Darían ganas de hablar de aquellas buenas cosas que están saliendo a cada momento de las manos del Creador y que, como en el relato del Génesis, son buenas porque son: la flor de la pasionaria o mburucuyá, de sutilísimos pliegues y diseño, cuyo fruto -globuloso y purpúreo por dentro, como la granada- hay que disputárselo a las golosas calandrias; el colibrí, que los conquistadores recién llegados a nuestras latitudes llamaron "pájaro mosca", por no saber si era lo uno o lo otro, y que al volar, malgrado su impalpable fragilidad, produce un ronquido semejante a la voz del cerdo; la pradera de vario verde, hendida como por rayo por la fuga de la liebre asustadiza. Darían ganas de hablar del murmullo nocturno del río, cuando las bestias callan, y de la aurora y el ocaso en azoradas llamas... Darían ganas, si no de glosar largamente el «Cántico de las Creaturas» del de Asís, al menos de balbucear la admiración que se sorbe por los ojos llenos. A la rebelión de la nada se la desmiente con la fidelidad al orden y la afirmación del ser; a la futilidad de los esquemas ideológicos del hombre prometeico se le opone la fertilidad inagotable de lo creado y nuestra esperanza incorruptible, que apunta a lo Increado. Pero hete aquí que, vibrante siempre el concierto vivo de los seres (seres ajenos al conocimiento del mal), la conciencia tocada de ese pasmo feliz se ve una vez más conminada por la alarma, dote del homo viator. Ahora hay que habérselas -como si no fueran demasiadas las consecuencias del profesar la fe en Cristo en nuestros días- con la continua deposición verbal del Papa abriboca, que prorrumpe en una nueva palabrota cada vez. Culmen y acabose del ya prolongado desquicio eclesiástico, dice el extracto noticioso que toma palabras del pontífice en un encuentro con religiosos el pasado mes de noviembre, transcritas por la malfamada «Civiltà Cattolica», que
...el Papa Francisco considera que las distintas realidades personales que se dan en la sociedad actual, como la existencia de hijos que conviven con parejas homosexuales, suponen un desafío educativo nuevo para la Iglesia Católica, sobre todo a la hora de anunciar el Evangelio.Y ya se interrumpe el efable curso de la Creación y de los admirables seres cuando es el propio pontífice quien demuestra desconocer que, abolida radicalmente la ley natural, ya no es posible "anunciar el Evangelio". ¿O habrá que entender, según todo lo indica, que se refiere a otro Evangelio? (Tenemos, para prevenir un tal peligro, el pasaje de Gálatas I, 8 ss. «aun cuando nosotros o un ángel del cielo os anunciase un Evangelio distinto del que os hemos anunciado, sea anatema»). El pecado de Sodoma, que clama al cielo, ¿puede merecerle acaso tan especiales miramientos, cortesías tan ajenas al común sentir católico? ¿Qué pretende con esta escalada de turbiedades, infamia de la misión docente de la Iglesia, chancro creciente que amenaza con trocar el rostro de la Esposa de Cristo en una pura pústula?
Alguien, en un sitio digital del Viejo Mundo, de profanidad petulante y volteriana inspiración, se refirió recientemente a SS Francisculus -y no en alusión a este último desplante al que aludimos, sino a su ya inconfundible estilo, a toda la agobiante retahíla de su "magisterio líquido"- diciendo poco más o menos que «al fin de cuentas es un sudamericano. Como la puta cubana que musita obscenidades en los oídos del turista escandinavo a los fines de atraérselo al camastro». Y lo peor es que tiene razón. Acá estaba el riesgo implícito en el proyecto conciliar de aproximación amistosa al mundo, apurado al fin por Bergoglio y sus programadores. Su procedencia peronista -ya que no castrista- convierte al momentáneo actor de este drama (que es entremés) en un instrumento apto para tales comercios. Lo que el crudo verismo del comentador seguramente desconocía -y de ahí que sea doble su acierto- era el capítulo 17 del Apocalipsis, con la descripción de la Gran Prostituta que fornica con los reyes de la tierra, ebria de la sangre de los santos y de los mártires y odiada visceralmente por aquellos sus mismos compañeros de juergas, que «la despojarán de sus vestiduras, toda desnuda, comerán sus carnes y la quemarán». La Iglesia, por corrompida y adúltera, no deja de ser detestada por sus enemigos de siempre, que reconocen en ella como el vestigio de un carácter imborrable, aunque traicionado y voluntariamente oculto. Y hacia ella apuntarán sus iras, sin importárseles un bledo de sus contemporizaciones y agachadas.
