por Dardo Juan Calderón
Escuchemos lo que decía a la luz del día y con toda sinceridad un buen judío:
“Según nuestra doctrina, la religión judía no es la sola en asegurar la salud. Son salvos todos aquellos que, no siendo judíos, creen en un Dios supremo y tienen una conducta moral, obedeciendo así a las leyes dichas “noáquidas”, aquellas que Dios prescribió a Noé. (…) Es únicamente para los judíos que a más de las leyes noáquidas se prescribieron las de la Thora, la Ley de Moisés, las que tuvieron su razón de ser en el proyecto divino para formar un pueblo destinado a una acción religiosa en el mundo.
La esperanza de Israel no es la conversión del género humano al judaísmo, sino al monoteísmo. En cuanto a las religiones bíblicas, ellas son, declaran dos de nuestros más grandes teólogos, confesiones que tienen por objeto el preparar con Israel el advenimiento de la era mesiánica anunciada por los profetas. Por tanto nosotros llamamos ardientemente a trabajar en común para la realización de este ideal esencialmente bíblico. (…) De esta manera podremos alcanzar la era mesiánica que será aquella del amor, de la justicia y de la paz entre los hombres” (Discurso de Jacob Kaplan - Gran Rabino de Francia- el 10 de Febrero de 1966, luego de un diálogo con el P. Daniélou S.J. en el Teatro de los Embajadores en París. Cualquier parecido con el espíritu del Concilio Vaticano II, no es mera casualidad).
En 1966, lo que se mantenía en el secreto, aquel “mensaje maligno” judío y masón, ya los judíos lo podían declarar abiertamente y ser aplaudidos por los católicos. El objetivo “satánico” que siempre acusaron los integristas y que se mantenía secreto en los conciliábulos judíos, en las logias masónicas y sectas protestantes que inspiraron y organizaron aquellos en la cristiandad, era este humanismo naturalista. Los mismos masones salieron de sus ocultos refugios a la luz del día cuando la Iglesia católica había reconocido como propios sus objetivos y se rendía sin condiciones al asedio. Desde Juan XXII, hasta Francisco, todos incluidos, hacían propio el credo judío: EL HUMANISMO.
Nos dice Louis Medler en su excelente obra “Mgr. DELASSUS” (recién reeditada por Edition du Sel) en la nota 4 de la pág 101:
“Jaques Maritain, queriendo negar que el judaísmo infiel a Cristo sea una contra-iglesia, niega en efecto la existencia de toda contra-iglesia, pues afirma que Israel “no es una Contra Iglesia. Ya que él no existe contra Dios, o contra la Esposa” Y por tanto él considera que Israel constituye un “cuerpo místico” dotado de una misión de “activación terrena de la masa del mundo”, paralela a la obra de acogimiento sobrenatural confiado a la Iglesia. No se está tan lejos, en efecto, de las vistas de Mgr. Delassus y de la tesis del P. Meinvielle. Con la sola diferencia de que para Maritain, esta obra de “estimulación del movimiento de la historia” es positiva, siendo que para el P. Meinvielle, es simplemente un mesianismo invertido y naturalista –de ese naturalismo que es precisamente, a los ojos de Mgr. Delassus, el motor de la conjuración anticristiana.”
La Iglesia nunca odió a los judíos, siempre hemos sabido que son nuestros pecados los que formaron el patíbulo donde Murió; pasaron a ser cristianos aquellos que reconocen la culpa de haberlo torturado y matado con nuestras faltas y se dejó el nombre de judíos para aquellos que siguieron afirmando que era un falso Mesías y que bien muerto estaba por blasfemo y confundidor. La diferencia estaba en creer o no en la misión sobrenatural de Jesús y en el camino sobrenatural a nuestra redención, en la total primacía de lo sobrenatural.
Ni que hablar de racismo en una institución donde sus mejores hombres pertenecieron a esa raza. Si los judíos fueron un pueblo molesto después de la diáspora y dentro de las naciones católicas fue por errores y debilidades de esos pueblos que lo permitieron con sus propios vicios, ya que en las naciones católicas fuertes el judío siempre fue puesto en su lugar y encontró la debida protección (en especial tenemos cerca el último Imperio Austro-Húngaro como ejemplo). Si Isabel La Católica hubo de expulsarlos fue por el desmadre que malas políticas anteriores produjeron y para salvarlos del odio, pero no por una inquina religiosa ni racial.
