/s320/616x510.jpg" width="320" /></a></div>
Es muy diferente el juicio de una Iglesia que se derrumba desde dentro, que el de una Iglesia casi abatida por una fuerza externa anticristiana poderosa, mundial y coaligada. Es diferente el juicio sobre hombres a los que las ideas modernas fueron minando desde dentro, que la de hombres resistiendo un combate desigual de millones contra uno. Es diferente el entender un Satanás (aquellos poderes enemigos de los que habló San Pablo) si este actuó desde dentro del alma de nuestros hombres que de a poco se rendían, o de si lideró la Bestia concretas organizaciones humanas “anticristianas” que le respondían con ingentes medios materiales y que asediaban la Iglesia. <br />
<br />
Cierto que por lo común ambas tragedias suelen ocurrir para una derrota, pero Sodoma cae desde dentro por propia decadencia y a Troya la rodeó el ejército más poderoso de su tiempo, y este asedio y ataque fue la causa primordial de su caída, más allá que haya provocado primero el martirio de sus héroes, luego la extrema confianza del exitismo de los necios y por último el derrotismo de sus mediocres. <br />
<br />
Pero … ¿podemos hoy volver a hablar de esto? ¿Podemos hablar de nuestros mártires contrarrevolucionarios? ¿Puede el hombre del siglo XXI replantearse el asunto y si acaso “nombrar” a los “malditos” coaligados bajo un mando satánico que “Le Destronaron”? No digo ya como imputación (como se hizo en aquel momento) sino apenas como exégesis histórica. ¿Se puede apenas nombrarlos sin recibir la imputación de demencia y la burla (cuando no la sanción penal) de la más tiránica de las imposiciones que ha conocido la “expresión” científica en toda la historia? ¿Se puede acaso contradecir la versión de que ese enemigo no existió y fue la locura iracunda de los integristas y contrarrevolucionarios que la inventó? La creó siguiendo el curso de los odios viscerales de un mundo que no se resignaba a ser rebasado por la historia y buscaba en su furia impotente un “chivo emisario” de su propia decadencia: el viejo recurso de culpar al JUDÍO, al MASÓN, al PROTESTANTE. ¿Se puede decir esto sin acarrear sobre uno la isolación social, la repulsa académica y el alejamiento hasta de los propios? <br />
<br />
Y sé que viendo en mayúsculas las palabras condenadas por la historia para no poder ser nunca jamás nombradas en contexto negativo, al lector le corre un frío por la espalda y no atina a acertar si debe seguir leyendo y escuchar sin culpa cuales fueron esas fuerzas a las que los retrógrados acusan de haber asediado la Iglesia en el contexto de una “conjuración anticristiana” sin la cual nada de lo hoy -a sus juicios- puede comprenderse. <br />
<br />
Pero para poner a recaudo a los prudentes y justificar la necesidad de la inmediata fuga, les adelanto una idea fija que tuvieron esos hombres. Esas fuerzas iban montadas en un destructivo vehículo:<i> “la sugestión maestra de la que los asediantes se sirvieron para abrir una brecha en la opinión de la civilización cristiana, y por ende, en sus instituciones”</i><a href="file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/CONJURA%20ANTICRISTIANA%20(3).docx#_edn1">[i]</a> <b>fue La Democracia</b>. Y ya todo esto es un trago que el noventa por ciento de los católicos actuales no pueden pasar. <br />
<br />
No queremos convencer a nadie de una de las dos puestas, sino simplemente recordar a las nuevas generaciones que esta discusión se dio y que ese combate se libró entre las penumbras de las intenciones ocultas haciendo muy difícil el análisis histórico. Nunca hubo una declaración de guerra frontal ya que si la conjura existió, su esencia siempre fue la de evitar hacerse evidente con un objetivo religioso, consistiendo la lucha justamente en que el integrismo bregaba por ponerlos en evidencia y con esto sólo hubiera bastado para su fracaso, pues la enorme mayoría católica no hubiera coincidido con una propuesta que fuera anticristiana, pero sí si ella se presentaba –o era en efecto- una propuesta social y política exclusiva sobre asuntos en los que la Iglesia dejaba libertad de elección, como era el hecho de darse los pueblos constituciones políticas monárquicas, aristocráticas o democráticas. <br />
<br />
<br />
<a href="file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/CONJURA%20ANTICRISTIANA%20(3).docx#_ednref1">[i]</a> MGR. DELASSUS, <i>La Conjuration antichrétienne,</i> Lille/Paris DDB 1910, pag 4 (introduction).</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<br />Flavio Infantehttp://www.blogger.com/profile/07929147663390580956noreply@blogger.com16tag:blogger.com,1999:blog-965376188264120636.post-17895067884322821902018-09-15T00:30:00.000-07:002018-09-15T20:51:35.786-07:00LOS SIETE DOLORES DE MARÍA<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6SLcOe93769XiNH6xDB1Hus-GsbKfxCLnOP19tgXWvdrGIzX9Uw7Z2goGl-9XKAHyESha-MUJWHdf8T37QaI9_zy6JMOxL-v6T4TQTRei_-PTotOFngMlogMtg5T-rozgM_uoh1-EYriC/s1600/800px-Durer%252C_polittico_dei_sette_dolori%252C_ricostruzione.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1145" data-original-width="800" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6SLcOe93769XiNH6xDB1Hus-GsbKfxCLnOP19tgXWvdrGIzX9Uw7Z2goGl-9XKAHyESha-MUJWHdf8T37QaI9_zy6JMOxL-v6T4TQTRei_-PTotOFngMlogMtg5T-rozgM_uoh1-EYriC/s400/800px-Durer%252C_polittico_dei_sette_dolori%252C_ricostruzione.jpg" width="279" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Durero, <i>políptico de los diete dolores.</i></td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;"><b>C</b></span>omo Eva oyó de labios del Altísimo<br />
el pregón de sus penas merecidas,<br />
así Vos, oh Señora, aunque inocente,<br />
sin mota de pecado concebida,<br />
oísteis el anuncio de la espada<br />
que vuestro corazón traspasaría.<br />
<br />
Probasteis a la vez en el destierro<br />
la pena que les cupo a nuestros padres,<br />
y Egipto floreció con recibiros<br />
para que en vuestras huellas germinasen<br />
en breve los cenobios que darían<br />
al Cielo gran cosecha de diamantes.<br />
<br />
Supisteis los afanes, las angustias<br />
cuando, eclipsado el rostro de aquel Niño<br />
(engendrado todo Él como el relente,<br />
que la aurora del tiempo antes nacido),<br />
corristeis a buscallo apriesa al Templo<br />
sin otro rastreador que el amor mismo.<br />
<br />
Lo visteis en la vía dolorosa<br />
bajo el peso soberbio del pecado<br />
que le labró la Cruz que fue su cetro.<br />
Al pie del sacrificio consumado<br />
las lágrimas vertisteis, que la sangre<br />
de la divina Víctima asperjaron.<br />
<br />
Por fin, fue a descansar en vuestros brazos<br />
quien no tenía donde reclinarse<br />
y aquí tanto dolor, si contenido<br />
por sostener el santo cuerpo exangüe,<br />
debió probar mil nuevos estallidos<br />
en el sinfín de vuestros hontanares.<br />
<br />
El sepulcro sellado con la piedra<br />
os lo arrebataría con el signo<br />
del profeta raptado por el pez.<br />
No habrá desolación mayor ni atisbo<br />
de penas incoadas bajo el cielo<br />
que iguale aqueste luto entenebrido.<br />
<br />
Vuestros dolores válgannos, Señora,<br />
en estas horas de estrechez sombría,<br />
en estas horas de eclipsadas lumbres<br />
y de balumba y de impiedad maldita,<br />
en estas luengas horas de clamores<br />
que al Cielo enderezamos a porfía<br />
para que venga el Reino prometido<br />
y todo lo restaure a su medida.<br />
<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<b><i>Fray Benjamín de la Segunda Venida</i></b><br />
<b><i><br /></i></b>
</div>
Flavio Infantehttp://www.blogger.com/profile/07929147663390580956noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-965376188264120636.post-48205459411340668442018-08-29T20:59:00.000-07:002018-08-29T20:59:23.536-07:00UN NUEVO LEMA EPISCOPAL PARA FRANCISCO<div style="text-align: right;">
por <b>Matteo Donadoni</b></div>
<div style="text-align: right;">
(traducción: F.I. Fuente <b><a href="https://www.riscossacristiana.it/proponiamo-un-nuovo-motto-episcopale-per-bergoglio-me-ne-frego-di-matteo-donadoni/">aquí</a></b>)</div>
<br /><br />El método de Francisco I de Buenos Aires frente a las dificultades dialécticas me recuerda mucho al de mi viejo párroco sesentayochesco. No responder. Cuando aparece una dificultad de cualquier tipo, aun cuando se refiera al propio apostolado, no se debe responder. A lo sumo sonreír, encogerse de hombros o improvisar una expresión mansamente desolada. ¿Pides publicar un artículo para confirmar la doctrina católica? No tendrás respuesta. ¿Lo envías igual? No será publicado. ¿Te quejas de que no es cierto que Jesús se ha hecho pecador, como se explica en la homilía? Obtienes sonrisas. ¿Buscas consuelo por el suicidio de un familiar? Monseñor no sabe qué decir, la entrevista se concluye en el arco de unos 2 minutos, en todo caso menos que en la imprevista llamada telefónica del arquitecto idiota que anuncia el aumento del 25% sobre el presupuesto de los retretes del oratorio.<div>
<br /><div>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-cBaS5zySlQS-GPdmbwF7oqxTQv3odrgv2mV6PiTmn6Jh0lpOFyU5NKixNd07KpcHeUecmKK5qU8wkGZf4M4A9-fOf1nRH15xgPLv08qIXTf9aIxZz6QNU51hXIgdvQ20ICRmzv44M0oS/s1600/papa_francisco_2_4.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="468" data-original-width="700" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-cBaS5zySlQS-GPdmbwF7oqxTQv3odrgv2mV6PiTmn6Jh0lpOFyU5NKixNd07KpcHeUecmKK5qU8wkGZf4M4A9-fOf1nRH15xgPLv08qIXTf9aIxZz6QNU51hXIgdvQ20ICRmzv44M0oS/s320/papa_francisco_2_4.jpg" width="320" /></a></div>
La misma táctica de Bergoglio. <i>¿Dubia?</i> Encogimiento de hombros. ¿Acusaciones de monseñor Viganò? Silencio. Peor aún: además de no responder, su Misericordiedad eleva a tribunal supremo acerca de las verdades de la Iglesia al séquito agnóstico de periodistas que lo siguen en el avión, delegando un evento capaz de hacer época a la "capacidad periodística de sacar sus propias conclusiones". <i>«Cuando haya pasado algún tiempo y hayáis obtenido vuestras conclusiones, podré hablar. Pero me gustaría que vuestra madurez profesional haga el trabajo por vosotros»:</i> entregó así, a la madurez profesional de los miembros de la prensa, con un acto de confianza totalmente desconsiderado, la epistemología de la suprema autoridad católica. O de aquella que parece serlo. Con la misma expresión desolada de mi viejo párroco y con la circunstancia agravante de que quien tendría que confirmar en la fe al mundo católico, en cambio lo confunde, incluso cuando finge una expresión que, más que desolada, parece "desalada". ¿No hay más sal en la tierra?<div>
<br /></div>
Sin embargo, del enésimo pastiche vaticano en salsa chimichurri podemos sacar una conclusión lógica, útil y veraz. Si en su larga carta, Viganò afirma que cuando expuso el informe McCarrick, respondiendo a la llamada "pregunta con trampa", Francisco no dijo nada cambiando pronto de discurso y, como era de esperar, ahora los periodistas le piden justamente una aclaración a este respecto y Francisco persevera en no responder nada, esto significa que las afirmaciones de Viganò sobre la actitud del obispo de Santa Marta son más que fiables: reflejan un método constante, el verdadero y propio <i>modus operandi -</i>que luego no refleja sino su <i>modus cogendi-</i> científico de Bergoglio frente a las complicaciones (probablemente de todo tipo).<br /><br />Ciertamente eficaz a corto plazo, pero a la larga revelador de verdades silenciadas. Si la observación parece trivial, el hecho real es incontestable. Mientras tanto el tiempo pasa. Nadie puede decir con certeza si la arena de esta clepsidra corre hacia un <i>redde rationem</i> final o hacia el final perverso de todas las cosas.<br /><br />Mientras tanto, ofrecemos humildemente a Su Misericordiedad un lema episcopal adaptado al estilo de su pontificado: <i>«Me ne frega».</i> Que en latín podría sonar «<i>Non curamus»,</i> al paso que en castellano <i>«No me importa».</i><div>
<i><br /></i></div>
</div>
Flavio Infantehttp://www.blogger.com/profile/07929147663390580956noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-965376188264120636.post-8882126214143511842018-08-18T21:31:00.001-07:002018-08-18T21:31:57.999-07:00LECCIÓN DE MICROPOLÍTICA<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<i>por <b>Dardo Juan Calderón</b></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Parece ser que fue Gabriel Tarde el que descubrió este asunto de la
Micropolítica, que se trata de que por el hecho de vivir en sociedad nosotros
los hombres comunes - que no participamos de la Alta Política o Macropolítica -
<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>sin embargo “hacemos política” desde las
estructuras básicas de la sociedad; y que esta actividad es mucho más
gravitante en la macropolítica de lo que se piensa livianamente. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Esta gravitación hace que los manipuladores modernos de la política,
después de seguir los sabios consejos de Maquiavelo, hayan dado una gran
importancia a la manipulación de la “micropolítica”. Tarde discutió con otros
genios de la sociología que decían que esos fenómenos básicos no son políticos
sino psicológicos, pero el hecho es que ganó Tarde; que más vale tarde que
nunca, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>porque esto lo había dicho
Aristóteles y fue la principal actividad política de la Iglesia Católica –
hacer familias cristianas- desde hace una pila de años. Pero la cuestión es que
los sociólogos descubrieron este campo de estudio y escribieron unos enormes
ladrillos sobre el asunto, siendo uno de los más destacados y usados en la
actualidad el de Gilles Deleuze, bibliografía obligatoria desde hace muchos
años en la formación de los licenciados en Ciencias Políticas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>El asunto de la ley del aborto en nuestro País hace actual una reflexión
sobre este tema, en el que las estructuras básicas de una sociedad parecen
influir los derroteros de la Macropolítica, pero cabe discernir a la luz de
estas consideraciones si influyeron hacia arriba o fueron manipulados desde
arriba. También lo hace necesario el hecho de que las familias católicas - y si
hay todavía algunas estructuras un poco más complejas que pueden llamarse
católicas - tienen como única posibilidad de influir en la alta política la
acción a través de estructuras y conductas de base, ya que el Estado Laico no
permite llegar a sus más altos rangos enarbolando una religión. Puede llegar
uno que sea católico en su fuero íntimo pero no puede ejercer la función en
cuanto tal, pues debe reconocer el carácter estrictamente laico de su función,
la libertad de cultos y otras linduras que son incompatibles con una condición
de católico íntegro. Sí con la de católico modernista. Y esto no es lo peor,
sino que la “función” se ejerce desligado de toda representación real de
intereses y como miembro de una burocracia de la que se desconoce el objetivo
final, si es que lo tiene (como veremos).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>El gran interrogante de los católicos es <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">¿qué podemos hacer desde nuestras humildes posiciones para influir
buenamente los destinos políticos de un estado moderno?</b> Pero no es común
encontrar la siguiente pregunta: <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">¿De qué
manera la macropolítica nos está manipulando para que creyendo que influimos,
estemos jugando su juego? </b>Como carecemos de vocación iluminadora y siendo
que la primera pregunta ha sido contestada a granel con las más “regocijantes
pendejadas”, dejaremos al lector contestarse la segunda.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Trataremos de resumir, haciendo la más
tendenciosa interpretación de la enseñanza de los sociólogos expertos (que la
objetividad es un lujo de camanduleros) el “cómo ve el enemigo” estos asuntos,
ya que, previendo las resistencias de las buenas gentes han hecho sesudas
reflexiones para manipular las reacciones de las células de la base social. Acá
va su lección.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Vamos a usar una analogía
geométrica de la moderna sociología que, no por artificial y metafórica deja de
tener valiosos aportes para el entendimiento del problema; sobre todo porque
efectivamente se están aplicando sus indicaciones desde los altos rangos por
medio de expertos que han estudiado con atención estas enseñanzas sociológicas.
