lunes, 31 de octubre de 2016

LUTERO Y EL TERREMOTO

Aun sin dejar de ser por ello católicos, hay que ser muy snobs para echar un velo de distante escepticismo sobre la posible y misteriosa vinculación entre el notorio acto de apostasía ínsito en la presencia de Francisco en Lund para festejar a Lutero y el terremoto que, anticipándose en veinticuatro horas al viaje papal, demolió la basílica de Nursia y abrió grietas en algunos históricos templos romanos. Enrostrándoles razones a los descreídos, Maurizio Blondet señala que «hasta ayer, quien hubiese osado pronunciar una idea semejante habría sido linchado por los media, por los obispos y cardenales, por "Francisco"; esta hipótesis, que detrás de un terremoto u otra calamidad colectiva pudiese haber un significado, un mensaje de Dios a causa de algunos de nuestros comportamientos colectivos, se hallaba confinada en el rango de las supersticiones más oscurantistas e ignorantes; era simplemente algo que el hombre moderno y el cristiano iluminado (por el Concilio) no podía ni siquiera permitirse pensar.
Ahora se puede. Debemos agradecer a la alta personalidad que -digámoslo así- destrabó el espinoso nexo de causa y efecto, quitándolo del basurero de las supersticiones dignas de vergüenza para elevarlo a la luz de lo políticamente correcto: el señor Ayub Kara.
Tal es el eximio viceministro israelí para la Cooperación Regional [...] Como quizás sepáis (o quizás no), él mismo, en visita por Italia, quiso comunicar a las agencias lo que sigue: "estoy seguro de que el terremoto sobrevino a causa del voto italiano  a la UNESCO".
Era hora de que alguno lo dijese: el 18 de octubre, la UNESCO adoptó oficialmente una resolución sobre Jerusalén-Este (querida por los países árabes para la protección del patrimonio cultural palestino), en la cual los lugares santos de la Ciudad Vieja están indicados sólo con su nombre árabe, cosa que indignó a los israelitas. 26 naciones se abstuvieron de votar, entre las cuales Italia. Abstención, se observe, que no voto a favor de la posición palestina; pero basta con esto para suscitar la venganza cósmico-geológica de YHVH [...]
Ningún periódico, ningún canal de televisión, ninguna autoridad civil o religiosa osó sumergir al judío bajo acusaciones de supersticioso oscurantismo. Es más, el viceministro Kara recibió el consenso de la máxima autoridad religiosa en funciones. Quizás no haya sido aclarado, pero Kara estaba visitando a El Papa [así en el original] cuando divulgó esta su certeza íntima de que nosotros sufrimos los terremotos porque no votamos como ordena Ysrael: lo lindo es que Francisco le dio la razón. De hecho, le dijo a Kara con claridad: "Dios ha prometido la tierra a la gente de Israel". Él lo sabe con certeza, porque Dios no es católico. Y después de haber agradecido a Kara "por sus esfuerzos en favor de la Iglesia y los cristianos de Israel" (esfuerzos acerca de los cuales estaríamos contentos de conocer algo más), Bergoglio le dijo que él "desaprobaba fuertemente" la resolución de la UNESCO. Más aún: Kara fue más allá en su narrativa: "mientras escuchaba el discurso de El Papa, sintió que El Pontífice estaba enviando un mensaje directo a la UNESCO". En resumen: según él, "Francisco" increpó a la UNESCO por provocar la venganza sísmica con sus pronunciamientos anti-sionistas».

