martes, 25 de septiembre de 2018

VIGANÒ, FRANCISCO, LOS ABUSOS Y LA TRAMPA

por Dardo Juan Calderón

La gran mayoría ha escuchado absorto -y al borde del abismo- aquel video de Michael Matt sobre los abusadores de niños y homosexuales del Vaticano. ¡Esto es el acabose! Gritamos. Cristopher Ferrara nos señala en Adelante la Fe que ya rabiosos (o rabiosas) modernistas consideran que esto no es más tolerable. Un enorme olor a revuelta se siente en el ambiente católico junto al hedor de los pecados del Team Bergoglio. Numerosos Obispos y Cardenales están reaccionando contra esta lepra pegajosa que ensucia toda la Iglesia y todos están diciendo que el asunto ya no se trata de ideas ni de doctrinas, ya estamos en un fondo insoportable de la más baja corrupción y se trata de salir con un mínimo de decencia.

Estos Obispos y Cardenales de la lista venerable, que de a poco se atreven y van reaccionando contra esta plaga de la pederastia, muestran el costado “sano” de la Iglesia. Una larga lista de “buenos tipos” se observa en aquel video. Los “tradicionalistas” se abroquelan con esta curia “sana”. Las mejores espadas de Benedicto XVI han cobrado una repentina pátina de ortodoxia y, muy lejos de concluirse a partir de la presente corrupción sobre que esto demuestra la malicia contenida en Vaticano II, la conclusión que va cobrando más fuerza es que todo esto demuestra a dónde lleva una mala y forzada interpretación del Vaticano II, pues estos “padres”, aún conciliares, son la buena reacción y la salvación posible de este enlodamiento insoportable.

Lo mejor de nuestro catolicismo argentino nos trae al cardenal Nicola Bux, conciliarista consumado, ecumenicista convencido, kantiano, admirador y promotor del pensamiento modernista de Juan Pablo II y Benedicto XVI, sincretista en liturgia, birritualista por ahora, promotor de la reforma de la reforma pero defendiendo la necesidad de contar con la reforma. Pero no es homosexual ni gusta para nada de toda esta mugre. ¡Bienvenido!

Escapamos de la exageración revolucionaria del comunismo y caímos en la actual peste de la síntesis de marxismo y liberalismo en este socialismo civilizadamente anticristiano, dando un suspiro de alivio. Vencimos al kirchnerismo ladrón, populista y corrupto y nos aliviamos con estos masones que nos permitieron viajar a Miami y ya nos meten la educación sexual y la política de género hasta por los fondillos (en breve el aborto y la eutanasia). Combatimos al judío de nariz ganchuda que se come los niños y nos hicimos todos naturalistas a su mejor estilo. Francia adoró a Napoleón que los salvó del Terror y los hundió en la impiedad masona más de orden. Y vamos a salir -completamente aliviados- de Francisco, asentados en un modernismo decente y de “bon goût” que no se fornica a los coreutas y canta motetes gregorianos.

Parece que no sabemos nada de cómo hace el Diablo las cosas. El problema no está en el trasero, sino en las cabezas. Sigue siendo doctrinario, y el Diablo desbarranca a sus monigotes más mugrientos cuando quiere que abracemos a sus hombres más disciplinados.

La lista de los buenos de Michael Matt son todos modernistas y conciliares, es más, americanistas consumados. Decentes y de buen gusto, no lo niego, pero de cabeza floja.

En liturgia, la reforma de la reforma es un pastiche que dará por tierra el tomismo tridentino y será suplantado por un espiritualismo carismático y orientalista. Decente y de buen gusto, no lo niego.

Disculpen que no pueda acompañarlos en esta patriada antifrancisco y siga, como siempre, dudando cuales son peores, si estos mandingas culos-rotos, o los embraguetados humanistas. Que se sana más rápido de las hemorroides que de las herejías.

¡Pero salten de la sartén! ¡Urgente! No se tomen un tiempo para pensar ni piensen a cien años. ¡Compre ya! Tenga en cuenta que en tiempos de crisis y griterío es la hora de los imbéciles que serán escuchados en las plazas, y cuando se ordena, ya no sirven. Aprovechen la oportunidad.