martes, 1 de julio de 2014

EL PUEBLO (sive mundum, vel homo), AUREOLADO A LA SAZÓN

En esta lenta pero segura transición de siete siglos, poco más o menos, desde la diáfana luz alcanzada en Occidente en los días de su apogeo espiritual (con la Summa y las catedrales, con el influjo eficaz del monasticismo y la presencia de reyes santos en sus respectivos tronos, tales Luis IX de Francia y Fernando III de Castilla y León, o de Isabel de Hungría y su homónima de Portugal), cumplido el paso de aquel esplendor cenital al cerrado eclipse de los días que vivimos, viene a verificarse en nuestros días un curioso fenómeno que podía no haber estado en la proyección de nadies en sus pormenores, pero que se presenta inocultable a nuestra vista.

Se sabe que la política decididamente anticlerical que cundió en todas las latitudes del mundo cristiano luego de la Revolución Francesa (la Joven Europa y el  Kulturkampf, y la epidemia liberal todo a lo largo de las naciones hispanoamericanas, entre otros extravíos) se vio acompañada por aquel que podría decirse el "quintacolumnismo" en el interior de la Iglesia. Si otrora los desvíos doctrinales provocaban cismas y escisiones, los tiempos nuevos, por el contrario, vieron medrar en el seno mismo de la Iglesia la más amplia y difusa heterodoxia sin que los reos de tal crimen, descubiertos y aun excomulgados en innúmeras ocasiones, se avinieran a separarse de la misma por propia voluntad. Ni faltaron casos de obediencia fingida a las reconvenciones manadas por varios sucesivos papas o el propio Santo Oficio, como ocurrió casi sistemáticamente durante la crisis modernista que debió combatir san Pío X.  Incluso un intelectual ajeno a la Iglesia como Benedetto Croce supo señalar cómo, en el llamado «catolicismo liberal», la cualidad sustantiva se había trasladado al adjetivo: lacónica constatación de la artera sustitución que estaba en trance de operarse, y de cómo ese elemento enemigo del nombre católico ya avanzaba una sutil usurpación de los ajenos títulos. Otra vez aparece confirmado, en el orden del espíritu, ese proceso que podría compararse al «degradado» del color, por el que de un color inicial se llega a otro a través de transiciones cromáticas apenas perceptibles. Aplicado a la vida de la Iglesia de estos últimos siglos, equivale a lo que Bakunin dijo de Lamennais con ánimo de exaltarlo: «si hubiese vivido más, se habría vuelto ateo».

El llamativo fenómeno, después de varias generaciones de asedio ora frontal ora insidioso en el que el enemigo no dudó en valerse de todo género de artimañas para obtener el desprestigio y la irrisión de la Iglesia, es ahora el de querer ser admitido en su seno sin el presupuesto de la fe; el de exigir la comunión sin renunciar al escándalo, al pecado público; el de reclamar como un derecho civil lo que de suyo es don sobrenatural. Y este sorprendente interés por verse integrado en la Vilipendiada (o en "la Infame" de Voltaire) es correspondido como nunca antes por una vasta constelación de jerarcas que -y más notoriamente después de la elección de Francisco- se han quitado la máscara para exhibir triunfales sus vergüenzas. Como mandriles, a traste descubierto, ahí las tenemos a esas Eminencias galas capaces de integrar una tribuna con la progresía más recalcitrante, manifestantes por escrito que «ninguna doctrina, ninguna religión, ninguna ideología, ninguna ciencia, ninguna cultura, puede reivindicar para ella sola la propiedad de la verdad». Ahí está el cardenal Baldisseri, anticipando la ya conocida línea directriz del próximo sínodo de los obispos, en el que se promoverá la «pastoral de misericordia» para con los divorciados y "casados" del mismo sexo, cosa por lo demás ya bastante apuntada en la encuesta girada a todas las diócesis del mundo y en el Instrumentum laboris de cara al sínodo, de reciente publicación. En éste, por tomar un botón de muestra, allí cuando se propone sin sonrojos el demencialísimo problema de «la transmisión de la fe a los niños en uniones de personas del mismo sexo» se lee, v.g., que «es evidente que la Iglesia tiene el deber de verificar las condiciones reales para la transmisión de la fe al niño. En el caso de que se nutran dudas razonables sobre la capacidad efectiva de educar cristianamente al niño de parte de personas del mismo sexo (sic!), hay que garantizar el adecuado sostén, como por lo demás se requiere a cualquier otra pareja que pida el bautismo para sus hijos. Una ayuda, en ese sentido, podría venir también de otras personas presentes en su ambiente familiar y social». Rendidos a los hechos o patrocinadores de los mismos, como en el clásico problema de la primacía del huevo o la gallina, la indecorosa actuación de nuestros pastores es ya un índice suficiente de la perversión francamente insuperable de la inteligencia católica, que ya no tiene nada de católica ni de inteligencia.

