martes, 20 de enero de 2015

DESHONRA DE LAS PALABRAS Y LOS SIGNOS

Se puede tener muchos hijos sin por eso concebirlos "en serie", ni es dable suponer que porque sean muchos los nuevos comulgantes ofrecidos a Dios por los esposos -y de Dios recibidos como otros tantos dones- resulten éstos gazapos por asimilación.

No vale la pena detenerse a largo en la concreta fatuidad de la última deposición papal, que ya la cortedad del registro y del caletre le estampan una firma reconocible a cuanto Francisco farfulle, a muchas leguas. Baste sólo notar por enésima vez lo que resulta tedioso enunciar: Bergoglio reprende de preferencia a aquellas conductas y actitudes que, reducidas casi a cero en los tiempos que corren -en que la cualidad de «católico» acaba por ser apenas nominal-, perviven en aquellos ínfimos grupos que, según la conocida imagen de la medición del Templo que nos ofrece el Apocalipsis, han tomado el Sancta Sanctorum por refugio, hollado el atrio por los gentiles (abundemos: por los deportistas faranduleros, por los judíos recalcitrantes, por los transexuales, etc.). ¿A quién perturba si no -por lo minúscula e irrastreable- aquella porción de fieles que aún practica obras exteriores de devoción, que cumple el ayuno eucarístico y recuerda las disposiciones requeridas para comulgar o que secunda la iniciativa divina, llenando la casa de hijos cuando el Señor les dio el don de la fecundidad? ¿No son señas éstas, de tan minoritarias hoy, que no debieran inquietar al católico rendido a la simbiosis con el mundo?

Conste que ya ni siquiera atendemos a la importunidad de la exhortación, que en todo caso hoy lo que cunde es la reticencia a propagar la vida, a expensas de aquel cambio de hábito procreativo que los historiadores sitúan como dimanado del crack financiero del '30, reforzado por la 2ª Guerra Mundial, y que reemplazó el tipo habitual de familia (en la que ocho o diez hijos no eran nada extraordinario) por la llamada "familia tipo", formada por el matrimonio y dos críos, y que el auge posterior de los medios anticonceptivos y el egoísmo exacerbado por el culto del consumo redujeron aún más. Como suele verificarse en la psicología de todo progresista, Francisco se quedó en otros tiempos, en los de su niñez y primera juventud, cuando en la conciencia de muchos católicos el choque entre los hábitos inveterados y los nuevos usos impulsados por la aceleración demencial de la historia fue malamente resuelto, a menudo por la incoherente y doble pertenencia a la Iglesia en retirada y al mundo hipertrofiado, a menudo también por el sencillo expediente de la apostasía. La doble vertiente moderna del subjetivismo y del empirismo iba a evidenciar sus trágicas consecuencias en estos tiempos: el misterio de un Dios trascendente e imperceptible a los sentidos no podía ser sino objeto de escándalo para un hombre crecientemente habituado -a la zaga de la revolución industrial y de la Revolución, a secas- a un clima mental de altivo naturalismo. Los judíos piden signos... Pero ocurre que, a gusto o a disgusto, en lo profundo del corazón el hombre efectúa su perentorio juicio, y es común la paradoja ¡ay! de fallar contra Dios y decirse aún católico.

Lejos, muy lejos estamos de aquella saludable concepción de los antiguos según la cual el nombre -la palabra- contiene la cifra de la cosa. Resabio del donum scientiae del que gozó Adán, por el que éste les puso el respectivo nombre a todos los seres de la naturaleza -incluida la mujer-, la confianza en el poder de reproducir la realidad mediante el nombre debió ser una de la principales prendas del poder del espíritu, pese a lo maltrecho que esté se encontró después de la caída. Esta función elemental, vigente pese al pecado y que involucra a la cognición, a la lógica y a la ética ha quedado ferozmente dañada por el largo proceso de apostasía, que afecta -aunque las apariencias nos muestren a los hombres muy activos y vivaces en sus negocios y placeres- una especie de necrosis de muy improbable reversión. De aquí la resemantización compulsiva que agravia al ser de las cosas, tan palpable en la degradadísima política de nuestros días; de aquí el despliegue de las más crueles paradojas, incluso a instancias del Trono que roza el cielo: que el hogar católico pueda ser llamado "conejera" y los que se fían de la gracia por sobre las humanas fuerzas puedan tildarse de "pelagianos". De aquí que pueda permitirse barbotar sus cuatro graznidos sobre la "paternidad responsable" un irresponsable del calibre de Bergoglio.

