Como complemento a la anterior entrada, ofrecemos aquí un dato esclarecedor de aquello que podría llamarse la "distorsión populista del Santísimo Sacramento" en la persona del pontífice reinante. Lo tomamos de un muy jugoso artículo de Maurizio Blondet disponible aquí, cuya traducción no podemos ofrecer en toda su extensión por imposibilidad material.
Ocurrió después de la Asamblea General de los obispos italianos, a fines de mayo pasado, cuando el Papa se dispuso a responder a las preguntas que le fueran formuladas por los prelados allí presentes. «Muy contentos los obispos italianos han rivalizado haciendo preguntas que complaciesen a Francisco -en otros tiempos se la hubiera llamado una "justa de adulación"-, en realidad para obligarlo a explicitar su teología implícita, que los obispos arden por aplicar en sus diócesis, para instaurar la nueva iglesia según sus desiderata. Y hete aquí lo que escribió el 23 de mayo el vaticanista de La Stampa Marco Tosatti; éste registra la cuestión, puesta en términos "desesperados" por el obispo de una pequeña diócesis (cuarenta mil habitantes) que se lamentaba de que una parte del clero es "conservadora" y no quiere dar la comunión en la mano. El Papa le ha aconsejado que aplicase severas medidas disciplinarias, porque "no se puede defender el Cuerpo de Cristo ofendiendo el Cuerpo social de Cristo"».
Esta última definición no es nueva en boca de Francisco, que ya en otras ocasiones gustó de identificar el misterio de la Encarnación del Verbo con la "carne de los pobres", y supo asimismo señalar -en uno de sus habituales saltos dialécticos sin ulteriores explicitaciones- que el delito de la trata de personas "ofende al Cuerpo de Cristo". Nótese, además, la exhortación a aplicar "severas medidas disciplinarias" contra aquellos clérigos que guardan la debida disciplina de los sacramentos. Tampoco esta peculiar praxis sorprende ya a nadie.
La lenta deriva de la doctrina vigente acerca de la Iglesia como Cuerpo Místico en un vidrioso «cuerpo social» hizo su fortuna desde los días de Juan Pablo II, quizás el primer pontífice que llamó a la Iglesia «el cuerpo social de Cristo en la unidad de todos los miembros de la comunidad eclesial» (Audiencia general, 20-11-1991). Si es lícito deducir de ello el maltrato de que se hace objeto al Sacramento, que lo juzgue Aquel que se oculta detrás de las Sagradas Especies. Lo que nos parece obvio es la inspiración inmanentista, antropocéntrica, de esta transposición semántica. Y la escala que, por vía de metonimia y de embozo, puede verificarse entre "pueblo" y "hombre", y entre éste y "yo". En ese insistente y doble recurso de nimbar al pueblo y degradar a Dios lo que se oculta es ese improbus amor sui que señalara san Agustín, el amor desordenado de sí mismo. Es el sello inequívoco de los tiranos.
¡Qué buen artículo!, es exactamente lo que pienso sin saber expresarlo,y lo que necesitaba leer. Gracias!!
ResponderEliminarLas gracias a usted por tan cordial felicitación. Lástima la costumbre del anónimo.
EliminarSi Framcisco, como parece, no conoce la "presencia del Señor en el Santísimo", no me extraña que se aburra durante la Misa, según me hace notar un monje Benedictino cuya amistad me honra.
ResponderEliminarYa me había advertido sobre sus desden por los comtemplativos, y señalado su rebeldía para arrodillarse ante el Señor Sacramentado.
Sumando no es de extrañar que finalmente se quiera cambiar Cuerpo Místico por social.
Desde el principio hecho en falta que "mi corazón arda" con sus palabras.., más bien me parece que estoy ante un "político" que vende humo. Un saludo
Tal vez me equivoque o tal vez no, es materia difícil aunque si tiene plumas, es amarillo y dice cua-cua, es pato, según el viejo dicho de Empédocles.
ResponderEliminarSon pasos, etapas, a veces bien disimuladas otras no tanto, donde la famosa abolición del sacrifico perpetuo se va configurando de forma tal que dentro de no se cuanto tiempo ya nadie realmente crea que "eso" sea el Cuerpo de Cristo, y los sacerdotes tampoco tengan interés ya en hacer lo que la Iglesia quiere hacer con lo cual la abolición estaría consumada.
Recuerdo con dolor e indignación durante las fiestas patronales de un muy importante santuario en Capital Federal y con la presencia de Bergoglio como se distribuía la eucaristía: en la mano a todos, como galletitas, sin mirar siquiera si el fulano la consumía in situ o se la guardaba en el bolsillo, ministros de la eucaristía sacados de la galera y algunos con un currículum inquietante. Pero todo no era mas que una fiesta, fiesta, fiesta. Nunca un sacrificio propiciatorio.
Signo temporum.
Buen relato Flavio.
Jack the Ripper
Yo también creo que son pasos y etapas hacia la abolición del sacrificio perpetuo, que parece cada vez más próxima. Y a la conciencia de los comulgantes se la mantiene "en pédocles", como la "apertura" a la sacrílega comunión de los adúlteros (ya de hecho ampliamente practicada) que se espera sancione el próximo sínodo.
EliminarYo también presencié hará 4 años, en una misa afuera de la catedral, en Corpus Christi, presidida por Bergoglio, cómo ancianas sonrientes(ministras de la Eucaristía) daban la Comunión en la mano; he visto hasta varias monjas comulgar así. Casi me pongo a llorar de la tristeza que me produjo...
ResponderEliminarMi intención había sido ir a la procesión, pero me dieron mal el horario y llegué a la misa que era más temprano.
De más está decir, que nunca más pisé un lugar donde se encontrara Bergoglio.Y tampoco ya voy a esas misas horribles.(gracias a la enseñanza que me dió internet, leyendo buenas páginas católicas)
No se arrodilla frente a Cristo en el Altar. No puede hacerlo. Ni siquiera para cerrarnos la boca a los que lo notamos. Simplemente, no puede hacerlo.
ResponderEliminarEso es algo aterrador.
El cardenal Ratzinger, glosando un texto de los Padres del Desierto, afirmaba rotundamente que "el mundo demoníaco no puede arrodillarse".
ResponderEliminarMi Coronel : en los ultimos dias he releido su comentario infinidad de veces. Creo que es la sintesis mas perfecta y lamentable del actual Pontificado.
ResponderEliminarcriollo y andaluz