Mientras redactamos estas líneas seguían sucediéndose movimientos telúricos de importancia en el Apenino central, y al paso que Francisco firmaba la declaración conjunta católico-luterana en la que resalta la apelación al "recibir juntos la Eucaristía en una Mesa" (soslayando, por supuesto, todas aquellas cosas que nos dividen, como la teología sacrificial de la Santa Misa y la fe en la transubstanciación), los sismólogos siguen alertando sobre venideros estragos en la espina dorsal de Italia. Más de uno hizo notar, con justificado enojo, que cualquier jefe de Estado suspende sus compromisos internacionales cuando una devastación natural golpea a su Nación, y a Francisco se le reclamó concretamente que, si no es para aventar la sospecha de una conexión entre su ominoso periplo sueco y las fallas tectónicas de la península itálica, al menos deponga por piedad su programado mitín con tal o cual lésbica obispesa luterana para apersonarse ante las ruinas de la basílica que honraba al patrono del monacato occidental, hoy representativas de la Iglesia y su tragedia.

La grieta de la nave central de San Pablo Extramuros refleja a suficiencia la hendidura abierta por el hereje sajón en el cuerpo de la Cristiandad, separando de la Iglesia a un número considerable de almas y naciones y desatando, con su incuestionable "genio (contra)religioso", todas las pestes morales y espirituales que arreciaron progresivamente en los cinco siglos que le siguieron. Con razón anotaba el padre Casimiro Galiberti en su obra Lutero convicto (1744), reprochándole al grasiento prevaricador una de sus numerosas y groseras herejías, que «habiendo sido solamente dadas a Pedro las llaves de abrir y cerrar en la potestad de la confesión, tibi dabo claves Regni Caelorum, como muerto san Pedro [Lutero pretende que] no es ya más viva en nosotros la facultad de perdonar. Con esta herida de heretical perfidia, se persuade el presuntuoso Lutero de hacer un gran terremoto contra el edificio de la Iglesia romana». Terremoto que se prolonga hasta nuestros días con un remozado concepto de «misericordia» tan afín al extrinsecismo luterano de la gracia, como para hacer del don de Dios una mera capa de nuestras inmundicias.

Sí, ya podemos darlo por confirmado: hay una estrecha relación entre la traición judaizante y ecumenista de Bergoglio y los desastres naturales en espantoso vigor.


Eduard Schoen, Lutero como gaita del demonio, grabado, ca. 1535

14 comentarios:

  1. Tómelo el destinatario como una oración confiada (aunque parezca irreverente)31 de octubre de 2016, 15:15

    Que Dios me perdone y también ustedes perdónenme si les parece una blasfemia lo que voy a decir, pero a mí la Providencia Divina me ha decepcionado muchísimo al dejar caer tan bajo a la Iglesia: a la única Iglesia fundada por Cristo, y a la que Él tomó por esposa (y vaya esposa ligera). Por mucho que eruditos exégetas y teólogos me expliquen que lo que hoy estamos viendo no contradice a las cuatro notas de la Iglesia (una de las cuales es... ¡la de santidad!), ni tampoco supone incumplimiento de las promesas solemnes hechas por Cristo de asistencia e indefectibilidad... Por más que muchos tradis de toda la vida me digan que ellos ya estaban curados de espantos y que Bergoglio no hace más que dar un paso más por el camino de demolición de la Iglesia que ya anduvieron sus inmediatos predecesores... A mí no me quitan la idea de que cualquier católico bien formado de cualquier época anterior a la nuestra, y sobre todo los santos, si les hubieran hablado entonces de un hipotético Papa futuro que haría estas cosas que estamos viendo, habrían dicho con seguridad que era imposible que llegase a ocurrir tal desgracia, por ser claramente contraria a la promesas hechas por Cristo de non prævalebunt y de Ego vobiscum omnibus diebus usque ad consummationem sæculi. Y leyendo a buenos apolgetas católicos, como Chesterton, que comentaron la historia de la Iglesia generalmente con símiles náuticos y sacando de ella pruebas de la continua asistencia y Providencia Divina, queda clarísimo que ellos tenían por imposible una defección y subversión y prevaricación de la máxima jerarquía de la Iglesia en su misión divinamente encomendada de regir y enseñar y santificar a los fieles, tan espantosa como la que estamos viendo en estos tiempos y con tanto estrago de las almas (¿hay alguien ahí a quien le importen las almas?). Yo a esto lo llamo no honrar la palabra dada. Y perdón, perdón, perdón por la irreverencia.