Hace unos días, cuando las inopinadas palabras de Francisco acerca del puñetazo que le merecería quien insultara a su madre (expresión del límite a la omnímoda "libertad de expresión" que proclaman liberales y marxistas de consuno) levantaron inusitada polvareda, induciendo al lloriqueo de tantos plumíferos que las tenían por lesivas de sus falaces principios (e incluso como justificadoras de ¡la violencia de género! sic!), la Santa Sede se apresuró a emitir un pedido público de disculpas, protestando que habían sido mal interpretadas. Del abultadísimo elenco de palabras en agravio de la fe, de la Iglesia, de Dios mismo que le hemos soportado en estos casi dos años, Francisco no consideró nunca pertinente hacer ninguna aclaración. Más clara, la límpida agua de la alta montaña.

La bendición que reclaman las masas prometeicas
Lengualarga más que el oso hormiguero, parlero compulsivo, gesticulador sin tope para oprobio de toda santidad, Francisco es un fenómeno de rigurosa actualidad, consonante con la caída vertical del honor de las palabras y los signos. Bien dijo Calderón Bouchet, en referencia a los temores de Jean Cocteau acerca de la proximidad de los tiempos en que «los imbéciles tomarían las lapiceras y se pondrían a escribir», que no era el del poeta francés «el temor de un sabio que ve a Satanás empujando a los tarados, pero sí el de un esteta que ve la depreciación de la inteligencia provocada por dos terribles fuerzas convergentes: la aristofobia de los mediocres y el criterio puramente económico del negocio editorial». Hoy podemos afirmar con pleno derecho que los tiempos previstos por Cocteau llegaron hace rato y para quedarse, y que el morbo de la idiocia se ha extendido no ya sólo a los que empuñan la pluma, sino a los que tienen por oficio transmitir los dones sacros. Y que Satanás haya urgido a esa vergüenza de cardenales que no sabían cantar el Veni Creator a emplazar en el Solio a un Rey Momo resulta, a esta altura, una hipótesis muy ajustada a los horrorosos hechos sucesivos.

12 comentarios:

  1. Indignados: ni conejos, ni irresponsables
    Desde hace mucho tiempo tenemos que soportar que la gente se meta en nuestras vidas con preguntas o frases indiscretas del tipo: “¿son todos tuyos?”, “¿no tienen televisor?”, “¿no te cuidás?”, “¿cómo hacés para mantenerlos?”, y una serie de estupideces que no vienen al caso. Otros te miran de reojo, no te dicen nada pero para sus adentros están pensando que vivís como un animal y que tu esposo es el macho de la madriguera que no te da opción a nada y así te tiene sometida.
    ¡Cómo pueden entender con su mentalidad materialista que uno prefiera cien veces la incomodidad de despertarse de noche que un plasma más grande o una PC más moderna! ¡Cómo pueden entender que uno elija compartir con hijos y nietos una larga mesa, hecha a medida porque no se fabrican así, en vez de cambiar cada año los destinos de vacaciones! Pero lo de hoy ya es mucho, que sea el propio Papa quien venga a atacarnos con todos los vulgarismos en uso, acompañado de las risas del periodismo mundial, ya es demasiado. ¿El Papa que ha llamado a un Sínodo de las Familias, se expresa con esos prejuicios discriminatorios hacia nosotros? Así se terminan de entender muchas cosas.
    Dice la crónica periodística que el Papa “recordó que hace algunos meses en una parroquia él retó a una mujer que esperaba el octavo hijo luego de haber tenido otros siete por cesárea. "¿Quiere dejar huérfanos a siete? ¡Esto significa tentar a Dios! Esto es una irresponsabilidad. «No, yo confío en Dios.» «Mirá, Dios te da los medios, sé responsable.» ¡Pero esos creen, y disculpen la palabra, que para ser buenos católicos debemos ser como conejos!", exclamó, haciendo estallar risas en el avión”. Tenemos ocho hijos, tuvimos nueve embarazos pero uno no llegó a término, de ellos, siete nacieron por cesárea. Obviamente no hubiéramos querido esto pero así fue. Dios nos dio la fuerza y el ánimo para afrontarlo, la medicina moderna además ayuda. No somos ningunos irresponsables y, como aquella mujer, siempre confiamos en Dios, Él es la fuerza del débil, Él es quien tiene todo poder sobre cielo y tierra.
    ¿Habrá pensado el Santo Padre en el dolor que sus palabras le causan a tantas familias cuyos hijos son una bendición y no una serie? ¿Habrá pensado el Santo Padre en el dolor que le causa a tantas familias que queriendo tener muchos hijos no lo han podido realizar? ¿Habrá pensado el Santo Padre en la indignación que suscitan sus expresiones tildándonos, con temeridad, a quienes hemos tenido la desgracia de pasar por muchas cesáreas, de inconscientes? ¿O cree el Santo Padre, que cuando hemos aceptado la bendición de un nuevo hijo lo hemos hecho sin temores y sin sacrificios?
    Dice Francisco: “Yo creo que el número de tres hijos por familia es el que dicen los técnicos que es importante para mantener la población. Por esto la palabra clave para responder es la que usa la Iglesia siempre y yo también: paternidad responsable. Algunos creen que –discúlpenme la palabra, eh− que para ser buen católico debemos ser como los conejos, ¿no? No, paternidad responsable”. Pues debo poner en venta cinco que según el criterio de los Papas y los técnicos, me están sobrando.
    ¿Ignora el Papa que la familia no es una cuestión técnica y que sus fundamentos y su función no es una cuestión de proporcionalidad económica para el sustento de la población? ¿Ignora el Papa que emplear la expresión “paternidad responsable” o su par planificación familiar, hoy no tiene la misma connotación que en tiempos de Pablo VI, desde que la mayor entidad abortista del mundo se llama justamente planned parenthood?

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  2. ¡Sinceramente por más atrasado que esté, me cuesta creer que pueda tener tanta ignorancia junta!
    Dice el Salmo 126:
    “Si el Señor no construye la casa,
    en vano se cansan los albañiles (…)
    La herencia que da el Señor son los hijos;
    una recompensa es el fruto de las entrañas:
    son saetas en mano del valiente,
    los hijos de la juventud.
    Dichosos el hombre que llena
    Con ellos su aljaba:
    No quedará derrotado cuando litigue
    con su adversario en la plaza”.
    Lamento que el Santo Padre no sintonice con la Sagrada Escritura, que lance palabras que van a ser aceptadas por el mundo, porque son las que el mundo quiere oír y está esperando.
    Nuestro querido Padre Leonardo Castellani nos enseña que “no es necesario saber mucho griego ni latín para predecir que la Iglesia será tentada, si Cristo fue tentado; y lo será con las mismas tentaciones de Cristo. (…) La primera tentación es esta: por medio de lo religioso procurarse cosas materiales. (…) La segunda tentación es, por medio de la religión procurarse prestigio, poder, pomposidades y “la gloria que dan los hombres”. (…) La tercera tentación es desembozadamente satánica; postrarse ante el diablo a fin de dominar al mundo. ¿Puede la Iglesia ser tentada así? La Iglesia no es más que Cristo. La crueldad, por ejemplo, es demoníaca. Lo santo y lo demoníaco son contrarios y por tanto están en el mismo plano; y la corrupción de lo mejor, es la peor” .
    También nos enseña que San Juan en el Apocalipsis, en una profecía acerca de los últimos tiempos, añade a la lista de pecados otros dos que no están en San Pablo : “los mentirosos y los cobardes” . Lo cual parece indicar que en los últimos tiempos habrá un gran refuerzo de mentira y de cobardía. Dios nos pille confesados. La cobardía en un cristiano es un pecado serio, porque es señal de poca fe en Cristo”. Decir lo mediáticamente correcto, lo que el mundo quiere oír y expresarse con criterios y palabras mundanas habla, cuando menos, de cobardía y de buscar “la gloria que dan los hombres”. Y por eso es muy grave, más grave aún que el dolor que puede causarnos la agresión injusta.
    “El cristianismo es a la vez la religión más fuerte y más mansa que existe. No ha sido dado a todos ni será pedido a todos el que vivan en la extrema pobreza y humillación en que vivió el Maestro; pero sí se nos pide a todos que estemos dispuestos a eso si Dios lo llegara a pedir; y pensemos que eso es demasiado alto para nosotros, y por eso no lo pide, y nos lleva por un camino más suave” . Dios no pide que todos sean célibes, o que todos tengan diez hijos, o que todos tengan tres, los caminos de Dios son insondables y para cada uno de nosotros tienen su plan. Pero los criterios con los que busquemos el plan de Dios para nuestras vidas no son los de la técnica, la economía o la sociología; los criterios han de ser los de Dios: amor y generosidad.