La asimilación de las más tornadizas máximas mundanas por parte de los hombres de Iglesia -incluso de aquellas inmediatamente reñidas con los principios inmutables del ser-, casi digno objeto de la llamada «epidemiología psiquiátrica», señala el punto en el que Iglesia y mundo, muy a diferencia de cuanta lección escriturística verse sobre el particular (Jn 16,33; St 4,4, passim) ya no se distinguen. El mundo acaba por volverse iglesia, y el testimonio de la Iglesia se esfuma, se evapora en atención a complacer al mundo. Es el término final del degradé, aquel en que la luz, ya ennegrecida, no retiene el menor recuerdo de sí. Es muy de creer que si por ventura estos bandidos mitrados aún rezan el Oficio divino, tendrán por fuerza que mutilar aquel salmo que empieza «Non nobis, Domine, non nobis, sed nomini tuo da gloriam», o bien reinterpretarlo en senso opuesto al de la letra. Si cabe la analogía animal en esta fábula cruel que se han resuelto a encarnar, ese "cristianismo sin distinción de credos" que predican con infatigable insistencia se parecería al eloquio que pronuncia el zorro al pie del árbol en el que el cuervo se ha posado con su porción de queso.

Esta tragedia de la paulatina disolución de la Iglesia, y de la sociedad en ella fundada, la hemos visto expresada adecuadamente en forma de cuadro en el sitio Traditio liturgica, como el paso de las sociedades tradicionales a las transicionales y de éstas a las ateas: el primer tipo es el de aquellas sociedades en que el orden legislativo se inspira en las leyes espirituales. En ellas, quien guía a la sociedad -el rey- reconoce un cometido de alcance espiritual y es aconsejado por monjes o sacerdotes. En las sociedades del segundo tipo, vigentes en Occidente hasta hace unas pocas décadas, el ámbito civil aparece netamente separado del espiritual, que, con todo, permanece como a su lado. Si las leyes civiles ya no son directamente inspiradas por las religiosas, al menos no excluyen la realidad espiritual, ya bastante replegada al ámbito privado, a la conciencia personal. El tercer caso es aquel que nos concierne en toda su crudeza: incluso en la mentalidad religiosa ha penetrado la mentalidad secular, habiéndose evacuado el hecho espiritual para convertirlo en puro hecho humano. «La espiritualidad deviene sociología: hacer el bien material al pueblo».

Ilustran inmejorablemente este último estado de cosas algunas de las significativas afirmaciones de Francisco, jalón señero en este proceso que describíamos. «'Los hombres son superiores a los ángeles'  (homilía de Francisco en la Domus Sanctae Martae, 21/05/14) se dice, o bien recientemente: 'los monjes están lejos de los hombres; hay que estar con Cristo, que estaba entre la gente' (homilía de Francisco, ídem, 25/06/14). Esta segunda observación desciende lógicamente de la primera, pero es incluso peor, porque arranca de Cristo su identidad como maestro auténticamente espiritual (que ayuna, se aísla en el desierto, reza, se aparta con los discípulos, asciende con algunos de ellos al Tabor...) y lo extiende al nivel de uno que se mezcla y se achata en el pueblo, asumiendo sentimientos tan populares que el pueblo, siguiéndolo, en realidad se sigue a sí mismo. Cristo como prototipo del monje -como se hubiera dicho hasta hace no mucho tiempo, y como permanece claro aún hoy en el mundo cristiano oriental- es cosa absolutamente rechazada porque... ¡"lejana" al pueblo! Quien dice esto ignora la historia medieval y bizantina, y ni siquiera se halla en grado de oír las verdaderas exigencias espirituales de nobles almas entre el pueblo de hoy».