Siempre la Iglesia supo que había “cabezas” judías que querían provocar una victimización de algunos de sus miembros como prueba contundente de la malicia católica que se supone a partir de su talante miliciano y, siempre hubo idiotas –o deudores- que se prestaron para ese juego muy a pesar de los acuciantes avisos y condenas que venían del Magisterio contra estas derivas iracundas e irracionales. Los relatos satánicos de ciertas prácticas de algunos judíos que se generalizaban para exacerbar el odio de los simplones –que algunas existieron- y aquellos “Protocolos” u otros parecidos escritos, no pocas veces provinieron de judíos provocadores pero muchas más de reaccionarios insensatos, hasta llegar a la trampa mortal del “holocausto” del siglo XX, enorme error político -publicitariamente magnificado- de las naciones cristianas, siendo que la Iglesia fue la única que intentó con sus pocos medios de impedirlo.
Lo que nos interesa concluir es lo siguiente: la Iglesia fue asediada por estas fuerzas organizadas que querían imponer un humanismo naturalista en el que el hombre se redimiría a sí mismo por un orden social y un esfuerzo económico, y quitar toda significación sobrenatural a la Redención operada por Cristo para nuestra existencia personal y social. Una doctrina que busca un logro natural y pospone lo sobrenatural para un mañana que nunca llega y que ya no importa. La “revolución” propone realizar este ideal de sociedad de justicia, de paz y de encuentro entre los hombres, lo que no es otra cosa que el mesianismo judío como hemos demostrado más arriba y lo reafirma el hecho histórico de tenerlos a ellos siempre dentro de las cabezas principales de todas estas revoluciones, en pos del cual, y como decía nuestro buen Domingo Faustino, para estos civilizados no había que ahorrar sangre de gauchos.
Sabían estas fuerzas que el gran “enemigo” de esta idea era el catolicismo y su organización terrena o Institución, que era la Iglesia, que descreía de estos “planes” si no se partía de una conversión previa a lo sobrenatural y bajo su tutela (¿¿tutela??¡¡qué espanto de palabra para un hombre evolucionado!! ¡¡Para las Naciones Modernas!!) . Contra ella concentraron sus fuerzas y para ello había que terminar con factores políticos que la sostenían, como la Monarquía, que ya cristiana o corrompida, no puede justificar su existencia sin un principio por lo menos providencial.
Una vez logrado cooptar todo el mundo político con esta idea de “construcción de un mundo mejor”, motorizado y centrado por la preeminencia del dinero (economía) como fautor imprescindible de la felicidad en esta tierra (y que viene a suplantar el efecto que la gracia tiene en la economía sobrenatural. Sin contar con la gracia, sólo se puede contar con el dinero), la Iglesia demostraría toda su maldad al oponerse a tal ideal maravilloso y atarse a vetustos planteos que hacían permanecer el mal en la tierra a pesar de las demostraciones maravillosas del progreso tecnológico obtenido.
Era el momento para la Iglesia –anunciado por otra parte- de resistir aislada, testimonial y mártir (volar a los montes), depurándose interiormente de los captados por la idea filantrópica y economicista nefasta de la prioridad de lo natural y de sus falsos magos tecnológicos; actitud que coronó el pontificado de nuestro último Papa Santo, San Pio X.
La más elaborada de las estrategias del enemigo fue la de convencer al católico de que esta “crisis” que sufrimos es la crisis de una doctrina locamente sobrenaturalista, integrista, desarraigada de la realidad y desconocedora de los bienes de la modernidad, que se demostraba caduca a sí misma por no lograr efectos visibles para un acuerdo con los otros, para la paz y la abundancia entre los hombres, y alimentando una confrontación eterna. Que se caía desde dentro por propia debilitación al desarmarse en el aire el enemigo fantasmagórico que había creado –el “mundo maligno”- frente a otro “mundo” que despertaba al progreso como en la sinfonía de Dvorak y estaba descubriendo y aplicando los medios para lograr esa paz y esa abundancia: la tierra prometida de leche y miel.
Puestos en planos naturales, tal cual lo enseña Maritain en la cita que trajimos (y que no es ningún estúpido), hay que aceptar que el judío tiene una preeminencia de talante y una formación tradicional en su doctrina que le hace tomar la cabeza del movimiento intrahistórico y económico de forma irremediable -creer o reventar–, y esto porque nuestro combate es sobrenatural y en eso no fallamos ni desfallecemos, tenemos a Cristo, a su Iglesia y su Gracia nos basta y, en ese plano venceremos y el judío será “vencido” finalmente por su conversión. Es cuando tentamos vías naturalistas donde toda nuestra torpeza se rebela, donde en todos los ensayos de ese naturalismo encontraremos sin duda alguna la fuerza de los argumentos y el liderazgo de ese pueblo excepcional para lo económico y seremos sus ovejas, surgiendo entonces de nosotros un odio plebeyo hacia una superioridad que, en buen romance, deberíamos despreciar como a la nada que es.
