Gestorben (participio por «muerto») sería el término más adecuado, pero valga kaputt (roto, destruido) por ser uno de esos pocos términos alemanes de alcance universal, bien que suele traducírselo un poco muy libremente. El caso es que la revista católica inglesa The Tablet suspendió a su corresponsal en Roma por un repugnante comentario que éste hiciera en su cuenta de féisbuc. En refiriéndose a la púrpura concedida en el último consistorio a Loris Capovilla, otrora secretario de Juan XXIII, Robert Mickens (que así se llama el sujeto acreditado en Roma por The Tablet) le soltó esta víbora a su interlocutor: «tendría que haber ocurrido hace MUCHO tiempo. ¿Piensa que aguantará hasta el funeral de la Rata?» (the Rat's funeral, donde se emplea Rat, que vale por «rata», como apócope de Ratzinger). La respuesta es no menos vilmente significativa: «espero que esté bastante bien para concelebrar la canonización de Juan XXIII y del otro el 27 de abril. El funeral de la Rata para el día siguiente sería un bonus».
Bien se pregunta Marco Tosatti, de La Stampa, atendiendo al tipo de información que la feligresía británica habrá obtenido a lo largo de todos estos años de parte de los medios supuestamente católicos: si éstos son los amigos, ¿qué necesidad habrá de enemigos? Por lo demás, ese «otro» de quien habla el amigote de Mickens, canonizable conjuntamente con Juan XXIII, es Juan Pablo II, lo que muestra la mala consideración de que gozaron los dos últimos papas anteriores a Francisco en influyentes medios de prensa tenidos -insistamos- por católicos. Tanto como para apurar algunas incontenibles reflexiones, apoyadas un poco en las evidencias y otro poco en aquellos secretos que, malgrado sus celosos custodios, se hicieron al fin manifiestos.
La elección de Benedicto XVI en 2005 no estaba en los cálculos de la (llamémosla así) «facción turbo-progresista», que daba por descontado el triunfo de un maleable Bergoglio, apadrinado entonces por los cardenales Martini y Silvestrini. Este último, según lo que le confíara un cardenal latinoamericano de identidad reservada a Nicolas Diat, autor de una reciente y explosiva «historia secreta de un reino» titulada L’homme qui ne voulait pas être pape, «la tarde de la elección... era un hombre abatido. Llevaba en sí una cólera sorda... Para él y para otros prelados, Benedicto XVI era la negación de la batalla reformista, la antítesis de las luchas de sus vidas». Así fue como en setiembre de 2005, violando flagrantemente el juramento (de rigor en estos casos) de no divulgar nada de lo ocurrido durante el cónclave, algún cardenal dejó caer algunos secretos del mismo en los oídos de un vaticanista italiano, todo a los fines de evidenciar que el triunfo de Benedicto había sido muy ajustado, contándose entre los cardenales un número considerable de opositores a su elección y dispuestos a entorpecer su gobierno. Entre ellos, según foto de un encuentro previo al cónclave divulgada posteriormente por el propio Silvestrini, se encontraban Danneels, arzobispo de Bruselas, los alemanes Kasper y Lehmann, el finado Martini, el inglés Murphy O'Connor y el francés Tauran (fuente aquí).
El programa de estos dinamiteros no ha variado, y se basa -según lo confesó en su momento Martini, y según la matraca continúa sonando- en la ordenación presbiterial de hombres casados y aun de mujeres, la promoción de la conciencia personal en todo lo tocante a ética reproductiva, la admisión de divorciados rejuntados a la Eucaristía y el avío del ecumenismo más desopilante.