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Ellos nos dicen que en la sociedad se
encuentran múltiples “segmentos” (familias, instituciones, grupos, etc.) y aún
dentro de estos segmentos hay segmentaciones internas (padres-hijos,
jefes-subordinados, y nuevamente etc. etc.). Estas segmentaciones se pueden
clasificar en tres formas más destacables: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">las
binarias, las circulares y las lineales. </i><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><br /></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>En los <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">segmentos binarios</i></b> yo me incluyo en un grupo que se “opone” a
otro (no necesariamente oposición significa una lucha, pero sí una especie de
bando de pertenencia que se distingue y, lucha, acuerda o<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se regula con el otro), por ejemplo,
mujeres-varones, jefes-empleados, padres-hijos, creyentes- ateos,
modernistas-tradicionalistas, patrones-trabajadores, clase media- clase baja, o
la clase alta con ambas alternativamente, y por ejemplo en el caso actual:
abortistas-antiabortistas, y mil otras oposiciones binarias que se dan aún
dentro de estas, pues por ejemplo no todos los antiabortistas – ni los
abortistas -<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>pertenecen a un mismo
grupo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>De
hecho hay algunos que entienden la maldad de las oposiciones binarias y al
tomar esta postura se convierten en una. Nosotros podemos aceptar que hay
binarizaciones naturales, otras creadas por intereses reales y otras provocadas
por la publicidad al sólo efecto de desordenar. Dentro de las provocadas por el
poder están todas aquellas que obedecen al viejo aforismo “divide para reinar”.
<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Es gracioso ver cómo desde la izquierda
se atacan las oposiciones binarias naturales (las del sexo, o las de
padres-hijos por ejemplo) pero inmediatamente se cae en oposiciones binarias
artificiales como las de clases o ideológicas. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Los <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">segmentos circulares</i></b> suelen tener mayor cohesión y ser de
origen más natural, son grupos que en conjunto desarrollan un fin común que se
integra en la sociedad toda y dentro del cual se regulan las binarias internas
(función de la madre y la del padre en la familia). La familia sería el
primero, una unión vecinal, el municipio, la provincia, la región, las
asociaciones de trabajo o gremiales (no el “sindicato” que es binario contra
“la patronal”) y muchas otras, hasta el círculo mayor que es el Estado. Todos
estos círculos no necesariamente son concéntricos, defienden sus propios
intereses y resguardan sus vidas formando un conjunto que es el Estado. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Funcionarían como los círculos que varias
gotas de agua producen al caer a un estanque, siendo el estanque el Estado.
Esta última imagen nos da una idea de que se compenetran unos a otros, unos se
hacen más grandes y potentes y otros menos, algunos decrecen y otros se
agrandan.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Los sabios de la sociología
nos dicen que esta era la forma más común de las sociedades primitivas: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">la segmentación circular no concéntrica</i>.
Que eran bastante independientes entre sí, aunque interrelacionados, y -
agregamos nosotros - fue la forma principal de la sociedad cristiana medieval. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Estos segmentos producen una cierta fuerza de cohesión en el Estado,
pero a la vez una fuerza de independencia que no deja que el Estado sea tan
poderoso, es decir que forman una fuerza nucleante pero a la vez debilitante
sobre el poder central. En el Estado moderno se forzarán las energías de estos
segmentos circulares para hacerlos concéntricos y así dirigir toda la energía sobre
él. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Y por último están los <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">segmentos lineales</i></b>. Instituciones
que cruzan en línea recta desde la cabeza hasta el pié. Los más clásicos o
antiguos son la Iglesia y el ejército, podemos hablar luego de las carreras de
estudio y las logias. Más modernas son las grandes empresas comerciales y el
gran monstruo lineal que es la burocracia. Hagamos unas distinciones: salvo la
Iglesia, los demás responden a intereses de cúpula, es decir que drenan fuerzas
de los círculos para servir un poder central, ya sea en buena forma para un
bien común, ya sea en mala para fines ajenos o inconfesados, pero siempre hay
tensión entre ellas con los círculos, un tire y afloje sobre cuánto se entrega
y cuánto se retiene. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>La Iglesia tiene una característica especial, está concebida para
alimentar la fuerza de esos segmentos circulares, es decir que trae energía de
“arriba” para “abajo”, no al revés como los otros, y la más de las veces se convierte
en parte de esa tensión de los círculos con el estado central tomando partido
por los primeros. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Como podrán ver uno puede participar a la misma vez en los tres tipos de
segmentaciones y por ende, los componentes de una de esas segmentaciones traen
a la misma intereses de las otras que suelen armar una colisión de intereses
enormes que arman el tejido o maraña social que trata de desentrañar el
sociólogo para saber qué pasa en una sociedad concreta. Un hombre es parte de
una familia, de un municipio o región, que son circulares, pero puede a la
misma vez participar de segmentaciones binarias que exceden ese grupo y traen
desestabilización a las relaciones del círculo, y a la misma vez pertenecer a
segmentaciones lineales que responde a otros intereses y que traen
desestabilizaciones a los dos primeros, y los dos primeros a esta. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Ejemplo: Yo puedo pertenecer a una familia y también al grupo de los
celestes o los verdes y además, ser un burócrata de línea, o un militar (que ya
no hay diferencia). Es probable que los intereses familiares sean grandes y me
lleven a llenar de familiares la línea burocrática que pasa a servir a esa
familia; o es probable que los intereses de línea me lleven a enfrentarme con
la familia. Y el ser verde o celeste de la misma manera puede producir
colisiones familiares o en la línea.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y
así imaginen millones de entrecruzamientos y colisiones como los átomos de una
materia, pero que al fin componen esa materia con una mayor o menor estabilidad,
pudiendo llegar a la disgregación, estallido o implosión.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Sumemos a que hoy estos segmentos binarios y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>lineales (muy improbablemente los circulares)
exceden al mismo Estado. La feminista es internacional y recibe sus consignas
desde una usina lejana; lo mismo el socialista, e igual el empleado de la
General Motors o<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>un ejército que trabaja
para la ONU. Y entonces el dibujo se hace casi imposible y enormemente
complejo, pues por la doble o triple pertenencia, los circulares se ven
afectados. A una familia de tal región o municipio ya no le importa esa región
o municipio desde su economía si sus ingresos provienen de un línea
internacional (pongamos que es empleado del Banco Mundial), pero sí le importa
la región en cuanto a enfrentamientos binarios, porque es antiabortista -por
ejemplo-, asunto que lo opone con algunos de sus vecinos; pero el Banco Mundial
que le prodiga el sustento económico promociona políticas abortistas y se opone
a él en el segmento binario. Y todas estas oposiciones de planos y segmentos
los enfrentan consigo mismo y llevan las contradicciones dentro de cada
segmento.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyiU_omT7MYc5ciSpNsUI-YIAS22dg_mR2veygt9V4JeHJuIfoRodp4fNlXWgOhxuGU-MrV-hAlkjbtKTZsxUMA2i4v1HGIbDhjKLCKyYkxAfRXcs7FctezaTgLHQxhLGE-_72tHYmI4qX/s1600/jrodriguez-forges_burocracia.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="232" data-original-width="406" height="182" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyiU_omT7MYc5ciSpNsUI-YIAS22dg_mR2veygt9V4JeHJuIfoRodp4fNlXWgOhxuGU-MrV-hAlkjbtKTZsxUMA2i4v1HGIbDhjKLCKyYkxAfRXcs7FctezaTgLHQxhLGE-_72tHYmI4qX/s320/jrodriguez-forges_burocracia.jpg" width="320" /></a></div>
Fue Kafka quien dibujó literariamente el entramado de la burocracia
moderna donde, una oficina – un poder judicial o un banco- se supone que
responde a una línea jerárquica dura, pero cuando uno lo vive desde dentro va
descubriendo las miles de intromisiones de los otros segmentos que la pervierten
desde un punto de vista, o la humanizan desde otro. Porque ni el jefe toma sus
decisiones exclusivamente en cuanto jefe de línea, ya que puede buscar acomodar
a sus hijos o sobrinos para fortalecer su círculo, o también tiene opciones
binarias que inciden y en las cuales un subordinado puede ser más que él. El
jefe es superior en la línea, pero inferior de un subalterno en la Logia,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en el Opus, en el partido político, en el
club de golf o de rugby. Y así mil entramados.<o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>En la actualidad todo llega al punto que nos hace decir: “¡uno nunca
sabe para quién trabaja!”, cosa que en la sociedad tradicional forjada en las
segmentaciones circulares no concéntricas, era mucho más fácil saberlo pues estaba
el interés muy cerca del hombre. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Parece
que también sería fácil saber para quién se trabaja en una sociedad altamente
centralizada a partir de segmentos circulares concéntricos - como son el
totalitarismo monárquico o de tipo fascista - pero aquí los intereses son muy
lejanos al hombre y la fuerza de los segmentos lineales (ejército, partido,
burocracia, logia) es enorme sobre los circulares que tienden a ser arrollados,
desvitalizados en la entrega de todas sus energías al segmento lineal. Corremos
el riesgo de que, aunque sabemos para quién trabajamos – el Jefe, Monarca
Absoluto, Gurú o Líder-<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no sabemos bien
qué busca la cúpula que está allá lejos manejando intereses que no comprendemos
y a los que nos entregamos en una confianza fanática.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>¡Qué maravilla era ser un grupo de familias que vivían en una región con
poco contacto con el resto!<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Los círculos
que hacen las gotitas de agua chocan entre sí, pero se acomodan según sus
energías naturales y lo mismo dentro de cada familia, pero no hay casi
interferencias binarias ni lineales, los opuestos se complementan en armonía.
Los litigios son claros y simples. Y esta paz social puede mantenerse en
conglomerados más grandes y en la medida que estas pequeñas aldeas son
respetadas por el poder central, normalmente con economías rurales y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>pequeñas formaciones urbanas. Eso fue el
feudalismo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Pero la Gran Urbe fruto de la fuerza de segmentaciones lineales y
binarias que empujaron a estos círculos armó el gran lío (efecto del
capitalismo). La política cristiana siempre supo que la paz social se basaba en
mantener estos núcleos independientes, suavemente subordinados por impuestos no
excesivos, levas militares muy pequeñas y casi nada de burocracia central -nos
cuenta Alberto Falcionelli que en pleno siglo XIX Rusia presentaba este tipo de
aldeas en que los únicos representantes de la burocracia central eran el cura
(la Ortodoxia es de obediencia nacional) y el encargado de correos. (Casi
siempre borrachos ambos. Cuenta que un pueblo se quejó de que el Cura era
borrachín y este, en su defensa,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>dijo:
“el estafeta también lo es, pero lo importante es que las cartas llegan”. Quería
decir muy chuscamente que la gracia también llegaba a pesar de su embriaguez). <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Cabe hacer dos aclaraciones. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>La fuerza lineal de la Iglesia Católica - que ya dijimos que tiene
sentido inverso a las otras, de arriba para abajo - se cuidaba meticulosamente
de tener interferencias de segmentos circulares, binarios o lineales ajenos en
su interior. Sus hombres no pueden tener familias, ni municipios, ni regiones
ni nada que se introduzca en sus intereses de forma colateral, mucho menos del
Estado central,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>aun cuando su energía es
para potenciar todos estos círculos y aún al Estado Central. Y de la misma
manera se cuidaba de tener interferencias binarias (herejías se llamarán). La
decadencia de la Iglesia en el período renacentista fue producto de estas
intromisiones circulares de los intereses de las grandes familias (ya verdaderas
empresas político-económicas), luego con los estados fuertes el problema era el
de intromisiones lineales externas o ajenas (partidos) y en la actualidad la
intromisión es binaria al dejar campar con libertad las más opuestas opiniones
o herejías (concepto que deja de ser negativo y las opiniones encontradas son
positivas). <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El ejército de las civilizaciones
antiguas era bastante parecido a una iglesia (los espartanos no tenían familia,
y no digo llegar a darse unos buenos besos entre soldados, pero todo militar
sabe lo complejo que es tener familia en ese oficio) y más tarde el caso de
Templarios y Hospitalarios en la Edad Media; pero lo común en aquella época <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>era un ejército que se juntaba desde los
círculos (familias y regiones) y para casos concretos en que los círculos
aportaban sus hombres según sus intereses concretos (había que convencerlos) y
luego los retiraban. La tropa estable era muy pequeña, normalmente una guardia
de Corps alrededor del Rey. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Los ejércitos modernos profesionalizados <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>formados por hombres de intereses cruzados por
binarios y circulares (familias, regiones, partidos, logias) se transforman en
una maraña como la que hemos descripto más arriba. Aunque en principio responden
al Estado Central, muchísimas veces estallan en disputas binarias (bandos) y
sus componentes comparten afiliación a otras lineales (partidos, logias) que
hasta pueden ser exteriores al Estado, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y
aunque se justifican en la defensa común de los círculos, muchas veces – como
pasa en toda fuerza lineal centralizada – los avasalla. Tengamos en cuenta que
la función de “hombre de línea” – cualquiera sea ésta- lo hace menos apto para
la solidez familiar. La línea avasalla al círculo, saca al hombre lo mejor de
sus energías. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwwff7mgO-jftBTjGyXefUu9gIEk5IkVgzvWbnsSPdLqiwhqcqtJOmXCQsBAxW0ydgF91QufuVDb6yEIka8baQRF8rOie4WNhgUZxRM3HNs7mN4NVY_vs9BxnNg0qade3JOBHf6_0ELZ5c/s1600/sociedadtrinitaria-293x300.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="300" data-original-width="293" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwwff7mgO-jftBTjGyXefUu9gIEk5IkVgzvWbnsSPdLqiwhqcqtJOmXCQsBAxW0ydgF91QufuVDb6yEIka8baQRF8rOie4WNhgUZxRM3HNs7mN4NVY_vs9BxnNg0qade3JOBHf6_0ELZ5c/s320/sociedadtrinitaria-293x300.jpg" width="312" /></a></div>
En aquella sociedad tradicional, ¿qué era lo que aportaba unidad al todo
de círculos no concéntricos? ¿Qué era lo que los ligaba o “religaba”? Pues eso
que dice la palabra: una “religión” común. Y no había por tanto en las
sociedades tradicionales mayor delito político que atentar contra esa religión,
pues era el nexo social que impregnaba por igual cada círculo no concéntrico y
lo hacía funcionar para el todo. Hubo reyes que atacaron las herejías con mucha
más energía que la Iglesia, gran cantidad de Concilios fueron convocados por el
poder político ante la aparición de conflictos binarios dentro de la Iglesia.