Bergoglio, cebado desde los días de su militancia juvenil en ese conglomerado de chantapufis que debió ser la Guardia de Hierro peronista (que con su homónima y heroica rumana no debió convenir sino en la homonimia), pasando por la deformación doctrinal que debieron escanciarle los ideólogos de la llamada «Teología del pueblo», ávido siempre más bien de la plaza pública que de la intimidad con Aquel que se vela tras del Tabernáculo, iba a ser el actor más acreditado para arrojar al papado a esta marcha postrera en la escala declinante. Sigue la fuente antes citada, a propósito de aquellas expresiones tomadas de sendas homilías: «tales expresiones indican claramente una orientación anti-monástica, y por lo tanto anti-espiritual, en nombre de... ¡Cristo! [...] "El pueblo no seguía a los monjes, que sentía lejanos", así afirma Bergoglio. "Los contemplativos son personas buenas, sí, pero no están en condiciones de hacer latir el corazón del pueblo". Sorprende que el Papa no sepa que los esenios, los monjes del tiempo de Cristo, no eran exactamente una élite religiosa, lejana del pueblo, ya que estaban compuestos por familias enteras, con mujeres e hijos, y la espiritualidad esenia no era de hecho impopular, al punto de atraer a no pocos. Según algún estudioso, el propio san Juan Bautista habría sido influenciado por los esenios. ¡Y todos corrían a recibir el bautismo de penitencia del Bautista! [...] Algunos padres atónitos que he escuchado recientemente tienen razón: este papa es absolutamente mediocre. Yo diría: de a ratos incluso ignorante, ya que no se puede hacer "corta y pega" de la Escritura, omitiendo cuanto no resulta cómodo. Me disgusta herir a quien le extiende aún confianza, pero me temo que Bergoglio, seguramente sin saberlo, tenga una orientación más bien anticrística». Sí: y tanto por vulgar como por antropocéntrica y lisonjera.

27 comentarios:

  1. "Si hubiera vivido más se habría visto ateo", esta frase de Bakunin es real por genial, sólo que retratando la realidad desmerece la "Verdad".. no llegamos a ateo por nuestras convicciones, somos ateos por "nuestra falta de fé".. y esta, la ausencia o si me lo permite, la pérdida, si la hubo, es consecuencia de nuestra insolencia o vanalidad.
    Vanilidad si antes y durante no hay nada más que estupidez; insolencia, si durante que nunca antes, sólo hubo falsedad; ni la una ni la otra te regalan la INTELIGENCIA, cualidad divina, pero que Dios sólo otorga a quienes no saben, no pretenden, y no negocian, porque no tienen nada que ganar: "así te ha parecido bien Padre...".
    Si el mundo acaba por volverse Iglesia y el testimonio se esfuma, es porque el testimonio cristiano presupone que importa el mundo, al menos el mundo que nos han colgado. Pero para discernir es necesario sufrir y más aún fracasar, y aún más desesperar de esta historia vivida, la nuestra, la personal, la única que nos afecta.
    Si llegados aquí, y no hemos perdido la fé, entonces existe el milagro; y ese milagro no supone cambiar nuestro sino, sino verlo como algo propio e impersonal, lo que nos ha tocado y lo que nos hemos buscado, lo que Dios permite y no comprendemos, aquello que siendo una mentira se ofrece como única posibilidad, el mundo, y ahora con un "papa para los tiempos", capáz de "hablar de Dios sin haberlo conocido..." y todos miran y aplauden porque tambien lo ignoran, o quizás... porque nunca le han creído.
    Pobre Dios, pobre Cristo, pobre Iglesia, pero sobre todo pobre de nosotros los que "decimos que vemos y por ello sufrimos".
    Si la fé no me sostiene, como seguir viviendo... ? Cómo seguir cada día..?
    ¡¡Yo no lo sé..!!