La historia reciente de la Iglesia es la de una antorcha que se va apagando, y hay incluso dentro de ella quienes soplan a todo pulmón para extinguirla del todo. Es muy de creer -según aquello de que «si los días no fueran acortados, no se salvarían ni aun los mismos elegidos»- que la Iglesia fiel de las postrimerías llegará al valle de Josafat hecha jirones, con el minimum requerido para alcanzar el banquete eterno -aunque blanqueados sus lunares por la sangre martirial, embellecida por el testimonio de última hora, como Dimas. El modernismo, putrílago de la modernidad que nos amarra con todas sus cadenas espirituales, es su plaga específica, y no hay Papa posterior al Concilio que no esté más o menos picado de esta viruela. Es cosa facilitada por la condición gregaria del hombre, como el morbo de la novela de Camus: pese al denuedo de algunos médicos y auxiliares valerosos, siempre aparece un nuevo foco y la infestación alcanza renovados triunfos, imparable. Benedicto XVI, lo mismo que Juan Pablo II, aunque suscriptores de la nueva doctrina conciliar sobre ecumenismo y libertad religiosa, aunque afines a la retocada teología sobre Israel y a ciertas veleidades antropocentristas, postergaban enojosamente con sus atavismos católicos la puesta en práctica del resto del programa arriba apuntado. Aquí reside la complejidad del cuadro post-conciliar, cuya delimitación de esferas no es tan simple como pretenden los sedevacantistas. La rehabilitación póstuma de monseñor Lefebvre y el impulso a la «forma extraordinaria» del Rito Romano, entre otras imprevistas derivas de un pontífice que fuera perito del Vaticano II, eran tragos demasiado difíciles de sorber. Si los mismos eminentísimos cardenales no eran capaces de moderar su biliosa inquina para con Ratzinger, ¿qué podía esperarse de los paniaguados de la prensa progre-católica?
Lo que ahora se auspicia es recobrar a toda vela el tiempo perdido, que, como lo señalara Martini, «la Iglesia se encuentra doscientos años atrasada respecto del calendario civil». Para ello, y para aventar cierto pánico supersticioso pronto a asomar al menor estímulo, urge sepultar a la momia viviente de Benedicto, cuya sola y frágil vista empece como lo haría una montaña puesta ante los propios errabundos pasos.
El tenor de los sentimientos de que es capaz la secta enquistada en los Sacros Palacios revela inmejorablemente su carácter último. Lo dice un cronista inglés de los sucesos: «sería ingenuo creer que Bobby [se refiere a Robert Mickens, el redactor de la vejatoria apostilla en féisbuc] está solo en su deseo de muerte para con el "Papa muerto" aún vivo... Obviamente, el individuo con quien estaba discutiendo el asunto acordaba con él, y estos dos sin dudas no están solos en su perspectiva. Esto es lo que da miedo. No estarán contentos presumiblemente hasta que se haya ido, ya muerto, a recibir su eterna recompensa, y su memoria pueda ser lentamente (o quizás con prisa) borrada. Entiendo, sólo a juzgar por ese comentario, que existe un muy real, temible y -digamos- diabólico odio hacia Benedicto XVI vigente dentro y fuera del Vaticano, antes de su elección, durante su pontificado e incluso después de su abdicación».
No menos dolorosa conclusión hemos leído por ahí, a propósito de este inverecundo desliz de los novatores: «dos teologías y dos doctrinas están plantadas y armadas la una contra la otra desde hace más de cincuenta años. La locura de los papas postizos nos regalará pronto (finalmente) también dos separadas Iglesias jerárquicas. En una, la de Bergoglio, sabemos ya que "Dios no es católico". Por la otra se verá...»
Excelente análisis de lo que es un secreto a voces.
ResponderEliminarNos preguntamos unas cuantas veces en mi blog sobre la posibilidad de ser Benedicto XVI el Katejón. Tal vez más como una expresión de deseo que como un conocimiento teológico del que seguramente carezco.
Lo que sí queda claro es que, más vigente que nunca lo de «si los días no fueran acortados, no se salvarían ni aun los mismos elegidos», no creo que haya más caritativa súplica a Dios que pedirle que apure la Parusía.
Compartimos en NCSJB saludándolo cordialmente
Comenzando por el final, aclarar que Francisco, se presentó ante la Iglesia afirmando, no que Dios no es católico, sino "que no existe un Dios católico", lo cual significa de una tacada que el Dios revelado por Jesucristo, el Dios trino, no existe porque así lo afirma Bergoglio.