Todo aporte que saliera de los círculos, ya sea impuestos o soldados, se hacía
con un sentido impregnado de religiosidad – las guerras debían ser justas o
justificadas con sentido religioso - como igualmente los litigios entre
círculos se solucionaban a base de este criterio y normalmente por los hombres
de Iglesia. El Rey era esencialmente el defensor de la Única y Verdadera
Religión y en eso residía y se justificaba su poder. Y si no, todo se
desbarataba. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El absolutismo quiere hacer
concéntricos los círculos y esto debemos saber que nace por un doble fallo. Sin
duda por la apetencia de concentración de poder por un lado, pero mucho más por
efecto del propio debilitamiento de los círculos más altos de la sociedad –la aristocracia-
que se vieron ganados y debilitados por segmentaciones binarias internas y
lineales ajenas o superestatales (logias, ideologías, intereses económicos
supraestatales, etc.) que desarmaron el tejido que hacía de nexo entre<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>el círculo superior y los más pequeños. Quedó
el Rey y el pueblo amenazados en sus estructuras por estas segmentaciones en el
intermedio (la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Historia de Rusia</i> de
Falcionelli lo demuestra con gran solvencia) con el consiguiente problema que
se produce en este matrimonio - rey-pueblo - por la lejanía de intereses, la
débil comunicación y la incomprensión de necesidades entre ellos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Los fascismos serían un restablecimiento de los segmentos circulares,
pero concéntricos;<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la anulación de los
binarios y el reforzamiento de los lineales. Todos confluyen a un interés
central que corre por el eje común que es un segmento lineal muy poderoso: el
“partido” (o en otros casos el ejército); segmento lineal que lleva la energía
de abajo para arriba, debilitando irremediablemente los círculos y creando,
quieran que no, una sensación “democrática”. Es cierto que reduce al mínimo las
oposiciones binarias, lo que es bueno, pero <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-como en el caso del absolutismo- al quedar
sin círculos intermedios la distancia con los círculos básicos los lleva a
tratar con aquellos como “masa”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El
absolutismo y los fascismos, quieran que no, masifican al no contar con los
círculos intermedios. En los fascismos estos se reemplazan por la fuerza lineal
de la burocracia partidaria.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>El Estado actual en el mundo globalizado es un asunto mucho más
complejo, porque es un estado que podríamos considerar como el círculo mayor,
pero no es un círculo quieto sino dinámico. Gira y se mueve como un tornado, se
achica y se agranda según los avatares de las fuerzas internacionales lineales
y las oposiciones binarias mundiales, los que le marcan el ritmo. Su peor
enemigo son los segmentos circulares menores que se anclan y fijan, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en familias, regiones, etc., y también los
lineales duros: Iglesia, fascismos (todos estos repugnan de las interferencias
externas al Estado). Estos tienden a hacerse rígidos <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y por lo tanto son un obstáculo a la dinámica,
detienen la fuerza del tornado que choca contra ellos y en el choque pierde
fuerza, y por lo tanto su tarea es provocar<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>segmentos binarios y lineales que los desbaraten y hagan que floten
dentro del tornado. No son estos segmentos lineales como el eje fijo, duro y
acerado de los círculos concéntricos fascistas, sino como sogas que flotan
dentro del turbión por donde trepan los ciudadanos para buscar la
“tranquilidad” del vórtice. Sin lugar a dudas lo que vuelve a todos dinámicos
es la existencia permanente de segmentos binarios en permanente pugna dentro de
los demás (crisis de autoridad entre padre y madre en la familia, no sólo por
efecto ideológico sino por razones de sustento económico al lograr la mujer
poder en sus ingresos, lucha de sexos, generacionales, de partidos…).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Los circulares rígidos ya casi
desaparecen, todos los componentes entran en las lides binarias y en los
ascensos y descensos de los lineales, ya sea del trabajo, de los partidos
políticos o líneas ideológicas, que al estar dentro, el turbión los zamarrea y
cada tanto los escupe hacia la tierra baldía. Las familias, municipios y
regiones estallan internamente por conflictos binarios (padres-hijos,
verdes-celestes, feminismo-machismo, clases sociales, partidos políticos, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>pugna de géneros, razas que pueden ser
hasta<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>inventadas como el indigenismo),<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>sus miembros que notan la inestabilidad y
debilidad de esos grupos, para salvarlos (la naturaleza tiene su fuerza) se van
trepando a esas sogas de salvataje que son los segmentos lineales móviles
(partidos, logias, burocracia, organizaciones cristianas, católicas, etc.). <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Los círculos intermedios como el municipio o la región ya han perdido
todo significado circular, pues la burocracia municipal o regional es un
trampolín (un tramo de la soga) <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>para
subir a la provincial y de allí a la nacional. Ya no existen hombres que son de
su región para siempre, como lo era un Duque o un Marqués y hasta no muy atrás
ciertos líderes regionales como intendentes y gobernadores que servían a su
círculo sin pretender salir de él. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Cabe preguntarse qué le da cohesión a ese inestable remolino. Como todo
turbión se mantiene por un juego de presiones externas e internas, que cuando
alguna de ellas se impone, desaparece y se aquieta, pero comienza la
estrepitosa caída de todos los que están flotando dentro de él por virtud del
juego de fuerzas, y el no querer caerse es la gran fuerza de cohesión. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Seamos más claros: el poder mundial ejerce presiones que influyen sobre
una nación, esa nación se agita con una fuerza interna para sostenerse en su
ser y aquí comienza el giro por efecto del juego de presiones. Cuando las
presiones externas se imponen la nación desaparece, o a veces la fuerza interna
que hace compresión centrífuga, al desaparecer de pronto<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la presión externa, estalla. Este último es
el caso Venezuela o países del Medio Oriente, en que la presión de los mercados
mundiales sobre su petróleo fundan su economía – y su conformación social y
política que se arma sobre dinero externo – y toda su actividad se concentra en
ese producto de comercialización externa; si el mercado se retira, explota,
pues no tiene estructura interna para sostenerse (no hay mercado interno y, lo
que es peor, no hay razones de amistad política. ¿China?). Los mejores <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>ciudadanos prefieren ser conquistados por las
fuerzas externas y los peores se solazan en la autodestrucción. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Allí comprendemos que los gobernantes modernos manejan un tornado que
pasa por todo el territorio, que tiene enormes presiones externas que empatan
con presiones internas, que se alimentan de fragmentaciones binarias como las
fuerzas eléctricas positivas y negativas que produce la fricción, con rayos y
truenos internos; que asolan las construcciones fijas que cuando son débiles
las arrasa (¿han visto las casas de madera estallar con un tornado? ) y que
pierde fuerza cuando choca contra construcciones sólidas. Entonces, las
construcciones sólidas deben ser debilitadas con oposiciones internas –
fragmentaciones binarias – y sostener todo ese equilibrio inestable (sabemos que
todo orden político es un equilibrio inestable, pero que estos son ya un
maremágnum destructivo).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>La cohesión de las ciudades antiguas era la religión, fuerzas que emanan
desde “arriba” y nutren las estructuras básicas y hacen sólido el Estado pero
no poderoso. En el medioevo, esta fuente de energía no provenía del Estado
(como en la antigüedad) que era uno más de los círculos, sino de la Iglesia,
que al estar por sobre los Estados vigilaba la existencia independiente pero
armónica de todos los círculos cuidando que no se produzca esa absorción de
energía. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>En el absolutismo y los fascismos no es ya la Iglesia sino el Estado el
que da “significación” a todos los puntos en sus intereses y objetivos, suplantando,
subyugando<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>o haciendo desaparecer la
Iglesia y debilitando los círculos, creando un eje de absorción de poder lineal
burocrático, convirtiendo a los “pueblos” en masas obedientes. Hasta aquí todos
repugnan de las fragmentaciones binarias (y se armonizan las que son
naturales). <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>El estado actual se explica en una tensión de fuerzas externas e
internas (globalización) que lo hace dinámico, que tiende a la destrucción de
los segmentos circulares fijos y a los lineales fijos, todos los que serán
considerados retrógrados o fascistas y totalitarios, siendo impregnados e
infiltrados por oposiciones bin</span><span style="font-family: "Times New Roman", serif;">arias multiplicadas que son inyectadas por la
publicidad, las ideologías y las logias.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman", serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Desde la familia y cada organización menor, los municipios y regiones,
serán sometidos a un juego de oposiciones y constante reorganización en formas
nuevas, con nuevas oposiciones internas (huelgan los ejemplos, pero la misma
puja democrática es eso).<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Los segmentos
lineales serán fuertes pero plásticos y dinámicos, compuestos ya no por
partidarios fanáticos, sino por gentes que buscan la salvación de los círculos <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y trepan por las sogas, pero, al poco andar,
ya no reconocen su círculo que ha cambiado por efecto de oposiciones binarias (su
familia ha cambiado, su municipio ha cambiado, su región ha cambiado) y ya solo
queda trepar para mantenerse a flote. La “significación” de este Estado no es
más una religión ni un planteo de objetivos de nación (cualquiera sea este:
raza, civilización, economía…) <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>es la
“democracia”, es decir, una forma de permanente segmentación binaria. Ya no es
la Iglesia que en forma lineal derrama hacia abajo, ni el Estado totalitario
que absorbe hacia arriba, sino la misma base masificada que huye de su propia
realidad destructiva hacia arriba, buscando entrar en el vórtice de quietud del
tornado sobre el que a veces está la soga, pero siendo expulsado en algunos
vaivenes de la soga cuando toca el exterior violento del tornado, y ¡fiuuuu!… a
la tierra baldía. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>No hay en éste un abajo ni un arriba, está el turbión, arriba no hay
nada, sólo la fuerza del turbión que te lleva hacia arriba donde se termina la
dinámica y te caes al precipicio, y abajo todo se está destruyendo. La vida es
la vida interna del tornado, con su vórtice de semiquietud dinámica y sus
exteriores de violenta expulsión. Se trata de estar en la calesita que se ha
enloquecido buscando acercarse al centro, y se trata de sostenerse, pues todo
lo de abajo será expulsado por los costados o por arriba en un derroche de
fuerzas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>La esencia de todo este movimiento es la alimentación de los conflictos binarios,
dentro de las familias, dentro de todo orden político (más o menos grande) por
la puja partidaria; dentro de la economía (dólar-peso, competencia comercial,
interna e internacional, es decir: mercado libre) y así en todo. Cuando se dice
que todo debe “democratizarse” <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se dice
esto: a todo debe llegar la oposición binaria y ésta multiplicarse en nuevas
oposiciones a cada triunfo de una de ellas. (Los sabios saben que los triunfos de
una cualquiera de estas oposiciones “cristalizan”, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y hay que volver a romperlos, no importa si
son verdes o celestes, sino que se mantengan dinámicos).<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>El ingreso al turbión puede estar justificado por varias causas, pero
vamos al principio; hay familias católicas que quieren entrar al turbión con
buenas razones, la razón de salvar al círculo que ven peligrar por efecto de
las oposiciones binarias. Pero hay una paradoja, al turbión se entra de manos
de una de las puntas binarias en las que necesariamente hay que enrolarse. Y
las hay que parecen buenas o muy buenas; al sistema no le importa la
“significación interna” de la oposición binaria - lo dicen expresamente-: puede
ser la “restauración de la monarquía católica” o la consagración de la zoofilia,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>lo que importa es que agite los círculos en
dinámica interna; en eso consiste la frase de nuestro presidente al finalizar
una lucha binaria de que: “ha ganado la democracia”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Lo que le interesa es que todos entren en las reyertas binarias
fabricadas ex profeso para mantener la dinámica del turbión e impedir la formación
de círculos basales fijos o moleculares. Y esto es en gran parte porque para la
victoria de una oposición ésta necesita de cierto número de importancia masiva
y, para lograr el número debo realizar “coaliciones” con otros grupos con los
que coincido en un término binario, pero no en otros menores en la urgencia
(aunque mayores en términos significantes), y estas coaliciones necesariamente
me de-significan, me diluyen, me distorsionan, y con ello no soy temible como