    Fernando y Andrea, por nos y
    en nombre de nuestros ocho hijos:
    Rodrigo, María del Pilar, Gonzalo, Martín, Facundo, Francisco, Magdalena y María del Pino

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  3. Tengo ocho hijos (y un noveno fallecido), en mi casa paterna éramos ocho hermanos, en la casa paterna de mi mujer eran diez hermanos, una de mis abuelas tiuvo siete hijos y la otra ocho. Todos como Dios manda. Las palabras de Bergoglio, llamando "conejas" no han hecho más que insultar a mi mujer, a mi madre, a mi suegra y a mis dos abuelas. De haber estado cerca de él, y siguiendo su consejo, yo debería haberle asestado un puñetazo. Esto ya está colmado. Creo que los católicos deberíamos pedirle que se vaya, que renuncie, que vuelva al lugar de donde salió y que deje de hacer tanto daño.

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  4. No puedo decir que Bergoglio se pasó de la raya porque no hay quien le ponga freno a este destructor esperemos que el poder divino nos remueva pronto este castigo.
    Cada día nos ataca con algo nuevo ese hombre pues esa es su función como falso papa echar por tierra la verdad.
    Les comparto mi blog Un abrazo en Cristo. K4C
    Francisco utilizó un gesto de maldición satánica ante los fieles reunidos en el Estado de Filipinas

    http://nazareusrex.blogspot.com/2015/01/francisco-utiliza-el-gesto-para-decirle.html

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  5. Hola, Flavio, mañana o pasado voy a publicar un comentario sobre este tema y sobre unos aspectos de los que creo haberme dado cuenta de este "Pontificado" (la comillas, lo sabes, no son porque no crea que este hombre no sea Papa, sino porque da grima pensar que lo es, en efecto). Cuando lo tenga, te mando un email. Ahora quería invitarte e invitar a tus lectores a leer una historia de la ciencia que traduje y le puse prólogo y anotaciones, de Pierre Duhem, el gran historiador de la ciencia, físico y filósofo de la ciencia. Éste es el vínculo: http://eticacasanova.org/2015/01/20/historia-de-la-fisica-de-pierre-duhem/. Y aquí abajo te pongo la presentación que puse en facebook para mis amigos, que es la misma, casi, que pongo en el propio blog:

    En el adjunto, publico uno de los posts más importantes de mi blog, en toda su historia. Se trata de la historia de la física que escribió para la Catholic Enyclopedia of America el gran Pierre Duhem, cuya semblanza coloco en el prólogo que escribí para la traducción. La misma es muy importante y, lo mejor, es altamente resumida. Duhem escribió una gran historia en 10 tomos, que le requirió décadas de trabajo. Es tan importante, para el hombre de hoy, que yo hice la traducción pensando en los estudiantes de la universidad Santo Tomás de Santiago de Chile, en la que me desempeño, con la seguridad de que un escrito como éste serviría para derrotar, sin duda alguna, a la revolución en el alma de los muchachos. Excediendo los planes editoriales de la universidad, entonces me creo en la libertad y en el deber de ponerla a la disposición de todo el público de habla hispana. Pueden pensar que es megalomanía hablar así, que mi blog lo leen centenares de personas. Soy consciente de ello, no es megalomanía, pero, como dice Frank Morera, de EWTN, Dios nos dice: “habla”, no “que te oigan”: esta segunda parte no depende de mí, yo sólo hago lo mejor que pueda, por amor a Dios, a la Verdad, a la que Él Es y a las que participan de Él en nuestro intelecto, en su relación judicativa con la realidad, por amor a mis hermanos los hombres.
    Como digo en el prólogo, les pongo notas muy importantes, me parece. Para empezar, notas aclaratorias de los conceptos físicos y, para culminar, notas que amplían los conceptos filosóficos, así como la visión histórica, de la sola historia física, a la historiografía general, especialmente de Occidente, aunque también la más amplia, de la humanidad entera. Sólo lean la primera nota final, sobre las supuestas edades y la “edad media” de los historiógrafos ideologistas y tendrán una primera degustación. Espero que este trabajo les deje los grandes frutos que espero de él, del brillo de Duhem, puesto al alcance del público de habla hispana, y de mis humildes comentarios: de seguro, como lo fue para mí, este escrito cambiará toda su visión de la realidad, en un sentido ampliamente luminoso… los acercará a la Luz de las naciones y Gloria de su Pueblo, el Nuevo Israel, la Iglesia Católica… Todo esto es lo que necesitamos, intensa y extensa REBELIÓN, REBELIÓN DE LA ESENCIA, EN ESTOS TIEMPOS DE REVOLUCIÓN…

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  6. Advertir, por si no se ha reparado en ello, que cuando Bergoglio habla en referencia a los matrimonios que paren cómo conejos, no sólo insulta, sino que desprecia a estos católicos, a los que se dirige como ESOS, un pronombre que les señala de forma despectiva, y que nada tienen que ver con ser católicos según su versión.
    ESOS ya fué utilizado para los contadores de rosarios, los pelagianos, los cara de vinagres, etc, etc, toda una lista de marginados por aquel que "no juzga.." pero OFENDE. Lástima que en medio del festejo que supuso su ocurrencia entre los pasajereos (periodistas y pelotas que siempre le acompañan), todos riendole la gracia, el Dios Católico, en su Misericordia, no la precipitara,,, habría sido un final merecido, para tan burda arrogancia.

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    1. y la cipaya que le dijo saquen a esta a las monjas franciscanas de la Inmaculada...

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  7. Coletazos de las declaraciones del avión. Primer coletazo:
    EL PAPA EN LA AUDIENCIA DE HOY MIÉRCOLES:
    "Las familias sanas son esenciales para la vida de la sociedad. Da consuelo y esperanza ver tantas familias numerosas que acogen a los hijos como un verdadero don de Dios: ellos saben que cada hijo es una bendición. Escuché decir que las familias con muchos hijos y el nacimiento de tantos niños se encuentran entre las causas de la pobreza. Me parece una opinión simplista. Puedo decir, -podemos decir todos- que la causa principal de la pobreza es un sistema económico que ha quitado a la persona del centro y ha colocado al dios dinero; un sistema económico que excluye, excluye siempre, excluye los niños, los ancianos, los jóvenes sin trabajo, y que crea la cultura del descarte que vivimos. Nos hemos acostumbrado a ver “personas descartadas”. Éste es el motivo principal de la pobreza, no las familias numerosas".
    OPINIÓN: Me alegro del párrafo pero lamentablemente esto sólo lo conocemos los católicos, mientras que lo otro lo dijo ante los periodistas del mundo entero. Sinceramente debería haber dicho esto en el avión. Tampoco es delito pedir perdón cuando uno ofende a otro. Eso es verdadera humildad y es lo que debería hacer.