ResponderEliminarEn cuanto al cisma, división, es un hecho real. De un lado los creyentes en principio perplejos, ahora silentes o silenciados, del otro los creyentes en Francisco, ebríos de la "humildad y el populismo" del nuevo Papa, cuyo amaño, solo es evidente para quienes van siendo "misericordiados" según "el regimen de la nueva iglesia".
Por último, pensar que estos advenidizos pueden pretender cambiar y modificar los planes de un Dios, no católico, pero "crucificado", es tan pueril como desatinado, a pesar del dolor y el sufrimiento, que evidentemente, añaden a la Pasión de Cristo.
Al final, "todos calvos".. incluídos los del maligno, "pero a estos se les caerá el pelo".
Hay que mirar a Fátima, puede que el Papa de la visión (que no palabras de la Virgen no reveladas aun) sea BXVI. El obispo vestido de blanco que diera "la impresión" de ser el Santo Padre, y que muere en la cima del monte, al pie de la cruz.
ResponderEliminarVladimir.
Es una pena, el artículo estaba muy bien, cuando llegó usted al ataque al Beato Juan Pablo II y a Benedicto XVI, paré de leerlo. La masonería servidora de Satanás,se va de rositas , de quien es el modernismo obra? De la masonería eclesiástica que sirve a Satanás, la misma que ha mantenido a los Papas y aún ahora al verdadero Papa Benedicto XVI, rehenes, solos, humillados y desobedecidos: Crucificados. Esta es la obra de la masonería , del mismo Satanás, que triunfa cuando aquellos que a tiempo y a destiempo atacan a los Papas, pierden hasta la capacidad de ver que Bergoglio no es Papa, es un demonio acunado en las entrañas de la masonería , del infierno, de Satanás.
ResponderEliminarNunca ha sido, el tiempo de snobismos, de tics, de etiquetas, ahora menos que nunca , y quien se siente a salvo en su grupito , en su camarilla de bienpensantes, ya ha dado los primeros pasos para la delación y traición a Nuestro Señor , que viene pronto.
Filomena de Pasamonte
Si usted, Filomena, me hubiese hecho el honor de continuar con la lectura después del presunto "ataque" a Juan Pablo II y a Benedicto, habría notado que, pese a las críticas que cumple formular a ambos pontífices por su "sintonía" con las novedades doctrinales conciliares -esas sí, me temo, son obra de la masonería, que aprovecha la medrosidad de los hombres puestos al timón-, al final se los rescata, pese a todo. Si los progresistas los odian es porque reconocen en ellos, en esta fase decreciente de la luna, un balance que termina siendo favorable a la doctrina inmutable. Simplemente me permito afirmar que necesitamos no ya un cuarto decreciente sino un plenilunio, es decir, un doctor insobornable de la doctrina en la Cátedra de Pedro, un papa con el coraje de un Hildebrando.
EliminarCuanto a lo último, le pido no sea tan temeraria en juzgar mi intención. ¿Snobismo? ¿Qué? ¿Camarilla de bienpensantes? Acá en el desierto, mi única camarilla, aparte mi familia, la constituyen mis vacas y mis aves de corral.
Le auguro una fidelidad al Señor hasta el fin, sin recortes. Saludos
Para Filomena estaba muy bien la nota hasta que usted dijo una verdad que ella no quiere ver. Muy objetiva la hija putativa del fenomenólogo woytila.
Eliminar¿Ya tiene una capillita en su predio ?
EliminarPuede guardar el Santísimo en una custodia y abriendo la puertita del Sagrario con dos velas y flores hacer adoración. Con la permisión de su obispo. Por supuesto con todas las medidas de seguridad del caso.
EliminarMuchas gracias por su respuesta, don Flavio. También le agradezco la explicación sobre los Papas. En cuanto a lo que digo sobre snobismo, y camarilla de bienpensantes, es más algo que debiera subtitularse con la nota: " A quien pudiera interesar". Le doy también las gracias por contarme acerca de su absolutamente encantadora camarilla.
ResponderEliminarLe deseo de todo corazón para usted y los suyos, lo mismo que augura para mi.
En Cristo Nuestro Señor, que vuelve pronto.
Filomena de Pasamonte
Filomena no quiso leer Cien años de modernismo de Dominique Bourmaud, (le dejé el link muchas veces en página católica) por eso no entiende las consecuencias de los papas modernistas posconcilares. De ahi su terquedad.