punto fijo, estable y altamente “significado”. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¡Chan chon!,</i> estoy en su juego. (Si recuerdan algunos una carta del
nunca mal ponderado Caponnetto dirigida a ciertos caballeros que lo asociaban
en una oposición binaria inducida, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en la
que solicitaba no ser incluido aún sin defecto del contenido de sus textos -lo
que parecía todo un innecesario desplante). Era porque no quería ser
“de-significado”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Vamos a una última de las figuras que pone esta sociología. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El Vector de Fuga</i>.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>No todos soportamos este estado de cosas y
muchos más de los que se piensa se convierten en vectores de fuga de esta
locura escapando del tornado. Y la mayoría fugan por otra locura. Es parte de
la dinámica. Unos se hacen hippies, otros se drogan, otros se hacen Testigos de
Jehová, se van a plantar al campo, se hacen puteadores profesionales,
delincuentes antisistema, saboteadores, cínicos, ladrones, profetas del
apocalipsis y hasta cultores de alguna religión tradicional. Tampoco importa,
los vectores de Fuga son parte del ensamble. Parte de la dinámica, porque sus
derroteros son nómadas tratando de evitar el golpe del turbión y son finalmente
parte del movimiento.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>---------------------------------------<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;">Todo lo dicho es texto de estudio
en el que se ha formado gran parte de los hombres que gobiernan. Sin dudarlo
Durán Barba que cursó en la Universidad de Cuyo, discípulo del Prof. Dussel,
los estudió y los maneja. Y ríe en su oficina de haber embarcado a muchos
católicos en esta su última reyerta de oposición binaria, se ríe de haberlos
obligado a coaliciones impensadas, se ríe de haberlos de-significado,
ridiculizados al no poder recurrir a sus fundamentos que romperían las
coaliciones, a un planteo de “forros”; y todo por una batalla que se reiniciará
inmediatamente sin mejoras para nadie. Pero, como bien dice el “maldito” arriba
nombrado, a caballo de este término de binarización masificado puede que
algunos logren entrar al tornado. A los últimos que conocí que se subieron por
algo parecido a esto, no tardaron ni minutos en ser escupidos ¡fiuuuu! a la
tierra baldía, con toda la trompa por el suelo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>No sé el lector, pero yo estoy inclinado a creer que nos embromaron.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>En lo personal me queda una sola Micropolítica, aguantar de pié el
cimbronazo. Sin complicidades ni cálculos. Cuidando con singular energía la
intromisión de oposiciones binarias falsas en nuestros entornos, armonizando
las naturales, cuidando meticulosamente toda de-significación por efecto de
alianzas estratégicas para resultados ficticios. Aún, y no menos peligrosa, debemos
cuidarnos de esta idiota binarización <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“Francisco-
Anti Francisco”, que no es más que una anécdota que será escupida por la punta
del tornado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Una
última sensación personal que contradice a mis más queridos amigos desde los
hígados: En esta batalla binaria del aborto- antiaborto no hay ninguna
victoria. Ninguna. Aún el pálido retroceso de la banda de los orcos producto de
una táctica de restos de fuerzas circulares regionales subconscientes (los
senadores votaron para mantenerse desde una difusa fuerza moral regional a la
que pretenden superar prontamente), implica un gran avance en la estrategia
general de demolición. El catolicismo se vio completamente de-significado en su
doctrina y trabó alianzas que perderán lo poco que hay. Los católicos que
entraron y creyeron salir gananciosos, salieron menos católicos. Las familias
menos familias. Las regiones menos concentradas en sí mismas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Desde ya la batalla implicó una realimentación de la dinámica binaria de
la democracia y la falsa victoria alentará mayores deformaciones. Una de las
más notables deformaciones es que la batalla fue protagonizada fundamentalmente
por féminas, con la denigración que esto supone de la autoridad paterna que
jamás hubiera osado expresar que el “dueño” de ese vientre era él. Las “buenas
gentes” no dejan de ser una “gilada”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y una más. El Catolicismo como
fuerza social, cultural y civilizadora ya no existe, sus expresiones últimas
están más que teñidas de una desintegración doctrinaria, mental y psicológica
fatal. No pasan de reacciones viscerales histéricas. Las más extremas de las
expresiones católicas contra el tema del aborto han quedado reducidas a la
defensa de una planificación natural de raíz conciliar contra el uso del condón,
aceptando al fin una cobarde y burguesa<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>“planificación” a la que se rindió Pablo VI (¡feliz cumple!) en la<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> Humanae vitae</i> y que no es otra cosa que
un gran condón mental.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>El desafío de la hora es seguir siendo católicos en la más increíble
hora de indefensión y soledad de la historia. Ser sólidos y fijos en medio del
más enorme huracán que jamás se haya visto. Sin asustarse y sin entristecerse,
claro, pero fundamentalmente sin atontarse, porque el ataque principal es un
ataque a la inteligencia. La única Patria que queda es el vientre de nuestras
buenas mujeres católicas y el heroísmo es marchar de pié hacia las montañas sin
volver la vista hacia Sodoma.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Todo lo ocurrido me tinca que fue para mal (ojalá me equivoque), lamento
decirlo a las buenas gentes aturdidas, desenganchadas de sus “círculos”
naturales, masificadas y trabajadas desde la emotividad visceral en una
posición binaria artificial. Tengo más temores ante la falsa victoria que ante
la consabida derrota. La democracia, como los tahúres, les ha dejado ganar una
mano para “agrandarlos” y tenerlos listos para el desfalco final. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Yo sin dudas soy un “aguafiestas”, pero no se preocupen, no soy nadie ni
busco seguidores. En este tremendo error, cualquier error se soporta. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 115%;">
</span></div>
<br />Flavio Infantehttp://www.blogger.com/profile/07929147663390580956noreply@blogger.com28tag:blogger.com,1999:blog-965376188264120636.post-13383447883722500812018-08-13T22:43:00.002-07:002018-08-16T06:27:19.063-07:00ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LA LEY FELIZMENTE ABORTADA<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<div style="text-align: justify;">
<div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="text-align: left;">En la Argentina y </span><span style="text-align: left;">desde 1921</span><span style="text-align: left;">, el Código Penal despenaliza el aborto</span> en los casos de peligro para la vida o la salud de la mujer o en los de "atentado al pudor de mujer demente o idiota" (léase <i>violación)</i>. En 2015, el Ministerio de Salud de la Nación publicó el llamado "protocolo del aborto no punible", de aplicación obligatoria en todo el territorio argentino por todas las instituciones sanitarias. Lo hizo fundándose en el llamado "caso F.A.L." (2012), por el que la Corte Suprema de Justicia había resuelto que las mujeres violadas, <i>fueran éstas normales o insanas,</i> podían abortar sin necesidad de autorización judicial previa y sin ulterior sanción penal.</div>
<div style="text-align: left;">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div style="text-align: left;">
<div style="text-align: justify;">
La extensión de la funesta prerrogativa se hizo entonces amplísima, se diría que ubicua. Porque el protocolo en cuestión subraya que el peligro para la salud «no exige configuración del daño sino posible ocurrencia», incluyendo no sólo la salud física de la demandante sino su salud mental y su equilibrio psicológico y social. Y para desalentar toda posible reacción de los médicos convocados a la inmolación del niño, se dispuso que «la decisión de la mujer es incuestionable y no debe ser sometida por parte de los profesionales de la salud a juicios de valor derivados de sus consideraciones personales o religiosas». También se facilitó la práctica concediéndole a la mujer supuestamente violada el valerse de su solo testimonio como dotado de suficiente valor probatorio, sin necesidad de pericia alguna que confirme el haber sufrido violación. Todo lo cual implica la concesión de amplísimas libertades para abortar, casi tanto como una legalización encubierta. Cuanto a la despenalización, ésta existe <i>de facto</i> desde hace mucho, excediendo con holgura los casos contemplados por el Código Penal: multitud de legistas sostienen que el aborto conlleva la "autopunición" de la victimaria (síndrome post-aborto, no pocas veces derivante en suicidio y, de mínima, en toda suerte de trastornos psíquicos y emocionales), lo que mitigaría de suyo la exigencia de cárcel. La experiencia parece demostrar que es la propia filicida la que corre a aplicarse el castigo.</div>
</div>
<div style="text-align: left;">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div style="text-align: left;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiw3DtzPOpD_Phai1fyg5yBh9RDy7d31lIJWo3-5MGn-kQcvyoFqTyIV4ki2Kjw3FqudDVIIgtfN_hZYbh99XTLED0kQ3A1x17Iz6HW06Nw9EiFk9HOMR-3RIBcKXK1zCwXJzBiVDD-L1_n/s1600/images+%25286%2529.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="160" data-original-width="315" height="162" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiw3DtzPOpD_Phai1fyg5yBh9RDy7d31lIJWo3-5MGn-kQcvyoFqTyIV4ki2Kjw3FqudDVIIgtfN_hZYbh99XTLED0kQ3A1x17Iz6HW06Nw9EiFk9HOMR-3RIBcKXK1zCwXJzBiVDD-L1_n/s320/images+%25286%2529.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Ante estos hechos, la pregunta que se impone es: ¿qué más pueden querer estas hordas lunáticas, contando prácticamente con los más amplios fueros para matar a designio? La respuesta nos parece casi obvia: si de hecho pueden abortar con las mayores garantías, lo que ahora desean es la <b>consagración pública del aborto</b>, la<b> entronización del mal</b>. La guerra se libra no tanto en el terreno de los hechos, suficientemente consumados, cuanto en el de las palabras: lo que se pretende es dotar al mal de los atributos del bien, y viceversa. Llamar bien al mal y mal al bien, y esto oficialmente, con todos los órganos fonadores del Estado. </div>
</div>
<div style="text-align: left;">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div style="text-align: left;">
<div style="text-align: justify;">
Los demonios saben, a su despecho, que <i>In principio erat Verbum,</i> y saben del valor consecuentemente misterioso de la palabra proferida por el hombre, que también por esto ha sido creado «a imagen de Dios». Envueltos en tormentos indecibles, les tocó asistir de lejos al feliz momento en el que Adán pronunció el nombre de los seres que desfilaban ante él, sellándolos con este sutilísimo timbre que concentra la actividad de sus facultades superiores y actualizando con ello inmejorablemente esa <i>adaequatio mentis ad rem</i> en que consiste su honor y toda su dicha. Porque incluso la visión beatífica será una cierta ecuación de la mente (del espíritu) con su Objeto. Por el ejercicio, pues, de este oficio primordial de la representación, el hombre comienza a cumplir el grave cometido de <i>hacer la verdad </i>en el que debiera versar toda su vida. </div>
</div>
<div style="text-align: left;">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div style="text-align: left;">
<div style="text-align: justify;">
Con toda su obtusidad a cuestas, el enemigo alcanza un suficiente barrunto de todo esto. Y asume a la mentira como premisa, afanándose en la odiosa obra de diseminarla en todos sus enunciados, como la cizaña de la parábola, para oprimir a la verdad. <i>Nihil novum: </i>ya Lenin preconizó el empleo de la mentira como arma revolucionaria. La vinculación preferencial con el aborto no iba a hacerse esperar, ya que el Padre de la mentira es también llamado en la Escritura «aquel que es homicida desde el principio» (Io 8, 44). Lo que nos advertía de sobra que nuestra lucha no era «contra la carne y la sangre, sino contra los principados y potestades y las dominaciones de este mundo tenebroso» (Ef 6, 12), los mismos que ahora auspiciaban la sanción de una ley que -como en toda normativa que avala al fin una conducta hasta entonces condenada-, acabaría recomendando masivamente el aborto. Cosa comprobada con creces en <span style="text-align: left;">los países que ya pasaron por aquí: en EEUU, de mil a casi un millón de abortos anuales desde el año de la promulgación de la ley (1973) a la actualidad; en España, un ascenso proporcional a éste desde el funesto año de la legalización (1985).</span></div>
</div>
<span style="text-align: left;"><br /></span>