La “cuestión judía” como un “secreto maligno” ya es cosa del pasado pues ha sido develada, no es ningún secreto bien guardado en protocolos secretos, sino una doctrina gritada a todas voces: era y es “el naturalismo”. Y es hoy que los hombres de Iglesia se han convertido a esa doctrina y le rinden el debido culto al mesías judío, al “pueblo de Dios”, con el Novus Ordo redactado al rescoldo del “culto de acción de gracias pascual” judío, por el masón Bugnini y el infiltrado protestante Bouyer.
Y esta vez nos tocó el turno de pasar por vuestra casa. Así que, con su permiso Flavio, vamos a hacer una puntualización importante a la nota de Dardo. En el fondo no hay casi objeciones, pero cuando se habla de "judío" y no se distingue, estamos generando confusión (una grande). Algo de ello se trasluce de un apartado de nuestra nota sobre los "Voluntarismos" y un enlace sugerido (y veo que no nos leyeron o lo hicieron sin prestar atención). No todos (la mayoría) de los que "dicen ser" son "judíos" en el sentido de "hebreos". Y por más que los una el "talmudismo" (en otros ni siquiera porque son laicos), nada tienen en común un descendiente del "clan Ashina" con un descendiente de Jacob. En los 80 pensábamos que nuestros amigos o amigas pelirrojas eran descendientes de Jacob, aunque estábamos equivocados, porque sólo leyendo un libro que se encontraría probablemente en el último cajón de la trastienda de "Huemul" o de algún lugar parecido, podríamos haber descubierto "La decimotercera tribu". Pero en 2018 no hay excusa. Ya desde los años 2000 se encuentra muchísimo material en internet y las negaciones del principio dieron paso a una aceptación y reciclaje por parte de los interesados. Las consecuencias son múltiples: el "liderazgo económico" ¿se remonta al comercio por el mediterráneo o por la "ruta de la seda"? ¿de quién es la "preeminencia de talante"? ¿de éstos o de aquéllos? , porque si no corremos el riesgo de adjudicar algo que es de un grupo al otro o viceversa, como aquello de De Gaulle cuando habló del "pueblo seguro de sí mismo" (¿cuál de ellos?). "Jafet habitará en las tiendas de Sem" dice el Génesis. Y la "conversión" ¿a qué grupo está prometida? etc, etc, etc.
ResponderEliminarEntiendo que el autor hace prevalecer la acepción religioso-cultural que no racial cuando habla de "judío", aunque la confusión de ambas está consagrada desde hace muchísimo, y solemos caer en ella como chorlitos. Y supongo esto no sólo entre hispanohablantes: hasta donde sé, el inglés jew integra ambas acepciones. Lo mismo vale para el italiano ebreo.
EliminarComo se debe entender "conversion" en terminos "jesuiticos" actuales?
EliminarO no tan "actuales" a esta altura de la cuestion.
Sin tapujos "la cuestion Bergoglio".
En realidad todas esas precisiones raciales me dejan bastante indiferente. A esta altura de los acontecimientos y desde hace mucho tiempo, no creo en ninguna raza. Me atengo a la idea de Pablo: hebreos son los que reconocen a Cristo y judíos los que no. Esta opción por lo sobrenatural crea un modo de ser, por supuesto que en el cristiano el modo de ser viene dado por la gracia y la docilidad que esta otorga a los consejos evangélicos, y el otro por la entrega a la natura. Lo que quiero decir es que hoy TODOS SON JUDÍOS, han adoptado su modo de ser, y encima, de segunda clase, pues todavía tienen ciertos remilgos y escorias de cristianismo.
EliminarFlavio, es un desacierto adjuntar esa caricatura a un artículo que, por lo demás, hace un par de distinciones interesantes. Craso error también lo de poner entre comillas "holocausto" y calificar aquella barbarie de "error político publicitariamente magnificado": el magno Dietrich von Hildebrand discreparía con usted, al igual que todos los cristianos de esa época que opusieron resistencia al régimen nazi y fueron desoídos por sus líderes. También el título de estas reflexiones podría interpretarse (si es que por ventura no lo es) como un insulto al pueblo judío y a todos los cristianos que arriesgaron o perdieron la vida por causa de su oposición a la lacra del nazismo. Le ruego que enmiende estos errores, aunque sea por dejar claro que no era su intención transmitir sentimientos que muchos calificarían como antisemitas.
ResponderEliminarPor razones de fuerza mayor, le responderé recién en unas horas. Imposible al momento.