ResponderEliminarLos papas posconciliares desobedecieron el magisterio anterior, no fueron ningunas víctimas ¿cuando lo va a entender Filomena? que mujer terca, por Dios!
ResponderEliminarCon amor, para los que buscan la verdad con amor:
ResponderEliminarhttp://josephmaryam.wordpress.com/2014/03/28/francisco-quiere-una-confesion-que-no-condene-al-alma/
Filomena de Pasamonte
Filomena, esa web que recomienda permanentemente, está plagada de "mensajes" no aprobados, incluidos los de la "vidente" que Ud. promueve insistentemente...¿Y que me dice del "Libro de la Verdad" con los "mensajes" de la misma? ¿Acaso no sabe que el únioo libro de la verdad es la Biblia?
ResponderEliminarEsa web no es recomendable. Solo destila odio y error.
Perdoneme que difiera de su opinión pero la pagina que usted señala lejos de destilar odio y error es una de las pocas paginas con luz y verdad.
EliminarUsted puede o no creer en revelaciones privadas, pero lo que en esa pagina se afirma, es decir, que Francisco no es Papa y que de Roma sale ya la apostasía es solo una verdad.
En definitiva, leer esa página hace más bien que mal a las almas, el que usted no esté de acuerdo es solo su opinión como la de D Flavio.
Cada alma debe usar discernimiento y quedarse con lo bueno que en ese blog se publica y que en definitiva es mucho.
Y si me permiten intervenir, yo tampoco la recomiendo. Está repleta de ideas fijas, de saltos dialécticos al vacío, de conclusiones arrebatadas, sin la exigencia de la demostración... Se parece al discurso de los tele-protestantes: mucha visceralidad y poca sesera.
ResponderEliminarMuy buen trabajo Don Flavio.
ResponderEliminarAl anónimo del 29 de marzo, 11:13
ResponderEliminarHay un cierto celo que es como la parodia del auténtico celo, que imita de éste su manifestación exterior sin tener la riqueza de su inspiración. Llamémoslo "celo hipnótico", contrafigura tan obvia del mamarracho modernista que ambos se dirían siameses, separados al nacer.
Se reconoce por el arrebato de sus juicios, por la ofuscación de la razón, que desdeña proceder por pasos, y se reconoce también por presentar las meras hipótesis como realidades inconcusas. Para proclamar la verdad en un medio tan enrarecido como éste de la Iglesia post-conciliar, basta con denunciar lo evidente, con nombrar (extrayendo todas las connotaciones que se quiera) lo patente, sin adelantarse temerariamente a los hechos. No es poco drama reconocer que el Papa incurre en aquellas condenas que se estilaban antaño, como las de «heretizante, ofensivo a los oídos píos, malsonante», etc., y a esto no habría nada que objetar, que es cosa evidente de suyo. Llamarlo «hereje» sin más exige -dada la gravedad de la acusación- por lo menos una muy explícita y convincente fundamentación. Podemos dudar de la legitimidad de su elección, al menos por dos o tres estropicios confluyentes que bastan a arrojar razonables dudas sobre la misma. Pero dirimir el asunto señalándolo como el Antipapa sin más, exige demostración y potestad eclesiástica de nuestra parte. Podemos reconocer en su "fisonomía pastoral" no pocos rasgos comunes con la Bestia de la Tierra del Apocalipsis, y no andaríamos desencaminados al hacerlo, que se le parece y mucho, pero afirmar categóricamente que ya estamos en presencia de la misma equivale a apremiar el cumplimiento pleno de las profecías por el empleo de nuestra sola voz, como por fórmulas mágicas. Es hacer rea la voluntad providente de Dios de nuestras propias elucubraciones.
Poco aprovecha a nadies esta maña. En un artículo que me remitieron, se habla, con incuestionable realismo, que en la crisis que se cierne «la confusión engullirá incluso a “paladines de la ortodoxia”». «Velar y orar»: eso nos han señalado que hagamos.
Adhiero plenamente a este comentario suyo. Clarisimo !!!