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  8. Segundo Coletazo:
    Fíjense las consecuencias de las Declaraciones del Papa, lo que dice hoy este sacerdote y profesor jesuita, Padre Novoa sobre la anticoncepción.

    Cuánta razón tiene este comentario que leí en otro blog: "la gravedad del asunto. Lea el resto de la entrevista y lo verá. Por ejemplo: "Il rifiuto di Paolo VI non era rivolto ai problemi personali, sui quali dirà poi ai confessori di essere misericordiosi e capire le situazioni e perdonare o essere misericordiosi, comprensivi. Ma lui guardava al neo-Malthusianismo universale che era in corso."

    Cuando apareció la pastilla anti-conceptiva, Juan XXIII formó una comisión para estudiar las cuestiones morales que suscitaba. Pablo VI la expandió incorporando a ella teólogos, obispos, médicos, etc. Cuando llegó el momento de pronunciarse, Pablo VI pidió a la comisión sus conclusiones, la cual básicamente afirmó que el uso de anti-conceptivos no era intrínsecamente maligno, y que por tanto su uso debía ser regulado por la conciencia de los cónyuges. Luego de mucho meditar, Pablo VI desestimó la postura de la comisión y confirmó la doctrina tradicional, ganándose el odio del mundo y la oposición abierta de conferencias episcopales enteras.

    El tema es que ahora un sucesor de Pablo VI nos quiere hacer creer que en realidad la Humanae Vitae condena el neomalthusianismo y no el uso de anticonceptivos. Habiendo relativizado este pronunciamiento magisterial, procede a llevar la cuestión al fuero interno.

    Dice el Papa: "“paternità responsabile”. Come si fa questo? Col dialogo. Ogni persona, col suo pastore, deve cercare come fare questa paternità responsabile."

    Y en el acto, cientos de miles de curas tomaron nota: La Humanae Vitae en realidad condena el neomalthusianismo y no a los anticonceptivos, la paternidad responsable no se basa en criterios morales objetivos sino en el "diálogo" y el juicio subjetivo del pastor, que debe ser "misericordioso", "comprensivo"... Lo que acaba de hacer Francisco es proponer a la Iglesia y al mundo (como "doctor privado", pero proponiendo al fin) la postura que rechazó (y condenó) Pablo VI. La gran mayoría de los curas ya sostenía esta postura, solo que ahora tienen "venia pontificia".
    http://www.bluradio.com/88229/para-alla-vamos-padre-novoa-sobre-aceptacion-de-anticonceptivos-en-la-iglesia

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    1. El modernismo se presenta como la perfecta antítesis de la cultura cristiana. De Lutero
      a Loisy pasando por Kant, y de Tyrrel a la «Iglesia conciliar» pasando por Rahner, vemos
      que las mismas causas producen los mismos efectos letales. Esos hombres soltaron las
      amarras de la fe separándola de la razón. La fe absurda, sin motivo ni regla, se convierte en
      la fe de la conciencia personal. De paso, la Revelación se emancipa de su Revelador,
      Jesucristo, para convertirse tan sólo en el sentimiento de lo divino que reconforta el corazón.
      El precio que hay que pagar para seguir esa religión absurda es la destrucción de la razón
      misma. La inteligencia persigue ciegamente sus ilusiones y sus sueños, liberada de las leyes
      de la realidad. Todo cambia, todo está en todo, todo es cierto y falso a la vez, todo está bien y
      mal. Es el caos y la contradicción establecidos como principios supremos.

      http://www.catolicosalerta.com.ar/libros/modernismo.pdf
      Cien años de modernismo. Dominique Bourmaud.

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