EliminarSer antisemita es una tontera, hay muchos pueblos semitas (árabes, egipcios, etc..) y a esta altura de los tiempos, vaya a saber si muchos no tenemos algunas pizcas o algo más semitas. Que Von Hildebrand sea "magno" es un asunto que discutiríamos largamente para ver si vale un "mango". Sobre insultar un tanto al "pueblo judío" no tengo tantos remilgos, que puteadas van y vienen. Este artículo es mucho más grave que eso, si bien lo lee.Para mi es mucho peor decirle a alguien que es anti-cristo, que decirle hdp, usurero o lo que sea, que hay muchos cristianos que son estas cosas y no es tan grave como lo otro. Si entendió que yo hacía alguna defensa esta usted errado, y si pìensa que no soy un "negacionista" también lo está, sobre la muerte de judíos en campos de concentración no tengo dudas, y sobre la enorme responsabilidad que tuvieron de ello los grupos sionistas, tampoco.
EliminarA esta altura ya da asco oír hablar del supuesto holocausto, Por favor déjense de joder con el holocuento. Y dejen de hablar mal de los nazis, los últimos que tuvieron las pelotas para defender los valores cristianos. Basta de hacerle el juego a la mafia jásara.
EliminarSupongo, estimado anónimo, que el Cocodrilo le respondió lo que a él le toca -que es él el autor del artículo, y no yo. Yo también entrecomillaría holocausto: no sé dónde consta que el régimen nazi haya querido inmolar al pueblo judío en su totalidad (a esto remite, supongo que lo sabe, la noción de "holocausto": el quemar completamente a la víctima que se entiende inmolar). El célebre Arbeit macht frei (lit.: "el trabajo hace libre") puesto en el ingreso de los llamados "campos de concentración" sintetiza, supongo, la intención real del régimen para con sus cautivos: solventar con mano de obra gratuita y ajena a la propia nación la industria bélica. Se podrá señalar la inhumanidad del propósito y de las condiciones de detención de los cautivos, que llevó a la muerte a muchos de ellos, pero hablar de "campos de exterminio", como se lo ha hecho a menudo, como si se los hubiera hacinado allí a los solos fines de exterminarlos como a cucarachas resulta intencionado y propagandístico. Y es absurdo a la vez: qué sentido tiene que un régimen acuciado por mil obligaciones emplee parte de su presupuesto en hacer agonizar meses y años a un vasto contingente humano que podía ser muerto más expeditivamente, si esa era la intención. Así, se han consagrado una serie de tópicos ("holocausto", p.ej.) cuya objeción resulta poco menos que prohibida, lo mismo que la investigación ecuánime de los hechos, lo que debería bastar para ponernos alerta ante lo que parece una colosal falsificación.
EliminarLa perspectiva cristiana no es racista, por eso la noción de "judío" connota para nosotros -a diferencia del nazismo- una acepción enteramente religiosa. La personificación escultórica del conflicto Sinagoga vs. Iglesia consta en las catedrales medievales: es lo que el autor del artículo refiere acerca del naturalismo contra el sobrenaturalismo, o la naturaleza (caída) contra la gracia: una tensión insoslayable que atraviesa la historia y que le da toda su consistencia dramática. Diluir o negar la realidad de este drama ha sido la estrategia naturalista, que hoy adopta el tono sincrético-ecumenista, la "fraternidad" revolucionaria sin Padre.
La caricatura que acompaña el artículo ilustra -como una antífrasis- eso mismo: que el árbol no nos oculte el bosque, que "la sombra grotesca" (que es una caricatura al fin) no nos impida ver la insondable realidad espiritual que late detrás de las tesis naturalistas, el engaño demoníaco.
Lejos de ser "los últimos que tuvieron las pelotas para defender los valores cristianos", los nazis fueron extremadamente parecidos a los sionistas más radicales. Podemos inclusive mostrar paralelamente las creencias de unos y otros reemplazando los términos, que resumidamente serían: los [alemanes/judíos] son [la raza superior/el pueblo elegido] que tiene el deber de imponerse sobre los [pueblos degenerados/gentiles] para así llevar el mundo a [el reich de mil años/la era mesiánica]. Estoy de acuerdo que hay mucha propaganda en contra de los nazis, que cualquiera que es odiado por el establishment es comparado con Hitler como si este fuera la encarnación del mal, y criticar esas bobadas está muy bien; también creo, como Flavio, que el mito del "holocausto" es como mínimo una exageración. Pero de ahí a ver los nazis, esos paganos racistas idólatras de la "raza" (algo que probablemente ni exista), como paladinos del cristianismo, es una bobada igual de grande a los que creen que el comunismo está de acuerdo con los valores cristianos porque cree en la "igualdad", "justicia" y "fraternidad".
EliminarMis felicitaciones al señor Calderón por este lúcido artículo y exponer tan bien la cuestión judaica conforme a los valores tradicionales del catolicismo, o sea, como algo no racial/étnico sino religioso.