EliminarNo se por que, pero me parece que algunos hablan de Parusia ,con mucha liviandad. ¿ Alguien esta seguro de no caer en el error profetizado ?.
La unica luz que encuentro en este camino de tinieblas es : mas Adoracion al Santisimo y mas Rosarios...
criollo y andaluz
" mas Adoracion al Santisimo y mas Rosarios...."
Eliminar¡SI!
Hasta que no tenga su capillita puede hacer adoración en este sitio.
Eliminarhttp://www.navanparish.ie/chapel-live.html
Anón. dia 29, 11.13, hay que tener cuidado, porque los fanáticos de mensajes creen ciegamente, y se guían por lo que dicen tal o cual "vidente";. muchos de los cuales son rechazados por la Iglesia, y otros, no aprobados. Hay personas que no saben discernir, porque no conocen su religión católica, y no creo que se les haga un bien con webs como esas. Creo que hay excelentes y suficientes páginas con buena doctrina, como para recomendar esa, Personalmente la misma me produce rechazo, no veo en ella luz ni verdad, todo lo contrario, y por lo tanto no me parece recomendable.
ResponderEliminarMonseñor Delassus:
ResponderEliminar“Satanás odia al Verbo Encarnado. Por lo tanto, debe esforzarse para trasladar ese odio al corazón de aquellos que el Verbo Encarnado tomó como hermanos.
Hasta el siglo XVIII, no se había atrevido a proponer públicamente ese odio. Finalmente encontró a Voltaire y, por medio de él, pudo dar esta consigna a toda una Secta expandida por el orbe terrestre: “Destruyamos, destruid al infame”. “El infame” es Aquél que se ha hecho Hombre para salvar al hombre y que se ha hecho Pan para alimentarlo: se trata de Jesucristo, Hijo único de Dios.
El odio a Cristo: esta es la suprema tentación presentada a la humanidad rescatada, la última prueba por la cual debe pasar; y esta prueba es aquella a la que la Revolución la somete en el momento presente”. (“Le problème de l’heure présente”, 1906; pág. 44)
http://radiocristiandad.wordpress.com/2014/03/30/p-juan-jose-turco-causa-eficiente-de-la-nueva-iglesia-texto-del-especial-de-radio-cristiandad/
Estimado Marcos, no sólo no es incompatible la fe en que la Parusía está a las puertas, con la adoración al Santísimo y el rezo de rosarios, sino que es algo en estrecha relación.
ResponderEliminarLo que a mi no me deja de sorprender es el hecho de la multitud de gente que hay- al menos en Madrid- en horas de adoración al Santísimo, y que están felices con Bergoglio.
El darse cuenta de quien es Bergoglio, un usurpador, un hereje, un gnosticista, un masón, que cumple las profecías , que es el falso profeta del Apocalipsis, no me cabe duda de que es una gracia, pero como con todas las gracias, hay que colaborar con ella cuando se ha recibido. Y si no se posee, conviene no combatir a aquellos que dicen la verdad, verdad que en muy poco tiempo va a tener que ser admitida.
En Cristo que vuelve pronto,
Filomena de Pasamonte
Estimada Filomena : Si de algo carece mi comentario es de los elogios que debiera haberle hecho al de Flavio. del 29/03 a las 14:23. El maneja mucho mejor que yo la pluma y al releer lo que ha escrito, mas aplausos me merece ,porque expone de manera clarisima ,lo que yo quisiera decir.
EliminarYo no digo que la Adoracion y el Santo Rosario sean incompatibles con creer que la Parusia este´cercana.
Como reconozco mi nada y mi pecado, simplemente quise decir que me preocupa mucho mi salvacion y que todo lo malo que pienso de Francisco,los cardenales y las distintas jerarquias de nuestra amadisima Iglesia Catolica, seguramente como lo piensa muchisima gente, no debe hacerme perder el norte,por lo que busco amparo,casi con desesperacion, en la Adoracion de mi Rey y Señor y en el Santisimo Rosario.
La Parusia estara´mas o menos cerca, pero cuando llegue el momento, espero tener algun merito como para estar entre los elegidos, tan simple y concreto como eso.