<span style="text-align: left;">Por eso, y aunque el enemigo es suficientemente previsor como para preparar todos sus recursos neutralizadores, la Verdad dicha <i>a destiempo</i> (en los estrados de la democracia, esa ajada meretriz) no dejó de confundir a los malditos, que no tuvieron más remedio que desnudar la mala voluntad que los anima cuando la fuerza de las evidencias y de los argumentos los supera por completo. Y aunque la mayoría de los mejores expositores contra la inicua ley no dejaran de hacer penosas concesiones (ora trayendo en socorro de sus razones a los liberales decimonónicos, ora avalando la educación sexual en las escuelas o la esterilización quirúrgica como recursos contra el aborto), y sin dejar de admitir que las marchas <i>en contra</i> abundaban en toda clase de dudosas martingalas, como el eslogan en pro de "las dos vidas" y símiles, o los cantitos sensibleros, acá hubo una <i>victoria real</i> contra la infecta colusión de tantos agentes como cabe enunciar en la ONU y la usura internacional, los plumíferos paniaguados por empresarios "multimedia", los zurditos de Rockefeller y algunas ilustres putarracas que creyeron redimirse de su habitual y público fornicio interesándose al fin por una consigna. U organizaciones siniestras como Amnesty International, consagradas a pintarle un rictus humanitario al imperialismo cultural y económico, que el día de la votación en el Senado no escatimó volcar un millón de dólares en una solicitada en el New York Times presionando a los senadores argentinos para que avalasen la masacre. O las clínicas abortistas, ávidas de ampliar sus mercados en esa América que, al decir de Darío, «aún reza a Jesucristo y aún habla en español». O aquel senador mandinga que quiso correr a un doctor en leyes con la cifra fraguadísima de los 500 mil abortos anuales y que, desmontado el timo ante sus luengas barbas, debió recular a un módico "las cifras no importan, no es cuestión de números", "el número es simbólico", reconociendo implícitamente la patraña y arguyendo el mismo vergonzoso lema que se aplica a los desaparecidos, caso en el que tampoco debe hacerse escrúpulos en agregarle un dígito al total. O las pobrecitas estudiantinas descerebradas que, </span><span style="text-align: left;">incapaces de atenerse a axiomas cuando no sea el de la primacía de lo voluble y vil, vieron la implume oportunidad de ejercitar una módica y primeriza "apuesta vital" (que le dicen), abandonándose a un caos sin orillas. O tantos que se hicieron del bando ruin por mero esnobismo, para "no ser menos", por prurito de no pasar por anticuados, adquiriendo así </span><span style="text-align: start;">el dudoso honor de integrar el club de lobotomizados, </span><span style="text-align: start;">único sentido de pertenencia que les ha sido concedido a estas generaciones que sorben la mentira como el aire. </span><span style="text-align: left;">O aquel impresentable Ministro de Salud de la Nación, tan convicto de la mala causa que nos hace pensar si en los días en que prestó el juramento de Hipócrates no habrá creído estar prestando el juramento del hipócrita.</span><br />
<span style="text-align: left;"><br /></span>
<span style="text-align: left;">Fue, en fin, la</span><span style="text-align: left;"> acción centrípeta de todas las imposturas y todas las inverecundias la que atrajo irresistiblemente a la hez de la sociedad en este vórtice del horror, </span><span style="text-align: start;">un rejunte de badulaques y sicarios al menos potenciales que no le hacen el menor asco a la injusticia más flagrante, capaces de correr solícitos a poner el cuchillo en las manos del verdugo, de arriesgar sus fichas por el prepotente, de no detenerse ante el abismo. Es la recíproca atracción de los malos que señalaba un observador tan fino como Don Bosco, cuya unión agudiza los malos caracteres, concita a la reunión de fuerzas y acaba plasmándose en una organización perversa cuyo fin es opugnar y extirpar el bien. Contra esta maquinaria demoníaca nos ha concedido Dios una impensada victoria. Que estriba en rasgos como <a href="http://www.ncsanjuanbautista.com.ar/2018/08/sobre-victorias-y-derrotas-antonio.html">los que describe Antonio Caponnetto</a>:</span><br />
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<blockquote>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgb56Dj13vlqYwbQyra6_MbbgcWbk1Xq8CQj1fXP2V0xQdPdHJLzY_97hhxMITp_IXCjIEKXQIG7wqmzwaQ3fWnQLh2W7j-3HJFfM_OfMj7RgDBeL7T4nhS5N-odetI7R5qvlTxHyf9-6Pv/s1600/1533843150_426402_1533844346_noticia_normal_recorte1.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1093" data-original-width="1600" height="272" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgb56Dj13vlqYwbQyra6_MbbgcWbk1Xq8CQj1fXP2V0xQdPdHJLzY_97hhxMITp_IXCjIEKXQIG7wqmzwaQ3fWnQLh2W7j-3HJFfM_OfMj7RgDBeL7T4nhS5N-odetI7R5qvlTxHyf9-6Pv/s400/1533843150_426402_1533844346_noticia_normal_recorte1.jpg" width="400" /></a><span style="color: #134f5c;">Curas, laicos, chiquillos, críos, familias, profesionales, jóvenes, adultos, gauchos, malvineros, provincianos curtidos, trinitarios fieles, parroquias, instituciones, colegios. La más amplia y lícita diversidad de los sectores sociales se hizo presente. A pesar del aparato oficial abortero y de las poderosas usinas internacionales que lo sostienen. A pesar de la promoción coactiva del crimen, de la contranatura y del satanismo. A pesar de los mil pesares, se hicieron presente, para defender el sentido común: hay vida humana inocente dentro de un vientre materno fecundado por un padre. Nadie puede segarla sin ser llamado asesino.<br /> <br />Este esplendor del sentido común, acompañado del despliegue de una devoción religiosa tan simple cuanto robusta, es, a nuestro juicio, la única victoria profunda y seria y esperanzadora que se puede apuntar como tal. Que no es de poca monta. El triunfo no es que no fue ley lo que podrá serlo mañana, cuando los malditos y fluctuantes votos cambien de urnas. El triunfo no es que el aborto no haya sido legalizado, porque acabará por serlo, de un modo velado o frontalmente. El triunfo no es, insistimos, que se participó y se ganó; porque participar de las reglas de juego del burdel es decirle a las madamas y a los proxenetas que sus actividades son respetables.<br /> <br />El triunfo es que toda la inmundicia partidocrática, la fetidez democrática y la nauseabunda marea feminista –impuestas coactivamente desde las redes sociales, con el empuje principal de la <i>intelligentzia</i> judaica- no hayan logrado extirpar por completo los vestigios de la sensatez y de la piedad. Esos vestigios deben ser alimentados y en lo posible acrecentados, con un gran esfuerzo pedagógico y apologético sostenido y solvente. De lo contrario, la ya extendida marea de la putrefacción ideológica acabará imponiéndose aún sobre estos vestigios o huellas de genuina salud nacional.</span></blockquote>
<br />
Con esa realista conclusión, que comporta para todos nosotros un arduo deber, celebramos este triunfo tan necesario para quienes venimos haciendo escuela de las duras derrotas. Quienes recen con el breviario de san Pío X habrán notado oportunamente que en la madrugada de ese jueves 9 de agosto, los laudes (hora canónica sucesiva al término de la votación en el Senado) empezaban por el salmo 97: <i>cantate Dominum canticum novum / quia mirabilia fecit. / Salvabit sibi dextera eius / et brachium sanctum eius. </i><br />
<i><br /></i>
Amen, amen!</div>
</div>
</div>
<br />Flavio Infantehttp://www.blogger.com/profile/07929147663390580956noreply@blogger.com31tag:blogger.com,1999:blog-965376188264120636.post-17120272842708664262018-08-04T20:05:00.000-07:002018-08-04T20:05:06.443-07:00ALGUNAS ACLARACIONES SOBRE EL “SENSUS FIDEI”<br />
<div class="MsoNormal" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: right;">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span><i style="text-align: right;">por <b>Dardo Juan Calderón</b></i></div>
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<div class="MsoNormal" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-5D0K_vWDUsSkiaEsUwsQuQXdHGlKpU3pZ0jrb4MPRwga8ZKlNUWXiZzUaBWAPG8sxiK57rn4aCF4ncevkzmOd-96saHNup-8sKO3OMEgNPBIV_2yjuNnhPAw9c67XNICWBVesQ3F_eWi/s1600/tumblr_ll3ch0Zr7g1qde1luo1_1280.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="939" data-original-width="768" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-5D0K_vWDUsSkiaEsUwsQuQXdHGlKpU3pZ0jrb4MPRwga8ZKlNUWXiZzUaBWAPG8sxiK57rn4aCF4ncevkzmOd-96saHNup-8sKO3OMEgNPBIV_2yjuNnhPAw9c67XNICWBVesQ3F_eWi/s320/tumblr_ll3ch0Zr7g1qde1luo1_1280.jpg" width="261" /></a></div>
No sin temor y a raíz de algunas dudas expresadas, entiendo necesario hacer una breve explicación sobre este concepto o “lugar teológico” (que es una forma moderna de llamarlo), a fin de aclarar y afirmar una vez más el error del comentado Roberto De Mattei. El temor es que siendo un asunto complejo se termine entendiendo menos que antes, pues no es este medio -un blog- donde más adecuadamente se pueda tratar; por ello recomiendo la lectura del libro que seguiremos de guía, que es el libro del P. Álvaro Calderón, “La lámpara bajo el Celemín”, en su apéndice segundo. Pero primero diremos por qué lo seguimos a este y no a otro, ya que muchos se sienten picados por tener que reconocerle autoridad y, a estos que no la reconocen, les recomiendo no leer nada y seguir con sus cosas. Es un asunto entre amigos de buena fe en el que vamos a dar por buenas las conclusiones del autor. <br />
<br />
En primer lugar recurrimos a él porque no hay otro. Me explico: lo que nos aqueja son verdades católicas que han sido tergiversadas por el modernismo triunfante en el Concilio Vaticano II, que no es lo mismo que el llano protestantismo, sino más sutil y más solapado, forma que le ha permitido inficionar el entendimiento de nuestra fe en muchos autores de ganada fama y desde hace muchos años, que parecían nimiedades, pero que hoy las vemos desembocar en atrocidades. El método del Padre es atacar estos errores prescindiendo en todo lo posible de todo autor que desde el renacimiento vienen arrastrando algunas escorias, tomar a Santo Tomás y al Magisterio seguro, y desde allí juzgar la deriva modernista “conciliar”. Y en muchos temas –como en éste- es el primero en hacerlo (los demás no tenían el Concilio, sus textos, sus derivas y sus mentores) y por tanto, no encontrarán el asunto en otro lado bajo esta perspectiva, que es la perspectiva que da el hecho de que aquellas sutiles derivas hoy son gruesos errores, y se evidencia entonces la peligrosidad que conllevaban, siendo que no lo parecían tanto. <br />
<br />
Creo necesario agregar – una vez más – que pertenecemos a esa línea de pensamiento que siempre dijo que los frutos del Concilio Vaticano II serían estos que hoy vemos, que nunca creímos que había aspectos de él que podían anunciar otra cosa más feliz y que, me atrevo a decir, la descomposición anuncia seguir a galope mientras no se tire el totum documental de ese Concilio. <br />
<br />
El error que proviene de un mal entendimiento del sensus fidei -en sentido modernista- ha calado muy hondo en los más “confiables” ámbitos “tradicionalistas”; lo han expresado profusamente en los blogs comúnmente tenidos por tradicionalistas. ¿Por qué lo han comprado? Porque tienen un problema que no pueden resolver y que es: la obediencia que niegan al “magisterio conciliar” (en algunos casos se reducen al magisterio de Francisco), ¿cómo fundamentarla sin caer en cisma o herejía? <br />
<br />
Si los católicos de vieja data siempre hemos creído que hay que hacer y pensar lo que dice y manda el Papa… ¿Cómo justificamos ahora esta desobediencia? Y van a trabajar en el sentido de que, en realidad, nunca hubo que hacer y pensar lo que decía el Papa, que esto de obedecer al Papa y tomarlo tan en serio es un asunto del siglo XIX, una exageración ultramontana, porque para ellos y su entender, tanto el Papa como nosotros estábamos atados a una regla objetiva de fe que estaba por encima de ambos. Es decir, que, para desobedecer a estos Papas sientan el hecho de que nunca hubo que obedecer a ninguno, o por lo menos no darle a sus magisterios el carácter de certeza absoluta porque tales afirmaciones vengan de ellos, sino porque tales afirmaciones responden a esa regla objetiva que está<i> sobre ellos.</i> Papas todos a los que vamos a juzgar en lo que dicen por una regla o norma objetiva <i>“superior a sus autoridades”.</i> (Si bien piensan, en esta postura el papado es un simple cargo a los efectos del orden interno, pero no hay en él mismo un misterio) <br />
<br />
¿Cuál sería esta regla que rige por sobre los mismos Papas?<br />
<br />
Estos pseudo-tradicionalistas, en general van a coincidir en que es LA TRADICIÓN, pero ¿qué es la Tradición? Y… resulta que la tradición ES lo que dicen los Papas que ES, es decir, el Magisterio de la Iglesia es el que nos dice qué es Tradición. Y todo se torna un círculo vicioso, porque no podemos salir del MAGISTERIO PETRINO. Y le van a buscar la vuelta para salir, y nosotros le vamos a buscar la vuelta para no salir. <br />
<br />
Entonces, para refutar este “magisterio”, hay que romper la vieja y tradicional idea de que los maestros de la fe, para los fieles, son el Papa y los Obispos, es decir, la Jerarquía o “Iglesia Docente”, de la que siempre hemos creído que en sus definiciones y por regla general en toda su docencia, da la “regla próxima de la fe para el fiel, hic et nunc” (aquí y ahora). Pero como ahora y aquí estos personajes dicen burradas y nosotros nos damos cuenta de que son burradas, ese viejo dogma parece haber demostrado su caducidad. Ya no es más la jerarquía la que enseña… y entonces… ¿quién enseña? <br />
<br />
Ocurre algo peor todavía para perplejidad del fiel: si estos Papas no enseñan con seguridad ¿enseñaron los otros? Y con esta interrogación cae todo el castillo del Magisterio Eclesiástico ¡cataplum! No era la jerarquía la regla de la fe, sino que debe haber otra que no dependa de las personas. (Una salida fácil a este problema es el sedevacantismo: para ellos esto pasa porque los conciliares NO SON Papas, y los otros sí lo fueron. Asunto concluido y salvado, aunque comienzan otros problemas mayores). <br />
<br />
Estos buenos contradictores de los malos Papas –no sedevacantistas- hacen otro planteo (bien expreso en la obrita de De Mattei): el Magisterio “no es la regla de la fe”, es más, ni siquiera es parte del corpus de la Revelación ¡¡¡zambomba!!! (él dirá: no es un “lugar teológico”, que sí lo es el semsum fidelis). Para mejor agregan: no puede ser esta regla un criterio “subjetivo” atado a la persona de Pedro, ese magisterio está subordinado a algo “objetivo”, a base de lo cual juzgamos si el maestro se equivoca o acierta (es decir: los alumnos ponen a juicio la enseñanza del maestro). ¿Y cuál es este “cuerpo” objetivo?... ¿La Escritura?... eso mismo dijo Lutero y habría que quemarlo en la hoguera. ¿La escritura y los primeros Padres? eso dicen algunos bloggeros que no valen ni la leña. Pero… sabemos los que leemos, que bien puede haber múltiples interpretaciones de estas enseñanzas contenidas en la Escritura y en los Padres… ¿quién interpreta los textos y define con certeza? Parece que lo debe hacer el bloggero, y pa’ eso, me quedo con Francisco, o con mi tía, o con quien se me pinte. Pero en todos estos nombrados, Luteriño y los bloggeros, no se presenta el problema porque, junto al modernismo, no creen que haya que definir dogmas ni haber certezas, sino <i>acuerdos significantes con valor histórico temporalmente reducido</i> (esto viene de Kant). Para ellos la fe no se sustenta en proposiciones dogmáticas cuyo valor significativo es concluyente y eterno, sino en “acuerdos teológicos” o iluminaciones del Espíritu, inexpresables en un lenguaje racional, que se expresan en un consenso. Pero dejemos ahí, que es largo esto. <br />