Agrego al que le interese que también hay que tirar abajo el mito, que ya fue desacreditado por un historiador israelí (Shlomo Sand en su "La Invención del Pueblo Judío"), que los judíos de hoy son descendientes de los hebreos de la Alianza. No lo son. Hubo varias conversiones al judaísmo en los últimos dos milenios, en lugares muy distantes; para mencionar solo algunos casos: los sefardíes son descendientes de bereberes que se convertieron después de la caída del Imperio Romano y acompañaron los árabes en la conquista de Iberia; los asquenazíes son descendientes de germánicos que se convertieron en la alta edad media; los jázaros son pueblos túrquicos de las estepas del sur de Rusia y Siberia occidental convertidos al judaísmo; y también hubo conversos en Etiopía, India, hasta China (la comunidad de Kaifeng). No existe un pueblo judío, o una etnía judía, hay judíos morochos, negros, rubios, orientales, de todos los fenotipos posibles. Eso también demuestra el error de describr a los judíos como una "raza", sea para justificar el sionismo (como hacen los defensores del estado de Israel, que pregonan el derecho de los judíos de "retornar a su tierra"), sea para perseguirlos como hicieron los nazis.
EliminarLlamarles nazi es un error pero también creer que ellos defendieron valores cristianos.
ResponderEliminarExplique, por favor, lo del supuesto infiltrado y protestante Bouyer.
ResponderEliminarMe parece que nada que ver.
Otra cosa es que haya sido un modernistón que escribió tanto que algunas veces dio en la tecla y otras no, como casi todos los tipos que escribieron mucho, sean unos salames o no.
Personalmente creo que lo malo de Bouyer fue lo mismo que de Ratzinger: haber sido dañino, pero menos que otros y acertando alguna vez. Porque esto dificulta el anatematizarlos de plano; como, de hecho, no sucede con Francisco, al que anatematizan hasta las más burdas feligresías bailadoras.
Pero -retomando-, no creo que Boyer haya sido un protestante infiltrado. Creo que fue un hombre sincero en sus desaciertos.
Qué bueno que no se la agarró con Newman, o nos íbamos a terminar boxeando. No hay que leer la decodificación que se hace del cardenal, ni siquiera la de Castellani (aunque no lo hizo mal). Hay que leerlo a él, a Newman.
Porque puede pasar, como con tantos otros, que no coincidiendo con nuestros puntos de vista sobre la Iglesia de hoy, defiendan a autores que nosotros también defenderíamos y no por ello coincidiríamos en otros ribetes, como que luego de la Patrística el resto poco importa, o que Pío IX era malo, o que el maldito de Pío XII no sé cuánto con la reforma de la Semana Santa (mientras fueron a misa nueva hasta antes de ayer), etc.
Suyo,
Ambiguo lo "suyo".
EliminarMas aun ante la realidad de una Iglesia ocupada.
Y mas aun ante la realidad de una Tradicion infiltrada en vias de ser anulada desde dentro.
"sociedad anonima San PioX"; curas "amigos", ruegos de "sellos jesuiticos"; "95% es bueno" etc. etc.
Ud. lo que pide no es el Buen Combate sino el conocido "no seas extremista" de los confundidores a designio.
Nada de "suyo".
En Cristo Rey y Maria Santisima sin pecado Concebida.
Sin "tapujos".
Bouyer lo dice expresamente, se pasa al catolicismo porque este se ha hecho protestante pero con un orden, jamás dejó de ser protestante, y para peor, y lea sus obras, judaizante en liturgia. Por algo el masón Bugnini lo llamó para la tarea del Novus Ordo; el masón sabía bien a quién recurría y es casi imposible que Bouyer no estuviera al tanto de toda la trama de infiltración. Ni él ni Ratzinger mechan errores con aciertos, directamente carecen de pizca alguna de ortodoxia, y no por casualidad son seguidores y adoradores de Newman, liberal conservador, que llegó al cardenalato porque Leon XII necesitaba diplomacia liberal (y lo he leído bastante y con esfuerzo, no manejo el inglés y las traducciones me resultan de un estilo ambiguo, como ambigua es su doctrina). Si hay algo que no tiene Bouyer es sinceridad, él mismo cuenta sus dobleses con socarrón humor, es un cínico total. Usted sepa disculpar, pero en cuestiones de doctrina o todo es un bloque o todo es un bodrio. NI UNA IOTA.
EliminarUsted, o es un pavo, o un cachafaz (bella palabra).
ResponderEliminarQué problema hay en afirmar que Bouyer fue malo en tanto que sincero, y no en tanto que infiltrado?
Qué problema hay con defender a Newman, cuando sus críticos no citan obra y página concreta a criticar, sino que lo hacen porque otros con los que no se coincide lo reivindican?
Alcanza con tan poco?
Estando las obras (al menos unas 15 o 20) a la mano de cualquiera?
El tradicionalista, muchas veces, tiene eso de espíritu juvenil más allá de la pubertad: le apuesto una luca a que si le digo que los nazis no son santos también se me enoja (los más divertidos además de nazis son peronistas, unos nostálgicos divinos, de un pasado que no fue).