Le mando mis saludos en Cristo Nuestro señor y Su Santisima Madre.
criollo y andaluz
La vidente María de la Divina Misericordia es verdadera. No sabemos fechas, pero en éste año el falso profeta papa Francisco hará los anuncios de cambios que originarán el cisma. En diciembre, la religión católica estará ocupada en los derechos humanos, la solución a la pobreza y la tolerancia para con todos los creyentes en otras religiones y los ateos. El pecado no tendrá importancia.
ResponderEliminarEl reconocimiento de la verdad de lo anunciado por la vidente MDM vendrá del cumplimiento de los hechos, no de lo que digan los sacerdotes, obispos y teólogos. Pidan discernimiento a Dios y comprenderán.
No necesitamos de esa vidente para entender quién es bergoglio. Hay mucho escrito sobre el modernismo y sus consecuencias, y con eso ya tenemos bien claro el panorama.
EliminarGracias, Marcos, por el benévolo comento. Lo de la pluma, ¿lo dice acaso por lo apuntado más arriba sobre las aves de corral?
ResponderEliminarAl anónimo de las 7:51
Lo peor que se pueda inferir sobre Bergoglio resulta verosímil, y esto solo ya es bastante trágico. Este blogue, nacido poco después de la elección de Francisco, lo hizo (para decirlo con Borges) motivado no por el amor sino por el espanto. Ahora bien, hacer de este pontificado asunto resuelto, situándolo ya mismo -antes del obligado desenlace histórico- en el terreno de la esjatología, eso resulta temerario en esta sazón. Quizás pronto no lo sea. De mi parte, elijo no fiarme de revelaciones privadas: cunden también las que presentan a Francisco como un próximo mártir de la fe.
Dios mediante, mañana estaremos publicando el texto de un maestro común, que sirve a ilustrar esta dialéctica irreductible de aplaudidores y adversarios viscerales. Creo, en todo caso, en el poder de las vísceras, pero en tanto conducidas desde arriba -desde la testa y desde el cielo, o bien desde la razón y la fe.
http://caballerodelainmaculada.blogspot.com.ar/2014/03/meditaciones-para-la-cuaresma-lunes-de_30.html
ResponderEliminarMuy bueno.
Se ha dicho mas adoracion y mas oracion. Agrego, y mas caridad, no olvidemos que seremos juzgados en el amor.
ResponderEliminarPues es asi como se obtiene mas caridad, con mas adoracion. Que manía de entrar a todos los blogs nada mas que a contradecir y a exaltar una supuesta caridad pero despegada de la Verdad.
EliminarPues para eso es la oración y la adoración para alcanzar la caridad.
EliminarLa fuerza de la Oracion eata en la Caridad, ( no al reves)
EliminarSan Gregorio Magno
No polemice "al cuete", don. Desde la perspectiva del hombre, caridad y oración se corresponden recíprocamente. Se ora para alcanzar más caridad, ¿o no lo hace usted? ¿O acaso la caridad se nos infunde con toda prescindencia de nuestra actividad orante? Las peticiones que formulamos en el Paternóster, ¿no se sintetizan todas en la caridad, suplicada de muchos modos, multifariam multisque modis?
EliminarConténtese por hoy. Ya se le ha concedido suficiente espacio a sus ñoñeces.
Oigamos a San Agustín: Verdad es que el hombre con sus solas fuerzas y con la gracia ordinaria y común que a todos es concedida no puede observar algunos mandamientos, pero tiene en sus manos la oración y con ella podrá alcanzar esa fuerza superior que necesita para guardarlos. Estas son textuales palabras: Dios cosas imposibles no manda, pero, cuando manda, te exhorta a hacer lo que puedes y a pedir lo que no puedes, y entonces te ayuda para que lo puedas. Tan célebre es este texto del gran Santo que el Concilio de Trento se lo apropió y lo declaró dogma de fe. Mas, ¿cómo podrá el hombre hacer lo que no puede? Responde al punto el mismo Doctor a continuación de lo que acaba de afirmar: Veamos y comprenderemos que lo que por enfermedad o vicio del alma no puede hacer, podrá hacerlo con la medicina. Con lo cual quiso damos a entender que con la oración hallamos el remedio de nuestra debilidad, ya que cuando rezamos nos da el Señor las fuerzas necesarias para hacer lo que no podemos.