<br />
De Mattei dice algo más: la regla es La Tradición; pero ¿qué es la tradición si no es el magisterio quien la expresa, la define, la circunscribe y la aplica? ¡Quién le pone el punto final a la discusión! Y pareciera que no queda otra que el punto final lo ponga el MAESTRO, es decir, Cristo mismo. ¿Pero cómo? Porque Cristo no puede haber dejado esto sin precisar y habernos dejado en un lío. <br />
<br />
Nosotros entendíamos –con la Iglesia toda y de siempre, formalmente definido en Trento y Vaticano I- que lo ponía a través del Papa y los Obispos, otorgándoles la “asistencia infalible del Espíritu Santo”, “Roma locuta, causa finita”, y entonces era el mismo Cristo el que solucionaba la cosa a través de la Iglesia Docente. Pero buscaron otra salida, que para que no sea “subjetiva” (en la persona de Pedro) y sea “objetiva”, cayeron en el más grande subjetivismo. (Esto también es un poco fino, pero hagan el esfuerzo). Pues verán que de ser Cristo el que zanja el asunto, pasamos a ser nosotros los que zanjamos el asunto, pero no cada uno de nosotros individualmente con la escritura en la mano –que esto es Lutero- sino un “nosotros colectivo”, un “sentido común de la fe de los fieles” que vendría a ser el depositario de la “certeza” en la fe y no ya la Jerarquía. <br />
<br />
A eso le llaman el sensus fidei o sensum fidelis. ¿Se lo inventaron? No completamente, como hacen los modernistas, usaron algo que existía y le metieron un poco de fraude moderno. (Los términos en latín suelen cambiar, a efectos de pasar de “sentido común de la fe” a “sentido común de la fe de los fieles”). <br />
<br />
El “sentido común de la fe de la Iglesia” (sensus fidei), de toda ella, jerarquía y fieles, teníamos tradicionalmente entendido que no podía fallar o defeccionar en la fe hasta el punto que la Iglesia fracasara. Lo que la Iglesia CREE no tendrá defecto. Es una <i>promesa</i> (esto es el “sensus fidei” tradicional). Para ello debía garantizarse una “certeza de origen revelado y divino” a la cual referirse como última instancia, una forma en la que el fiel se asegurara de que tales artículos de fe son ciertos de toda certeza para hoy y para siempre. “La Virgen María fue concebida sin pecado original. Punto. Lo declaró el Papa.” <br />
<br />
Ahora ¿de qué manera nos da Cristo esta certeza? Podía hacer esto: dar esta garantía mediante la infusión de la fe <i>con sus contenidos y sus artículos,</i> a cada uno de nosotros en el bautismo mediante la gracia. Y listo el pollo. Sin mediación de maestros en cuanto a los “contenidos”. Yo nacía, y al bautizarme sabía que María era Concebida sin pecado original, y así todo el credo. Después el Papa nos escuchaba y lo ponía en una fórmula lingüística provisional. <br />
<br />
Pero no lo hizo así. Nos dio una naturaleza social y resulta que lo que aprendemos, lo aprendemos de otros, lo recibimos, y este acto de entrega es La Tradición. Tenemos maestros. Y entonces puso la certeza en cabeza de algunos maestros, el Papa y los Obispos, para que enseñen. Es decir, que los contenidos de la fe no los recibimos “inmediatamente” de Dios, sino “mediatamente” de la Jerarquía por la catequesis, y no que la fe no sea infusa por la gracia y sea sólo producto de voluntad e inteligencia, sino que el “medio” que Dios eligió para que esto se produzca, es decir, que se nos meta en el caletre la proposición y el alma la acepte sin rechazo, se produce por la gracia bautismal que nos ha infundido la virtud de fe, pero a través del Magisterio. Creo necesario repasar esto. <br />
<br />
El bautismo infunde en el niño la virtud de la fe, que es hábito sobrenatural para aceptar la Verdad Revelada, pero luego hay que llenar esa “aptitud” de contenidos. El niño por el bautismo no sabe que Cristo es Dios, ni que María su Madre Virginal, ni que Dios es Uno y Trino, pero tiene la virtud de que una vez que le es propuesto por la autoridad, por la Iglesia Docente, dócilmente acepta cosas tan oscuras o arcanas en virtud del bautismo y sus gracias recibidas, pues lo que aporta el bautismo, es justamente esa <i>docilidad a la Verdad.</i> Esa fe del niño puede ser en el transcurso de su vida sobre unas pocas proposiciones, o sobre muchas, o sobre toda la Doctrina, todo depende de la tarea que hicieron sus maestros y él mismo cuando madura. <br />
<br />
Sumemos un nuevo problema: el hombre cree por fe “proposiciones” que se le hacen al intelecto, formuladas en conceptos definidos en un lenguaje conceptual, son una Doctrina. La fe, es fe en una doctrina, formulada en un lenguaje humano dirigido a la razón, con validez siempre y en todo lugar. Y otro problema más: el hombre no puede tener certeza en eso que cree por efecto de propia ciencia, porque ni lo ve, ni lo toca, ni lo entiende; ninguna ciencia lo convence de la Trinidad ni de la Encarnación; la certeza le viene cuando la autoridad se lo confirma, es decir, no “de adentro”, sino “de afuera”. Lo cree porque lo dijo Cristo, porque lo reveló Dios mismo, y como él no escuchó ni a Cristo ni al Padre, lo cree porque se lo dice la Autoridad de la Iglesia ¿Quién? ¡¡ La Iglesia Docente!! El Magisterio. Es decir que el Magisterio le aporta esas verdades mediante proposiciones conceptuales que exceden su comprensión, pero que se aceptan en virtud de la gracia del bautismo, en virtud de la fe infusa y se confirman en las mismas declaraciones del magisterio. <br />
<br />
Entonces, es a través de la Jerarquía Sacerdotal -en cuanto a las proposiciones de la fe- que nosotros adquirimos las verdades de la Fe (sin que esto implique que no es el mismo Dios quien las propone por este medio) y es a través del sacramento que se nos infunde la “capacidad” o “docilidad” de aceptarlas. ¿Por qué Lo hizo así? ¡Porque se le dio la gana! Él sabrá por qué así lo quiso, y hay razones para ponderarlo, pero se hace largo. De la misma manera nos da su Cuerpo mediante un Sacerdote, y todos los sacramentos (menos el matrimonio que de eso los curas no querían hacerse responsables, sólo querían hacer cosas agradables). <br />
<br />
Yo y usted, lector, sabemos qué creemos, pero ¿tenemos la certeza total de aquello en que creemos? Pues no, porque no lo podemos confirmar con la inteligencia, no podemos estar seguros de que un Dios se haya hecho Hombre. No podemos darnos certeza de algo que no es propio de la luz de la ciencia que tenemos y que podemos tener como hombres, sino que es una certeza sobrenatural, que se acepta por la fe y sólo se comprenderá con la luz de la gloria de los bienaventurados que tendremos si nos salvamos. Nuestra certeza nos la da la confirmación que hace de ella la Autoridad, es externa, y esa autoridad de decir algo que esté exento de posibilidad de error, aunque no lo comprendamos en sí mismo, la garantiza Cristo, que es Dios. Y para que sepamos los fieles que esas jerarquías vienen de Él, puede darles la posibilidad de hacer milagros que nos convenzan –como hizo con sus Apóstoles- pero, fundamentalmente es a través de la fe en “el magisterio infalible” del Papa y los Obispos, y siempre en la aceptación de que estas verdades pueden formularse y transmitirse en un “idioma” humano, que depurado y definido, tiene valor para siempre. <br />
<br />
Entonces, ¿qué es para nosotros el sensus fidei? Pues esa dinámica entre los maestros y los alumnos que se sella con la gracia de Dios. Pero que tiene su causa eficiente, es decir que NACE desde Cristo “mediante” el magisterio eclesiástico y reposa en la docilidad de los fieles. En suma y entre nosotros, sensus fidei y magisterio es la misma cosa, pero funcionando bien. Es lo que siempre hemos creído porque siempre es lo que nos han enseñado. <br />
<br />
Como ven, mantiene la estructura “bipolar” (dirían los sociólogos de izquierda) y más aún, jerárquica, de la Iglesia tal como la formó Cristo. Pastores y ovejas conformando un rebaño hacia un mismo fin y creyendo las mismas verdades que los pastores han propuesto a las ovejas. <br />
<br />
¿Qué han hecho de esto los novadores? Y ¿Por qué les ha venido bien a los tradicionalistas confundidos? Veamos. <br />
<br />
Los novadores se han querido sacar al Magisterio de encima, todo magisterio, y los confundidos, sólo al magisterio conciliar, pero caen en lo mismo que los otros. Y los argumentos les vienen bien a los dos. <br />
<br />
Para ellos, esa promesa de que la Iglesia no defeccionará, está garantizada NO EN EL MAGISTERIO, sino por un sentido común de fe que reside “en el sentido común de los fieles”, así solitos y sin magisterio, y a eso le llaman estos últimos (De Mattei) “tradición”, que es una ensalada de escritura, santos padres, doctrina y etc, pero cuya certeza viene de Dios directamente a los fieles, no pasa por la mediación de los Papas. Y tampoco es individualmente a cada uno que llega, sino como comunidad, es infuso en la comunidad, lo llaman hasta instintivo. Allí está, en ese magma de contenidos, amparado por una asistencia del Espíritu Santo a la asamblea de los fieles. <br />
<br />
Como es medio difuso, no son proposiciones conceptuales, sino más del tipo de las ideas platónicas, y no son “proposiciones conceptuales expresadas en un idioma humano”, es decir, fórmulas. Al decir De Mattei que son como “instintos”, nos da una idea de lo que quieren decir, pero el hombre racional no tiene instintos, tiene razón. ¿Cómo los expreso? Y allí aparece la Iglesia Docente para ellos. Parece que este contenido instintivo es leído y luego expresado por los Santos de la Iglesia, por prohombres providenciales como… San Atanasio o ¡¡¡Plinio Correa de Olivera!!! (lo dice expresamente) (Hasta podría ser Monseñor Lefebvre), quienes son los encargados de traducir a proposiciones lo que el pueblo fiel piensa y cree. La certeza está en los fieles, no en la Jerarquía, es la Jerarquía que va a buscarla en ese “sentir” de los fieles, y no los fieles los que van a buscarla en esa “doctrina” de la Jerarquía. <br />
<br />
Pero claro… esto no cala en definiciones magisteriales, sino en “tendencias”, que usan de fórmulas no definitivas y todo un bodrio, porque los maestros ya no enseñan, sino que interpretan este “sensum” irracional y lo expresan como pueden con las herramientas conceptuales que tienen en su momento histórico (esto es Ratzinger), y tienen que estar siempre consultando estas “bases” para ver si están en lo correcto; y a la vez tienen que estar conscientes que el “idioma” que usan para expresarla, no contiene “lo que se cree”, sino que lo expresa de alguna manera provisional en un acuerdo semántico. <br />
<br />
Si vuelven a leer más arriba, verán que ya la fe infusa no es sólo el hábito, la virtud de creer en las proposiciones del Magisterio, sino que lo infundido es ya también el contenido, no en forma de proposiciones inteligibles, sino intuitivas (¿?) . Para ellos no es un Papa el que dice si María es Concebida sin pecado, sino que está en el sentir de los fieles, y el Papa cuando lo advierte, lo expresa. Y por ejemplo, no les gustarán nada los dogmas tridentinos, como el de la Infalibilidad del Papa, porque salieron de “arriba” y fueron “impuestos” por autoridad del Papa y los Obispos en un Concilio. Y quizá alguno les guste, pero entonces el trabajo que harán no es consultar si el Papa lo definió, sino si el Papa sacó bien la conclusión de ese contenido intuitivo de la comunidad eclesial. <br />
<br />
Deben haber escuchado en varios lugares que “El Papa no puede decir algo nuevo, sino expresar algo que ya está en la revelación”. Es otra verdad mal usada, que en el lenguaje que ellos usan, quiere decir lo que más arriba hemos dicho: “el Papa expresa verdades que están en la comunidad eclesial”. Y no es así. El Papa puede y debe enseñar, con certeza infalible, cosas nuevas ante realidades nuevas. Por ejemplo: “el comunismo marxista es intrínsecamente perverso”. “Fulano de tal es Santo”. “Tal doctrina moderna es condenable, Sea Anatema”. “Lutero es un pelandrún”. El mismo syllabus antimoderno. ¿No es esto nuevo? ¿No es esto magisterio infalible? ¿Lo sacó del sentir de los fieles, o de su propio juicio, que una vez expresado con certeza adquiere la infalibilidad? El Papa no tiene la obligación de demostrar que su conclusión representa el “sentir” de los fieles, el Papa enseña a los fieles la Verdad que pasa a ser, por fuerza de su autoridad, de inmediato y por la docilidad de la fe, sentir de los fieles. <br />
<br />
En suma. Democratizaron la fe. Nace del pueblo y se expresa por sus representantes. Vox populi, vox dei. Inversión de todo. Eso es el sensum fidei para ellos, y con eso enfrentan y juzgan al magisterio. Para ellos, sabremos si el Papa y los Obispos dicen la Verdad si lo que dicen ya está impregnado en ese “sentir común”, y si no, pues no. La misma doctrina podrá ser juzgada con este criterio ¿y quiénes hacen el juicio? LOS PERITOS. Esto es el “pentecostalismo” de Bouyer, según el cual el Espíritu Santo bajó sobre todos los fieles y otorgó esta especie de “infalibilidad en el sentir común”, y no sólo en la persona del Papa. <br />
<br />
Aniquilaron la doctrina como expresión definitiva de las Verdades de la fe. Aniquilaron la jerarquía y el sacerdocio (verán que todos son proclives a organizaciones laicas, asistidas por sacerdotes que aprenden del rebaño y lo expresan, sí, pero laicas. Como TFP, Opus o lo que corno sea). <br />
<br />
El Padre Calderón definirá, con Santo Tomás, al Sensus Fidei, como: <b>“docilidad de los fieles en la enseñanza del magisterio”. </b>Docilidad que infunde la gracia y que “no puede confundirse, NO PUEDE ERRAR”. (Acá les va a doler aún más la cabeza, pero afírmense). Decimos que la Fe de la Iglesia no puede errar, nunca, y esto es dogma, dogma que mal entendido lleva a este malentendido que tratamos. <br />
<br />
La fe como virtud sobrenatural sólo cree lo que es Verdad, nunca yerra, lo que es error no se CREE con fe, sino con confianza humana. Digamos que no hay virtud de fe para el error, sólo para la Verdad. Nadie tiene una fe errónea, simplemente no tiene fe. Por eso la fe de la Iglesia NUNCA YERRA y por eso confiamos en el sensus fidei. Pero ¿cómo sabemos cuándo es fe y cuándo confianza humana? Ya que esa distinción, dijimos, no la podemos hacer con nuestra ciencia. ¿Cómo sabemos que el musulmán tiene una confianza humana pero no tiene Fe? Pues lo sabemos … POR LA CONFIRMACIÓN DEL MAGISTERIO EN LA DOCTRINA. <br />