Además, no escriba a lo telegrama, que no lo hace ni más concreto, ni más implacable, ni las pelotas.
También suyo,
Chimango u "ambiguo" tanto y en cuanto.
EliminarSus "problemas" siguen siendo chimangos...perdon; "ambiguos".
Lo felicito por su "apuesta".Propia de cercania con la "banca".
No me "enojo" ya que "apostando" con Ud. imposible errar.
Solo me enojare si me dice que Montini es "santo".
Devolviendo el "consejo" ocupese del contenido del "telegrama":
-ocupacion conciliar
-infiltracion desde dentro
-el Buen Combate
Sin dudar de sus sanas (no "santas") intenciones capaz que escribo "mal"; y capaz que a Ud. no le "cuadra".
Pues cuadra y media
Concretamente lo "suyo" ya no confunde.
¡Desde Maritain para aca!
"...Qué problema hay con defender a Newman, cuando sus críticos no citan obra y página concreta a criticar, sino que lo hacen porque otros con los que no se coincide lo reivindican?" dice el Avistador. Y no sólo eso. Confiesan que han leído algunas obras, pero que no manejan el idioma inglés.Son chantas...tradicionalistas.
EliminarBouyer no fue sincero fue protestante, y los protestantes rara vez se convierten bien. Lo usual es que entren a la iglesia católica con la mochila llena de los errores protestantes que no terminan de abandonar. Al estilo de los judíos. Lo que él criticaba siempre lo hacía desde su mentalidad protestante. Al contrario un buen convertido fue Benson. A ver... el error no es inofensivo, deja profundas huellas.
ResponderEliminar¿Conoce el avistador de Chimangos a Scott Hahn? si lo ubica puede decirme si su libro, las bodas del cordero, hablan del novus ordoe o de la misa verdadera, porque si habla del novus ordoe entonces él se convirtió al vaticano segundo, no a la verdadera iglesia que ni conoce. Es decir que es fácil para los protestontos convertirse al vaticano dos que no a la preconciliar.
O escuche a Marcus Grodi en regreso a casa -ewtn-, y dígame si no sigue siendo protestante, que lo único que hace es referirse a los documentos posconciliares. Siendo ambos personas muy simpáticas pero de católicos formados poco. Tienen a Schillebeeckx como de buena doctrina -oh... jojo-.
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Newman no fue "liberal conservador".
ResponderEliminarHay que leer lo que escribió sobre el liberalismo... La "querella" sobre Newman se vincula a otro tema, donde no había liberales en ninguna de las dos veredas.
Y así como no tiene mayor disvalor que lo reivindiquen los conservadores, tampoco lo tiene que lo hagan la inmensa cantidad de tradicionalistas que también lo hicieron.
Y si de algo no tuvo un pelo, fue de naturalista. Eso seguro.
En qué obra Bouyer dice haberse pasado al catolicismo en tanto que protestantismo ordenado?
No leí todos sus libros (creo que 4 o 5 de ellos) y no encontré esa afirmación, aunque encontré a un claro enemigo. De eso no hay duda.
Un saludo cordial (salvo al bravo telegrafista).
La discusión sería larga, algo dije en otros artículos, pero tome como dato esto: ningún autor ortodoxo y tradicionalista lo toma como cita, autoridad o fundamento (si algunos que se creen tradicionalistas y son liberales conservadores) y los modernistas lo elevan a los altares. El asunto es que no tiene ni pizca de tomismo y eso es garantía de error. Por otra parte, es su momento histórico el cenit de la lucha antiliberal, ¡pleno ralliement! el punto más encarnizado de la batalla y donde se estaba construyendo el modernismo camuflando sus puestas para no salir condenado por el magisterio antiliberal. Con respecto a Bouyer dice eso que digo, expresamente y a los gritos, ¡en toda su obra! Como bien dice el telegrafista, se convierten al modernismo, que es lo mismo, y lo hacen por la crítica al desorden de las sectas y montado sobre el modernismo arqueologista. Ahora bien, usted entiende que es un enemigo, pero enemigo de buena fe. Eso es no conocer toda la obra de los integristas preconciliares y los que estuvieron en el concilio, que les gritaron todos sus errores en la cara, y él consagra como el peor enemigo al "integrismo". Lea un autor extrapartidario, El Rin desemboca en el Tiber, y fíjese si había alguien de buena fe en esa revolución. Es probable que usted no quiera identificar la mala fe del enemigo y pensar que corresponde un diálogo civilizado con ellos, pero no se engañe o le va a pasar la de Ottaviani, eran ideólogos, y en el ideólogo no hay buena fe, hay construcción lógica y sofística, ex profeso para derribar el poder establecido, con lo que sea, y luego ensayar sus proyectos. Perteneció al grupo de choque de la reforma, al movimiento litúrgico, el más solapado y artero, y de hecho eran tan asquerosos (se odiaban entre ellos) que los dejaron a todos en exilio, habían hecho la faena de Robespierre y al modo clerical, también fueron a la guillotina y expresa sus quejas de que le robaron el monstruo que había creado. Creo que el de buena fe es usted, pero con cierta tendencia a no ver la malicia de los contrarios, quizá, para no tener que romper lanzas, o simplemente no la ve. DARDO
EliminarSí, por ello lo de "casi" que pusimos en la intervención anterior. La explicación de cómo funciona la tentación de la "manzana" naturalista y la caída están bien descriptas. Lo que no se dice es que probablemente nuestros primeros padres -y nosotros en su séquito- también le temían a la picadura de la serpiente.
