Un mérito tiene, en todo caso, este pontificado, y cumple en buena ley enunciarlo: el de venir a ser como el sumidero de todos los topicismos típicos del fofo clero conciliar. La paciente acumulación de alusiones insípidas, de desleídas verdades que pueden pasar también por sus contrarias, toda esa inane abundancia de lugares comunes y palabras sin nervio fundadas en la mera adhesión sensible (sensiblera) a Cristo, esa fe afirmativa pero con ruido a hueco propia de la impostura modernista (tan parecida a su medio hermana, la sola fides luterana), todo este inerte montón propalado durante décadas desde casi todas las diócesis del mundo ha venido a confluir, al fin, en ese imprevisto foco de efervescencias que es la lengua de Francisco, señaladamente fértil en estupideces, en vulgaridades, en errores y aun en blasfemias más o menos manifiestas. Como si un furor oculto, escondido -pero capaz de hacer incontenible acto de presencia en el curso de un sermón o una entrevista-, acabara por dar al traste con tan calculado disimulo y exhibiera al cabo el sulfuroso genio de la Contraiglesia.
La más reciente de las erupciones orales del Santo Padre, en todo caso, luce como una de las más horrísonas en estos veintiún meses de extravío, y es mucho decir. Resulta que en el curso de una de sus homilías diarias, luego de ensayar el consabido "tiro al blanco de la moral católica" y luego de insultar por enésima vez a la ley de la Iglesia por su dolosa comparación con las prescripciones farisaicas, el Obispo de Roma tuvo a bien acotar que
«Pío XII nos liberó de aquella cruz tan pesada que era el ayuno eucarístico. Tal vez alguno de ustedes lo recuerdan. Ni siquiera se podía beber una gota de agua. ¡Ni siquiera! Y para lavarse los dientes, se tenía que hacer sin tragar agua. Yo mismo de joven fui a confesarme de haber hecho la comunión, porque creía que una gota de agua había ido dentro. Es verdad ¿o no? Es verdad.»
Sin dejar por ello de mesarse las barbas ante lo espantoso de la enseñanza, el buen lector podrá comprobar sin esfuerzo que hay tres o cuatro agravios contra la fe de la Iglesia condensados en tan breve pasaje, a saber:
1- «...nos liberó de aquella cruz tan pesada...». No es de católicos cabales asociar la cruz, signo e instrumento de nuestra redención, a la mera idea de «carga» o «fardo», sin más. El Señor no habla nunca de liberarse de la cruz, sino de lo contrario: si quis vult post me venire, abneget semetipsum et tollat crucem suam (Lc 9, 23). Bergoglio ve a la cruz con ojos profanos, con mal disimulado rencor.
2- «...que era el ayuno eucarístico». Era cosa asaz pesada, según Francisco, el ayuno eucarístico de tres horas. Pero el Señor recuerda que «la reina del sur vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y acá hay uno que es más que Salomón». ¿Qué esfuerzo puede ser excesivo comparado con la excelsitud de un tal Objeto que lo reclama?
3- «Ni siquiera se podía beber una gota de agua». Acá o falsifica a sabiendas con tal de fortalecer la desventurada tesis, o habla con grosera ignorancia, pese a haber conocido en su juventud el régimen entonces en vigor. Lo detalla el nº 635 del Catecismo de San Pío X al prescribir para el ayuno eucarístico la abstención «de alimento sólido o bebida alcohólica tres horas antes de comulgar, y de alimento líquido o bebida no alcohólica, una hora antes de la comunión. El agua natural puede tomarse a cualquier hora y en cualquier caso», pues ésta no rompe el ayuno. [Nota: sobre este punto, recomiendo leer el aporte de Martin Ellingham más abajo, en la casilla de comentarios]
Este pasaje, pronunciado para fustigar a los "rígidos" que mantienen que "la disciplina no se toca, es sagrada" en el contexto siempre latente de las presiones por extender la comunión a los re-casados, redondea así su sentido y aviesa intención. Habría que recordarle a Bergoglio y a su gota de agua que la única disposición vital que permite comprobar experimentalmente aquello de que «mi yugo es suave y mi carga ligera» es la plena centralidad de Dios y no la del hombre: entonces los mandatos divinos se hacen cumplideros y se gruñe menos. Lo dice el Tridentino en su decreto sobre la justificación: Dios no manda cosas imposibles, sino que al mandar avisa que hagas lo que puedas, y pidas lo que no puedas, y ayuda para que puedas.