<br />
Sobre esa Piedra edificó Su Iglesia. Rebajar el Magisterio Petrino a una actividad de doctos, de filósofos o de sociólogos, ¡aún de teólogos! Es destruir la Iglesia. <br />
<br />
¡Muy lindo! Dirán ustedes. Eso es lo que creía mi abuela, pero ¿qué hacemos con estos nuevos Papas conciliares y su magisterio? <br />
<br />
¡Ahhh! ¡Qué terrible encrucijada! <br />
<br />
Lo primero… no se vuelvan locos y no traten de solucionarlo con lo poquito que vemos, con nuestras poquitas luces y virtudes. Sin duda es una prueba. No recurran a caminos que contradicen verdades dogmáticas acuñadas y seguras. No escuchen falsos profetas. La solución vendrá de manos de Cristo mismo en el momento que deba venir. <br />
<br />
¡Pero no nos deje en suspenso! Me dirán. ¿Cómo lo soluciona Usted? ¡Cómo hace para no darle bolilla a Francisco y seguir siendo un “papista”! <br />
<br />
Bueno… cuesta un Perú. Yo creo que el Padre Calderón ha logrado solucionarlo… ¡Ése! Y… yo no tengo ni la culpa ni el mérito, pero me ha convencido. Lo desarrolla en el libro citado. Libro que la mayoría no podrá leer tan fácil con frutos, y aunque no corresponde tamaña simplificación, les voy a tirar una punta: <br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQYGDBNsuhhDj13S2lUFvFi6iYI0fbGZ3jlVKvqG7RnhEN8OWMHABHVGVjuK5TGetdjRrrpzz_Zf5J_BEXauPOYdf1-cwKkPLO4IBBBDpSTn-Er6urJ-5TFDV_-rc5pDPSSSsVbrCCq8lJ/s1600/unnamed.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="360" data-original-width="640" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQYGDBNsuhhDj13S2lUFvFi6iYI0fbGZ3jlVKvqG7RnhEN8OWMHABHVGVjuK5TGetdjRrrpzz_Zf5J_BEXauPOYdf1-cwKkPLO4IBBBDpSTn-Er6urJ-5TFDV_-rc5pDPSSSsVbrCCq8lJ/s320/unnamed.jpg" width="320" /></a></div>
Los Papas hasta Pio XII mantuvieron la buena costumbre de “proponer” con autoridad infalible “verdades” a nuestra fe. Es decir, que ejercían el Magisterio. Y además sostenían en la misma condición infalible todo el corpus doctrinal anterior. Era una papa, además de un Papa, porque en todas las cosas que son de ciencia humana o confianza humana, opinaban, pero cuando queríamos confirmar nuestra fe, la confirmaban con certeza infalible. Pero ahora –hic et nunc- el que me tiene que “cantar la posta” es Francisco. <br />
<br />
Y saben qué… de una manera providencial… me la canta. Me dice: “no estoy diciendo nada propuesto a la Fe. Resulta que no estoy seguro de lo que digo, además no quiero andar imponiendo nada a nadie. No niego lo de los anteriores, porque ni niego ni afirmo, pero estoy en la duda, no de lo que dijeron y definieron, sino de si hoy es oportuno sostenerlo de esa manera conceptual, es más, dudo de que se pueda decir algo de esta manera nunca jamás, porque dudo de que haya un lenguaje humano que pueda expresar cosas en un mismo sentido y para siempre. Me hice liberal, kantiano, y hablo en un lenguaje conceptual ambiguo. En realidad, Sr. fiel, usted no está obligado a tomarme muy en serio en cuestiones de fe (pero no saque las manos del plato del orden administrativo, porque le pego en los dedos)”. <br />
<br />
De esta manera, el juicio sobre lo que dice Francisco o los otros Papas conciliares, no sale de otro lado que no sea del mismo Papa que lo dice. No hay otra “regla” fuera de Él. No lo tomo muy en serio porque él me dice que no lo haga, y tomo muy en serio a los anteriores porque dijeron que sí lo haga. <br />
<br />
¿Puede un Papa siendo Papa hacer semejante abandono de su función magisterial? Sí. Siempre ha habido muchas partes de las predicaciones de los Papas que no han tenido este carácter de certeza, que eran opiniones, y que podían ser discutidas; pero habían otras que no, que eran infalibles. Y calculo que ha habido Papas que nunca dijeron nada con certeza impuesta e infalible y que hasta en muchos puntos dijeron torpezas. Que es lo que pasa ahora. Y que traen confusión a los fieles, pero no al que sabe escuchar, pues si alguien cualquiera me dice “te digo tal cosa de posta, posta” sabemos la diferencia que tiene con cuando me dice “…tengo esta opinión, pero no estoy seguro”. Y es de esta última manera que han hablado siempre los Papas conciliares, la más de las veces diciéndolo de forma expresa para cualquier buen entendedor, y algunas otras que se deducen de la “herramienta conceptual” que usan; pues si hablo en filosofía idealista y moderna, estoy dando aviso seguro de que no voy a concluir en certezas de validez universal, soy liberal. Pero… si Francisco propusiera una Verdad definida con certeza infalible en un lenguaje propiamente asertórico, para que obligatoriamente sea creída por todos los fieles, porque él mismo está convencido del valor eterno de dicha verdad y de la posibilidad de expresarla en un lenguaje que lo garantice… no tendríamos ninguna regla por sobre él para corregirlo. <br />
<br />
En suma, no podemos enfrentar al Papa sino con lo que el mismo Papa nos dice de sus propios juicios y proposiciones. No hay una regla por sobre él, la llamemos como la queramos llamar, sensus fidei, Tradición, Escritura, antiguos padres o lo que corno sea. Pues lo que estas cosas contienen sólo él puede definirlas y expresarlas en proposiciones dogmáticas. <br />
<br />
Por fin, ustedes dirán… y ¿si se le ocurre declarar de forma dogmática e infalible algo que contradice la fe? Como por ejemplo: “mando creer que Dios no es Trino y Cristo no es Dios, sea anatema quien así no lo haga”. Bueno… eso no va a pasar. Esta confianza es fe en la Promesa. No lo van a hacer. No se atajen ni abran el paraguas antes de que llueva. Porque la prueba del momento es mantener la fe en docilidad, en obediencia, en humildad, bajo autoridad y en la confianza de que no nos darán una piedra si pedimos un pan, ni un escorpión si pedimos un huevo. Nuestra regla será el Magisterio Petrino, hoy y siempre, sin desesperar porque Cristo duerme en la Barca en medio de la tormenta. <br />
<br />
La certeza de nuestra fe está garantizada por el Magisterio de la Iglesia, el de los Papas y los Concilios, al que recurrimos en todas sus declaraciones definitivas e infalibles, y por ninguna otra cosa que se nos ocurra. Y esta adhesión de los fieles al Magisterio, es lo que conforma el verdadero “sentido de la fe”. Y la duda y no aceptación de las “opiniones dubitativas” de los Papas conciliares, no las tomaremos con valor de certeza y sólo como opiniones, porque ellos mismos nos dicen que las tomemos de esa forma.</div>
<br />
<br />
<span style="font-size: 14pt;"> </span>Flavio Infantehttp://www.blogger.com/profile/07929147663390580956noreply@blogger.com29tag:blogger.com,1999:blog-965376188264120636.post-18368684247100312722018-08-02T21:02:00.001-07:002018-08-03T17:48:20.410-07:00LA ABOLICIÓN DE TODO Si la muerte, como lo afirma san Pablo, es el «salario del pecado», no debe extrañar que, debilitada la conciencia del pecado, aun la certeza y previsión de la muerte (atributo sólo del hombre entre todas las criaturas mortales) se verá grandemente menoscabada. Incluso cuando se fomente la muerte a manos llenas, rendidos los espíritus al mayor de los desafueros (como en la legalización del aborto y la eutanasia), su cruda entidad resultará absorbida en su falaz remisión al ámbito de los derechos, con el consecuente eclipse de la víctima. La consigna es no recordar la muerte. Vivir <i>etsi Deus non daretur</i> es vivir como si no fuésemos a morir, a consumar nuestra existencia.<br />
<br />
Y como todos los disparates son correlativos en el organismo espiritual ulcerado por la huella de un exitoso error de principios (¡cuánto más por la corrupción cancerosa y generalizada de las conciencias!), así la licitud de la pena de muerte resulta cuestionada al paso que se ha perdido la noción más primaria de justicia. Se ha dado el caso del violador protegido por la aberración garantista que reincidió apenas excarcelado, y que una vez recapturado pidió se le aplicase la pena capital porque se reconocía incapaz de corregirse -lo que denota mayor lucidez en el reo que en los jueces y legisladores. ¿Alguien en su sano juicio osará cuestionar el fusilamiento de un traidor de guerra? Pues anticipándose en cuarenta y tantos años a la última<i> boutade</i> de Francisco, uno de esos papas que no metía sus narices detrás de la Cortina de Hierro se lanzó a estigmatizar la política interna del último Estado cristiano por haber ordenado el fusilamiento de un puñado de terroristas que en una de sus cobardes incursiones se habían cobrado unas cuantas vidas inocentes. La exorbitancia ya no residirá más en el daño infligido por el culpable; por definición papal, ahora acaba atribuyéndose a la única pena que podía considerársele condigna.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6YApoA36wfhY_-V2nl7X-Q_l5_NPxjM7wPEHWNDy-JasiPa5iwUUOEYN5milP1iKaK4nZ84MN9sxinfmm3GYrebN0HbHDnoVpG6MvkuFeRK3p0GexYzF2S4DCMWAn4DM2Tq-pQagIktcv/s1600/1328227380_132822_1328227380_noticia_normal.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="290" data-original-width="472" height="196" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6YApoA36wfhY_-V2nl7X-Q_l5_NPxjM7wPEHWNDy-JasiPa5iwUUOEYN5milP1iKaK4nZ84MN9sxinfmm3GYrebN0HbHDnoVpG6MvkuFeRK3p0GexYzF2S4DCMWAn4DM2Tq-pQagIktcv/s320/1328227380_132822_1328227380_noticia_normal.jpg" width="320" /></a></div>
Como en aquel cuento en el que los salvajes sorprenden en emboscada a unos exploradores, conminándolos a sufrir «muerte o <i>dunga-dunga»,</i> lo único que le faltaba a la sociedad orwelliana en la que la guerra semántica dejó en ruinas las inteligencias era la bendición sombría de sus errores a manos de una potestad religiosa desfigurada, irreconocible, abocada al abolicionismo universal y a la confusión sin término. Acaba de consagrarse una forma más deshonrosa de violencia que la que se presume ínsita en la pena capital. Francisco lo hizo: incorporó el <i>dunga-dunga</i> en el catecismo.<br />
<br />Flavio Infantehttp://www.blogger.com/profile/07929147663390580956noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-965376188264120636.post-3414918839628174332018-07-28T20:17:00.000-07:002018-07-28T20:17:37.064-07:00ABORTO Y OBJECIÓN DE CONCIENCIA<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: right; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Book Antiqua, serif;"><i>por <b>Antonio Caponnetto</b></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua", serif;">Un
irrelevante total</span></b><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14.0pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif";">Al parecer, el pasado 20 de junio
–mala fecha para andar diciendo zonceras- desde el sitio oficial del Instituto
Acton (que se llama así, no por la marca de patinetas sino en homenaje al lord
gringo puesto en el Index en tiempos del Beato Pío IX), Don Gabriel Zanotti
perpetró una nota titulada “Del aborto clandestino al totalitarismo
clandestino”. Puede verla el masoquista<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>lector en<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><a href="http://institutoacton.org/2018/07/04/del-aborto-clandestino-al-totalitarismo-clandestino-gabriel-zanotti/">http://institutoacton.org/2018/07/04/del-aborto-clandestino-al-totalitarismo-clandestino-gabriel-zanotti/</a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif";"> <table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjEZKoW6QMuks7VcIKqFvO2xnPbWcQCcZUTdmhjxrO2FC3VJls_mIn_sEYCYZQrksL8quWrIqPUBM6OEpgjeGcodkkRlZ7igtFaMYzhGVDS1MJe0SAX94wOURmcjzpVBzMB62qpNkkcrTH/s1600/Gabriel-Zanotti.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="250" data-original-width="250" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjEZKoW6QMuks7VcIKqFvO2xnPbWcQCcZUTdmhjxrO2FC3VJls_mIn_sEYCYZQrksL8quWrIqPUBM6OEpgjeGcodkkRlZ7igtFaMYzhGVDS1MJe0SAX94wOURmcjzpVBzMB62qpNkkcrTH/s1600/Gabriel-Zanotti.jpg" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Zanotti, eyectado<i> in altum,</i><br />casi como las figuras de El Greco</td></tr>
</tbody></table>
Llama
la atención que el autor sea un relapso, que vuelve a asumirse inverecundamente
cual católico liberal convicto y confeso, y que deslice un rechazo burlón hacia
<st1:personname productid="la Quanta Cura." w:st="on"><st1:personname productid="la Quanta" w:st="on">la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Quanta</i></st1:personname><i style="mso-bidi-font-style: normal;"> Cura</i>.</st1:personname> Algo así como
si un mahometano se confesara islámico-mormón y rechazara las azoras, aleyas y
bizmillas del Corán. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif";">Y llama la atención asimismo que
crea poder compatibilizar su catolicismo gloriándose de haber sido
prácticamente el único que defendiera a los Testigos de Jehová, cuando –según
él- éstos “se pudrían sistemáticamente en la cárcel” por causa de sus
objeciones de conciencia.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Latiguillo
este último que blanden hoy las salvajes izquierdas por doquier, desde sus
múltiples medios. Porque es común entre la intelligentzia nativa, subirse al
caballo por derecha y bajar por siniestra.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif";"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Los Testigos de Jehová son, en sentido
estricto, una secta satánica, abocada de modo explícito a ultrajar a <st1:personname productid="la Iglesia. El" w:st="on"><st1:personname productid="la Iglesia." w:st="on">la Iglesia.</st1:personname> El</st1:personname> recurso a la
objeción de conciencia lo usaron para dejar morir con crueldad a algún
pariente, impidiéndole la transfusión de sangre, o para ofender la bandera
nacional o para<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>negarse a servir a la patria
bajo la forma <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>del servicio militar
obligatorio. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif";">Ser católico y defensor de los
Testigos, y del uso crapuloso que hacen de la conciencia objetante, guarda la
misma coherencia que ser trotskysta y cruzar espadas por los cautivos del
Gulag. Hasta ahora sabíamos –como dice el Pseudo Exúpery- que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">lo esencial es invisible a los trotskos</i>.