ResponderEliminarhttp://www.corazones.org/oraciones/sobre_oracion/gran_medio_oracion.htm
De aquí concluye que es tontería y presunción pedir esos dones sobrenaturales, ya que el verdadero camino para llegar a la santidad es ejercitarnos en la virtud y en el amor de Dios, y a esto se llega por medio de la oración y de la correspondencia a las luces y gracias de Dios, que sólo desea vernos santos, como dice el Apóstol: Ésta es la voluntad de Dios ... vuestra santificación.
Del libro de las Moradas de santa Teresa de Ávila,
ResponderEliminardoctora de la Iglesia
Oración y caridad.
Solas estas dos que nos pide el Señor: amor de su Majestad y del prójimo, es en lo que hemos de trabajar; guardándolas con perfección, hacemos su voluntad, y así estaremos unidos a él. Mas, qué lejos estamos de hacer, como debemos, a tan gran Dios, estas dos cosas, como tengo dicho. Plaga a su Majestad nos de gracia para que merezcamos llegar a este estado, que en nuestra mano está si queremos.
La más cierta señal que –a mi parecer- hay de si guardamos estas dos cosas, es guardando bien la del amor del prójimo; porque si amamos a Dios, no se puede saber (aunque hay indicios grandes para entender que le amamos), mas al amor del prójimo, sí. Y estad ciertas que, mientras más es éste os viéredes aprovechadas, más lo estáis en el amor de Dios; porque es tan grande el que Su Majestad nos tiene, que, en pago del que tenemos a el prójimo, hará que crezca el que tenemos a Su Majestad por mil maneras; en esto yo no puedo dudar.
Impórtanos mucho andar con gran advertencia cómo andamos en esto, que, si es con mucha perfección, todo lo tenemos hecho; porque creo yo que, según es malo nuestro natural, que si no es naciendo de raíz del amor de Dios, que no llegaremos a tener con perfección el del prójimo. Pues tanto nos importa esto, hermanas, procuremos irnos entendiendo en cosas aún menudas, y no haciendo caso de unas muy grandes, que ansí por junto vienen en la oración, de parecer que haremos y aconteceremos por los prójimos, y por sola un alma que se salve; porque si no vienen después conformes las obras, no hay que creer que lo haremos. Si entendiésedes lo que nos importa esta virtud, no trairíades otro estudio.
Cuando yo veo almas muy diligentes a entender la oración que tienen y muy encapotadas cuando están en ella (que parece no osan bullir, ni menear el pensamiento, porque no se les vaya un poquito de gusto y devoción que han tenido), háceme ver cuán poco entienden del camino por donde se alcanza la unión. Y piensan que allí está todo el negocio. Que no, hermanas, no; obras quiere el Señor, y que si ves una enferma a quien puedes dar algún alivio, no se te dé nada de perder esa devoción y te compadezcas de ella, y si tiene algún dolor, te duela a ti, y si fuere menester, lo ayunes, porque ella lo coma, no tanto por ella como porque sabes que tu Señor quiere aquello.
La santa no entiende contraponer oración y caridad: las hace, en todo caso, inseparables. Lo que es menester recordar, para no falsificar la caridad, es que así como en las procesiones trinitarias el Espíritu (Charitas) procede del Padre y del Hijo (Sapientia Dei), el amor (el sobrenatural y el natural) resulta precedido por el conocimiento. Invertir este orden es perverso, y a la postre lleva a secar la caridad desde su raíz. Acá está el origen de la actual crisis que se cierne sobre la Iglesia.
EliminarPor eso Garrigou-Lagrange decía que «la Iglesia es intolerante en los principios porque cree, pero tolerante en la práctica porque ama». El mundo y Bergoglio son justamente lo contrario.
Y discúlpeme que sea tan intolerante como para dar por terminado este coloquio. Se hizo ya bastante tarde.
Por eso la caridad se da en la vía unitiva, luego de la purgativa y la iluminativa.
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