Le pedimos a Dios, si no está en sus planes concedernos por el momento algo mejor, que al menos permita more en Bergoglio -a trueque del demonio locuaz- aquel demonio mudo que Jesús expulsó en Lc. 11, 18. Que lo vuelva silente y taciturno como una tapia, quedo como un muelle. Saturnino, adusto, mudo como una ruina en la que el musgo y la hiedra cumplen su oficio, y que el Evangelio pueda entonces ser anunciado a todas las creaturas, conforme al mandato inexcusable del Señor.
Amen.
ResponderEliminarAracelis.
La misma intensidad y abyección de las propuestas del mundanal Locuaz, nos advierten que la reacción católica a tal impía acción de la iglesia conciliar new age no dejará de seguir creciendo muy a pesar de las inmanentes bienaventuranzas ecuménicas de esta secta que profetiza jolgorios de sincretismo y persecuciones a neopelagianos rebeldes que se obstinan en mantenerse fieles a la Tradición y a su único Señor y Rey.
ResponderEliminarLa secretaría de asuntos internos vaticanos, comunmente conocida como "lobby gay", nos hará saber en breve las nuevas medidas que previamente le serán giradas al Jefe de Blanco para su divulgación populachera y que tenderán a limpiar el camino de toda ortodoxia que dificulte la aparición del Otro.
Kyrie eleison.
Jack the Ripper
Perdón, los hijos no son acaso de la Ley natural, no son hijos de Dios? Incluso los padres son Hijos de Dios, pecadores, como todos nosotros.
ResponderEliminarQuerido, no diga sandeces. Y tenga la valentía de opugnar con nombre o "nique" al menos, que le dicen.
EliminarLos niños nacen secundum naturam, de varón y mujer. Que los adopten unos amancebados del mismo sexo es cosa abominable. Si esto usted no lo admite, váyase a leer Página 12 u otras inmundicias afines, pero no pierda su tiempo acá.
¿Leyó alguna vez, por ventura, Jn 1, 12: «a todos los que lo recibieron, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios»? Hay una distinción neta entre la condición creatural y la filiación adoptiva, de la que usted demuestra no estar ni siquiera enterado.
Dios lo ayude. Por lo que a mí respecta, me abstendré de publicar en adelante sus provocaciones.
Estimado Flavio,
Eliminarquiero felicitarlo no solo por el artículo sino también por la sabia censura a tipejos como el anterior que quieren colar sus novedades en blogs ajenos a su Fe y moral. Estos tienen infinidad de medios donde publican a diario su basura modernista y antinatura y desde donde ejercen la mas severa censura contra aquellos que con argumentos naturales y sobrenaturales les demuestran el error de sus falacias.
Jack the Ripper
Y con su pan se las coman, sus falacias.
EliminarGracias por el apoyo, amigo. Estos tiempos felices nos ponen muy a prueba la paciencia.
Que bueno que escriba estimado. COn pocas ganas pero con la esperanza intacta, me da ánimo para seguir con mi blog. Lo repostéo y me tomo el atrevimiento de agregar una foto.
ResponderEliminarLa entrevista muestra como de costumbre un exceso no ya de heterodoxia, sino de perversidad modernista. Lo de los seminarios me pareció terrible. En sus neologismos de los que hace abuso, agrega la "inculturación" de la gracia, a la que no me atrevo a interpretar, porque intuyo marxismo cultural escondido en esta como en casi toda su prédica.
En fin... Nos estamos quedando solos.
Un abrazo y le deseo muchas fuerzas para este año que se avizora espantoso.
Es muy cierto que nos estamos quedando dolorosamente solos, pero «mejor la Verdad en soledad que el error en compañía».
EliminarTenga ánimo, todavía queda bastante por combatir. Y reciba mi abrazo.
Don Flavio, muchos ánimos desde España, le vengo siguiendo todos sus artículos y son una bendición en estos tiempos de la Bestia de la Tierra desatada. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarGracias a usted también, amigo. Está visto que Dios decidió consolarnos en la penuria concediéndonos tan benévolos seguidores. Recíproco el abrazo.
ResponderEliminarExcelente salvo en lo del título: lo de "Vicario" está demás.
ResponderEliminarComo podemos pedirle a Dios que envie un demonio al Vicario de Cristo.
ResponderEliminarEncima le cuestionamos a Dios la calidad de lo que nos concede, a nosotros miserables pecadores.
Por favor, seamos mas humildes.
Hombre, veo que no sabe tomarse las desgracias con humor.
Eliminar¿Y de dónde habrá sacado Ud. que aquí se juzga la calidad de lo que Dios nos concede, y no la desgracia de no haber defendido lo que Dios nos había concedido?
EliminarAclaremelón, porfi
Le publico, Juan, este comentario, aunque me parece obvio que aquel a quien dirige su pregunta ni se va a enterar -por lo extemporáneo, se entiende: pasaron más de cuatro meses. Saludos
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