Habrá que agregar también a los zanóticos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif";">Pero en la noteja de marras, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">the man of the Acton</i> nos interpela dos
veces a los nacionalistas católicos; y más específicamente a la revista <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cabildo</i>. Elige para ello el modo de una
pregunta, que no registra Aristóteles entre los recursos lingüísticos de <st1:personname productid="la Retrica" w:st="on">la Retórica</st1:personname>, pero sí las
mucamas cuando se enojan en la feria. No se tome por reproche, ¡vamos! Pura ley
clásica de lo semejante en pos de lo semejante. Ambos hacen las compras para
sus patrones.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif";">¿Y cuál sería el núcleo de la
acusación zanótica hacia nuestras amenazantes huestes ultramontanas? Nos
expliquemos de una vez. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif";">En primer lugar -se nos dice- los
políticos aborteros, al negarse a reconocer la objeción de conciencia a los
providistas incurren en un “totalitarismo clandestino [...], revelando con ello
hábitos de pensamiento totalitarios típicos, lamentablemente de la cultura
argentina”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Que sepamos el rechazo a la
objeción de conciencia, cada vez que ha sido planteado, no lo fue desde la
clandestinidad sino desde altos estrados públicos y visibles. El senador
Pichoto, por ejemplo, hace uso de su texticulillo masón anti objetante con
ostensible exhibición oficial. Lo que ha pasado a la clandestinidad en él y en
sus pares, es la moral y la decencia, pero no el imperativo tiránico. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif";">Sobre la existencia de un hábito
totalitario, estamos completamente de acuerdo. Es el del totalitarismo
democrático, que impone su despotismo de la cifra, su prepotencia del número, su
abuso de la cantidad, la opresión de su mitad más uno. Y esto es obra maldita
del liberalismo, mentor, cultor y practicante del dogma de la soberanía popular
y de la mentira del sufragio universal. Si van a invocar los hábitos vayan a la
cuestión 51 de la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">prima secundae</i> de <st1:personname productid="la Summa" w:st="on">la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Summa</i></st1:personname>,
para aprender a detectar a sus causantes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif";">En segundo lugar, según este
muchacho Gabriel de <st1:personname productid="la Zanatosa" w:st="on">la
Zanatosa</st1:personname>, los nacionalistas de Cabildo seríamos culpables de
“tanto poder otorgado al Estado”, de querer estatizar “la salud y la educación”
por ser “derechos sociales”; de pensar que “todo estaba bien con un ministro de
educación <cat lico="">, y por supuesto con Onganía y con Videla”; pero que,
como ahora, las cosas han cambiado y el poder estatal “va para otro lado”,
suceden estos atropellos como querer negar la objeción de conciencia. La culpa
es nuestra, en suma, porque a diferencia de los católicos liberales que
“lucharon siempre contra el poder”, nosotros le dimos más y más poder al Estado.<o:p></o:p></cat></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif";">Sinceramente nos duele ver cómo se
le caen los anillos, se le desgracia el jubón y se le amarrona la librea al
mayordomo del Lord hereje. Lo teníamos por sujeto de otro horizonte cultural y
moral. Y aunque no lo supusimos nunca destinatario del encomio lorquiano: “voz
de clavel varonil”, tampoco creíamos que prestaría su palabra a tanta
mariconería <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>junta.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif";">El Nacionalismo Católico,
precisamente por lo segundo, que a la vez califica y sustantiviza a lo primero,
jamás concibió al Estado como algo distinto a lo que enseña al respecto <st1:personname productid="la Doctrina Social" w:st="on"><st1:personname productid="la Doctrina" w:st="on">la Doctrina</st1:personname> Social</st1:personname> de <st1:personname productid="la Iglesia. Ni" w:st="on"><st1:personname productid="la Iglesia." w:st="on">la Iglesia.</st1:personname> Ni</st1:personname> estatolatría, ni
neutralismo, ni omnipotencia, ni indiferentismo. Ni panteísmo de Estado ni
ausencia irresponsable del mismo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif";">Nos hemos cansado de repetir con
Oliveira Salazar, que el Estado debe ser una persona de bien, ejercitante,
entre otros, del principio de subsidiariedad; y que no es lícita ninguna de las
formas de monopolio estatal sobre la educación o sobre alguna de las cuestiones
vitales en las que esté en juego la salvación de las almas o aún la mera salud
integral de la creatura.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif";">Ni en la teoría ni en la práctica
hemos concebido un Estado que no fuera “el ministerio de Dios sobre la tierra
para asegurar el bien común”. Nuestro ideario, en todo caso, está antes en <st1:personname productid="la Unam Sanctam" w:st="on"><st1:personname productid="la Unam" w:st="on">la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Unam</i></st1:personname><i style="mso-bidi-font-style: normal;"> Sanctam</i></st1:personname> de Bonifacio
VIII, pero nunca en el Discurso de Sarmiento en el Senado, del 13 de septiembre
de 1859, proclamando que el Estado no tiene caridad ni alma. Porque es el
Estado Liberal, instaurado tras la derrota de Caseros, con previo delito de
traición a la patria, el que impuso su laicismo integral a sangre y fuego. Y es
en nombre de ese laicismo masónico que hoy pueden negar los reclamos de la
conciencia católica ante un crimen como el aborto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif";">¿Qué objeción de conciencia respetó
el Estado liberal cuando impuso la obligatoriedad del matrimonio civil, o la
del voto coactivo, multando a sus infractores y colocándolos en la lista de los
réprobos? ¿Qué objeción de conciencia respetó ese mismo Estado Liberal cuando
sometió a las familias a la educación común de signo jacobino u obliga desde
hace décadas al ciudadano común a tener que regirse por una moneda extranjera
si quiere acceder a una vivienda?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif";">El Nacionalismo Católico no ha sido
nunca poder en <st1:personname productid="la Argentina. Y" w:st="on"><st1:personname productid="la Argentina." w:st="on">la Argentina.</st1:personname> Y</st1:personname>
es redondamente una infamia –de esas que en otros tiempos se dirimían con el
guantazo arrojado a la cara del canalla- afirmar que nosotros no hemos
enfrentado siempre al poder de turno; y que no hemos pagado por ello el alto
costo que supone ser políticamente incorrecto a perpetuidad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif";">Gobiernos civiles y militares,
oligarcas de overol o de levita, proletarios o burgueses, peronistas o gorilas,
cursillistas o<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>budistas, ¡todas!,
absolutamente todas las variantes del Régimen han conocido nuestra enemistad.
Incluyendo el Onganiato y el Proceso; afirmaciones tajantes que podemos
convalidar con una montaña de documentación escrita, publicada y difundida en
cada circunstancia histórica.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif";">No debería Zanotti mencionar la
cuerda en casa del ahorcado. A su padre, el Proceso le restituyó la cátedra de
Política Educativa en <st1:personname productid="la UBA" w:st="on">la UBA</st1:personname>;
fue asesor de <st1:personname productid="la Armada" w:st="on">la Armada</st1:personname>
a partir de 1969, cuando aún gobernaba Onganía; y en el homenaje a su figura,
que le hiciera <st1:personname productid="La Nacin" w:st="on"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La Nación</i></st1:personname> a los diez
años de su muerte, en <st1:personname productid="la Fundacin Bank" w:st="on"><st1:personname productid="la Fundacin" w:st="on">la Fundación</st1:personname> Bank</st1:personname>
Boston, asistieron personalidades del liberalismo católico como el Dr. Llerena
Amadeo, que fuera ministro de Educación del Proceso, Víctor Massuh, otrora
embajador ante <st1:personname productid="la UNESCO" w:st="on">la UNESCO</st1:personname>
o el Contralmirante Sánchez Sañudo, partícipe de <st1:personname productid="la Revolucin Libertadora." w:st="on"><st1:personname productid="la Revolucin" w:st="on">la Revolución</st1:personname>
Libertadora.</st1:personname> Datos todos que el mismo Juniors nos ha aportado
en sucesivos artículos. Y que son, además, del dominio público. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif";">Y datos ante los cuales, en
principio, podríamos encogernos tranquilamente de hombros, si no fuera porque
se pretende que, para nosotros, “la nación católica se da en las dictaduras
católicas de derecha”. De pronto –milagros de la homonimia- Zanotti ha mutado
en Zanatta (il forlivez bugiardo), y ambos –por merecida alquimia- en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">zanahorias, </i>vocablo cuya tercera
acepción permiten los académicos del idioma sinonimizar con imbécil. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif";"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Pero
dejemos a este “irrelevante total”, como se autodefine en el artículo que le
estamos comentando; y vayamos al tema de fondo. ¿Es lícito y/o recomendable
esgrimir la objeción de conciencia ante la posible o cierta legalización del
aborto?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua", serif;">La
objeción de conciencia<span style="font-size: 14pt;"><o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14.0pt;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span><o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14.0pt;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span></span></b><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif";">Va de suyo que al modo de los
liberales, no. Porque en la perspectiva liberal es una variante más de la
autonomía del juicio individual, del culto al subjetivismo relativista, del
rechazo de cualquier forma de heteronomía ética o de moral objetiva, de la
libertad convertida en antojo. Lo mismo vale hoy para no matar a un embrión,
que ayer para matarlo negándole una transfusión sanguínea o mañana para
desertar de una guerra justa, si tal posibilidad existiera. Por eso, la
categoría “objetores de conciencia” ha sido siempre cara a las izquierdas
progresistas y liberales. Y por eso el Magisterio de <st1:personname productid="la Iglesia" w:st="on">la Iglesia</st1:personname> supo hacer sus
claras distinciones<a href="file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/ABORTO%20Y%20OBJECION%20DE%20CONCIENCIA.doc#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif";"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Pero
supuesto en un sujeto sano y responsable el ejercicio del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">habitus primorum principiorum</i> o sindéresis, por cierto que está en
todo su deber primero, y en su derecho después, levantar bien alto la voz de su
conciencia, ante una ley aborrecible, para exigir que se obedezca a Dios antes
que a los hombres (Hechos 5,29). La conciencia recta no puede sino rebelarse
contra lo que escolásticamente se llamaba una real, objetiva y flagrante <i style="mso-bidi-font-style: normal;">atrocitatem facinoris</i> o acto de atroz
injusticia. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif";"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Ahora
bien; el hombre que así gloriosamente actúa, para que su acto sea no sólo
ejemplar y edificante sino santo y heroicamente congruente, no debe pedir
garantías al mismo verdugo de que nada le sucederá si no sacrifica a los falsos
ídolos. Gritará –como consta en las Actas de los Mártires- ¡no sacrificaré!, y
pedirá fuerzas a Nuestro Señor para aguantar las consecuencias. Como mostró el
rey Balduino de Bélgica que era posible, perdiendo nada menos que su trono por
no consentir el nefando crimen del aborto. Después, si la leguleyería impuso
sus triquiñuelas, es otra cosa. Pero el gesto es válido.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif";">Nunca son recomendables sino
despreciables los católicos libeláticos; esto es, aquellos que buscan la
garantía, la contemporización y el refugio del poder constituido. La chancha y
los veinte no se puede ni se debe. Si no sacrificamos nos pueden echar del
trabajo, sí. Y ser denostados por anónimos y cobardes plumíferos. Y perder
fama, honor y hacienda, sí; y ser declarados enemigos del pueblo, también, como
tantos casos gloriosos. Hay una bienaventuranza para los que todo lo padecen
por causa de Cristo. Y un nombre, el de mártires, para quienes pueden ofrecer
hasta la vida. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif";">Entendemos a los profesionales de la
salud que exigen la objeción de conciencia legalizada y garantizada por el
Estado si se aprueba <st1:personname productid="la Ley IVE" w:st="on"><st1:personname productid="la Ley" w:st="on">la Ley</st1:personname> IVE</st1:personname>
(Infernal Voluntad de Exterminio). Pero primero será pedir el milagro de que el
Dios de las Batallas aplaque la furia criminal de los aborteros; y después, si
tal gracia no la merecemos, pedir el milagro de que se nos de la fortaleza
extraordinaria para sobrellevar las consecuencias, que no serán fáciles. Mucho
menos si además de una conciencia rectamente objetora, no hay una conciencia
parusíaca. Bueno sería que <st1:personname productid="la Iglesia" w:st="on">la
Iglesia</st1:personname>, antes de acompañar este pedido de la objeción de
conciencia –que para algunos equívocos conceptuales se presta- predicara sobre
las Postrimerías y sobre la virtud de estar dispuesto a perderlo todo antes de
pecar contra Dios. Al fin de cuentas se supone que es lo que rezamos
diariamente en el Pésame. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif";">Es de San Buenaventura la hermosa
enseñanza aquella, según la cual: “la conciencia es como un heraldo de Dios y
su mensajero; y lo que dice no lo manda por sí misma, sino que lo manda como
venido de Dios, igual que un heraldo cuando proclama el edicto del Rey. Y de
ello deriva el hecho de que la conciencia tiene la fuerza de obligar” (In II <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Librum Sententiarum</i>, dist.39, a.1, q.3).
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif";">Sólo en este sentido se podrá hablar
de una conciencia objetante, impugnante y movilizadora del Buen Combate. El
resto es el pecado del liberalismo; o el temor de los cobardes; o el
conformarse cada vez con menos de los tibios; o el acomodarse en la derrota
para conservar el puesto; o el tirar la toalla antes de que la lid acabe.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif";">No será el liberalismo católico el
que venga a darnos lecciones de resistencia al poder. Tampoco nos vanagloriamos
de ser nosotros paradigmas de conductas. Pero <st1:personname productid="la Iglesia" w:st="on">la Iglesia</st1:personname>, “columna y sostén
de <st1:personname productid="la Fe" w:st="on">la Fe</st1:personname>” (I
Timoteo 3,15), Mater et Magistra y Esposa del Señor, tiene un escuadrón de
testigos para que nos espejemos en ellos en estas horas duras y cruciales. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua","serif";">Digo <st1:personname productid="la Iglesia. De" w:st="on"><st1:personname productid="la Iglesia." w:st="on">la Iglesia.</st1:personname> De</st1:personname> pie al pronunciar
su nombre y de rodillas tras pronunciarlo. Digo <st1:personname productid="la Iglesia" w:st="on">la Iglesia</st1:personname> semper idem. Digo <st1:personname productid="la Iglesia" w:st="on">la Iglesia</st1:personname>: Una, Santa, Católica
y Apostólica. Contra ella no podrán ni han podido nunca obtener el triunfo
definitivo los enemigos de <st1:personname productid="la Cruz. Porque" w:st="on"><st1:personname productid="la Cruz." w:st="on">la Cruz.</st1:personname> Porque</st1:personname>
<st1:personname productid="la Barca" w:st="on">la Barca</st1:personname> la
conduce Cristo. Y Cristo navega hacia lo alto, hacia Arriba. Desde donde se
sale victorioso cuando parece que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>el
laberinto nos tiende la más cruel encerrona. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div style="mso-element: footnote-list;">
<!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/ABORTO%20Y%20OBJECION%20DE%20CONCIENCIA.doc#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 10.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="ES"> Recomendamos dos lecturas: Rafael Somoano Berdasco, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Pacifismo, guerra y objeción de conciencia,
a la luz de la moral católica</i>, Madrid, Fuerza Nueva, 1978 y Gonzalo Muñiz
Vega, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los objetores de conciencia,
¿delincuentes o mártires</i>? , Madrid, Speiro, 1974. <o:p></o:p></span></div>
</div>
</div>
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