    Ne cherchéz paz la voie sur les autres, dans un chemin
    éloineg, la voie est dessous notre pieds..
    maintenant je vais seul. (Tozan)

    "Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza" Mt 8, 18-22

    ¡ Así pues de que nos quejamos..! hay que caminar sólos, en el SILENCIO DE DIOS.

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  2. Impecable como de costumbre, me atrevo a considerar tal vez como matiz más que como diferencia, que la "ignorancia" y torpeza bergogliana responde a la necesidad de mimetizarse con las masas democráticas a las que pretende llegar confirmandolas no ya en la fe sino en su misma vulgaridad.
    Mis felicitaciones Don Flavio.
    En Cristo que es Rey y no uno más del pueblo, le mando mi mas afectuosos saludos.

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  3. Se agradece leer algo escrito con conocimiento, y con dolor, que no es posible el uno sin el otro. Si fué Bakunin quién acuño que de haber vivido más, se habría vuelto ateo... y ciertamente si el mundo acaba por volverse Iglesia, el testimonio se esfuma, sólo cabe añadir lo que el Señor dijo: .."las zorras tienen madrigueras, las aves nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza"; si esto es así, es extensivo a todos aquellos que le siguen o lo intentan.
    "No busqueis la vía en los otros, en un camino equivocado, la vía está bajo nuestros piés.. ahora yo voy sólo" (Tozan)
    Este monje budista no estaba lejos del reino, pues según su frase, tampoco él tenía donde reclinar la cabeza.
    Nosotros tenemos la Iglesia Cuerpo Místico, pero parece que aquí mejor es no expresarse, pues no hay quien nos comprenda, ¡o guardan silencio! Un saludo

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  4. Estaba muy bonito hasta que el "nadies" la mató.

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    1. Debí haber puesto "naides", típica metátesis gauchesca, pero no me le animé.

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    1. Al anónimo que suelta culebras por la boca por lo dicho sobre Guardia de Hierro -la peronista-, y cuyo comentario suprimo por el simple motivo de que ya nos fastidian los pleitos con anónimos: ratifico lo dicho. En ese crisol de ambigüedades e indecorosas componendas que fue el peronismo para mayor desgracia de la Argentina, esta agrupación no hizo sino confirmar la errabundez de la política en nuestra nación. Habiendo sido fundada por una dupla de origen anarquista ligada a John William Cooke -de infecta memoria-, se las ingeniaron para meter en esta bolsa de gatos a católicos demasiado rápidos para olvidar las ofensivas del General contra la Iglesia. El amateurismo intelectual, típico de lo peor de nuestro carácter como nación, fue el sello de esa agrupación que, en palabras de uno de sus miembros más eminentes, mandaba a sus adeptos a leer «obras como Rebelión en Tierra Santa del líder israelí Menachen Begin, los libros de Leopoldo Marechal, el Napoleón de Emil Ludwig, la Historia Universal de Arnold Toynbee, Alejandro Magno de Harold Lamb, La Guerras de las Galias de Julio César, Vidas Paralelas, de Plutarco, las Cartas de Lord Chesterfield a su hijo, y obviamente Perón, Sarmiento y Mitre junto a Ernesto Palacio y José Hernández… hasta Arumburu Z de Próspero Fernández Alvariño» (Ricardo Romano dixit). Espíritus atorados a ensalada, prestos para la praxis política más con el pálpito de los aventureros que con el aplomo de los sabios (y nunca estará de más recordar aquel perentorio adagio: «sapientis est ordinare»), tienen acaso el único mérito de no haberse prestado a secundar con las armas a esos otros peronistas, los montoneros, pero subsiste en ellos el oprobio de haber sido parte eficaz en esa confusión calenturienta de los espíritus que hoy nos entrega su perla mejor labrada, la más significativa: un papa (como aparece con justicia calificado en el artículo que arriba citamos) «absolutamente mediocre», al punto de irritar con su manifiesta nimiedad.