Estimado:
ResponderEliminarTenemos que rectificar un punto sobre el ayuno eucarístico. Recién con Pío XII se estableció un nuevo principio como general y común para todos, fieles y sacerdotes: el agua natural no quebranta el ayuno eucarístico. Antes de la constitución Apostólica Christus Dominus (1953) el ayuno eucarístico era total desde la medianoche e incluía el agua si era bebida. La anécdota del Papa sí es reveladora de una mala comprensión, tal vez escrupulosa, de una disciplina que definía el ayuno con los siguientes rasgos:
“¿Qué condiciones se requieren para infringir el ayuno? Cinco, que son : 1ª Que lo que se toma sea cosa exterior, porque lo que proviene ab intrínseco, como la sangre que proviene de la boca , lengua , encías, etc., aunque se degluta, no viola el ayuno. 2ªQue dicha cosa pase al estómago; porque si se echa fuera antes de llegar á él , tampoco infringe el ayuno. 3ªQue tenga razón de comida ó bebida, esto es, que sea cosa alterable en el estómago , pues de otro modo no la estima el hombre como comida ó bebida, porque nadie dice come hierro, vidrio, madera, etc. 4ªQue se tome per nioclum cíbi, potus aut medicince; porque según la estimación del hombre, sólo de ese modo se viola el ayuno natural, pues lo que se toma per modum salives, respirationis vel atractionis, v. gr. : el polvo, una mosca ú otra cosa que venga de la atmósfera, tampoco infringe el ayuno. 5ªY que dicha cosa se tome precisamente después de la media noche , ó desde que dé la primera campanada de las doce...”
“¿Las gotas de agua que se mezclan con la saliva, infringen el ayuno si se pasan con ella? Si se toman por casualidad praeter intentionem, no; á no ser que sean en mucha cantidad. Y lo mismo diremos de las gotas de agua que se tragan involuntariamente lavándose la cara; porque no se toman per modum potus. Consta de dicha rúbrica. Pero si se toman de propósito, sí; porque entonces nada les falta para tener razón de bebida, aunque no se ordene á ese fin.” (Diez, Clave de Teología Moral, ed. 1891).
Es probable que el Catecismo de San Pío X sea de una edición retocada para adaptarla a la disciplina de Pío XII.
Saludos.
Notemos que el principio anterior a Pío XII era la prohibición de comer o beber per modum cíbi, potus aut medicince.
ResponderEliminarGracias, Martin, por el esclarecido comentario. Me queda la duda sobre si la cita del Catecismo de San Pío X corresponde efectivamente a una ulterior edición retocada. De no, habría que aducir el absurdo de que la constitución Apostólica Christus Dominus vino a reformar algo que ya estaba reformado.
EliminarY acá compruebo, en una vieja edición impresa del «Compendio de la doctrina cristiana prescrito por la Santidad del Papa Pío X a las diócesis de la provincia romana» (sin pie de imprenta, pero emitido por el papa en julio de 1905) que:
Eliminar- para hacer una buena comunión son necesarias tres cosas: 1ª estar en gracia de Dios; 2ª estar en ayunas desde medianoche hasta el acto de la comunión; 3ª saber lo que se va a recibir y acercarse a comulgar con devoción;
agregándose que
-quien tragó alguna cosilla que quedó entre los dientes o alguna gota de agua al lavarse, puede con todo esto comulgar, porque entonces esas cosas, o no se toman por modo de comida o de bebida, o han perdido la naturaleza de tales.