EliminarDARDO, le agradezco su comentario.
ResponderEliminarTrataré de releer a Bouyer en la clave que usted propone (al menos algunos pedazos, que no me divierte mucho), a verlo si logro verlo desde el punto de vista que usted lo vio. De todos modos el detalle es menor (si fue sincero o no en el error, cuando lo que prima fue el hecho del error en que coincidimos).
En relación a Newman, no le hace mella que lo haya beatificad Benedicto XVI, como tampoco hay mella en el Padre Pío si atendemos a quién lo canonizó y quienes (hasta el hartazgo) lo citan.
Newman nada tuvo que ver con el tema del Ralliement. No fue una cuestión en la que entró, que yo sepa.
Sobre el liberalismo, dijo Newman, entre otras cosas (que callaron todos al beatificarlo):
"El liberalismo religioso es la doctrina que afirma que no hay ninguna verdad positiva en religión, que un credo es tan bueno como otro, y esta es la enseñanza que va ganando solidez y fuerza diariamente. Es incongruente con cualquier reconocimiento de cualquier religión como verdadera. Enseña que todas deben ser toleradas, pues todas son materia de opinión. La religión revelada no es (para el liberalismo) una verdad, sino un sentimiento o gusto; no es un hecho objetivo ni milagroso, y está en el derecho de cada individuo hacerle decir tan sólo lo que impresiona a su fantasía. La devoción no está necesariamente fundada en la fe. Los hombres pueden ir a iglesias protestantes y católicas, pueden aprovechar de ambas y no pertenecer a ninguna. Pueden fraternizar juntos con pensamientos y sentimientos espirituales sin tener ninguna doctrina en común, o sin ver la necesidad de tenerla. Si, pues, la religión es una peculiaridad tan personal y una posesión tan privada, debemos ignorarla necesariamente en las interrelaciones de los hombres entre sí. (Así se propone, como bien oímos a diestra y siniestra, por la masonería, madre del liberalismo.) Si alguien sostiene una nueva religión cada mañana, ¿a ti qué te importa? Es tan impertinente pensar acerca de la religión de un hombre como acerca de sus ingresos o el gobierno de su familia".
"El carácter general de esta gran apostasía es uno y el mismo en todas partes, pero en detalle, y en carácter, varía en los diferentes países".
Un saludo cordial.
Realmente ha sido un gusto. Le prometo ahondar más adelante sobre el tema Newman y sus derivas inmanentistas (el tema de la conciencia), que es justamente lo que celebra Ratzinger; sólo le digo con certeza que se ascenso al cardenalato fue una jugada del ralliement (lo cual no quiere decir nada negativo en sí mismo), el Vaticano encontraba que diplomáticamente era un hallazgo tener a este converso que era tan respetado en el anglicanismo, todo lo cual mejoraba las relaciones con Inglaterra.
EliminarLa beatificación de Newman se hizo a los fines de propugnar su lectura, ya que la beatificación era totalmente improbable, no era un santo. El Padre Pio fue un caso que no les dejaba otra salida, era un milagro viviente y sólo podían falsificarlo, pero no obviarlo.
Le prometo revisar a Newman, aunque sin inglés es difícil, y usted prométame revisar lo de Bouyer, apenas pueda le mando unas citas, pero en serio que era una banda de pícaros. Le saludo y le agradezco su intervención.
Maravillosa relación entre la negación del "hecho milagroso" y el liberalismo.
ResponderEliminarTodo un diagnóstico para detectar liberales y naturalistas (que son la misma cosa).
Sobre este tema, hay que leer lo que escribió sobre el mundo invisible.
Notable Newman.
"El Syllabus debe ser recibido con sumisión profunda puesto que ha sido enviado a los obispos del mundo por la autoridad del Papa".
ResponderEliminarCard. Newman. Carta al Duque de Norfolk (punto 7).