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  6. un movimiento político que congrega desde su fundación tendencias tan contrapuestas no puede ser otra cosa que un cambalache... bastante a las claras habla la emergencia de una fórmula como Cámpora-Solano lima, o mas, montoneros y lopezreguismo.

    sigue siendo un enigma que haya católicos que aprueban al responsable de la quema de iglesias ( sean él o sus seguidores los agentes sacrílegos ) o que sancionó la ley del divorcio... para no hablar del clientelismo, práctica abominable que arruina a la política en sus raíces

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    1. Anónimo de las 5:15. ¿ Vos sos uruguayo ?, ¿ cierto ?.

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    2. No entiendo si este comentario está escrito irónicamente o qué. Me pregunto si el escribiente sabe lo que fue la Unión Democrática, verdadero sincretsimo político fraguado al fuego ideológico más variopinto para enfrentar al "nazi-fascista" de Perón. En ese conglomerado, este sí que cambalachesco, confluyeron, liberales, masones, demócratas, comunistas, socialistas, católicos liberales (P. Dumphy y P. Luchía Puig), y hasta la embajada norteamericana. Mismos que no cejaron en sus confabulaciones apátridas a lo largo de todo el gobierno, y que se cieron cita nuevamente en junio de 1955 para masacrar cobardemente al pueblo trabajador en Plaza de Mayo.
      Lo de la quema de las iglesias por orden o responsabilidad de Perón es otro pseudo argumento, engañabobos, que pueden presentar los estúpidos y desinformados. Mons. Plaza -entre tantos otros católicos religiosos y laicos- que fuera arzobispo de La Plata (y que padeció la cárcel por unos días en aquellos aciagos días) investigó el tema de la quema de los templos (4 o 5 en barrio norte y ni uno en los populosos barrios peronistas de Capital, el Gran Buenos Aires o del país todo), y llegó a conclusiones que taparían la boca a cualquier mocosito petulante que quiera pasar por historiador mercachifle. Testimonios que absuelven a Perón de cualquier responsabilidad directa sobre ese hecho sacrílego sobran, incluso de altos prelados vaticanos. Investíguen antes de escribir imbecilidades.

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    3. Ud. no responde satisfactoriamente al cargo de "cambalache": Firmenich y López Rega lo desmienten a usted categóricamente. «La única verdad es la realidad». Cuanto al risible cuento de los "4 ó 5 templos en barrio Norte", ¿se olvida usted del de San Ignacio, en el barrio de Monserrat? ¿Y los conventos de San Francisco y Santo Domingo?

      Demasiado sulfuroso había resultado usted para discutidor: guárdese los epítetos, le va a dar el patatús. Ahí va el texto de excomunión de Juan Domingo dado en Roma por el cardenal Piazza en junio de 1955, por violencia infligida contra el obispo auxiliar de Bs. As. Consta allí también el ulterior pedido de perdón de un Perón «sinceramente arrepentido». No vamos a juzgar las intenciones, pero a instancias de que «la historia es maestra de vida» recordaremos siempre la lección de Enrique IV, del Sacro Imperio, para no apurar crédulas confianzas.

      http://lasegundatirania.blogspot.com.ar/2008/07/texto-de-la-excomunion-de-peron-y-otros.html

      La política de subido tono anticlerical de Perón en las postrimerías de su segunda presidencia es un hecho irrefutable: reglamentación de prostíbulos, divorcio vincular, proyecto de separar la Iglesia del Estado en una prevista reforma constitucional, prohibición de manifestaciones públicas del culto, etc. Todo esto no está sujeto a interpretaciones con mayor o menor sustento, como el de la quema de los templos, de cuya orden las pruebas han sido obviamente escamoteadas -fuese o no Perón el imputable- por lo gravísimo y artero del caso.

