jueves, 22 de febrero de 2018

TECUCUECUECHTLI

Adoración eucarística durante el reciente retiro de la Curia romana en Ariccia, en proximidades de Roma


Hasta los náhuatls podrían aleccionar a nuestros salvajes contemporáneos acerca de la calidad requerida en sus superiores, según atestigua fray Bernardino de Sahagún en su Historia general de las cosas de Nueva España:

Nota hijo -enseñaban los ancianos-, que la humildad y el abajamiento de cuerpo y alma, y el lloro y las lágrimas y el suspirar, ésta es la nobleza y el valer y la honra; mira, hijo, que ningún soberbio ni erguido, ni presuntuoso ni bullicioso ha sido electo por señor; ningún descortés, malcriado, deslenguado, ni atrevido en hablar, ninguno que habla lo que se le viene a la boca ha sido puesto en el trono y estrado real. Y si en algún lugar hay algún senador que dice chocarrerías y palabras de burla, luego le ponían un nombre, tecucuecuechtli, que quiere decir «truhán».