Esto corrige lo expuesto más arriba, en el punto 3 de la nota. Pero corrige a su vez a Francisco con su casuística de la gota de agua.
La casuística de Francisco es mala. O está queriendo decir que había interpretaciones escrupulosas de la disciplina. Que no son buenas, como tampoco lo es la laxitud imperante...
EliminarSeguramente hubo interpretaciones escrupulosas, pero no eran la norma general. Por ejemplo, me han contado que mi abuelo en sus últimos años de enfermedad padecía mucha sed, día y noche. Su confesor le dispensó de la prohibición de beber agua en atención a su enfermedad. No obstante, frecuentemente se abstenía de beber agua por devoción al Sacramento, ofreciendo aquella molestia a Nuestro Señor.
EliminarMuy buen testimonio, la doctrina dió su fruto en la voluntad de su abuelo.
Eliminarlo que yo veo una vez mças es que Bergoglio resume lo que la progresía hace rato estaba diciendo,a saber, que el ayuno no hace falta. Y por otro lado,equipara insidiosamente a los fariseos con ´´los cristianos rígidos de hoy" que seguramente vendríamos a ser nosotros.Es muy vivo...pero Él que ríe último ríe mejor.
ResponderEliminar¿si no le gustaba la disciplina para que entró en el seminario? obvio que no tenía vocación.
Eliminar¡Guias ciegos, que filtráis el mosquito y os tragáis el camello! Mt 23, 24.
ResponderEliminarEs cierto que el Señor llamo hipócritas a letrados y fariseos por hacer lo que denuncia, pero nunca dijo que superado los escrúpulos con el mosquito, siguieran tragandose el camello del rencor y el resentimiento.
Creo que Bergoglio aquí no ha llegado; alguién en su entorno de palmeros se lo debería advertir, aún cuando sólo fuera por caridad.
bergoglio le busca la quinta pata al gato por eso lo que dice está siempre torcido.....el se iba a jubilar¿que está haciendo en Roma sino vengándose de la iglesia que odia con toda su alma?
ResponderEliminarMientras tanto este señor afina la lista con los nombres de quienes nombrará próximamente a nuevos cardenales que de seguro no son "neo-pelagianos".
ResponderEliminarAunque no creo que suceda (ahora), he oído de algunos comedidos curiales porteños que el tal "Tucho" estaría revoloteando sobre dicha lista.
Algo de temer, cualquiera que salga de la cabeza del papa negro o del susurro de sus mandantes.
Uno de los nuevos cardenales será Georg Gänswein secretario de Benedicto XVI, arzobispo de Urbisaglia y Prefecto de la Casa Pontificia.
EliminarLos dos últimos nombramientos los hizo Benedicto XVI un mes y medio antes de renunciar al papado. Quede constancia, que en ese momento, sabía ya de su "renuncia".
Francisco lo ratificó en el cargo de Prefecto. Ahora lo nombrará cardenal de la Santa Madre Iglesia.
Especulaciones varias...