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  7. "Muchas ceremonias y muchas medallas y muchas palabras devotas tapan a veces falta de obras buenas: obras de misericordia Y de justicia. Algunos catolicones bañados en agua bendita hicieron a nuestra nación un daño incalculable en tiempo de Lonardi, y siguen oyendo muchas misas; pero el daño que hicieron no se puede reparar. (...) ¡Ay mi Dios! Los que gobernaron con Lonardi en 1955 hicieron muchas cosas de suyo lícitas y con la mejor de las intenciones, pero mortalmente imprudentes. ¡Ay mi Dios, que tenga que decir esto yo, que no me distingo (según dicen) por la prudencia! Pero para ser corregido si yerro, diré lo que hicieron: restauraron por política la ley 1420; hicieron Director de la Biblioteca Nacional, recomendándolo con eso, a uno de los escritores más dañinos que hay en el país (aunque me duela tener que decirlo), que es incompetente para ese cargo; y entregaron la Universidad y toda la enseñanza argentina no sólo a ateos y comunistas, sino lo que es peor, a incompetentes; y con eso creyeron hacer una gran "política"."
    P. CASTELLANI en Las Parábolas de Cristo.

    He ahí dónde y por culpa de quién surgió la subversión en la Argentina.

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    1. Habría que preguntarse si Perón no cabalgó sobre el resentimiento de los pobres, si no contribuyó poderosamente a que el pueblo argentino cayera en el infantilismo más lamentable por el ejercicio de un paternalismo de mala semilla. Provincias con su nombre y el de Eva, libros de texto para primer grado con loas a entrambos, solicitudes de créditos financieros que debían encabezarse con la fórmula «Querida Eva»... Una anciana vecina, beneficiaria de las entregas masivas de "juguetes para los niños pobres" en los tiempos del General, me cuenta cómo esos juguetes ya eran distribuidos por "punteros" según el beneplácito que al mismo le merecieran sus beneficiarios.

      En fin: cifrar en una sola las causas del caos de nuestra nación es improcedente, y menos aún ponerle nombre y apellido. No nos ocuparíamos de los desaguisados de aquel megalómano de Perón si a éste no lo hubiese precedido el liberalismo con todo su tendal de víctimas. Acá sólo se pretende señalar cuánta parte tomó Perón en el fomento del plebeyismo, de una mentalidad refractaria a toda excelencia, que se volvió endémica entre nosotros. Para no hablar del imborrable cargo de incendiario de templos (cosa a la que ni un Rivadavia se atrevió) y que hubiera exigido de él, a su vuelta del exilio, una penitencia pública y ejemplar, a fuer de darle algún crédito a su presunta cualidad de favorecedor del catolicismo.

      Y agradezco esta vez el aporte, aunque entienda que para completar el cuadro le falta esta otra parte. No puede cuestionarse lo que dice Castellani, que habla con verdadero conocimiento de causa. El anónimo que debí censurar previamente, reincidente luego con otros tres o cuatro mensajes, no hacía sino argumentar ad hominem, y por colmo transido de una cólera de lo más repulsiva. ¿A quién aprovecha una discusión en esos términos?

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    2. hicieron Director de la Biblioteca Nacional, recomendándolo con eso, a uno de los escritores más dañinos que hay en el país

      .
      ¿a quién se refiere?

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    3. No soy argentino y no conozco detalles de su historia, pero ¿que tenia de dañiño Borges? (como escrito lo encuentro genial).
      Rodrigo

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    5. Escepticismo, fatalismo de estirpe calvinista, panteísmo cósmico... «Contra Pepe Luis Borge / es menester un san Jorge», decía Castellani, que reconoció al punto que quiees premiaban a Borges estaban premiándose sus propias malsanas disposiciones. Es de una lectura en parte aprovechable, sin dudas, pero debería impedírsele al montón el acceso a la misma por sus posibles efectos disolventes.