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    1. Los caminos de Dios son inescrutables para el hombre, yo lo que veo es el gran misterio de la libertad que Dios le otorgó al hombre, que lleva consigo la posibilidad del pecado y desobediencia de nuestra parte. Dios siempre se ha dado por entero, Cristo murió por nuestra salvación, nos da su gracia en los sacramentos, nos ilumina y guía con la luz del Espíritu Santo, pero respeta nuestra libertad, hasta el extremo del pecado y de la apostasía que vivimos por doquiera hoy en día. Es el amor de Dios al extremo de negarnos nosotros mismos lo que construye la Ciudad de Dios como bien lo dijo San Agustín, pero el amor no es amado como se lamentaba San Francisco de Asís, y es el amor de sí mismo que caracteriza al hombre de nuestros tiempos lo que ha llevado al rechazo de Dios y a la desolación que estamos viviendo. Pero mantengamos firmes la fe en Jesucristo y en su Iglesia, que es la misma ayer hoy y siempre, y confiemos en que el Señor nos asistirá con su gracia para no desfallecer. Comprendo su sentir, pero lo que nos toca es confiar y orar, y esperar en el Señor, que es el Rey y Señor, y que aunque parezca dormir como en la barca mecida por la tormenta, y aunque luzca a veces que estamos perdidos y abandonados por la jerarquía de la Iglesia, no debemos desfallecer. Pero cuando el Hijo de Hombre regrese encontrará fe sobre la tierra? se preguntó Jesús, cada uno deberíamos poder decir: por mi parte yo y mi casa serviremos al Señor! Mantengamos la Fe!!!

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    2. No te olvides de Mi..Ámame cómo Yo te amo..Búscame cómo Yo te busco...¿Ves cómo nunca te dejo?
      ¿Crees que sucede algo sin que Yo lo permita?. Todo está dispuesto por Mí para bien de todas y cada una de las almas.
      Por muy oscura que te parezca esta hora, mi poder está sobre todo y mi Obra resplandecerá.
      Sufre y ama. Tenemos que conquistar almas.
      "Pide..pide..no te canses. No temas ser importuna, porque la oración es la llave que abre todas las puertas."

      Palabras de N.S. Jesucristo a Sor Josefa Menénde, religiosa del Sagrado Corazón fallecida a los 33 años.

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    3. Usted no ve nada, es un ciego, la libertad es moverse en el bien, elegir el mal es defección, la libertad no conlleva la posibilidad del pecado, pues pecando se es esclavo del demonio, revise sus conceptos pues anda bien descaminado, bah ....propio de los posconciliares que les quedó el cerebro requemado con tanto modernismo.

      Dios puso ante el hombre el bien y el mal pero no le dió licencia para pecar.

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    4. ¿Que la libertad no conlleva la posibilidad del pecado? Dígaselo a Adán y Eva. Si no distinguimos entre el libre albedrío (que implica la posibilidad, que no la licencia, de la caída) de la libertad espiritual que se alcanza por la opción libre por el bien, tendremos que revisar muy bien nuestros conceptos.

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    5. Muchas veces perdemos el sentido histórico, estamos demasiado inmersos en nuestros tiempos y sus errores. Bergoglio es un desastre, no lo defiendo, pero hubo otros papas con pecados también gravísimos: Honorio I, Alejandro VI y Benedicto IX son tres que me vienen a la mente ahora, pero hubo muchísimos más.
      "imposible una defección y subversión y prevaricación de la máxima jerarquía de la Iglesia"
      Creo que es el al revés: la más alta jerarquía, por ser constituída por muy pocos indivíduos, ser tan visible, y por otro lado tener más intereses mundanos (fama, poder, riqueza), es exactamente la más fácil de infiltrar y pervertir. No tengo manera de probarlo, pero soy de los que creen que hubo presiones de los poderes globales constituidos para forzar la renuncia de Benedicto XVI y entronizar a Bergoglio.

