«Canchero» es, entre nosotros, no sólo el avezado, el hombre experimentado en su oficio, sino también aquel que exhibe su destreza hasta la presunción, el que confía demasiado en sus mañas, el «sobrador». Y Francisco demostró la oportunidad del apelativo en la ya muy rumoreada reunión amistosa con los religiosos caribeños, de la que se hicieron eco unos cuantos medios, y en la que se permitió soltar no pocas confidencias que lo dejaron demasiado en evidencia, seguro acaso de su incolumidad. Remitimos a http://pagina-catolica.blogspot.com.ar/2013/06/francisco-el-lobby-gay-esta-aqui.html, entre otros medios que lo reflejan y comentan con acierto.
El estupor ante las cuestiones que plantea el desliz del Papa nos deja suspensos. Concretamente, y sin extender más que una mera enunciación: el desprecio por las oraciones que los "grupos restauracionistas" elevan por él (pese a que desde el día de su elección pidió rezasen por él), presentando las cuentas del rosario como a una contabilidad tediosa; el desdén por esas prácticas religiosas que señala como anticuadas, repitiendo los tics más desagradables de la caterva progresista; la despreocupación por los errores doctrinales posibles con tal de fomentar el movimientismo evangelizador (y esto se profiere en una época de notabilísimo caos doctrinal); la inmediata asimilación del misterio de la Encarnación con los pobres; el reconocimiento explícito de la existencia de un lobby gay en el Vaticano, con la dubitativa conclusión de que "hay que ver qué podemos hacer" con un tema de tal gravedad; el reconocimiento, también expreso sin parpadear, de que "yo soy muy desorganizado" para llevar adelante la necesaria reforma de la Curia romana, por lo que queda confirmado -al menos en lo que a este delicado asunto respecta- el gobierno colegiado de los ocho cardenales nombrados para tal fin. Es demasiada cosecha para una sola sazón.
Y, quizás, lo de mayor peso simbólico y más aterrorizante: la presunta alusión al Espíritu Santo -de cuya presencia y acción en el último cónclave parece Francisco jactarse- como Otro. El Señor se refirió al Espíritu de Verdad que enviaría después de su partida a los cielos como Otro Abogado (allon Paraklhton, Jn. 14, 16), pero como «Otro» a secas, es ciertamente muy otro el objeto de su alusión (ver Jn. 5, 43).
Resulta que un gaucho, reliquia del siglo XIX en nuestro ya tan trajinado XXI, vino en conocimiento del tratamiento de «canchero» y de otros que el Papa viene permitiendo y alentando para consigo con no usitada promiscuidad léxica. Y él quiso también hacer su aporte, seguro de que la dignidad de papa es intocable incluso por el mismo Papa. Y le salió esto, en defensa del Papa y en detrimento de Francisco:
El Pancho es papa canchero
con mucha noche y boliche.
No un santón, siquier derviche,
aunque cuece su puchero.
¿Conchabará un cocinero
áura que habla en cocoliche?
Un papa de poncho. ¡Qué p... icha!
Ni el más curda lo apostaba.
Tiologías champurriaba
de la color de salchicha.
Ni limonada ni chicha
pa´ nuestra sed nos la daba.
¡Pucha, que jué bien ligero
pa´ encomiendarse a Espedito!
Dizque sin chucho y sin grito
se arrió a tuito el alto clero,
y en la elición jué primero
porque Otro le dio el remito.
Yo malicio que pa´tanta
complaciencia que le tienen
los herejes, ¡qué me vienen!
ha de haber cosa no santa.
Yo quisiera ver a cuánta
Su Santidá la sostienen.
Pero creamé, aparcero,
lo pior es cuando relincha
que su dinidá lo hincha
diciendo: «mitra no quiero.
Ensillenmén otro apero:
lazo, bozal, jerga y cincha».
Buenísimo su artículo. Como español le agradezco que me aclare el significado del término "canchero", que desconocía, y que le va que ni pintado a Fran.
ResponderEliminarLe he enlazado -le pido permiso- en un comentario en mi blog.
(vengo tiempo siguiéndole, es usted de lo mejorcito de la red. Mis felicitaciones.)
Gracias, amigo. Por supuesto que cuenta con mi permiso. Ya estaré visitando su blogue.
EliminarEspero no necesite ud. un glosario de argentinismos para descifrar los versos finales. Gracias nuevamente por su generosa recepción. Y Dios nos libre de la horrísona verba del Fran.
No le erró mucho entonces el uruguayo, si canchero es ser sobrador, creo que si, lo es, es la palabra justa para ese tipo que okupa el sillón de Pedro, pobre Pedro.
ResponderEliminarNo pobre Pedro. Pobres de nosotros!
ResponderEliminar¿No lo vieron ahora al card.Tauran, en una misa hinduista, con el tercer ojo dibujado en la frente? Y lo peor de todo es que le quedaba ni que dibujado.
Pedro debe estar entre los que gritan en el Apocalipsis: ¿hasta cuándo, Señor, hasta cuándo?
Realmente comparto la opinion de Bate. Muy bueno tu blog (o como se escriba. Yo digo bló). También lo vengo siguiendo con mucho gusto. Un abrazo. El aprendiz
ResponderEliminarGracias. Blogue, bló o blós que sea, la generosidad de ustedes nos alienta y nos obliga. Dios les retribuya.
Eliminar