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    6. Gracias por la respuesta. Muy buenos los articulos.
      Rodrigo

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  8. Y no podemos despreciar el testimonio del Gallego Alvarez, fundador de Guardia de Fierro, que dijo que la Cristina es una fiel continuadora de Perón, y defendió a la Cámpora... sinvergüenzas!

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    1. El Gallego desbarró horriblemente con dichos semejantes, contradiciéndose a sí mismo por lo que venía sosteniendo hasta hace algunos años con respecto al kirchnerismo. Son los desvaríos de un padre chocho (por decir lo menos), ya que su hijo se metió en La Cámpora.
      Pero sostener, como leí por acá, que era anarquista, es un disparate mayúsculo. No hay derecho a inventar macanas para pegarle por elevación al Papa.

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    2. Sostener que Álvarez había sido anarquista no es un ardid para "pegarle por elevación al Papa": es simplemente repetir un dato que varios "biógrafos" le señalan. No estuve en el pellejo del mismo ni en su entorno para aseverar la plena veracidad del dicho, simplemente traigo a cuento testimonios más o menos repetidos por otros y que presumo al menos verosímiles. Escapa holgadamente a la intención de este artículo el entrar a fondo en estas indagaciones.

      Si este hombre desbarra al adherir al kirchnerismo, o bien si esto se deduce como consecuencia necesaria de su pasada militancia, es cosa larga de discutir. Francamente, creo que el peronismo da para todo y para más, y puedo remitirme a las pruebas (accesibles a quien tenga vista para ver) de lo que fue y es la política del partido, de lo que fueron quienes gobernaron a título de peronistas y a la trayectoria de su fundador, capaz de borrar con el codo lo escrito cinco minutos antes con la mano. El peronismo es un fenómeno que debe adscribirse con pleno derecho al maquiavelismo; es un movimiento que alienta como ningún otro el espíritu de partido -es decir, la fractura.

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    3. Pues ¿ qué biografos son esos que puedan venir a corregir a quienes lo hemos tratado personalmente en épocas juveniles llegando a conocer, entónces y después, su pensamiento ? Si hay biógrafo alguno que diga semejante burrada, me gustaría que me los señale para darles testimonio y soltarles cuatro verdades y cuatro puteadas, por lo calumnioso. Pero lo grave no es tanto lo que esos escribas de la calumnia y la difamación digan o escriban para comer, hacen lo que saben desde un periodismo amarillo y mercantilista, sin ética y moral alguna; lo grave es que usted, muchacho, que pasa por católico, se haga eco de ello sin siquiera investigar y contrastar con otros testimonios -verdaderamente tales- a fin de saber la verdad, y que se largue a escribir sandeces sin más. Eso no hace sino confirmar que a usted lo mueve las pasiones y los imparciales preconcpetos, y no las razones y la serenidad de un verdadero amante de la verdad. Y en todo caso, los testimonios que usted dice traer a cuento, no son sino los de quienes o nunca lo trataron o se contaban entre sus enemigos. Lástima que ya no esté el querido P. Alberto Ezcurra, director espiritual de muchos guardianes y primer capellán de la Asociación Privada de Fieles Laicos que muchos guardianes conformaron y la Iglesia les reconoció, para que pueda darle un auténtico testimonio sobre el "anarquismo" del Gallego y otros a quienes conocía desde su época de Jefe de Tacuara, y no basarse en artículos o pseudo biógrafo de dudosa y ecuánime procedencia.

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    4. "Es fácil expediente dialéctico del oscurantismo tachar de demagógica cualquier reforma social, aunque sea justa, prudente y aún moderada; mucho más si es audaz, porque tiene que serlo y generosa. Yo lo que puedo afirmarle es que escuché a Perón por tiempo de dos horas, y a solas, sobre sus principios políticos, su ideario social y su programa de gobierno, y que todo cuanto me expuso encaja perfectamente en la pura ortodoxia del Derecho Público Cristiano (...) Cualquiera que sea la opinión que pueda tenerse sobre el fenómeno peronista y la figura de su líder, un hecho es incuestionable: los dos grandes objetivos que, sincera y ardientemente, propugnó para su patria Juan Domingo Perón siguen teniendo vigencia para un gran número de países, a saber: la dignificacion nacional frente al colonialismo económico de los grandes y la dignificación del pueblo frente a unas estructuras sociales injustas" (Alberto Martín Artajo, canciller español en épocas de Franco).