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    6. Justamente, Carlo, a riesgo de "amesetar" la historia y perder su sentido, se debe distinguir entre la actuación disoluta y anti-ejemplar de aquellos papas y la cloaca de herejías y blasfemias más o menos patentes que encarna Bergoglio, más su evidente propósito de impulsar un orden universal contrario al Evangelio. El sentido de la historia supone en ésta una orientación y, por lo tanto, un término. Que, según las mismas Escrituras e intérpretes suyos tan autorizados como san Agustín, culmina en una realización metahistórica a través de una progresión dramática de la lucha entre las dos ciudades. Lo que hoy pasa en la Iglesia no es "más o menos lo mismo de siempre".

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    7. Alejandro VI y Benedicto IX fueron tan pecadores como cualquier hombre, PERO AL MENOS NO SEMBRARON HEREJÍAS O TOLERARON QUE SE EXPANDIERA, como sí lo hicieron, hacen y harán todos los antipapas deuterovaticanos.

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  2. La iglesia ya no es la misma que antes del vaticano dos, es más, ya no es sino que subsiste, a manotazos de ahogado. Lo que estamos viviendo es una lucha feroz entre el infierno y los hijos de la Mujer, por eso debía hacerse la consagración, por eso tanta oposición de los modernistas guiados por el enemigo para que no fuera hecha, porque Dios quería exaltar a la VM y los okupas de Roma hace cincuenta años se oponen a los planes de Dios.

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  3. Que tal si es un simil a la historia de Jonás pero en sentido peyorativo, hasta que no lo tiraron por la barca no cesó la tormenta, hasta que los italianos no perciban que por culpa de bergoglio probablemente les esté pasando esto no lo van a tirar al Tirreno de un patadón en el trasero. Sólo que a este no lo va a tragar una ballena sino un dragón.

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  4. Todo esto que ante nuestros atónitos ojos acontece, sólo se comprende aplicando el cumplimiento de las profecías. Estamos en los últimos tiempos apocalípticos. Lucas 21; Mateo 24; 2a carta a Tesalónica; Apocalipsis. Leer de Castellani, en los Papeles de Benjamin Benavides "Las dos Mujeres"...

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  5. Al comentarista:
    Tómelo el destinatario como una oración confiada (aunque parezca irreverente)31 de octubre de 2016, 15:15
    Usted dice:
    “...me ha decepcionado muchísimo al dejar caer tan bajo a la Iglesia: a la única Iglesia fundada por Cristo, y a la que Él tomó por esposa (y vaya esposa ligera). Por mucho que eruditos exégetas y teólogos me expliquen que lo que hoy estamos viendo no contradice a las cuatro notas de la Iglesia (una de las cuales es... ¡la de santidad!), ni tampoco supone incumplimiento de las promesas solemnes hechas por Cristo de asistencia e indefectibilidad...”.
    Se debe tener en claro que lo que preside Bergoglio, no es: “la única Iglesia fundada por Cristo, y a la que Él tomó por esposa”, es la iglesia conciliar, como ellos mismos la definen y no cumple ninguna de las cuatro notas.
    La Una, Santa, Católica y Apostólica Iglesia, está ya en el desierto, esperando la Segunda Venida en Gloria y Majestad.

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  6. ECCLO 15:20 A nadie le ordenó ser impío ni dio a nadie autorización para pecar.

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    1. A veces uno advierte que incluso entre las propias filas hay quienes exhiben un notorio déficit de comprensión, y con tal de afirmar una verdad necesaria excluyen su presupuesto obvio. Jesús mismo contrapone las dos puertas y los dos caminos (Mt 7, 13), afirmando con esto la penosa posibilidad de la mala elección. Es demasiado evidente que sin libre arbitrio esta desdichada consecuencia sería imposible. Negar esta doctrina porque supondría la permisibilidad del pecado es, por lo menos, risueño, para ser indulgentes.

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