En el mismo discurso que copia Avistador (22 de oct. 3:38), pronunciado por Newman con ocasión de la entrega del capelo cardenalicio, consta que
ResponderEliminarme alegra decir que me he opuesto desde el comienzo a un gran mal. Durante treinta, cuarenta, cincuenta años, he resistido con lo mejor de mis fuerzas al espíritu del liberalismo en religión. ¡Nunca la Santa Iglesia necesitó defensores contra él con más urgencia que ahora, cuando desafortunadamente es un error que se expande como una trampa por toda la tierra!
Este alegato lo leí hace unos años y lo tuve siempre presente, junto con algunas otras páginas notables de Newman. Convengamos al menos que cuesta mucho deducir de tales palabras su liberalismo, si más no sea por aquello de "un reino dividido contra sí mismo no subsistirá".
Y si es cierto que no es precisamente un tomista, no será su agustinismo el que lo excluya no digo del Cuerpo Místico de Cristo, sino aun de la lista de autores dignos de leer.
Por ser perspicaz, te vas a embromar. Ahora me veo obligado a escribir un par de carillas (no diez) tratando de aclarar lo dicho con respecto a Newman y partiendo de tus dos aciertos. 1) El reino dividido (que podría ser el título). 2) Su inclusión en el cuerpo místico. (En cuanto a la lista de autores dignos de leer, no dudo en un punto, pero yo lo pondría dentro de los no seguros y por tanto no para todos). Ya podemos ir afilándonos para una divertida discusión, dando la espalda a nuestros obispos que hacen mierda todo vestigio de - no digo sobrenaturalismo o liturgia - sino mínima vergüenza. Con respecto al Ite missa est de Radrizzani,... ese asunto de "rajen; esto se acabó" ¿será un problema de traductores del Novus Ordo como dice Mario Capponneto?.
EliminarDecí que no se pagan derechos de autor por estos artículos, que si no te reclamaba la parte del instigador.
Eliminar¿Cómo fue lo de Radrizzani? ¿No dijo "Ite, missa est", no? ¿Es broma?
Vivís en foco, está dando vueltas por todos lados, Antonio escribió un artículo en Adelante... sobre eso. El Monse Radrizzani es el que hizo la misa ricotera de los peronchos en Luján, y al terminar dijo "Rajen, esto se acabó" . Radrizzani es de orígen erpiano, su hermano fue abogado de los erpianos y hoy da el curso de DHH en la católica. Un hijo de puta de aquellos. Está el video en wasapp dando vueltas por todos lados, para colmo se parece al Indio Solari, claro que el Indio es de mejor cultura.
EliminarQue lindo es saber que estos tipos no tienen nada que ver con nosotros y poder estar hablando de cosas altas mientras hocican en el barro estos cerdos. Antonio se calienta - con razón sobrada- pero realmente es para cagarse de risa si no fuera que en ello nos va esta pobre Argentina en la que tenemos que vivir.
EliminarEl artículo de don Antonio lo leí, pero no advertí la alusión al "Ite..." o "rajen". No tengo wattsapp: me comprometo a buscar el engendro en youtube como ejercicio de mortificación.
EliminarAcabo de verlo: tiene la capacidad de producir una repugnancia infinita.
EliminarYo debo vivir en un termo Lumilagro, lo que me hace cándidamente proclive a creer lu' milagru del Indio Solari cantando el "Ite, missa est" y a monseñor Radrizzani predicando la buena doctrina. ¡Que la inocencia me valga!
La conciencia en Newman no es inmanentismo. Esto lo vio claro Castellani (entre otros) y nada claro últimamente un cura tradicionalista más amigo de la trinchera que de las distinciones.
ResponderEliminarNo sé cuál será su punto de vista. En todo caso esperamos su artículo.
Lo que Newman afirma, es que la conciencia es un tribunal insobornable. Lo que es muy cierto. Sabemos si tal o cual cosa la hicimos con recta conciencia, sabemos que no podemos mentirle a nuestra propia conciencia, etcétera.
No es lo mismo que el inmanentismo que parte de la propia conciencia o "yo" para decidir en qué creer o cómo actuar (moral).
Para Newman era claro que la religión (dogma y moral) es algo revelado por Dios y a la postura contraria la llamó liberalismo o liberalismo religioso
Atte.
P.S.
En mi humilde opinion, lo mejor de todo este intriliguis entre "bouyeres" e ainda mais; es que el "avistador" abandono los "chimangos".
ResponderEliminarSeguro fue a Lujan.
A esta hora debe estar eligiendo entre "cuervos", "lagartos" voladores y hasta alguna "monja" maletera...
Bergoglianos todos.
Apuesto a que; cuando vuelva; horror le causara el "buen hablar" del Saurio.
Para que se alivie un (nada) cordial saludo del "telegrafista".