      Ahí tiene el testimonio objetico de uno que no era peronista, ajeno a las pasiones políticas argentinas.
      Algo más que los "cuentos y fábulas de viejas", por más respetable anciana vecina que se sea ¿ no ?

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    5. Ante todo, gracias por lo de "muchacho". Aunque acaso usted provecto, se ve que la pertenencia a los "muchachos peronistas" lo ha hecho capaz de repartir generosamente el apelativo incluso a los desconocidos.

      De veras me gustaría conocer el testimonio del padre Ezcurra al respecto: lástima que ya no esté entre nosotros, y que haya dejado tan poca obra escrita, en la que presumo difícil encontrar alusiones a Guardia de Hierro. Con todo, si es cierto -como arriba señalan y ¿usted?: esto del anónimo causa demasiada zozobra al moderador del sitio- que Álvarez admite a los Kirchner como continuadores de Perón, preguntémoslo con Caifás y la Vulgata: ¿quid adhuc egemus testibus? Es el propio fundador de la agrupación quien reconoce la continuidad entre uno y otro, dándonos la razón a tantísimos que no vemos en este vergonzante gobierno, que bate todos los récords históricos de corrupción, sino un retoño genéticamente puro de Perón. ¿A quién apelar, pues? ¿Qué salida embocar? ¿La chochera, el exabrupto, la descontextualización? Bah... Estas ya no son razones sino evasivas fáciles. Así se puede exculpar a cualquiera de cualquier cosa.

      Si es usted el mismo (otra vez el problema del anónimo), no publico su sucesivo comentario por redundante. Mi abuelo (de muy querida memoria) fue peronista de la primera hora, proscrito en el '55. Jamás recibí la menor dosis de antiperonismo de mis mayores, como usted parece presumir de su siguiente comentario. Simplemente me consta el estado de postración moral al que nos llevó el peronismo, entre otras aberraciones partidarias. Como católico que procura formarse en su fe, entiendo rigurosamente inconciliable el inescrupuloso oportunismo de Perón con la doctrina católica acerca de la potestad de gobierno y la cosa pública. No es posible levantarle póstumamente el cargo de profanador de iglesias católicas, ni muchos otros menos espectaculares pero asimismo infamantes: no consta se haya arrepentido del hecho.

      Y le hago saber que doy por concluida esta discusión, que ya creo se extendió mucho más de lo que el ámbito puede tolerar. Me asiste mi condición de moderador de este espacio, y la cortés presunción de que ya no hay mucho provecho que pueda obtenerse de la misma.

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  9. Y para concluir, al menos de mi parte:

    Señalar todo esto no hace de uno un "antiperonista". El antiperonismo es tan patológico como el peronismo. A Perón hay que juzgarlo serenamente por los frutos de su política, por sus dichos y sus hechos, y no caer en la trampa -por él hábilmente estimulada- de concederle ninguna centralidad en nuestra propia definición política, sea en favor o en contra. Perón es simplemente un inmoral, de quien no vamos a admitir el cuento grotesco de que fue un "príncipe cristiano". Del arduo precepto que el Señor nos dio de «amar a los enemigos» a aquel ruin consejo de darles «a los enemigos, ni justicia» (y esto lo dijo Perón en su vejez: no fue un eructo irreflexivo de su juventud) el contraste no podría ser mayor. Cómo se pueda interpretar en clave cristiana el pensamiento y la política de este pirata insaciable sigue siendo un enigma de la ciencia.

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  10. Perón es simplemente un inmoral...
    jaja.... muy bueno

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