Sí, Flavio, esto es un desastre. Lo de la entrevista a La Nación me dejó boquiabierto, porque uno sabe que los revolucionarios mienten descaradamente, eso no es nuevo; uno sabe que los revolucionarios subvierten y se contradicen sin pudor y sus focas aplauden, ¡qué caraj o qué carrizo!, como dicen en mi tierra. Pero hoy estoy consternado; yo no escribí un artículo sobre la antedicha entrevista, porque terminé el semestre el jueves, después de un trabajo brutal, y por algún otro motivo que no vale la pena mencionar. Pero lo de hoy, lo de hoy no tiene nombre, mañana algo escribiré, porque lo acabo de ver y no puedo dedicarme a esto a esta hora. Hoy salió el resultado de la visita apostólica a las monjas desgraciadas de gringolandia (http://press.vatican.va/content/salastampa/en/bollettino/pubblico/2014/12/16/0963/02078.html), a las mujeres ésas que, públicamente, niegan tener fe en Cristo y le anteponen a Buda. El Braz de Aviz, el verdugo de los Franciscanos de la Inmaculada, los verdugos de Monseñor Livieres y de Monseñor Flynn, decidieron dar un dictamen que debe estar entre las cosas más vergonzosas en la historia de la Iglesia (juntamente con la afamada e infame Relatio del Sínodo y la reunión de comunistas de dos semanas después en el Vaticano). Hace un tiempo escribí un artículo sobre esas mujeres, te dejo el vínculo (http://eticacasanova.org/2013/05/14/monjas-locas-usa/), es un desastre de porquería, estoy que se me salta una vena...
ResponderEliminarLo voy a leer. Gracias. Y Dios nos arme para esta guerra de nervios.
EliminarLo de las monjas es lo que podía esperarse de este papado y es congruente con su ataque a los Franciscanos de la Inmaculada. Con lo que no es congruente es con la fe, la moral y la disciplina católica
EliminarEl trauma de Bergoglio con la gota de agua es una trampa. Si en su época de infante el problema eran los escrúpulos, hoy es justo lo contrario. Demasiada gente comulga sin cumplir ni una de las condiciones, especialmente la más importante de todas, estar en Gracia.
ResponderEliminarClaramente quiere preparar el terreno para impulsar el sacrilegio de una pastoral que contradiga la Doctrina. Pero ya se ha encontrado en frente a unos cuantos prelados y cardenales, y lo que le queda: el mismísimo Cristo.
Creo que lo peor de estas palabras del Papa no es su ignorancia o su mentira, sino su sofística argumentación que intenta equiparar, implícitamente, la modificación de una disciplina eclesiástica (el ayuno eucarístico), que puede ser modificada como se ha hecho; y la modificación de la disciplina de la imposibilidad de recibir la comunión de las personas que viven en adulterio o cualquier otro pecado mortal, fundada en las palabras de Jesús y de San Pablo. Esta última no puede ser modificada, porque la valoración del pecado es siempre la misma, ayer, hoy y siempre.
ResponderEliminarHizo lo mismo, en esto de las equiparaciones implícitas, con el bautismo del engendro de Flor de la V en el Santísimo. Salió a cuatro voces a putear a los curas que negaban el bautismo a las madres solteras ¿? Encima con mentiras porque no había un sólo cura que hubiera hecho tal cosa.
EliminarVladimir
Bergoglio es un sanatero. Siempre inventa situaciones ficticias de excesivo rigor para justificar bandearse para el otro lado. Un mentiroso crónico y chanta porteño. Don Bernardo.
EliminarFlavio, creo que esto debe ser de gran interés para ti y tus lectores, por eso te lo pongo aquí. Me parece que es una bomba... sobre todo para los que andan con bombos y platillos celebrando que Francisco, constructor del Puente del Estrecho de la Florida es más que Juan Pablo, demoledor del Muro de Berlín: http://eticacasanova.org/2014/12/18/vaticano-concierto-de-la-punk-mientras-concertaban-los-munsters/
ResponderEliminarEntonces de donde salen las normas para comulgar que sugieren el ayuno a partir de medianoche? La edicion del Catecismo de San Pio X que he leido es posterior , año 73 si no recuerdo mal, y pone "prescrito por SPX en 1905". He revisado el Concilio de Trento y no pone nada específico del ayuno. Agradeceré cualquier información y como siempre, Flavio, excelente artículo.
ResponderEliminarExcelente carta de Mons. Rogelio Livieres, injustamente depuesto por el enemigo del ayuno eucarístico...: http://rogeliolivieres.info/2014/12/porque-no-voy-a-la-ordenacion-del-nuevo-obispo/
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